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Mass Effect 3, Primer Contacto

Bioware ya empieza a ofrecer detalles significativos de la última y definitiva entrega de la trilogía de Shepard. La galaxia está en peligro ante la amenaza aparentemente imparable de los Reapers, y todas las razas deberán decidir su papel en este apocalíptico conflicto ayudados por el siempre determinante papel del Spectro y sus aliados. Ha llegado la hora de los héroes

Con todavía la resaca del último gran lanzamiento de Bioware con Dragon Age 2 -sometido todavía a un intenso debate sobre sus virtudes y defectos- la compañía canadiense ya ha puesto en marcha la maquinaria promocional de la tercera parte de la trilogía con la que el estudio entraba en una nueva era. Si la segunda tenía cierto aire de 'entrega de continuación', en donde se estaba todo preparando para el gran conflicto que llegaba, en esta entrega se verá como todo estalla y Shepard se verá obligado una vez más a convertirse en el héroe. el símbolo de que todo es posible, incluso ante lo que parece una aniquiación asegurada a manos de los inmortales Reapers.

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Manejando esa idea -y a partir de aquí cuidado con los destripes para aquellos que no hayan jugado todavía-, el argumento de la serie vuelve a dar un giro de 180º. Si en la segunda entrega Shepard trabajaba, un poco reacio, para la organización Cerberus y de una forma clandestina, ahora volverá a ocupar su posición como Agente Spectro, pero será algo más: un héroe, una figura llamada a liderar e inspirar la resistencia, que ayude a coordinar las diferentes razas que forman parte de la alianza aunque sin el rango formal de general. Por supuesto, eso no va a ser nada fácil ya que resulta que toda la galaxia está sumida en el conflicto, y será complicado convencer a todos de realizar un esfuerzo conjunto cuando los planetas natales de cada raza están también siendo atacados. Por si eso fuera poco, la guerra desencadena reacciones paralelas en las que habrá que intervenir mediante decisiones difíciles, como el latente conflicto con los Krugan o la situación del planeta natal de los Quarians, que sigue ocupado por los Geth.

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Uno de los aspectos que se ha destacado de esta tercera parte es la gravedad e importancia de las decisiones del jugador. Se acabaron las elecciones pequeñas para obtener resultados insignificantes, ahora las acciones y decisiones del jugador marcarán el destino de civilizaciones enteras, y su coste va a ser enorme. Los sacrificios personales y generales que Shepard va a tener que realizar durante esta batalla van a constituir uno de los pilares fundamentales de este juego y de la trilogía en general. Bioware pretende hilar las decisiones que el jugador ha tomado en las dos entregas, recuperar los supervivientes de las pasadas aventuras y combinarlo todo con las grandes decisiones que se deberán tomar en la tercera parte, construyendo así una conclusión para una gran historia conjunta, cuyo final dependerá de numerosos factores -no hace falta decir que habrá diferentes finales, de distinta naturaleza según esas mismas decisiones y de los propios compañeros de Shepard que sigan en pie-. Por supuesto, este aspecto también se trasladará el plano íntimo y personal del protagonista, cuyas relaciones tanto de camadería y amistad como sentimentales serán puestas a prueba a la luz del dramatismo de los hechos.

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Sobre los personajes todavía no se tiene una lista completa, pero ya se pueden hablar de algunas confirmaciones. Por ejemplo, Liara y Garrus están confirmados como parte del escuadrón y compañeros de armas, al igual que Kaiden o Ashley, que ahora serán Agente Spectro, igual que Shepard. Se introduce en el grupo la figura de James Sanders, el humano de gran musculatura que ya se pudo ver cuando se ofrecieron los primeros atisbos del juego hace unos meses. Presentes pero con un papel desconocido, habrá figuras imprescindibles como Joker, Mordin o Legion y, para alegría de sus muchos fans, está confirmado que Wrex hará acto de presencia -aunque no se sabe muy bien en qué rol y cómo afectará la decisión tomada en el primer juego respecto a él-. Tali también está confirmada, algo de cajón dada su popularidad y posible vinculación sentimental con Shepard.. Y lo mismo sucede con Jack, que además tendrá un rediseño profundo de su personaje, por lo menos en lo que a estética se refiere -será interesante ver cólo los personajes han cambiado y evolucionado en esta entrega final-

