Superpoder dominado

Infamous supuso por parte de Sucker Punch una fresca apuesta en un género, el sandbox, que, aunque proveniente de la anterior generación, aún se puede considerar en plena evolución. GTA siempre ha sido el referente, pero más allá de clones varios, apenas hay títulos que apuesten por el tipo de acción que ofrece Infamous. El juego se basaba en la idea de que el protagonista tenía un rol de superhéroe, pero partiendo con poderes limitados, y debe ir incrementando sus habilidades. A partir de ahí, este personaje era capaz de desplegar un conjunto de ataques que llegaba a niveles auténticamente devastadores, mientras se enfrentaba a criaturas de toda índole y condición.

Si por algo se destacó la primera entrega fue precisamente por un estilo muy propio y la unión de diversos conceptos que no habíamos experimentado antes de ese modo. Tal apuesta tuvo una gran acogida por parte de la crítica, que supo valorar estas virtudes y lo aupó por encima de su rival en aquellas fechas, Prototype. El juego de Activision partía aparentemente de un planteamiento similar, pero rápidamente se vio que su propuesta era inferior a lo que Infamous llegó a ofrecer. Si bien esa diferencia en la valoración no se vio reflejada directamente en las ventas, algo lógico teniendo en cuenta el reducido número de PS3s vendidas hasta esa fecha y el carácter exclusivo de Infamous, las previsiones de que éste se viera superado en una relación de más de un 90% en las ventas fueron rápidamente refutadas. Sony se mostró, en consecuencia, muy contenta por superar el millón de copias, lo que llevó inevitablemente a la preparación de una secuela.

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El guión original giraba en torno a la idea del Karma, según la cual podíamos decir si éramos unos héroes bondadosos que cuidaban de la ciudad Empire City, o unos villanos que arrasaban con todo lo que se ponía a su alcance. Infamous 2 profundiza en este esquema, partiendo de la sólida base sentada por su predecesor. Aúna una serie de mecánicas muy similares, pero refinadas con la perspectiva que otorga la experiencia. Tal es el caso del sistema de Karma, tan criticado en el original porque, eligiéramos la vía que eligiéramos, el desenlace y los hechos ocurridos eran básicamente los mismos. Eso restaba interés a rejugarlo para explorar qué era aquello de ser malo o tratar de ser un buen samaritano en nuestra segunda oportunidad. Más allá de matices en los poderes disponibles, no terminó de aportar lo que nos hubiera gustado. Éste y otros pequeños detalles son los que lo alejaron de la excelencia que tenía a su alcance.

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Sucker Punch tomó nota de ello y partió con esa idea en la mente a la hora de llevar a buen término la segunda entrega. Han logrado que el jugador se sienta más identificado con el protagonista y que tenga la sensación de formar parte de los sucesos que están ocurriendo. Cole, aquel mero repartidor que circulaba entre las calles de una gran ciudad ajeno a lo que se avecinaba, ya no es tal. Se ha vuelto consciente de sus poderes y cuál es su responsabilidad. La cicatriz en su rostro refleja por lo que ha pasado y en su actitud y sus acciones se nota que ya no es el mismo ingenuo que se encontró, repentinamente, con unas habilidades inexplicables. Como podéis comprobar, se aprecia desde el primer momento una mayor madurez no sólo en el personaje, sino en la propia narrativa de Infamous 2.

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Al comienzo del juego, un incidente le lleva a perder gran parte de sus habilidades. Esto le fuerza a huir a la ciudad de New Marais, donde debe prepararse para la llegada de 'La Bestia'. Este ser, de origen desconocido, está arrasando la costa este del país y se desplaza inexorable hacia donde se encuentra el protagonista, que debe buscar el modo de vencer a una criatura con tal poder de destrucción. Una vez allí, veremos cómo se desarrolla la trama y va haciendo nuevos aliados, que se unen a su mejor amigo, Zeke, que retorna en esta segunda entrega. Poco a poco va a la vez descubriendo quiénes son sus enemigos y qué traman, en una historia de corte bastante profundo. No faltarán las referencias a los eventos ocurridos en el primer juego, el cual es realmente recomendable haber jugado, aunque diremos que no imprescindible.

