Duke Nukem Forever, Impresiones multijugador
Multijugador clásico, como Quake 3 o Unreal Tournament, rápido, directo y tradicional. Sin más. Eso es lo que Forever ofrece en su modalidad online, que ya hemos podido probar en profundidad en las oficinas de 2K y comprobar todos sus conservadores alicientes. Cuatro modos y ocho jugadores, irrisorias cifras de los comienzos de los shooters multiplayer y toda la esencia de hace años implantada con bastante maestría para resultar aún divertida. Cerveza y pizza para disputar unas partidas como las de antes. Esto es Duke Nukem elevado a ocho.
Años y años de espera, y el icono de los rumores en los videojuegos -con permiso del deseado remake de Final Fantasy VII- está ya a días de llegar a la tiendas. Duke Nukem 3D supo calar hondo en un montón de jugadores haciendo de la licencia original un auténtico hit capaz de dar un vuelvo desenfadado y burlesco a los FPS de la época, contando la historia de siempre de humanos contra alienígenas desde el punto de vista más macarra e incorrecto posible, convirtiendo así al personaje en el chulito por excelencia y el estereotipo patético del héroe norteamericano. Tras el preludio lamentable en Nintendo DS que ha sido Critical Mass, por fin nos centramos en el producto estrella de estos días para Take2 tras el inminente L.A. Noire. Nos acercamos a las oficinas de 2K para probar qué propone Forever en su modalidad multijugador, "la que diríamos que supone solo un añadido que sería como un 5% del juego completo", según nos comentó uno de sus responsables.
Realmente es así, se nota nda más ver el tratamiento secundario que ha tenido dentro del menú principal. Con un modo Campaña para un jugador muy largo, que durará más de 15 horas, este esperado Duke Nukem Forever no ha querido dejar la faceta online de lado y ha implementado una modalidad para nada sorprendente pero divertida y resultona aún hoy que sabrá enganchar a muchos. El auténtico y merecido elogio hacia sus desarrolladores está en cómo una función secundaria y casi metida con calzador en un juego que no tenía por qué tenerla acaba enganchando y rememorando clásicos de la época del Duke Nukem tridimensional original. Ya lo han dicho muchas veces, "queremos volver a la esencia de los juegos de finales de los noventa", ¡y vaya si lo han conseguido!
Ocho jugadores será el máximo que permita el juego en las partidas, también un número reducidísimo en comparación con las desorbitadas cifras de algunos juegos actuales. Pero es que el diseño de niveles y la jugabilidad pensada para ellos realmente lo requieren así; ocho, ni más, ni menos. No hay gran variedad de personajes a elegir ni excesivas opciones de personalización de las partidas o introducción de reglas especiales. Esto es un juego clásico, de los de hace diez años, y bajo esa excusa sus responsables han querido resguardarse de las exigencias que puedan lloverles pidiendo un modo más innovador, profundo y duradero como el que poseen los grandes nombres del género hoy.
Han arriesgado con esto, y según nuestras primeras impresiones, han ganado. Duke Nukem Forever viene a demostrar que la diversión online no tiene por qué buscar poseer chorrocientos modos, subidas de nivel infinitas o un editor de personajes complejísimo. La diversión directa por la que apuesta el juego aparece pronto y sabe hacer de esta modalidad adicional un atractivo de peso junto a la muy trabajada Campaña. Quién nos iba a decir a los experimentados en videojuegos que mantener las mecánicas de clásicos atemporales como Quake 3 Arena o Unreal Tournament iba a seguir siendo tan divertido, frenético y adictivo, lo que demuestra el poderío jugable de aquellos. Eso sí, de momento solo hemos jugado unas tres horas, tendremos que ver qué ocurre cuando se pasa más tiempo dándole a estos modos multijugador y la experiencia arcade y rápida empiece a decaer. Hasta que no tengamos el juego final en nuestras manos para hacer su Análisis completo no podremos saber si de verdad siguen funcionando como antaño cuando se le dedican varios días.