Mención aparte merece el Illusive Man, clave en el segundo juego y que también tendrá su papel en esta tercera entrega, aunque en un rol muy diferente. En esta ocasión, por motivos que todavía no han sido clarifcados, Cerberus tratará de matar a Shepard, mandando tanto soldados de diferente índole como a agentes especiales. Así que en esta ocasión, la misteriosa figura líder de la organización clandestina hará el papel de uno de los antagonistas para conseguir sus oscuros objetivos, incluso en medio de lo que parece el fin de la humanidad y de las demás especies de la galaxia. Cabe preguntarse en qué sentido las decisiones tomadas al final del segundo juego afectarán al desarrollo del tercero, y en qué sentido las alianzas forjadas con miembros de Cerberus, como Miranda, afectarán al desarrollo del desenlace de la trilogía, pero eso son preguntas cuya respuesta deberá esperar.

Un aspecto particular de esta entrega es que Shepard deberá viajar a los planetas originales de las diferentes naciones para ayudar en sus propios conflictos internos, así que se adivina la intención de introducir la tensión propia de saber que todos están condenados con la idea que los pueblos miran primero hacía ellos mismos antes de ser convencidos para una operación conjunta; el liderazgo habrá que ganarlo en el campo de batalla, más allá de lo que la Ciudadela diga. Eso abrirá la posibilidad de visitar algunas localizaciones realmente interesantes. Por un lado, la Tierra será protagonista pero el lugar que se visitará en ella no será nada reconocible, ya que Bioware ha hecho valer su propia nacionalidad para sacarse de la manga una mega-ciudad futurista fruto de la unión entre la canadiense Vancouver y la americana Seattle. La madre patria será completamente irreconocible, con un diseño futurista y prácticamente alienígena, con edificios curvados capaces de captar mayor cantidad de luz solar, por lo que no habrá peligro de encontrarse algo demasiado familiar que desentone con la estética general del universo. Dentro del sistema solar también se podrá visitar Marte, que se usa a modo de colosal mina por las compañías humanas.

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Alejándonos de nuestro sol, habrá toda una serie de planetas importantes a los que habrá que acudir. El planeta salariano Sur'Kesh es un lugar placentero y tropical, en donde este pueblo se ha establecido alrededor de un gigantesco cráter volcánico, estableciéndose por estratos. También se visitará Rannoch, el planeta Quariano y actualmente ocupado por los Geth, en lo que promete ser una visita de gran carga dramática, particularmente si tanto Tali como Legion forman parte del grupo; el planeta es poco menos que un interminable desierto, en el que destacan las gigantescas pirámides que hacen de ciudades. Palaven, el planeta natal de los Turianos, también formará parte del recorrido, aunque en el momento de nuestra llegada estará sometido a un intenso ataque enemigo, por lo que su luna servirá como centro de operaciones. No todo serán novedades, ya que entre los lugares confirmados también aparece Illium, la colonia Asari que ya se pudo visitar en la segunda parte, lo que sin duda implicará volver a recorrer las calles de Nos Astra.

Ya entrando en el propio juego, una de las primeras notas positivas es que Bioware va a tratar de dar un poco de marcha atrás en la deriva que había tomado con Mass Effect 2, en la que prácticamente se acabó con la capacidad del jugador para la personalización y optimización de su equipamiento. No se va a volver a lo que se ofrecía el primer juego en ese aspecto -que tampoco es que fuera perfecto- pero sí va a haber diferentes tipos de complementos que poder montar a las armas disponibles para así hacerlas más efectivas en diferentes facetas al gusto del jugador -mirillas para obtener mayor precisión, más potencia...- También se incorporará un árbol de habilidades bastante más amplio y variado, que permita al jugador cierta autoría en su estilo de juego más allá de la elección de clase, algo muy bienvenido ya que el segundo tendía mucho a la homogenización, en donde cada clase ofrecía una forma muy específica de juego, sin espacio para diferentes alternativas. 