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Para mantener la sensación de continuidad con el juego original y, de paso, premiar a aquellos que lo terminaron o lograron ciertos trofeos, Sucker Punch ha integrado un sistema de recompensas de lo más interesante que ojalá viéramos en más juegos. De este modo, aquellos que acabaran el primer Infamous, partirán con mil puntos de experiencia adicionales. Por otro lado, determinados trofeos concederán otros beneficios como comenzar directamente con un cierto nivel de Karma la partida o contar con núcleos extra de energía. Hasta han añadido ciertos matices en los diálogos para reflejar los sucesos tal y como los vivimos realmente, dependiendo de qué vía del Karma eligiéramos.

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La localización central del juego es la ciudad de New Marais, claramente inspirada en Nueva Orleans, al sur de Estados Unidos. La estética y la arquitectura de este entorno difieren enormemente de lo que nos encontrábamos en Empire City, abandonando los impresionantes rascacielos de acero y cristal o las grandes infraestructuras. Estos elementos han sido sustituidos por casas bajas, con estructuras de madera y aspecto ajado en muchos casos, comunicadas por un lento y triste tranvía. Sin duda, han conseguido captar esa ambientación tan característica de los estados sureños, pero permitiéndose reinterpretarla. Eso ha dado pie a encontrarnos zonas bien diferenciadas, como la enorme catedral, los pantanos, el centro de la ciudad poblado por luces de neón o los suburbios en las afueras.

Lo que se encuentra Cole en la nueva ciudad no es la pacífica base desde la que pensaba preparar su defensa, sino un territorio tomado por una milicia. Este grupo de mercenarios asegura estar protegiendo al pueblo de los monstruos que han empezado a surgir tras lo ocurrido en el primer juego, que se ha ido extendiendo al resto del país. Como podéis imaginar, lo que se esconde detrás de ese supuesto ejército benefactor es un líder con ansias de poder llamado Bertrand, el cual tiene atemorizada a la población y unas intenciones nada claras, pero seguro pérfidas. El demonio de Empire City, como es llamado Cole, no es bien recibido y tendrá continuos enfrentamientos contra los soldados desplegados por las calles.

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Infamous 2 repite la mecánica de juego de acción en tercera persona guiado por misiones que ya vimos en el original. Tenemos relativa libertad para desplazarnos por la ciudad, realizando misiones secundarias o acudiendo a eventos puntuales identificados en el mapa. Estos suelen ser de dos tipos: nos permiten realizar un acto bondadoso o suben nuestro indicador de maldad. Como ejemplos podríamos mencionar desactivar bombas o salvar gente de un secuestro por un lado, o enfrentarnos a la policía o acabar con los músicos callejeros por el otro. Este último denota el toque de humor que Sucker Punch ha querido darle a su obra, que bien demuestra la cartelería que puebla el centro de la ciudad y que a buen seguro os arrancará una sonrisa.

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Seguimos pudiendo hacer otras demostraciones puntuales de nuestro carácter solidario, como curar espontáneamente a ciudadanos heridos o atar a enemigos moribundos en lugar de rematarlos. De todos modos, aunque no lo admitamos, siempre nos resultó más divertido ser malos. Así, optaremos por succionar la energía de los soldados caídos o destrozar la ciudad hiriendo a todo aquel que se encuentre a nuestro alcance. Es una lástima que tales actos no tengan repercusiones inmediatas más allá de nuestro Karma y que debamos esperar a las misiones principales para ver una auténtica deriva en un sentido u otro, pero dar vueltas por New Marais nos puede reportar grandes momentos y alguna sorpresa inesperada.

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Tal albedrío se logra en gran parte por la propia agilidad que demuestra Cole en sus movimientos. La escalada no tiene misterios para él y sus poderes eléctricos le permiten planear en el aire temporalmente o desplazarse a gran velocidad por los tendidos o los cables del tranvía. Si bien las animaciones tan automatizadas le restan algo de emoción al hecho de subir por paredes o andar por los tejados, eso va en pro de la acción al evitarnos tener que concentrarnos también en la precisión de los saltos. Hay que aclarar que eso no es óbice para que la parte plataformera tenga cierta relevancia, pero está claro que se encuentra relegada a un segundo plano.

