La hora de Frank West

En este análisis no se profundizará en aspectos de juego ya comentados en el análisis correspondiente del Dead Rising 2 original. Para más referencias, también están disponibles los análisis de Dead Rising, Dead Rising 2: Case Zero y Dead Rising 2: Case West.

Dead Rising fue uno de los primeros juegos de esta generación (llegó al mercado unos nueve meses después del lanzamiento de Xbox 360, plataforma que lo acogió en exclusiva) y parecía ser poco más que un experimento de Capcom para ver cómo respondían las nuevas tecnologías y hasta dónde podrían llegar a la hora de desarrollar un juego amplio con grandes multitudes. Sin embargo, a la hora de ponerse a los mandos, Dead Rising conseguía transmitir mucho más, un juego cargado de posibilidades y con una historia que, pese a no ser del gusto de todos, se desarrollaba con acierto y dejaba algunos momentos realmente inolvidables. Aunque nadie contaba con ello en un primer momento, Dead Rising se convirtió al instante en un clásico instantáneo.

La continuación se hizo esperar cuatro años, y llegaría también a PlayStation 3. Al ampliarse la base de plataformas, Capcom sabía que corría el riesgo de que el desconocimiento de Frank West, protagonista del Dead Rising original, marcase negativamente a los usuarios de la máquina de Sony. Por eso mismo, se optó por ofrecer una historia que, en parte era continuación del primer episodio, pero en gran medida era una historia independiente simplemente ambientada en el mismo universo. El éxito de dicho capítulo fue más que notable y, posteriormente, la gente aplaudió el regreso de Frank West en el episodio descargable Case West. Tal vez por eso, la compañía nipona nos ofrece una visión muy especial de Dead Rising 2, protagonizada por el héroe del capítulo original.

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La aventura enlaza directamente con los sucesos vividos en la primera entrega. Se nos narra desde el principio lo que le pasó a Frank West, cómo se infectó, cómo llegó a ser una leyenda y cómo la fama se le subió a la cabeza hasta el punto de perder el norte. Su polémico programa de televisión acabó siendo cancelado y él se convertiría en una sombra de sí mismo, traumatizado en parte por su pasado, por la infección que debe controlar con Zombrex y por saber que había obrado muy mal. Necesitado de dinero y para recobrar su credibilidad, se apunta al concurso de televisión Terror is Reality, donde su aparición es estelar gracias a haberse convertido en una auténtica leyenda mediática. Sin embargo, entre bastidores se encuentra con lo que parece ser una conspiración entre dos hombres y, oliéndose el reportaje, empieza a investigar.

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Sin embargo, acaba desatándose un nuevo holocausto zombie y Frank consigue llegar hasta el refugio donde, pese a las reticencias del guardia, se volverá a convertir en un héroe volviendo a hacer lo que mejor se le da: conseguir una gran historia mientras salva a los supervivientes y acaba con cuantos zombies sea posible. Sin entrar en más detalles argumentales, hay que decir que pese a que las misiones y el desarrollo del juego son, fundamentalmente, idénticas a lo visto en Dead Rising 2 (mismos personajes, mismos escenarios, mismos objetivos… aunque con pequeños cambios en algunos momentos, sobre todo hacia los compases finales de la aventura), todas las escenas de vídeo, todos los diálogos y los motivos por los que se hacen las cosas son radicalmente distintos y están readaptados a la presencia de Frank West.

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Es decir, aunque el envoltorio sea el mismo el sabor del caramelo es completamente particular y se hace sentir como un juego nuevo a nivel argumental. De hecho, no solo eso, sino que además da la sensación de que todos los personajes tienen más sentido y se compenetran mejor con Frank que con Chuck. Tal vez sea el efecto de que se intenta enlazar mucho más la historia con el original de lo que se hacía en la aventura de Chuck, pero los amantes del primer capítulo se quedarán con la sensación de que, en algún momento, Off the Record pudo llegar a ser el Dead Rising 2 original, aunque luego se readaptase a un público mayoritario que no tenía por qué conocer al personaje de Frank. En este aspecto argumental, el juego cumple sobradamente y deja un mucho mejor sabor de boca que Dead Rising 2, sobre todo por sus sorpresas y guiños constantes.

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Concretamente, destaca la zona de Urano, un gran parque de ciencia ficción que nos presenta abundantes detalles nuevos en su escenario y notables añadidos a nuestro arsenal con los que acabar con los zombis. A nivel jugable y de desarrollo, los cambios son prácticamente inexistentes con respecto a Dead Rising 2, debiendo subir de nivel, usando las armas de igual forma... Salvo los pequeños cambios comentados, en gran medida es el mismo juego pero en versión ampliada, mejorada y con una historia completamente nueva. Eso sí, el regreso de Frank West trae consigo el regreso de un elemento que muchos echaron de menos en Dead Rising 2: la cámara de fotos, arma inseparable de todo buen periodista que se precie.

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Para los que no se acuerden bien de ella, la cámara de fotos de Frank West le permite sacar fotografías en cualquier momento, lugar y situación. Cada foto tendrá una clasificación según su categoría (drama, erótica, divertida…) y, lo más importante, según la calidad de la misma se nos otorgará un determinado número de puntos de experiencia, convirtiéndose en el mejor modo de subir de nivel en Off the Record (junto con salvar supervivientes). Eso sí, conseguir instantáneas que nos otorguen un buen número de puntos no será sencillo, obligándonos a estrujarnos el cerebro con el fin de conseguir la imagen perfecta que nos permita elevar nuestro PP. También habrá pósteres y elementos del escenario que nos otorgarán puntos por fotografiarlos, así que deberemos convertirnos de nuevo en auténticos periodistas con experiencia "en cobertura de guerras".

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