Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos de Londres 2012
Rumbo a Londres 2012
Dos héroes icónicos, mascotas imperecederas. Una viene bañada por un halo de éxito que le lleva a triunfar en cada nueva aventura que protagoniza. La otra, por la constante revisión de su fórmula. Unidos han demostrado ser prácticamente invencibles, copando listas de ventas gracias a su colaboración más sonada. Este año hay JJ.OO y estos muchachos no iban a perdérselo. Rumbo a Londres 2012.
La colaboración entre Mario & Sonic es una de las más sonadas de la actual generación de consolas. Cualquiera que haya seguido las idas y venidas de esta industria en los últimos años debería ser consciente de la importancia mediática de las dos mascotas. Hace una década para muchos era impensable e inviable que los carismáticos personajes de Nintendo y Sega fuesen a compartir escenario ante la atenta mirada de la multitud. Hoy día la franquicia Mario & Sonic se asocia con algún evento olímpico de gran calado: así lo fue en su día con Beijing 2008 y poco más tarde (dos años) con los JJ.OO de Invierno que se celebraron en Vancouver, Canadá, a comienzos de la pasada temporada.
El elenco de personajes de dos de las desarrolladoras más importantes del mercado sirve como excusa para dar rienda suelta a una serie de pruebas -basadas siempre en el auténtico formato que se empleará en Inglaterra en cuestión de meses- en las que prima dar lo mejor de sí para acceder a lo más alto del podio. Y si las primeras entregas que vio nacer la recién nacida serie no acabaron de convencer a la prensa especializada, lo cierto es que la comunidad de aficionados ha recibido calurosamente esta excéntrica pero divertida aventura, tanto en el siempre exigente territorio portátil como en sobremesa.
Londres 2012 ha de hacer frente a la difícil tarea de darse a valer como el tercer capítulo de la franquicia, amén de superar los resultados obtenidos en anteriores intentos. Decía Sega que esta entrega sería la más completa y variada de las tres, con lo que rápidamente pensamos en una mezcla entre lo conocido y novedades que sean capaces de renovar la mecánica jugable del título. El resultado que asoma por las estanterías de las tiendas del país sigue a pies juntillas la filosofía que ha llevado por bandera Mario & Sonic desde hace varios años, con un cúmulo de más de 50 minijuegos que se dividen entre el modo en solitario y el multijugador, siendo este último el gran protagonista de la velada.
Se conoce que Londres, Inglaterra en general, es uno de los países más emblemáticos de la Unión Europea, amén de contar con una cultura tan excéntrica como única. Sega Japan pone hincapié en subrayar las características propias de la celebración del evento -al igual que haría en Beijing y en Vancouver- desde el vídeo de presentación que da la bienvenida al jugador. De bella factura, en él se muestran algunas de las nuevas disciplinas que se incluyen en esta edición, entre las que destacan el bádminton y el fútbol. Claro que, detrás de su relevancia como añadido de peso para justificar la aparición de este título, se esconde una cuantiosa ristra de pruebas de diversa índole, pensadas para garantizar el divertimento de los jugadores que deseen pasar un rato entretenido frente al televisor.
La primera toma de contacto con el juego sirve como muestra de lo que está por llegar, con una interesante presentación que deriva en un simple menú principal. Desde aquí accedemos a las modalidades que propone Londres 2012: partida rápida, donde podemos disputar las pruebas propiamente dichas con el objetivo en mente de obtener los mejores tiempos y, en consecuencia, la medalla de oro; Londres para Todos, en una especie de minijuego destinado al multijugador en el que se combinan las pruebas deportivas con otros aspectos secundarios que comentaremos a continuación; y Modo Bonificación. Este último recoge las estadísticas de la partida, los Desafíos cumplimentados (el alter-ego de los logros y trofeos de x360 y ps3 respectivamente), etcétera.