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Por otro lado, una vez en la lucha se va a tratar de alcanzar algo más dinámico que lo conseguido en la segunda parte, buscando ese equilibrio entre reforzar aspectos "roleros", de libertad en el desarollo del personaje y personalización de sus habilidades, con la idea de que el combate debe sentirse como el de un juego de acción. Para conseguirlo se ha aumentado la velocidad en general de forma significativa y se ha añadido un mayor abanico de movimientos que servirán para cosas útiles como saltar o rodar en busca de protección del fuego enemigo, o para sorprender a los rivales con un movimiento de avance rápido. A la misma vez se reforzará ampliamente la capacidad de los personajes para el cuerpo a cuerpo, de modo que éste será una alternativa realmente útil en el combate, o al menos se intentará -el cuerpo a cuerpo no es precisamente el fuerte del sistema de combate de la serie después de todo, por lo menos hasta ahora-.

Otras novedades concernientes al combate se concentran en los enemigos, en donde el equipo buscará algo que no ha logrado en las dos anteriores entregas: mayor variedad de ellos. Además de rivales simples como los soldados de Cerberus o las aberraciones biomecánicas de los Reapers, se van a añadir una buena variedad de contrincantes adicionales, que presentarán diferentes retos, así como más cantidad de combates contra unidades de élite, que darán lugar a combates más elaborados y estratégicos. Por ejemplo, los Reapers no sólo están compuestos de los gigantescos Heraldos con su tamaño de dos kilómetros, sino que también se presentan en forma de entidades acorazadas de tamaños más modestos para las operaciones de tierra. Dado que están bajo el mismo techo, desde Bioware se ha tomado más de una nota de lo que ha hecho Visceral con Dead Space, tanto en materia de interfaz como en cuanto a combate, necesidad de apuntar a partes específicas y otros detalles que buscarán dar al combate de Mass Effect 3 una mayor variedad.

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En el apartado técnico, Bioware quiere rizar el rizo en materia de gráficos y desde el desarrollo de la segunda parte, el equipo ha estado trabajando arduamente en renovar el motor del juego y en trabajar en nuevas herramientas que permitan al juego acercarse a los pesos pesados gráficos de esta generación. El sistema de iluminación será completamente nuevo, y buscará bañar los objetos, personajes y escenarios con una luz ambiental que ofrezca un aspecto bastante más realista; también se manejan diferentes efectos de post-proceso en las imágenes, técnicas de probada valía en otros nombres como Killzone 2 y 3. Obviamente, el margen se tiene no es ilimitado al estar hablando de una secuela, pero el estudio está convencido de que sorprenderá a los seguidores de la serie. Junto a estos detalles, también se busca reforzar la exposición al diseño visual del juego, un aspecto que siempre ha sido sobresaliente en la saga pero que aquí se quiere llevar más lejos, buscando formas de  presentar escenas y ambientes con un mayor grado de detalle, con más vida -movimiento en las calles, detalles moviéndose de fondo...- y con un mayor sentido de escala. Es un juego que busca la épico, propio de la conclusión de una gran trilogía, así que el equipo siente la necesidad de impresionar al usuario desde todos los puntos de vista posible.

Como ya se ha encargado de dejar claro la propia Bioware, Mass Effect 3 no es el final del universo, sólo la conclusión de la trilogía de Shepard. El universo seguirá vivo, y para ese futuro se dejan cosas como la idea de multijugador, algo que se llegó a considerar incluso para esta tercera entrega pero que ha sido finalmente descartado -lo que parece todo un acierto ya que la trilogía siempre ha tenido un marcado aspecto narrativo centrado en el propio Shepard. Pero más allá de ese futuro, Bioware tiene una misión clave y fundamental para esta tercera entrega: no fastidiarla. Después de dos sobresalientes entregas se podría pensar que hay poco peligro al respecto, pero la polémica alrededor de Dragon Age II debe de ser tenida en cuenta, y además la compañía ya no tiene el lujo que tenía en las dos anteriores entregas, en las que se dieron bandazos en direcciones divergentes buscando las mecánicas adecuadas y el tono narrativo correcto. Las cosas salieron bien, pero ahora Bioware, al filo del momento culminante de la trilogía, debe recoger toda esa experiencia y hacer algo impecable, sin dudas ni medias tintas. Cerrar este capítulo con éxito convertirá a esta trilogía en un clásico imborrable en el mundo del videojuego, mientras que algo por debajo de eso pondrá una innecesaria mancha en una saga que no lo merece. Mass Effect es una de las mejores cosas que han sucedido en esta generación y ahora, más que nunca, es cuando su equipo debe de dar el do de pecho y demostrar estar a la altura de las circunstancias; en su mano está.

