Homefront
- PlataformaPC6.5PS36.53606.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorDigital Extremes
- Lanzamiento15/03/2011
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorTHQ
Patriotismo americano
THQ presenta su reinterpretación de cómo debería ser la segunda revolución norteamericana, tras la invasión de Corea. Un título que se anunció como muy fuerte, pero que claramente queda por debajo del resto de opciones en el género de los FPS.
Dentro de un tiempo, se verá con perspectiva que la subsaga 'Modern Warfare' ha marcado el modelo estándar de los FPS actuales: sus características son claras y han sentado cátedra a todos los niveles, quizás cogiendo prestado elementos de otros shooters anteriores, pero al mismo tiempo dándole su propia personalidad. Es decir: ambientación contemporánea o desde luego muy cercana a la realidad de hoy día, lo que implica armas y demás elementos bélicos muy coherentes y verosímiles con la actualidad. Añadir una serie de secuencias escriptadas espectacularmente impactantes, que queden en la retina, que impresionen y que nos hagan sentir inmersos en una película hollywoodiense de acción. Si lo sazonamos con un desarrollo lineal, donde además podremos en un momento dado utilizar un vehículo, un arma fija, etc, y con un ritmo de juego que no decaiga en casi ningún momento. Todos estes ingredientes forman lo que hoy día es un FPS al uso. Claro, siempre tendremos los casos singulares que se desvinculan de lo establecido, y donde Valve Software es la reina del baile. Y es que Call of Duty es el nombre a batir, sus ventas se cuentan por millones, y obviamente si algo funciona ¿porqué no copiarlo? Eso mismo pensaron en EA con el último Medal of Honor, pero no llegó a los niveles de calidad que Infinity Ward marcó.
HomeFront, el título de Kaos Studios que hoy nos ocupa, no es un 'outsider' en este sentido. Más bien coge todos y cada uno de los elementos antes descritos y les añade una ambientación y un argumento que impacta por su plausible realidad. Es decir, los elementos que pone sobre la mesa son reales, podría pasar, y hasta si se sucediesen los hechos que se describen en la vertiginosa intro, no sería de ilusos pensar que las dos Coreas se uniesen en una sola nación, invadiendo todo a su paso, hasta llegar al país que un día fue el centro del planeta, el más poderoso: los Estados Unidos de América. La ocasión la pintan calva, pensaron en la unión Coreana, así que aprovechando el bajón socio-económico en el que estaba sumido el país de la libertad lanzaron un ataque de varios EPM (pulso electro-magnético) dejando sin suministro eléctrico a toda la nación. Las consecuencias se muestran en la ya nombrada intro, y durante el transcurso de la misma podremos ver cómo en 2027 EE.UU. es un país totalmente hundido, e invadido por la nueva Corea. Todo está acabado, los ciudadanos son ejecutados, masacrados y llevados a campos de exterminio que recuerdan mucho a lo sucedido en el Holocausto. No hay salvación ¿o sí? Lo que parece ser una versión 'seria' de Astérix ambientada en territorio americano, es el punto de comienzo de HomeFront.
El comienzo del juego, mientras Jacobs viaja en el autobús, es el más claro homenaje a 'Half Life' que hace -y puede hacer- Kaos Studios. Mientras en Black Mesa íbamos en el transporte hasta nuestra primera jornada de trabajo observando cómo transcurre el día a día de los demás trabajadores, en HomeFront veremos sucesivas escenas de masacres, asesinatos a sangre fría, secuestros y avasallamientos que llevan a cabo diariamente los coreanos en suelo americano. Todas estas escenas no hacen sino aumentar nuestra empatía con el pueblo afligido, poniéndonos en su piel, mientras esperamos el rescate. A partir de la liberación de nuestro personaje, podremos ser testigos de las continuas guerras de guerrillas, enfrentamientos directos y cortos tiroteos que puede llevar a cabo la resistencia. Con pocos medios intentarán ir socavando el poder coreano, hasta poder trasladarse a San Francisco para enfrentarse a ellos a un nivel superior. Todo pinta excelentemente bien, pero el problema de HomeFront comienza, curiosamente, cuando el juego se pone en marcha. Bien, podríamos ser más concretos y decir que el modo Historia queda bastante por debajo de la calidad del modo Multijugador online, probado por el propio estudio en su anterior título 'Frontlines: Fuel of War'. El problema que afecta a HomeFront no es otro que el copiar descaradamente la mecánica y ritmo de juego de Call of Duty, pero además presentando un producto netamente inferior a nivel monojugador y técnico.
