F.3.A.R.
A pocos meses de su lanzamiento, F.3.A.R. comienza a desvelar casi todos sus secretos. Tras el ya conocido modo historia cooperativo, se empiezan a desvelar los novedosos modos multijugador con los que contará la aventura.
Cada vez falta menos para poder disfrutar de F.3.A.R., tercera entrega de una franquicia que se ha ganado, por derecho propio, un hueco entre los mejores juegos de acción en primera persona de los últimos años. Esto se debe, en gran medida, a la excelente jugabilidad de la que hicieron gala las dos primeras entregas, pero también a ese toque de terror que pocos títulos han sabido fusionar con tanta maestría a una dinámica de juego en la que no suelen prodigarse los grandes sustos y sorpresas. Sin embargo, F.E.A.R. consiguió, desde su primera entrega, que Alma se convirtiese en la pesadilla de los jugadores al perseguirlos por pasillos, aparecer desde detrás de cualquier esquina o incluso jugar con nuestra percepción sensorial.
Tras el gran éxito de la primera entrega y la buena acogida del segundo capítulo, la tercera incursión en el universo de Alma no se ha hecho esperar y en Day 1 Studios ya están dando los últimos toques para un título que, ya desde el primer momento, ha conseguido sorprender a todos al reconvertirse en un juego basado fundamentalmente en el multijugador. Es bien conocido ya que la historia del juego estará protagonizada por dos hombres muy bien conocidos por los amantes de la franquicia: Point Man y Paxton Fettel. Dos enemigos acérrimos obligados a dejar a un lado sus diferencias para colaborar, aunque su alianza no será precisamente férrea. De hecho, las rencillas del pasado se plasmarán incluso en la jugabilidad, poniendo en las manos de los usuarios la posibilidad de ayudarse o no.
Recordemos que ambos son hermanos, y que Point Man tenía el objetivo último de eliminar a Fettel. Point Man era un súper soldado, con grandes habilidades y miembro de un escuadrón especial de asalto. Fettel, por su parte, poseía asombrosos poderes telepáticos, aunque los usaba para el mal y se dedicaba a matar inocentes con ellos. Aunque este último, debido a los sucesos del primer juego, debería estar ya muerto, el destino y alguna que otra ayuda externa le han permitido convertirse en una entidad no muerta. No solo eso, sino que sigue obsesionado con encontrar a Alma, aunque los motivos todavía no están claros. Para conseguirlo, deberá recurrir a la ayuda de una presencia más corpórea que la suya, su propio hermano, a quien, por algún motivo parece ser capaz de controlar.
Nos encontramos así con dos experiencias de juego muy distintas según el personaje que encarnemos, ya que cada uno de ellos tendrá sus propias habilidades y características. Es decir, si repetimos en la piel de Point Man tendremos un shooter en primera persona y haremos uso de diferente armamento miliar (algunas armas realistas, otras que se permiten alguna que otra licencia), además de nuestras ya conocidas habilidades extrasensoriales como la posibilidad de ralentizar el tiempo. Pero en cambio, Paxton Fettel será un gran desconocido, ya que se centra única y exclusivamente en sus habilidades telepáticas, aprovechando a mayores las ventajas de ser un ente no muerto.
Por ejemplo, puede lanzar por los aires a los enemigos, aturdiéndolos temporalmente, o poseerlos para que se ataquen unos a otros. Y lo más importante, puede ver puertas y pasadizos ocultos que solo él verá y de los que puede informar, o no, a Point Man. Es por eso que los usuarios pueden jugar unos con otros, dejando a un lado la colaboración para buscar el propio beneficio personal. Esto, junto a un nuevo sistema de cobertura más cuidado y elaborado, son las grandes novedades de un modo principal que, por lo demás, promete mantenerse fiel a las diferentes señas de identidad de la franquicia, como los grandes mechs o las situaciones terroríficas que nos harán estar en tensión constante durante la partida.
De hecho, para potenciar esa característica, en Day 1 Studios han ideado la posibilidad de que todas las partidas sean diferentes. Es decir, tras jugar una primera vez y que todo nos coja de nuevas, en la segunda partida cambiarán algunos elementos de los escenarios y los sustos y sorpresas se situarán en otros lugares, propiciando así que las emociones no se consuman todas en la primera partida y reservándonos una nueva forma de ver las cosas. Además, de este modo se eleva mucho la rejugabilidad del título, que nos invita a jugar varias veces la historia principal, además de contar con dos personajes muy diferentes y del modo cooperativo (también se puede jugar en solitario, claro está).
Pero, al igual que los dos capítulos anteriores, no podría faltar el modo multijugador, del que en los últimos días se han empezado a ofrecer detalles jugosos. Es de suponer que no faltarán a la cita los tradicionales modos deathmatch, pero el modo que se ha desvelado recientemente se antoja como una alternativa altamente interesante, que puede dar muchas horas de diversión y que se aleja bastante de las convenciones ya desde su nombre: "F***ing Run!". El propio modo de juego supone el mejor resumen a lo que será su dinámica, correr con todas nuestras fuerzas por intentar salvar nuestro pellejo. No solo eso, sino que nos veremos obligados a hacerlo en grupo, de nada valdrán las individualidades salvo para lastrar a todo el equipo.
Este modo multijugador está planteado para ser disfrutado por cuatro usuarios al mismo tiempo, y se trata como decimos de una experiencia cooperativa en la que el tiempo jugará en nuestra contra. El escenario es, en teoría, muy sencillo de presentar: tenemos ante nosotros una amplia ciudad, llena de soldados armados cuyo único objetivo es acabar con nosotros, aunque se dejen la vida en ello; al otro lado del mapa, una salida que debemos alcanzar lo antes posible. La complicación: que detrás de nosotros, constantemente a nuestra espalda, tendremos lo que se ha llamado un Muro que avanzará inexorablemente hacia nosotros y que, si nos atrapa, supondrá el final de la partida.
No se trata de un muro en el sentido estricto de la palabra, sino que simplemente es una manifestación física de la incontenible ira de Alma, representada en forma de gran tormenta de humo grisáceo en la que se podrán distinguir caras gritando de pura agonía y que desean que nos unamos a ellas. Por tanto, el objetivo es llegar hasta la salida antes de que nos atrape el Muro, pero sin perder a nadie por el camino, ya que solo valdrá que los cuatro jugadores sobrevivan. Afortunadamente, habrá puntos de control intermedios en los que podremos respirar unos instantes y reabastecernos antes de seguir adelante. Entran aquí diversas técnicas de juego, ya que para avanzar, matar soldados puede ser una dinámica muy lenta, pero si no acabamos con ellos se agruparán para acabar con nosotros.
Así pues, este modo se presenta como una variable muy táctica de la dinámica de juego tradicional, en la que el pensar rápido y tomar decisiones al instante, luchando por la supervivencia del grupo, serán aspectos básicos y clave de cara a la supervivencia final. Según parece, también habrá una puntuación final según lo bien que lo haya hecho el equipo. A pocos meses de su salida, F.3.A.R. se va confirmando como una propuesta férrea y muy a tener en cuenta, sobre todo por lo completa que parece que va a estar en lo que respecta a modos de juego, pero también porque promete mantener toda la intensidad, tensión y gran jugabilidad de las entregas anteriores. El 26 de mayo podremos comprobar si cumple con todo lo que promete.
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