Los periodos de reflexión han salvado de la quema a Double Fine

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Double Fine, empresa desarrolladora de Tim Schafer, está viva por una simple razón: se han dedicado a desarrollar videojuegos de menor envergadura y extensión, al estilo de los juegos descargables, y no grandiosas y costosas producciones. El diseñador explica en EDGE que de no ser por estos títulos, el estudio habría pasado a mejor vida. Algunos de los nuevos proyectos de desarrolladora nacieron en sesiones de brainstorming bautizadas como "Amnesia Fortnights" y celebradas en el periodo cuando Brütal Legend,  su último gran proyecto, no contaba con distribuidora por la batalla legal entre Electronic Arts y Activision:

"Así que pensé: Vamos a tomarnos un respiro y hagámoslo, dos de los juegos que después se convirtieron en Trenched y en Once Upon A Monster. Fue una manera de dar una pausa creativa al equipo, no de hacer los juegos por sí mismos, pero siempre he sabido que si teníamos una gran idea para un juego pequeño podíamos hacerla. Desde que Geometry Wars salió, he pensado, Wow, existe una manera de hacer que un juego pequeño en consolas sea fantástico y venda atrayendo a muchas personas. Siempre quise hacer uno de esos, hacer un juego de ese tamaño. Bromeábamos con ello y mira, se ha convertido en lo que nos ha salvado y en la razón por la que todavía somos una compañía".

Pero esta manera de pensar no es única de Schafer, pues el diseñador reconoce que la inspiración le llegó a través del director de cine hongkonés Wong Kar-Wai, que produjo dos de sus mejores obras (Chungking Express y Fallen Angels) durante un periodo de reflexión que sucedió en el rodaje de Ashes of Time.