Diablo III
Diablo marcó un hito dentro del género de los 'action RPG'. Es más, hasta hace bien poco muchos seguíamos definiendo juegos con frases como: "¿Cómo es? Pues, parecido al Diablo.", pasando a convertir el título de Blizzard en la vara de medir con la que debían compararse todos los juegos de rol y acción posteriores. ¿Conseguirá la tercera parte el mismo impacto?
Sin fecha de lanzamiento oficial, pero con intenciones de distribuir una beta en septiembre... esta es la mejor noticia que nos ha dejado Blizzard esta semana. Ya se intuía su llegada a partir de dicho mes, pero hasta su confirmación no hemos asumido la cercanía con tan esperado momento. Los desarrolladores se lo toman con calma, y es comprensible si tenemos en cuenta la expectación que existen alrededor del juego. El lanzamiento de la beta será la prueba de fuego que nos ayudará a indagar en la madurez del título, y en lo cercano o lejano que nos encontraremos de su distribución oficial. El equipo no quiere apresurarse, y seguramente esperarán a las opiniones de los 'beta-testers' para pronunciarse sobre la fecha final en la que Diablo III llegará a nuestras tiendas. El resultado de la beta será decisivo.
Algo extremadamente importante, sobre todo cuando se habla de una licencia que ha marcado un antes y un después en muchos jugadores. Cada usuario espera su propia idealización de la tercera entrega, las ilusiones no han hecho más que crecer año tras año... y en un estado tan alto de interés, cualquier defecto puede resultar catastrófico. Es a día de hoy, sin haber podido probar el título en dignas condiciones, que cada nuevo dato se examina con lupa, se analiza con mimo y se critica sin misericordia. No se puede pedir menos, Diablo III tiene que vérselas contra millones de raseros y pasar con más gloria que pena en la inmensa mayoría de ellos. Los jugadores han madurado entre sagas recuperadas de forma caótica, solamente por el hecho de aprovechar el tirón de una licencia... y se niegan a que Blizzard haga lo mismo.
Uno de los mayores temores es la "casualización" de un título que la gente quiere ver en su máximo grado de madurez y esplendor. Vivimos en la época de la búsqueda de rentabilidad, en la que las cifras son más importantes que las opiniones, y nadie querría ver un Diablo extremadamente simplificado que buscase llegar a todos los usuarios del mundo. En ese sentido, Blizzard quiere despejar parte de las dudas con un severa afirmación: Diablo III será más difícil que nunca. Un título así solamente puede ponernos a prueba de una forma concreta, que es un incremento sustancial de su dificultad. Para ello se incluirá un nuevo modo, de acertado nombre para lo que implica su significado y su relación con la licencia: 'Inferno'. Blizzard se quiere asegurar a los veteranos, a base de prometer dolor y sufrimiento.
Este nuevo modo estaría pensado para los usuarios que superen el nivel 60 de personaje, en el que se establece el límite y acaba el desarrollo. A partir de ese momento, los enemigos que aparecerán tendrán nivel 61 y superior, por lo que se presentarán retos verdaderamente complicados. Aunque este añadido no despeja todas las dudas sobre la jugabilidad de Diablo III, al menos promete una esperanza de vida superior y bastante emoción. El incremento de dificultad ha sido, tradicionalmente, la forma más sencilla de ofuscar a un jugador y mantenerlo pegado a la pantalla por el simple hecho de querer llegar más lejos. Hacerlo una vez llegados al límite de nivel, cuando los menos aventureros ya estén hartos del juego, ayudará a que aquello menos resistentes no abandonen el título.
Decíamos que la única variable en nuestro poder, a partir de la restricción de 60, serán ciertos elementos nuevos de equipo. Esto se debe a la inclusión de elementos únicos para el modo 'Inferno', y de una mejora más que sustancial en la cantidad de 'drops' de cada enemigo en dicho modo. A enemigo más poderoso, mejor recompensa y de mejor calidad, algo que siempre fue evidente pero nunca se llegó a demostrar del todo. La nueva lógica de este sistema tiene una explicación sencilla: Casa de Subastas. Al igual que ocurre en muchos MMORPG, los mejores jugadores conseguirán los mejores objetos de los más fieros enemigos y los podrán subastar en el juego. Los menos poderosos podrán ahorrar para enriquecer a los anteriores... y Diablo III empieza a mover su propia economía.
Las diferencias con los objetos que se puedan conseguir en los niveles bajos irán más allá de lo meramente funcional, porque también serán representativas a nivel visual. En Diablo III se ha optado por mantener gran parte del diseño de las versiones anteriores, lo que implica también la forma y modelados de muchos objetos, con lo que se consigue cierta sensación de familiaridad. Sin embargo, muchos de los elementos que se puedan obtener en el modo 'Inferno' van a tener una representación distinta y casi única. El resultado final va a permitir que, en una partida multijugador, los usuarios que han experimentado la máxima dificultad con éxito sean diferenciables a simple vista, y que el resto de jugadores tengan envidia de su aspecto y quieran llegar a su nivel de poder para conseguir esos mismos elementos.
Otra novedad más, entre lo poco que ha citado Blizzard, se refiere a la forma de conseguir objetos que formen un 'set'. En versiones anteriores, muchos jugadores se veían obligados a regresar a zonas y misiones con el único objetivo de encontrar las piezas restantes y completar el conjunto de objetos, obteniendo así un incremento sustancial en sus características. En esta ocasión, se quiere facilitar el acceso a los elementos especiales, y para ello aparecerán en distintas zonas, intentando evitar que un jugador se harte de visitar una y otra vez los mismos escenarios. Así, con un poco más de variedad, la búsqueda de un conjunto será algo menos tediosa y recompensará el afán aventurero de los jugadores. Una vez más, la entrada de la Casa de Subastas va a ser muy productiva en este aspecto.
La funcionalidad de las subastas está ligada completamente al nuevo requisito de sistema para Diablo III, la necesidad de una conexión permanente. Ya lo decíamos hace menos de un mes, pero lo volvemos a recordar: No importa que estés inmerso en la campaña para un jugador, tendrás que disponer de conexión igualmente. Esto puede suponer un problema para varios usuarios, y es una decisión arriesgada para Blizzard pero no única en su especie. Hay ejemplos de políticas similares, como DarkSpore, en las que la obligación de mantenerse en red se debe a características similares del juego, como partidas colaborativas, PvP y compras de objetos. Esto va a restringir las ocasiones en las que nos podamos poner delante del título de Blizzard, y puede que eche para atrás a más de uno.
Para el final, un último anuncio. No sería descabellado ver Diablo III en videoconsolas... aunque todavía no se ha dicho nada sobre en nivel de interactividad entre los usuarios de cada plataforma. Mantener a los usuarios separados según su preferencia de juego sería un error, más aún con el obstáculo de permanente conexión que, dicho sea de paso, habría que ver cómo se sortea en las consolas. El usuario de PC puede resignarse a estar conectado ahora y para siempre, pero en lo que a consolas se refiere aún no existe ese grado de aceptación, si bien es cierto que ha crecido mucho en los últimos años. De momento, vamos a esperar a la beta, que está a la vuelta de la esquina, con la que podremos extenderos la información que todos anhelamos. Diablo III está un paso más cerca.
- Acción
- RPG
El clásico hack'n slash de Blizzard regresa tras una larga temporada en el olvido con Diablo III. Cinco nuevos chéroes -Bárbaro, Monje, Médico Brujo, Cazador de Demonios y Hechicero- lucharán en Santuario contra los planes de dominación de Azmodan, Señor demoníaco del Pecado. Para PC, PlayStation 3 y Xbox 360.