La historia, dividida en capítulos, nos llevará por varios escenarios muy reconocibles por su familiaridad. No estamos en medio de un campo de batalla al uso, sino en pueblos, zonas del extrarradio de las ciudades y en general escenarios que nos son familares a cualquiera de nosotros, aunque modificados por la situación extrema. Esto da más cohesión y cercanía con lo que pasa en pantalla, consiguiendo una inmersión superior. El diseño de niveles nos pondrá en situaciones distintas, desde enfrentamientos en zonas cerradas, pasando por apoyo defensivo, ataques a zonas de seguridad, eliminación a distancia con rifle sniper, etc Las situaciones se muestran dejándonos una sensación de 'ya visto', y no consiguen remontar el vuelo en ningún momento. A ello tampoco ayuda mucho el ritmo de la acción, por mucho que nos deje en ciertos momentos a nuestro aire, moviéndonos en camaradería y hablando con ciertos NPC's que no afectan para nada al desarrollo totalmente lineal de la acción y de la historia. De hecho, uno de los fallos más llamativos de HomeFront es no hacernos sentir casi en ningún momento protagonistas de la acción. No llevamos la iniciativa, sólo respondemos a los objetivos que nos marcan. Nos pasamos todo el juego siguiendo a un personaje, disparando, y volviendo a seguirlo hasta el siguiente punto. La repetitividad de esta mecánica de juego es tal que acaba por cansar al usuario.
Uno de los pocos puntos positivos que posee HomeFront en su modo Historia es el uso de 'Drones', como ocurría en su anterior 'Frontlines'. Con esos elementos, encontraremos escenas que disparan la acción hacia momentos que se salen un poco de realismo estricto que envuelve la acción en su mayor parte, dotándolo de ciertos aspectos originales. Por lo demás, como FPS que es, no mantiene una mezcla potente de situaciones peligrosas, IA enemiga y control 100% fiable que debería tener. El nivel de dificultad medio -en nivel Normal- es algo alto, pero no lo será precisamente por una IA bien perfilada y con múltiples acciones para afrontar un mismo suceso, sino por la cantidad de enemigos y su más que curiosa puntería. De hecho, nos encontraremos con situaciones en las que sabrán dónde estamos incluso sin ver cómo nos movemos por coberturas perfectamente escondidas. Por otro lado, son capaces de dispararnos y alcanzarnos casi sin mostrar nuestro cuerpo, pero al mismo tiempo las rutinas de ataque que se les han aplicado los hacen ir como corderos al matadero en fila india hacia una única puerta donde los esperamos arma en mano. El uso de granadas para hacernos salir de nuestras posiciones puede ser uno de los mejores ejemplos del trabajo llevado a cabo por Kaos Studios en cuanto a resolución de enfrentamientos con cobertura, pero al mismo tiempo son incapaces de devolver una granada que les hayamos tirado, ni siquiera casi de salir de su radio de acción. En este sentido, las sensaciones son encontradas pero por lo general, negativas.
Técnicamente HomeFront no alcanza un nivel brillante, aunque consigue dar una sensación robusta casi todo el tiempo. El motor gráfico pondrá en pantalla gran cantidad de elementos y personajes, con un texturizado que no alcanza un nivel aceptable en muchos puntos de los escenarios, con unos mapeados borrosos y de poca calidad. Por otro lado, los personajes sí poseen unos modelados de buen nivel, pero su gestión facial y la sincronización labial falla bastante. Veremos entornos muy recargados y otros con una gran extensión a la vista, aunque el efecto 'niebla' está presente en muchos momentos para que el engine sobrelleve de la mejor forma posible la cantidad de elementos y la gestión de partículas de las explosiones y los disparos, de un nivel más que bueno. El 'gunplay' se ve afectado por un control algo tosco y lento, sobre todo al girar y por culpa de un motor de colisiones defectuoso que nos dejará vendidos en más de una ocasión. Ya sea porque no somos capaces de sortear un simple peldaño o porque el nivel crea una de las típicas 'paredes invisibles' en sitios donde hay nada. Un recurso extraño que no favorece la jugabilidad en momentos críticos, donde necesitamos ponernos a cubierto para recuperar salud -autoregeneración, cómo no, la lacra de los FPS de esta generación- o simplemente para recargar. Además, en ocasiones el mismo motor de colisiones es injusto con un mismo hecho: es decir, un soldado que recibe un headshot cae fulminado a las primeras de cambio, mientras otro aguanta hasta 3-4 impactos en la misma zona y sin tener protección extra con respecto al soldado antes nombrado.