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El sistema de moralidad sigue siendo bastante rígido, en el sentido de que las bifurcaciones están prefijadas de antemano y por tanto los finales de la historia. Sin embargo, hay que entender que no es nunca la intención de los desarrolladores darnos un nivel de libertad casi absoluta como ocurre en los RPGs occidentales, sino guiarnos por el argumento ofreciéndonos la oportunidad de comportarnos como héroes o canallas y que eso, ahora sí, tenga un impacto en los hechos acaecidos.  Pero como decimos las elecciones disponibles son bastante evidentes y así están etiquetadas. No disfrazan elecciones del tipo si haces esto prodigarás el bien y te reconocerán por ello, si haces esto otro te considerarán un enemigo y te temerán.

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Unos de los elementos que hace tan única la experiencia de Infamous son los poderes de su protagonista. En esta entrega Cole muestra algunos viejos conocidos a la par que va adquiriendo otros ataques cada vez más espectaculares y devastadores. En esta ocasión se nos premiará el adquirir experiencia de forma que con ella podamos comprar diversas habilidades con ella. Pero hay más, la mayoría se encuentran bloqueadas hasta que llevamos a cabo un requisito que nos permite comprarlas: acabar con un determinado número de enemigos de un cierto modo, completar varias misiones secundarias, etc. Es una manera perfecta de enganchar al jugador e invitarle a explorar el juego en lugar de ir directamente de misión principal en misión principal. De hecho, es fundamental hacerse con nuevos poderes si queremos sobrevivir en los niveles más complicados. Sólo un puñado de técnicas nos serán otorgadas al llegar a un punto concreto de la historia.

La imaginación del jugador entra a formar parte de la experiencia, ya que tal despliegue de arsenal abre un mundo de posibilidades para atacar a los enemigos. ¿Optamos por la distancia y les lanzamos bombas? ¿Gastamos el poderoso vórtice a riesgo de no poder usarlo de nuevo en un tiempo? ¿Nos acercamos rápidamente para forzar un cuerpo a cuerpo con la nueva arma incluida a tal efecto? Hay que pensar, y rápido. Cualquier enemigo, desde el más inútil del juego, puede llegar a matarnos simplemente por una cuestión de estrategia: si son más y estamos en campo abierto, tenemos todas las de perder. Siempre hay que tener en cuenta, además, que tenemos un límite de energía que podemos gastar antes de vernos forzados a recargar en algún puesto eléctrico cercano, y no todos los ataques consumen igual.

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Esta mezcla de acción, táctica y agilidad en los movimientos es lo que confiere a Infamous 2 esa jugabilidad tan dinámica de la que hace gala. No siempre tenemos ocasión de controlar a un personaje tan sumamente poderoso y con tal cantidad de habilidades para acabar con sus oponentes. Combinando eso con escenarios abiertos, los cuales podemos aprovechar a nuestro favor, sale una mezcla auténticamente explosiva. No es algo de lo que careciera la primera entrega, pero hemos visto cómo la misma fórmula con los justos retoques puede ganar unos cuantos enteros.

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Los combates contra los jefes finales responden a la vieja técnica de aprenderse los patrones de un enemigo, que aún hoy en día conserva una cota de diversión que no siempre se consigue de otro modo. Según vamos avanzando cada vez aparecen monstruos más grandes, más poderosos y más temibles, como anticipo a la llegada de La Bestia. La ciudad, al mismo tiempo, se va degenerando y diversas criaturas empiezan a poblar las calles. También ganamos acceso a nuevas zonas, aunque ya encontramos la mayor porción de la ciudad desbloqueada de inicio. Estos lugares son aún más hostiles si cabe, pero a la vez podemos ir extendiendo el territorio que se considera pacificado.

