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Alice: Madness Returns, Impresiones

Tan chiflada como inocente, la macabra y ágil Alicia de American McGee se adentra de nuevo en su peor pesadilla en Alice Madness Returns, del que ya hemos probado su primeras horas y pronto llegará a todas las plataformas actuales.

La excentricidad del universo y personajes creados por Lewis Carroll en su inagotable Alicia en el País de las Maravillas y A través del Espejo sigue dando mucho juego. Alice Madness Returns, la inesperada y más oscura continuación del American McGee's Alice que veía la luz bajo el sello de Electronic Arts en octubre del 2000, es esa pieza inconexa y distintiva que todo cerebro perturbado se siente en un mundo que no está hecho para él. Hemos probado la primera quinta parte aproximadamente del nuevo título, unas tres horas, y lo tenemos muy claro: va a ser un producto inconfundible de esos que apasionan o levantan ampollas, criticable y admirable al mismo tiempo, anquilosado y novedoso a partes iguales. Su anuncio llegaba el año pasado y desde entonces hemos tenido varios encuentros con él, para ver su evolución y posibilidades. Ahora, a menos de medio mes de su lanzamiento el próximo 16 de junio, ya os podemos contar cómo ha quedado, cómo empieza esta nueva historia y hasta dónde se ha querido llegar jugable, narrativa y tecnológicamente.

Para los que no conozcan sus antecedentes, American McGee's Alice era un juego de acción en tercera persona, exploración y plataformas en el que veíamos a través de los ojos de una enfurecida Alicia toda la debacle en la que había caído el País de las Maravillas, tan colorido como sangriento en esta lectura particular de autor. Este Sombrerero, Reina de Corazones o Conejo Blanco no son los de los cuentos ni el clásico de Disney, los personajes de aquel videojuego -respetados en esta segunda y rediseñada parte- eran deformes y crueles criaturas de una especie de Infierno mental gestionado por la desesperada mente de la protagonista, huérfana y asustada tras el trágico accidente que acabó con la vida de su idílica familia. Cuchillo en mano, la antigua Alicia exploró su mente en un viaje lleno de saltos, diálogos sin sentido y combates. Ahora, su regreso a este mundo de sueños y malformaciones promete ser aún mejor, más realista visualmente, corrector de todos los errores de antaño y tan profundo que sea capaz de emocionar y conseguir la empatía del jugador. ¿Lo ha conseguido? Aquí van nuestras impresiones con todo esto:

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De la realidad al sueño

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El orfanato en el que se encuentra Alice es un sitio gris y triste, donde todos los compañeros se ríen de ella y la estética expresionista inunda cada retorcida escalera o frío pasillo. Nuestra aventura empezará aquí, con un psicólogo adentrándose en la complicada mente de la pequeña en una de sus rutinarias consultas para conseguir borrar sus tormentosos recuerdos del misterioso accidente familiar. De hecho Alice no puede dejar de recordar, y a lo largo de su hipnótico viaje irá recolectando fragmentos de su memoria que se han quedado gravados en objetos como el fuego que salió de repente de la chumenea de la biblioteca y acabó con sus padres. Estos items esparcidos y muy bien escondidos por el mundo son los alicientes que darán rejugabilidad a un título que, por lo que hemos visto, solo dispone de su modo Historia y una gran galería de extras. La ya macabra niña está deprimida dentro de un universo hostil, esto se ha representado muy bien visualmente, con un Londres de mitad del siglo XIX que la abruma e irrita lleno de personajes feos como monstruos que atormentarían a cualquiera.

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Nuestros primeros pasos los daremos por el orfanato y las sucias calles del centro de Londres de la época, donde vagabundos, videntes y prostitutas se alternan con niños con boina y pijama jugando a la rayuela, cochambrosos comercios y gases saliendo de las alcantarillas. El ambiente del mundo real está muy logrado, al igual que el del País de las Maravillas, siendo uno de los mejores alicientes visuales del título ya que gráficamente está bastante desfasado, como veremos luego. Alicia y su obsesión de perseguir animales la llevan hasta un callejón donde una enigmátia anciana la invita a volver a su mundo alternativo de color y desorden, porque quizá allí esté la clave de qué es lo que guarda en su interior la cada vez más atrofiada mente de la protagonista. Así es como arrancará este Alice Madness Returns, precisamente con un regreso a la demencia que nos mostrará que todo aquello que vimos hace once años ha cambiado, pero solo en parte, manteniendo también sus peores bazas.

