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Dynasty Warriors: Gundam 3

Dynasty Warriors: Gundam 3

Mechas que no prenden

Dynasty Warriors: Gundam 3 vuelve a demostrar que no sabe cómo levantar una saga que cada vez está más enemistada con la innovación y la calidad. Cientos de mechas en pantalla y modo cooperativo online no son excusas suficientes para sacar brillo a este cada vez más oxidado colorido acero japonés.

Desde que llegaron, PlayStation 3 y Xbox 360 han recibido ya tres entregas de la unión comercial que vienen llevando a cabo las licencias Dynasty Warriors (Koei) y Gundam (Bandai Namco). Ambas con grandes juegos a sus espaldas, llevan varios sin conseguir levantar cabeza y, desde luego, este Dynasty Warriors: Gundam 3 no ha terminado siendo la salvación que algunas voces vaticinaban. Descabelladamente continuista, escaso de contenidos interesantes y poco satisfactorio como videojuego de acción, la nueva entrega de las desarrolladoras niponas deja claro que a la hora de unir licencias, la inversión se plasma más en los nombres propios obtenidos que en los resultados jugables y de profundidad de conseguidos por los desarrollos, cada vez más caídos en la repetición y el desinterés por brillar.

DW: Gundam 3 es una obra vistosa, respetuosa con el anime al que recuerda en cada golpe y con tantos extras que los más forofos le tendrán que dedicar bastantes horas para desbloquearlo al cien por cien. Pero sólo ellos tendrán esta paciencia, pues el título no inspira a dedicarle mucho tiempo ni adentrarse en su propuesta, pues hay bastante poco en lo que profundizar pese a contar con nada menos que 300 misiones a desarrollar y decenas de mechas desbloqueables para que los jóvenes pilotos protagonistas los personalicen, suban de nivel y, finalmente, se paseen entre marionetas tomando todas las zonas de los mapas, más pequeños y básicos de lo que cabría esperar. Es difícil encontrar atractivos fuertes a una saga crossover que no deja de caer en los mismos erroes, pero también los tiene, aunque sea míseros.

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Dynasty Warriors: Gundam 3 vuelve a colocar de manera inexplicable a varios personajes en un universo futurista, haciñendolos chocar entre sí y colocando al jugador tras cada una de las perspectivas, para que comparta los intereses de unos y otros, aunque éstos acaben siendo siempre iguales sobre el terreno de combate, con leves diferencias de pesos de las armaduras, alguna habilidad especial o agilidad. Únicamente. Este problema lo tiene todo el juego: hay muchísimos modelos, muchas misiones, muchas habilidades... pero al final todo se basa en avanzar y avanzar a lo loco y sin apenas estrategia, destrozar el botón cuadrado (en la versión PlayStation 3) y obtener más y más objetos de la enorme galería de desbloqueables. Sin más, Gundam 3 es repetición y cifras desorbitadas que poco o nada han acabado aportando a una jugabildad que está envejeciendo fatal.

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Lo dicho, 300 misiones, repartidas entre cada personaje (50 jugables) y los modos Historia y Clásico, centrales en el simplón desarrollo dramático y que separan los momentos míticos del anime (modo Clásico) con los nuevos desafíos disñeados para este juego. Pero semejante cifra que puede sorprender a cualquiera, se traduce en 300 retos todos ellos similares, basados en la jugabilidad tradicional explotada últimamente por Dynasty Warriors: dentro de un mapa, tendremos que tomar las zonas en rojo mientras las aliadas permanecen en azul, teniendo que vérnoslas de vez en cuando con algún jefe final que por fin consigue destacar entre este campo de marionetas, o de hierba alta que apartar a espadazos.

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A DW: Gundam 3 le ocurre lo que a los últimos, la inteligencia enemiga está tan poco trabajada que pese a tener en pantalla a oleadas de más de 200 rivales amenazantes, luego éstos no actúan apenas, no sirven nada más que para bloquearnos el paso y caen con absoluta facilidad. Son los Mobile Suit más poderosos los únicos que dan algo de juego y reto, y tampoco, pues acabr con ellos se basa más en ser rápido con el pulgar derecho que en preparar estrategias ofensivas o combos originales e impredecibles. Cuando más o menos limpiemos una zona, un perímetro concreto del mapa, se coloreará de azul para indicar que ya nos pertenece. Si no nos movemos rápido, podremos perder zonas ya conseguidas, pero esto no suele ser habitual. Algunas de estas regiones concretas suelen tener ventajas, como una catapulta que nos permite movernos de forma casi instantánea de un lugar a otro del escenario o un cañón de misiles que dispara cada cierto tiempo a las áreas enemigas. Controlar rápido estos recintos es fundamental. Y éste es quizá el único e insignificante componente estratégico del juego.