El material que se ofrece, como podrá comprobar el lector, es cuantioso. Garantiza una vida útil que supera fácilmente las 10 horas de juego, siempre y cuando estemos dispuestos a superar las mejores marcas y récords mundiales de otros jugadores. La tarea es bastante asequible dado el nivel de dificultad al que se entrega la CPU, por lo que pronto se convierte en un combate entre varios jugadores. La dinámica de juego no ha cambiado, aunque quizá sí la perspectiva desde la que se enfoca. Una vez escogemos la modalidad que deseamos disputar, accedemos a un segundo menú en el que se explican las bases del sistema de control, donde pronto descubrimos la ausencia del Wii MotionPlus (ignorado por tantas y cuántas Third parties). Generalmente todas las pruebas se disputan con el mando en horizontal o con la clásica unión entre el nunchuk y el wiimote.
A decir verdad, lo acertado sería decir todo lo contrario: las novedades de este Mario & Sonic en cuanto a número de pruebas son escasas. Lo mismo sucede cuando se analiza el sistema de control, alejado de cualquier posible complicación, siguiendo las pautas de anteriores entregas, con todo lo que ello conlleva. Así se subraya nuevamente la temática arcade de este título, pensado para el disfrute y no para la contemplación. Probablemente por ello apenas tardaremos unos minutos en hacernos con la mecánica de control. En cuestión de horas podemos proclamarnos expertos en la materia, incluso si decidimos competir en Difícil contra la CPU. La Inteligencia Artificial de los rivales es, como se comentaba anteriormente, bastante pobre, lo que prácticamente nos obliga a tener que hacer uso de un grupo de amigos.
En cualquier caso, este hándicap sirve para señalar uno de los muchos contrastes que ofrece el juego en determinados aspectos. Véase el técnico, por ejemplo, donde se mantiene el motor gráfico de la edición de Vancouver, toda vez que se prioriza la selección de una alegre paleta de colores y de diseños carismáticos, fáciles de digerir. Muy en la línea de los títulos que llevan tras de sí el sello de Nintendo o de Sega, también destaca el elenco de personajes que se ofrece para formar parte de nuestro equipo. Por el lado de la Gran N, encontramos a Mario, Luigi, Peach, Daisy, Yoshi, Bowser, Jr.Bowser, Donkey Kong, Wario, Waluigi -Birdo, Kamek, Max Payne-. Por el de Sega: Sonic, Tails, Amy Rose, Blaze, Knuckles, Vector, Dr. Eggman, Shadow, Silver, Metal Sonic -Metal Knuckles y Tails Doll-.
Esta modalidad parece querer ser la protagonista del título, dado que una vez superado el modo del partida rápida (con todas las pruebas) sólo nos queda o nuestro espíritu de superación o compartir Londres con Todos entre unos cuantos amigos. Como modalidad principal deja bastante que desear a nivel técnico (especialmente en los recorridos que de cuando en cuando hemos de realizar en 3D), pero como sostén para potenciar las pruebas cumple su cometido. Es una lástima que no se haya mejorado su mecánica para darle más empaque. Aquí el beneficio que se obtiene son tarjetas para rascar', en las que podemos obtener un premio si la suerte está de nuestro lado. Estos premios de los que hablamos son básicamente metralla para -nuevamente- ampliar la vida útil del juego en concepto de acumular canciones de distintas ediciones de Mario o de Sonic, trajes para personalizar nuestro Mii, etcétera.
El segundo motivo de esta extrañeza pasa por la sensación que trasmite jugar a un título que ya se conoce, con varios añadidos. Lo cierto es que sigue siendo igual de divertido disputar unos piques con unos cuantos amigos, o incluso superar nuestros propios tiempos para que otro trate de superarlo. Es contradictorio porque, a la hora de la verdad, la mecánica de juego tampoco invita a esta superación personal. Dicho en otras palabras: parece que la esencia de Mario & Sonic es sólo ofrecer la posibilidad a varios jugadores de echar unas partidas, y poco más. La cantidad de pruebas es más que aceptable, técnicamente sigue la línea de sus antecesores -es decir, notable-, es un título tremendamente divertido.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.