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Del salto al triple salto

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Una vez en el primer páramo del País de las Maravillas comienzan los tutoriales y los primeros consejos de exploración y ataques para los que no probaron en su día el original. Alice se hace rápidamente con el cuchillo y conoce al Gato Sonriente, un polémico ayudante que a veces, pulsando el botón Select, nos ofrecerá consejos o más bien nos liará más, ya que no son nada esclarecedores. Lo que en el primer juego eran saltos en Madness Returns son triples saltos, es decir, que el componente plataformero ha ganado tanta presencia aquí que casi podríamos decir que esta segunda parte es un título de plataformas, con un 75% de esta mecánica en su avance sacrificando en gran medida la acción, que también aparece pero no como anteriormente. Los primeros pasos de Alice entre setas rebotantes, fichas de dominó flotantes y cascadas dan paso también a decorados de interior, donde la habilidad de hacerse pequeña de repente y poder ver lo que no veía en su tamaño normal deja constancia de que el juego tiene casi tantos secretos que buscar como combates.

Los entornos no son muy abiertos y todo el juego es lineal, con un único camino a seguir prácticamente en todo momento salvo bifurcaciones ocasionales para recoger algún item escondido o premios como más dientes para mejorar las armas y rosas de vida. La mecánica de juego, al menos en estas casi tres horas que ya hemos recorrido, también se mantiene similar todo el tiempo: saltar por tramos de plataformas, combates contra enemigos, algún jefe o minijuego de vez en cuando y activar mecanismos para poner en funcionamiento más plataformas y puertas. La dificultad es considerable, aunque no exigente. Alicia y su triple salto con planeo serán una constante al movernos por salientes, engranajes, árboles, relojes y tuberías de aire muy separadas entre sí, que exigirán medir bien dónde caemos y nos harán perder algún que otro intento. Pero no por ello hay reto, el juego, si morimos de un salto mal dado y caemos al vacío, nos colocará prácticamente donde estábamos. No ocurre lo mismo si morimos por perder todas las rosas de vida recibiendo daños, que nos mandará al último punto de guardado, a veces bastante atrás. Este desequilibrio no es del todo comprensible y hará que si vemos que nos van a matar por vida, nos arrojemos al vacío para no reaparecer muy atrás.

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El sistema de lucha no es como el del primer juego. Descaradamente inspirada en los juegos tridimensioanles de Zelda, la nueva Alicia enfoca a un enemigo, lo señala, y es a ése a quien ataca o de quien se cubre, aunque puede no hacerlo así y dar golpes a diestro y siniestro. Cuerpo a cuerpo a cuchilladas o desde la distancia con el Molinillo de Pimienta (pistola de este juego), tendremos que andarnos con ojo y saber establecer un orden en los combates si no queremos vernos acorralados por los desagradables enemigos, muchos de ellos llegados directamente desde el diseño del primer Alice. El paraguas será el escudo, que tendremos que saber cuándo sacar para también rebotar proyectiles. La monstruosidad de estas criaturas las hace distintas y variadas, aunque estéticamente sean como nuestros personajes amigos, reforzando como decíamos ese aspecto esquizofrénico de estos mundos bien recreados. Teniendo en cuenta que hemos probado los primeros compases del título, la Inteligencia Artificial no está nada mal, con ataques y estrategias conjuntas para acorralar a la protagonista o perseguirla. Los combates son casi siempre obligatorios, habiendo puertas que se abren o puentes que se despliegan cuando acabemos con todo bicho viviente.