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Sí se ha trasladado bastante bien a Gundam 3 la explosión en cadena que ya introdujeron los anteriores DWG. Al caer un mecha, éste genera una pequeña detonación que daña a los que lo rodeen. Saber utilizar en el momento justo ataques muy directos y de largo alcance, como el cañón láser recargado o las patadas con desplazamiento, nos permitirá limpiar más rápidamente las zonas de enemigos e incluso salir de situaciones apuradas, que solo se dan en los últimos niveles, donde la dificultad es un poco superior, poco. Y sobre esto, es interesante también encontrar los golpes mejor aprovechados y barridos para acabar rápido y a tiempo las misiones, pues todas ellas tienen un cronómetro que jugará en nuestra contra aunque no es demasiado exigente con los minutos dados.

En mitad de la batalla, nuestro personaje subirá de nivel una y otra vez, siendo la pantalla de final de misión la empleada como interfaz de adquisición de mejoras o gasto de dinero en aún más subida. Los Gundam pueden mejorar con grandes cantidades de dinero pero de forma muy rápida o poco a poco con los niveles para guardar esas monedas ficticias para desbloquear algunos extras, como los trajes, numerosísimos y vistosos aunque con poca traducción jugable, pues no afectarán a los atributos de los personajes salvo en las ranuras de habilidad especial que les otorgarán. Obviamente los distintos pilotos y sus robots predilectos sí se diferencian en ataques, lentitud de movimiento, distancia de salto... aunque tampoco tanto como en otros hack and slash masivos, que los definen mejor. Mientras algunos Gundam manejan la espada corta y el fuego, otros tiran más de láser o armas a distancia.

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Todo esto hace que la jugada en pareja sea la clave del éxito, y es que Dynasty Warriors: Gundam 3 nos introduce en absolutamente todas las misiones junto a otro personaje, controlado por la CPU o por un amigo en modo cooperativo online. La IA aquí sí responde bastante bien y buscará siempre el acercamiento sin descuidar las zonas, para poder realizar combinaciones conjuntas y conectarse a nosotros para obtener mayor poder mecha para las habilidades especiales. Dos personajes aliados cerca siempre se interconectan, como ya habíamos visto en otros Dynasty Warriors. Jugar con otros tres amigos es posible en 15 misiones. Es bastante divertido y hace ganar muchos enteros a la experiencia, menos anodina, aunque se nos antoja un modo algo corto y que podría haber dado más de sí incluso de forma competitiva.

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Gráficamente DWG 3 es bastante espectacular, con diseños cel-shadeados que se corresponden totalmente con la estética del anime y los dibujos animados japoneses de mechas en general. Todo lo que veremos en pantalla será un verdadero despliegue de luces, brillos, explosiones, colores, personajes y guerra futurista, con cámaras muy cercanas que funcionan bastante bien aunque a veces crean ángulos muertos por los que nos podremos quedar más vendidos. Suerte que los rivales son lentos y poco agresivos... Los ataques especiales son los más espectaculares, llenando toda la zona de plasma, fuego o láseres, un auténtico show pirotécnico. Los movimientos de los personajes son muy rápidos y pese al poco atractivo de los planos escenarios logran también mantener una puesta en escena llamativa.

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Muy al contrario ocurre con el sonido del título, reiterativo y mediocre a más no poder. Junto a las cinco o seis frases que repetirán una y otra vez los pilotos, todos los efectos de los golpes, explosiones, desplazamientos o recarga de barras de vida y ataques especiales son idénticos, una sucesión de FX tan cargante y simétrica que se hace insoportable. Y si al menos la música ganara presencia agradable, pero tampoco. Todas las canciones de rock descafeinado del juego se repiten hasta la saciedad a medida que avanzamos más y más misiones, sin lógica, solo son temas de fondo que casi ni comprenderemos.

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5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.