La aplicación de la luz en general cumple de manera efectiva, aunque hay momentos y aspectos muy mejorables. Para empezar, los cielos que envuelven los escenarios tienen una saturación de color demasiado elevada, restándole realismo y viveza. En las fases diurnas se ha conseguido que sea más efectiva la iluminación, pero en las fases de ataque nocturno no mantiene el nivel y muestra una luminosidad irreal para mantener una visibilidad que permita disparar y apuntar de la forma más precisa posible. Otro de los aspectos positivos se encuentra en el diseño de los personajes, los enemigos, los vehículos y los drones. Cualquiera de ellos posee una poligonización de buen nivel, un motor físico que cumple de forma eficaz (la fase del helicóptero es una buena muestra de ello) y una respuesta ajustada y rápida. Especialmente brillante es el nivel que transcurre en el puente de San Francisco, diríamos que el mejor de todo el juego por su buen diseño del entorno, lo bien aplicados y distribuídos que están los enemigos y el ritmo alto pero controlado de la acción. Por otro lado, las armas tienen unos modelados brillantes, aunque los texturizados siguen sin responder de forma eficiente (como casi todo en el juego, dando una sensación de borrosidad extraña). Su respuesta, cadencia de tiro y retroceso tienen claroscuros. Si bien por lo general responden de forma muy creíble, el retroceso no es algo que se haya cuidado en demasía, y veremos armas de gran calibre en las que no nos costará nada mantener una ráfaga de fuego continua sin perder el objetivo.
La duración del modo Historia será breve, sobre las 5-6 horas de juego. Es éste otro de los factores negativos del juego, sobre todo si tenemos en cuenta que no logra mantener un nivel de emotividad o de empatía con el usuario de forma continua. La falta de un ritmo alto en varias ocasiones, la linealidad total, la falta de carisma en los personajes o la poca libertad del jugador a la hora de decidir realizar algo juegan muy en su contra. Es divertido -muy divertido- en momentos puntuales, así como espectacular también en escenas concretas. Pero el nivel global y general del juego no desprende esa sensación épica o de protagonismo que sí consiguen otras producciones del género. HomeFront posee una buena base, un gran argumento que nos pone en una situación interesante, con objetivos por cumplir que podrían ser realmente atrayentes manejando mejor el ritmo de juego y el control de la acción en los tiroteos, algo tosco y que nos deja una sensación de estar 'por perfilar'.
Como decíamos antes, el motor gráfico es bastante robusto en general. El nivel de carga poligonal en algunos momentos es alta, y la tasa de frames se mantiene estable en casi todo momento. Sin embargo, encontramos que varios trucos o ausencias hacen que esto sea posible. Para empezar, veremos que en las fases con movimientos bruscos de cámara y gran cantidad de elementos en pantalla el juego puede tener alguna caída de cuadros por segundo. Por otro lado, para mantener estable casi en su totalidad la fluidez aunque tenga gran cantidad de personajes en pantalla sacrifica unos escenarios que no tienen casi elementos interactivos. No encontraremos casi construcciones destruíbles -excepto las explícitamente indicadas para seguir la acción-, también materiales que no podemos atravesar con los disparos (simples tablas de madera parecen de titanio puro) y que también afean un poco el resultado final. Por otro lado, las animaciones de los personajes en bastantes ocasiones son muy rígidas o no se han cuidado en demasía. Ver cómo nuestros compañeros giran en redondo, cómo caen los enemigos al ser alcanzados por los disparos, o simplemente no poder ver los brazos de nuestro personaje cuando sube por unas escaleras pero sí cuando es alcanzado y eliminado nos deja con la sensación de que no se ha puesto todo el empeño necesario para presentar un producto redondo. Las animaciones de las recargas mantienen una calidad reseñable, pero el movimiento de melé es totalmente irreal.