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Con todavía la resaca del último gran lanzamiento de Bioware con Dragon Age 2 -sometido todavía a un intenso debate sobre sus virtudes y defectos- la compañía canadiense ya ha puesto en marcha la maquinaria promocional de la tercera parte de la trilogía con la que el estudio entraba en una nueva era. Si la segunda tenía cierto aire de 'entrega de continuación', en donde se estaba todo preparando para el gran conflicto que llegaba, en esta entrega se verá como todo estalla y Shepard se verá obligado una vez más a convertirse en el héroe. el símbolo de que todo es posible, incluso ante lo que parece una aniquiación asegurada a manos de los inmortales Reapers.

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Manejando esa idea -y a partir de aquí cuidado con los destripes para aquellos que no hayan jugado todavía-, el argumento de la serie vuelve a dar un giro de 180º. Si en la segunda entrega Shepard trabajaba, un poco reacio, para la organización Cerberus y de una forma clandestina, ahora volverá a ocupar su posición como Agente Spectro, pero será algo más: un héroe, una figura llamada a liderar e inspirar la resistencia, que ayude a coordinar las diferentes razas que forman parte de la alianza aunque sin el rango formal de general. Por supuesto, eso no va a ser nada fácil ya que resulta que toda la galaxia está sumida en el conflicto, y será complicado convencer a todos de realizar un esfuerzo conjunto cuando los planetas natales de cada raza están también siendo atacados. Por si eso fuera poco, la guerra desencadena reacciones paralelas en las que habrá que intervenir mediante decisiones difíciles, como el latente conflicto con los Krugan o la situación del planeta natal de los Quarians, que sigue ocupado por los Geth.

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Uno de los aspectos que se ha destacado de esta tercera parte es la gravedad e importancia de las decisiones del jugador. Se acabaron las elecciones pequeñas para obtener resultados insignificantes, ahora las acciones y decisiones del jugador marcarán el destino de civilizaciones enteras, y su coste va a ser enorme. Los sacrificios personales y generales que Shepard va a tener que realizar durante esta batalla van a constituir uno de los pilares fundamentales de este juego y de la trilogía en general. Bioware pretende hilar las decisiones que el jugador ha tomado en las dos entregas, recuperar los supervivientes de las pasadas aventuras y combinarlo todo con las grandes decisiones que se deberán tomar en la tercera parte, construyendo así una conclusión para una gran historia conjunta, cuyo final dependerá de numerosos factores -no hace falta decir que habrá diferentes finales, de distinta naturaleza según esas mismas decisiones y de los propios compañeros de Shepard que sigan en pie-. Por supuesto, este aspecto también se trasladará el plano íntimo y personal del protagonista, cuyas relaciones tanto de camadería y amistad como sentimentales serán puestas a prueba a la luz del dramatismo de los hechos.

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Sobre los personajes todavía no se tiene una lista completa, pero ya se pueden hablar de algunas confirmaciones. Por ejemplo, Liara y Garrus están confirmados como parte del escuadrón y compañeros de armas, al igual que Kaiden o Ashley, que ahora serán Agente Spectro, igual que Shepard. Se introduce en el grupo la figura de James Sanders, el humano de gran musculatura que ya se pudo ver cuando se ofrecieron los primeros atisbos del juego hace unos meses. Presentes pero con un papel desconocido, habrá figuras imprescindibles como Joker, Mordin o Legion y, para alegría de sus muchos fans, está confirmado que Wrex hará acto de presencia -aunque no se sabe muy bien en qué rol y cómo afectará la decisión tomada en el primer juego respecto a él-. Tali también está confirmada, algo de cajón dada su popularidad y posible vinculación sentimental con Shepard.. Y lo mismo sucede con Jack, que además tendrá un rediseño profundo de su personaje, por lo menos en lo que a estética se refiere -será interesante ver cólo los personajes han cambiado y evolucionado en esta entrega final-.