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Del color a las texturas planas

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Si algo caracterizó gráficamente al primer juego -no demasiado inspirado visualmente-, fue su enorme y brillante colorido. Madness Returns hace uso de la tecnología de Unreal pero no logra ni de lejos el resultado gráfico de portentos que también hacen uso de ella como Gears of War. Con un nivel de detalle moderado, lo que más impacta en sentido negativo del apartado técnico es el diseño, texturizado, iluminación y modelado de los escenarios, casi sacados de cualquier juego de la generación anterior y completamente estáticos y con ridícula interacción. No sería de extrañar que a este Madness Returns le haya pasado factura el tiempo que lleva proyectado y en desarrollo. Por el contrario, los personajes lucen bastante bien, sobre todo en diseño y animaciones. Tanto los enemigos como los aliados que veremos por el camino son carismáticos y se mueven de maravilla.

Las cámaras son libres (joystick derecho) salvo en determiandas zonas, donde serán estáticas para conseguir otros ángulos y perspectivas que afectan a la jugabilidad. También es destacable el aspecto del juego en el denominado modo Demencia de Alice, que se dispara presionando el analógico izquierdo cuando la protagonista tiene poca vida y nos dará unos segundos con todo en blanco y negro salvo la roja sangre que inundará la pantalla mientras destrozamos a los enemigos tranquilamente por un tiempo limitado. Esto enlaza con el mayor fuerte técnico del nuevo juego de Alice, que reside precisamente en su diseño artístico. Cada localización, estructura de nuvel, fondo o paraje están dotados de una magia singular que solo el País de las Maravillas podría mostrar. La mezcla de estéticas, formas y colores chillones hace que atravesar cada parte de este gran mundo sea una gozada sensorial. La música por su parte acompaña, con melodías tristes y diabólicas, cargadas de la omnipresente cuerda frotada de la época y algunos vientos. El doblaje al castellano también es notable, que no sobresaliente, y mantiene el espíritu y lenguaje macabros de toda la violenta obra audiovisual interactiva, solo para mayores de 18 años, indudablemente.

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Del juego al extra

Como hemos mencionado anteriormente, pese a tener solo un modo principal para un jugador y muy, muy clásico, el tamaño del juego en general es considerable. Más de 10 o 12 horas nos aguardan en esta modalidad y tendremos que rejugarlo atentamente si queremos conseguir todos sus cuantiosos extras. Para empezar está la mejora de armas, incrementándoles los niveles con cartas que se superponen y las mejoran. Así de simple y accesible en todo momento desde el menú de pausa es el sistema de evolución del cuchillo o el molinillo, sin mayor explicación que requerir un número de dientes para subir de nivel y aplicar automáticamente los cambios que correspondan. Otro añadido importante son las botellas y partes de la memoria de Alice diseminadas por el País de las Maravillas. Cada capítulo tiene varias, muchas de ellas delatadoras del argumento y auténticos sucesos de la vida "normal" de la protagonista antes del incendio. Por último, a la par que Madness Returns, se nos invitará a jugar al American McGee's Alice original, mediante descarga directa del juego desde del bazar de Xbox Live o PlayStation Store. La descarga es gratuita con el código de Online Pass que incluye el juego. Buena medida de EA para incitar a su compra original: dos juegos por uno.

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De la duda a la esperanza

Alice Madness Returns no nos disgusta. Por lo que hemos podido ver en esta toma de contacto profundizada es un juego algo anquilosado para la época actual y poco vanguardista en sus apartados técnicos. Pero su diseño, los retos que presenta y la disparatada historia que narra dan a la protagonista todo el carisma suficiente para que sea apetecible acompañarla hasta el final de la aventura, divertida de jugar como ella sola, dicho sea de paso. Sin llegar hasta el final de lo que ofrece es difícil saber en qué quedará y si acabará gustando hasta a los que no sean devotos de la primera entrega. En pocos días os traeremos su Análisis final para conocer de primera mano si Alice sigue tan sorprendentemente loca, inolvidable e incontrolable -también- como en su primera aventura bajo el sello de American McGee o si su demencia casi mejor que no hubiera regresado tan pronto.

Alice: Madness Returns

  • PC
  • 360
  • PS3
  • Acción
  • Aventura

Continuación del juego de acción American McGee's Alice

Carátula de Alice: Madness Returns
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