En definitiva, el modo Campaña de HomeFront posee luces y sombras, aunque éstas últimas ganan en demasía las comparaciones con otros juegos del género. El guión es interesante y atractivo, pero el desarrollo de la acción es limitado, repetitivo y con pocos momentos memorables. La utilización de drones y ciertos niveles bien diseñados pueden hacer que nos sintamos con ganas de más, así como algunas escenas espectaculares, pero por regla general no se ha cuidado mucho ni la mecánica de disparo, ni la IA de los enemigos, ni el ritmo de juego. Quizás con más niveles como el del puente de San Francisco por su calidad y diseño estaríamos hablando de un juego de un nivel superior globalmente hablando. Sin embargo, con una campaña muy corta, un nivel de dificultad que basa más su fuerza en la puntería exagerada de los enemigos que en sus propias acciones o diversidad de las mismas, y situaciones que restan realismo a la acción -como siempre, nuestros compañeros es imposible que mueran por mucho que les disparen a quemarropa- gracias a un uso y abuso de los scripts demasiado visible hacen de HomeFront un juego que 'podría haber sido y no es'. De hecho, si por algo puede ser recordado el juego de Kaos Studios es por su vertiente multijugador, el verdadero centro de diversión del título. Y es que se nota que los desarrolladores han tenido casi más en cuenta este aspecto que la optimización del modo Campaña, ya que la originalidad y las opciones de personalización brillan bastante por encima del modo monojugador.
El diseño de los niveles facilita mucho la diversión en cualquiera de los aspectos, ya sea por las partidas rápidas en los entornos pequeños, o por las decisiones estratégicas que nos permiten la inclusión de helicópteros o los drones, por ejemplo. Los modos de juego también añaden los clásicos 'capturar la bandera' o 'team deathmatch', disfrazados en los títulos 'Controlador de Tierra' y 'Muerte por equipos'. Con todo, encontraremos también su punto de innovación en el modo 'Comandante de Batalla', que jerarquiza los equipos y les da poder de decisión para ir a por un jugador específico del equipo contrario, mostrándose en el mapa para todos los soldados de nuestro bando. Este modo de juego incluye los dos antes nombrados, ganando un gran número de BP el jugador que logre acabar con el objetivo. Esta comunión que une los puntos de experiencia y los BP hace que el online de HomeFront sea especialmente adictivo y divertido. Si a esto le añadimos el perfecto ritmo que se ha conseguido con el diseño de los escenarios, nos encontramos con el contrapunto positivo a tanto defecto que añade el modo Campaña.
Nos queda claro -desde hace tiempo- que las compañías copian los éxitos superventas, vengan de donde vengan y utilicen los factores que crean convenientes. Eso no está mal, porque aparte de lograr un producto de calidad también es importante alcanzar la viabilidad económica del producto. Está visto estes años que los FPS bélicos siguen la estela 'Call of Duty', pero ni Medal of Honor (por ejemplo) anteriormente, ni el juego que hoy nos ocupa logran unos resultados que se acerquen. Al usuario medio aparte de gustarle la acción quiere que ésta sea de calidad, que recompense al jugador con historias bien hilvanadas y unidas a una jugabilidad satisfactoria. HomeFront lo logra, pero sólo en la parte multijugador, que resulta divertida, adictiva y llena de opciones instantáneas, en un 'caos controlado' donde todo lo que sucede en pantalla se ha llevado a cabo de forma inteligente porque las bases establecidas por los desarrolladores del juego online se amoldan perfectamente a sus posibilidades. No podemos decir lo mismo del modo Historia. Corto, repetitivo y lleno de momentos que ya hemos visto en varios juegos. La fórmula no es repetir lo mismo una y otra vez: el éxito y el reconocimiento de los usuarios llega en el momento en que presentas situaciones que, aunque ya vividas en otros juegos, aporten un aire nuevo en algún concepto. HomeFront se queda a las puertas de esto.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.