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Si Infamous 2 se basa en darle opciones al usuario, tanto a nivel de la historia con el sistema de Karma como con la mecánica de juego, ¿por qué no permitirle crear sus propias misiones? Eso seguramente debieron de pensar los chicos de Sucker Punch cuando diseñaron el editor de misiones con el que cuenta la segunda entrega. El mes pasado tuvo lugar una beta donde comenzaron a comprobar cómo los jugadores eran capaces de aprovechar tal herramienta y algunas de esas fases, lógicamente las mejores y más representativas, fueron seleccionadas para la copia de análisis a la que hemos tenido acceso. ¿La conclusión? Si esto es sólo una pequeña muestra, no queremos ni imaginar lo que dará de sí cuando esté al alcance de todos los que adquieran el juego.

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Los propios desarrolladores hablaban de que hasta Angry Birds era posible recrearlo en Infamous 2, pero más allá de curiosidades, lo cierto es que hay un buen número de opciones y variantes. De este modo, hemos visto por ejemplo una prueba contrarreloj por los tejados de New Marais en la que tenemos que pasar por diversos aros que forman un circuito; o hemos montado en un palé volador a modo de alfombra mágica del que no debíamos caer mientras luchábamos contra un enemigo. Incluso hemos disfrutado de una pequeña historieta, paralela al argumento principal, creada por un usuario con gran sentido del humor. LittleBigPlanet en estado puro, salvando las distancias.

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Si ya de por sí estamos ante un título rejugable por el hecho de recorrer las dos vías del Karma, que además cuenta con multitud de misiones secundarias o eventos en la ciudad, contar con esto ha elevado la duración del juego a límites insospechados. Más allá de cualquier mejora técnica o del sistema de juego, esto por sí solo podría llegar a justificar esta segunda entrega. Tampoco queremos lanzar las campanas al vuelo, aunque resulte paradójico decirlo tras la anterior frase, pero estamos bastante satisfechos con el resultado final. Quedan como incógnitas ver la acogida por parte de la comunidad y si el mecanismo para colocar estas misiones a lo largo y ancho de la ciudad, aun contando con un sistema de puntuaciones para valorarlas, no resulta demasiado lioso.

En cuanto a la puesta en escena de Infamous 2, es soberbia en muchos aspectos. Poco hay que añadir que no se haya visto ya sobre lo impresionantes que resultan determinados ataques, lo gigantescos que pueden llegar a ser ciertos enemigos o el nivel de destrucción que podemos ocasionar en elementos como vehículos o mobiliario urbano. Peca de no ir un pasito más allá, ya que los edificios parecen aparentemente blindados contra todo lo que les hagamos o, salvo la reacción instantánea de la población, al poco tiempo no quedan secuelas de lo que ha ocurrido en una zona en particular. Entendemos que es complicado encajar algo así con el planteamiento general y el desarrollo del juego por misiones, pero resta algo de credibilidad a la idea de que estamos en una ciudad decadente y bajo ataques de todo tipo de criaturas.

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Refiriéndonos a asuntos puramente técnicos, se nota que se han pulido muchos de los pequeños errores de los que adolecía el primer Infamous, como el popping, paliado en gran parte. Desgraciadamente, aún hay ciertas cuestiones discordantes con la tónica general. La más llamativa son las animaciones tan exageradamente prefijadas y poco naturales de Cole, que podríamos calificar de más propias de la generación pasada que de los tiempos que corren. En cualquier caso, visualmente el juego es un espectáculo en movimiento y estas pequeñas motas no empañan el resultado global. Como apunte final, nos hubiera encantado que el juego contara con soporte para televisores 3D, pues los efectos de partículas resultarían mucha más impactantes con la sensación de que vienen hacia nosotros.

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Cabe destacar también los vídeos compuestos de imágenes estáticas en forma de cómic, heredadas del primer juego, que complementan las cinemáticas normales y compartimentan a la perfección el juego en diferentes capítulos. Por el contrario, no estamos tan contentos con el doblaje al español. No es tanto por el desempeño de los dobladores, que es notable, como por una mala elección del elenco de actores que encarnan a cada uno de los personajes, pues en algunos casos resulta difícil identificar la voz con el aspecto de quien está hablando. Es más, es un tanto desconcertante escuchar Rico o Sev de Killzone 3, entre otros, en unos papeles tan distintos. Como siempre agradecemos a Sony España el esfuerzo, pero quizá debería ir pensando en ampliar el casting.

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