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Mención aparte merece el Illusive Man, clave en el segundo juego y que también tendrá su papel en esta tercera entrega, aunque en un rol muy diferente. En esta ocasión, por motivos que todavía no han sido clarifcados, Cerberus tratará de matar a Shepard, mandando tanto soldados de diferente índole como a agentes especiales. Así que en esta ocasión, la misteriosa figura líder de la organización clandestina hará el papel de uno de los antagonistas para conseguir sus oscuros objetivos, incluso en medio de lo que parece el fin de la humanidad y de las demás especies de la galaxia. Cabe preguntarse en qué sentido las decisiones tomadas al final del segundo juego afectarán al desarrollo del tercero, y en qué sentido las alianzas forjadas con miembros de Cerberus, como Miranda, afectarán al desarrollo del desenlace de la trilogía, pero eso son preguntas cuya respuesta deberá esperar.

Un aspecto particular de esta entrega es que Shepard deberá viajar a los planetas originales de las diferentes naciones para ayudar en sus propios conflictos internos, así que se adivina la intención de introducir la tensión propia de saber que todos están condenados con la idea que los pueblos miran primero hacía ellos mismos antes de ser convencidos para una operación conjunta; el liderazgo habrá que ganarlo en el campo de batalla, más allá de lo que la Ciudadela diga. Eso abrirá la posibilidad de visitar algunas localizaciones realmente interesantes. Por un lado, la Tierra será protagonista pero el lugar que se visitará en ella no será nada reconocible, ya que Bioware ha hecho valer su propia nacionalidad para sacarse de la manga una mega-ciudad futurista fruto de la unión entre la canadiense Vancouver y la americana Seattle. La madre patria será completamente irreconocible, con un diseño futurista y prácticamente alienígena, con edificios curvados capaces de captar mayor cantidad de luz solar, por lo que no habrá peligro de encontrarse algo demasiado familiar que desentone con la estética general del universo. Dentro del sistema solar también se podrá visitar Marte, que se usa a modo de colosal mina por las compañías humanas.

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Alejándonos de nuestro sol, habrá toda una serie de planetas importantes a los que habrá que acudir. El planeta salariano Sur'Kesh es un lugar placentero y tropical, en donde este pueblo se ha establecido alrededor de un gigantesco cráter volcánico, estableciéndose por estratos. También se visitará Rannoch, el planeta Quariano y actualmente ocupado por los Geth, en lo que promete ser una visita de gran carga dramática, particularmente si tanto Tali como Legion forman parte del grupo; el planeta es poco menos que un interminable desierto, en el que destacan las gigantescas pirámides que hacen de ciudades. Palaven, el planeta natal de los Turianos, también formará parte del recorrido, aunque en el momento de nuestra llegada estará sometido a un intenso ataque enemigo, por lo que su luna servirá como centro de operaciones. No todo serán novedades, ya que entre los lugares confirmados también aparece Illium, la colonia Asari que ya se pudo visitar en la segunda parte, lo que sin duda implicará volver a recorrer las calles de Nos Astra.

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Ya entrando en el propio juego, una de las primeras notas positivas es que Bioware va a tratar de dar un poco de marcha atrás en la deriva que había tomado con Mass Effect 2, en la que prácticamente se acabó con la capacidad del jugador para la personalización y optimización de su equipamiento. No se va a volver a lo que se ofrecía el primer juego en ese aspecto -que tampoco es que fuera perfecto- pero sí va a haber diferentes tipos de complementos que poder montar a las armas disponibles para así hacerlas más efectivas en diferentes facetas al gusto del jugador -mirillas para obtener mayor precisión, más potencia...- También se incorporará un árbol de habilidades bastante más amplio y variado, que permita al jugador cierta autoría en su estilo de juego más allá de la elección de clase, algo muy bienvenido ya que el segundo tendía mucho a la homogenización, en donde cada clase ofrecía una forma muy específica de juego, sin espacio para diferentes alternativas. 