El siguiente mapa que se nos mostró con una partida plena fue el laboratorio infectado. En este desternillante escenario interior la mecánica cambia por completo con una enorme masa alienígena que preside la parte central del lugar y donde se encuentran algunas de las mejores armas, como el lanzagranadas doble o la pistola de congelado -que es bastante poderosa aunque requiere dar un golpe al objetivo una vez convertido en estatua de hielo-, lo que supondrá que gran parte del encuentro tenga lugar ahí subidos, con todos los pedos y eructos que emitirá el enorme ser mientras tanto. Esta zona más abierta está rodeada de pasillos con cajas y escaleras, donde podremos pulsar unos interruptores de las paredes para electrocutar temporalmente zonas y acabar con enemigos que se encuentren en ellas.
Otro mapa que se nos enseñó era una cocina gigante donde todos los personajes habían sido reducidos y podían saltar y subirse por sartenes, fogones y microondas, teniendo éste hasta una muerte especial si conseguimos meter a un enemigo dentro y lo activamos. El jet pack fue uno de los items clave de esta partida de dominio de zonas o rey de la colina, donde jugar en grupo supondrá la clave del éxito para tomar los distintos espacios circulares que se van iluminando. Al no haber mapa, solo unos indicadores muestran hacia dónde está la siguiente área a tomar por nuestro equipo. El mismo indicador se utiliza para el otro modo distinto a los deathmatch, capturar a la babe, nuestra última partida y el que ha conseguido levantar ya algunas polémicas que lo acusan de fomentar el maltrato a la mujer.
Capturate the babe es un capturar la bandera clásico, donde los puntos se hacen por recoger a una de las nenas del Duke de la base enemiga y transportarla a hombros hasta la nuestra. Al tenerla cogida, nuestra única arma será una pistola estándar, por lo que convendrá ir respaldado por otro compañero al menos. La chica empezará a ponerse nerviosa y se moverá o nos tapará la visión con sus manos, a lo que Duke tendrá que responder dando un leve cachete con el botón secundario que supondrá la carcajada y relajación de nuestra belleza escotada. El escenario donde disputamos este modo era un cañón con una autopista, todo destrozado por unas naves invasoras. Es el escenario más grande que vimos y correr entre piedras y coches tumbados con la fémina a nuestros hombros es tan desafiante como gracioso, demostrando una vez más que este juego no se corta.
"Adorad al rey, nenas". Aunque sea viejo.
Los cuatro modos multiplayer de Duke Nukem Forever son un claro añadido casi por obligación que solo buscan ampliar un poco más la duración de un juego que ya cuenta de por sí con una campaña muy larga y con atractivos propios. Nuestras impresiones con ellos son favorables ya que han mantenido toda la estética y características gamberradas de la saga y el personaje, multiplicándolas por ocho y haciendo que, sin ninguna pretensión de destacar, sea una modalidad que se comporte y recuerde mucho al pasado, como todo el juego. Se le notan los años en desarrollo y que no se ha centrado el interés del estudio en este tipo de juego para varios usuarios. La experiencia funciona, nos hará pasarlo bien y emocionará a los más asiduos a Quake o Unreal Tournament, ya que su propuesta es descaradamente referencial e imitadora. Y eso no está mal.
Sin embargo, tampoco podemos ser completamente benevolentes. Un mejor acabado gráfico, más jugadores enfrentándose entre sí y alguna modalidad innovadora que sacara lo mejor del inolvidable protagonista le vendrían muy bien. El sentido del humor está presente en cada tiro, mapa o item, pero esto no es suficiente para mantener una comunidad durante mucho tiempo. Se antoja demasiado escaso contenido multiplayer, cuatro modos, y todos ellos trilladísimos en los FPS. Lo mismo con la no tan cuantiosa variedad de los escenarios, o la leve profundidad jugable que se ofrece. Es un modo multijugador muy directo, rudo, rápido y desenfadado. Como el propio Duke, vamos.
- Acción