Por otro lado, una vez en la lucha se va a tratar de alcanzar algo más dinámico que lo conseguido en la segunda parte, buscando ese equilibrio entre reforzar aspectos "roleros", de libertad en el desarollo del personaje y personalización de sus habilidades, con la idea de que el combate debe sentirse como el de un juego de acción. Para conseguirlo se ha aumentado la velocidad en general de forma significativa y se ha añadido un mayor abanico de movimientos que servirán para cosas útiles como saltar o rodar en busca de protección del fuego enemigo, o para sorprender a los rivales con un movimiento de avance rápido. A la misma vez se reforzará ampliamente la capacidad de los personajes para el cuerpo a cuerpo, de modo que éste será una alternativa realmente útil en el combate, o al menos se intentará -el cuerpo a cuerpo no es precisamente el fuerte del sistema de combate de la serie después de todo, por lo menos hasta ahora-.

Otras novedades concernientes al combate se concentran en los enemigos, en donde el equipo buscará algo que no ha logrado en las dos anteriores entregas: mayor variedad de ellos. Además de rivales simples como los soldados de Cerberus o las aberraciones biomecánicas de los Reapers, se van a añadir una buena variedad de contrincantes adicionales, que presentarán diferentes retos, así como más cantidad de combates contra unidades de élite, que darán lugar a combates más elaborados y estratégicos. Por ejemplo, los Reapers no sólo están compuestos de los gigantescos Heraldos con su tamaño de dos kilómetros, sino que también se presentan en forma de entidades acorazadas de tamaños más modestos para las operaciones de tierra. Dado que están bajo el mismo techo, desde Bioware se ha tomado más de una nota de lo que ha hecho Visceral con Dead Space, tanto en materia de interfaz como en cuanto a combate, necesidad de apuntar a partes específicas y otros detalles que buscarán dar al combate de Mass Effect 3 una mayor variedad.

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Como ya se ha encargado de dejar claro la propia Bioware, Mass Effect 3 no es el final del universo, sólo la conclusión de la trilogía de Shepard. El universo seguirá vivo, y para ese futuro se dejan cosas como la idea de multijugador, algo que se llegó a considerar incluso para esta tercera entrega pero que ha sido finalmente descartado -lo que parece todo un acierto ya que la trilogía siempre ha tenido un marcado aspecto narrativo centrado en el propio Shepard. Pero más allá de ese futuro, Bioware tiene una misión clave y fundamental para esta tercera entrega: no fastidiarla. Después de dos sobresalientes entregas se podría pensar que hay poco peligro al respecto, pero la polémica alrededor de Dragon Age II debe de ser tenida en cuenta, y además la compañía ya no tiene el lujo que tenía en las dos anteriores entregas, en las que se dieron bandazos en direcciones divergentes buscando las mecánicas adecuadas y el tono narrativo correcto. Las cosas salieron bien, pero ahora Bioware, al filo del momento culminante de la trilogía, debe recoger toda esa experiencia y hacer algo impecable, sin dudas ni medias tintas. Cerrar este capítulo con éxito convertirá a esta trilogía en un clásico imborrable en el mundo del videojuego, mientras que algo por debajo de eso pondrá una innecesaria mancha en una saga que no lo merece. Mass Effect es una de las mejores cosas que han sucedido en esta generación y ahora, más que nunca, es cuando su equipo debe de dar el do de pecho y demostrar estar a la altura de las circunstancias; en su mano está.

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Mass Effect 3

  • 360
  • PC
  • PS3
  • RPG
  • Acción

Las aventuras del comandante Shepard llegan a su fin en el último capítulo de la trilogía espacial de BioWare.

Carátula de Mass Effect 3
9.6