Clásicos para las Navidades 2010
La llegada de las fechas navideñas propicia que dispongamos de más tiempo para jugar a videojuegos. Es lógico que lo invirtamos principalmente en nuestras más recientes adquisiciones, pero en Meristation opinamos que también es un momento idóneo para rescatar algunos clásicos. Os contamos algunas nuestras preferencias.
Llegan las navidades, y con ello mucho tiempo libre para poder disfrutar de nuestro pasatiempo favorito: los videojuegos. Como es lógico, la mayoría destinará estas horas de ocio para disfrutar de los lanzamientos más recientes, pero en Meristation creemos que también es un momento inmejorable para rememorar los clásicos de antaño. Por ello, como es tradición en la revista para estas fechas, nuestros redactores quieren compartir con vosotros una selección de los títulos que han marcado un antes y un después en sus vidas como jugadores. No nos hemos ceñido a ninguna plataforma, género ni época, así que lo que encontraréis a continuación es un listado ciertamente heterogéneo donde el único nexo en común entre los títulos que lo componen es su indudable grandeza. Por supuesto, también nos encantaría conocer vuestras preferencias personales, así que no dudéis en escribir en el foro para contárnoslas.
Este shoot'em up de scroll vertical fue desarrollado originalmente para los sistemas de 16-bit Atari ST y Amiga en 1989. Los padres de la criatura fueron los ingleses The Bitmap Brothers, creadores de la conocida serie Speedball y la estupenda aventura de acción y plataformas Gods. La secuela de Xenon fue un éxito instantáneo. Rápidamente tras su lanzamiento, maravilló al público y la crítica por su soberbio apartado técnico y jugable, cosechando numerosos galardones en las revistas de la época (incluyendo el de mejores gráficos, mejor sonido y mejor shoot'em up). Uno de los puntos más destacados de este matamarcianos futurista era la ingente cantidad de accesorios que se podían acoplar a tu nave para aumentar su capacidad destructiva. No era sencillo equiparnos con muchos de ellos simultáneamente, porque el título no era precisamente fácil, pero ya desde el comienzo de la partida podíamos hacernos una idea del enorme poder ofensivo que podíamos llegar a conseguir gracias al ítem Super Nashwan Power. Para el que suscribe estas líneas, otra de sus mayores virtudes era el logrado diseño de los enemigos, especialmente el de los ciclópeos jefes finales, muchos de los cuales estaban caracterizados con un extravagante aspecto orgánico. Xenon 2: Megablast no tardaría en recibir una adaptación para multitud sistemas, como PC, Sega Mega Drive, Sega Master System e incluso Game Boy. Si no lo hicisteis en su momento, os animo encarecidamente a que echéis unas partidas durante estos días. Ningún amante del género debería perdérselo.
Santi Seguí
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Ahora que podemos disfrutar del esperado regreso de la saga Castlevania gracias al buen hacer de los españoles MercurySteam, merece la pena recuperar uno de sus grandes títulos, Super Castlevania IV. Aparecido en 1991 para la 'Súper' de Nintendo, ya desde su lanzamiento se hizo con los corazones de todos los seguidores de la franquicia, acercando además el género de las plataformas y la acción de scroll lateral al gran público. Se trataba de un remake del primer Castlevania de NES aparecido cinco años antes, pero más largo, profundo y con un apartado técnico de lujo; los gráficos mostraban unos personajes muy detallados y unos escenarios grandiosos, con alardes técnicos que parecían de una generación futura - inolvidable esa fase dentro de un pasillo circular donde las paredes de piedra giraban a nuestro alrededor. La banda sonora tampoco se quedaba atrás, con temas clásicos remezclados de manera magistral. Exprimiendo ahora la nueva aventura de los Belmont, os animo a rebuscar entre los viejos cartuchos de Super Nintendo para vivir la auténtica esencia de la franquicia Castlevania; Drácula lo tendrá crudo estas Navidades.
Cristian Ciuraneta
Pablo González
Una de las suertes que he tenido este año es la de analizar, y disfrutar, de Donkey Kong Country Returns. Recuperar una de las franquicias más abrumadoras dentro del género de las plataformas y ver que la fórmula sigue plenamente vigente es una gozada. Retro studios ha hecho un gran trabajo, y de cara a un hipotético nuevo juego de la franquicia sólo tienen que fijarse en algunos detalles más del juego que recomiendo para estas navidades y que estoy rejugando desde la Virtual Console... Donkey Kong Country 2: Diddy's Kong Quest. Para mí, el mejor de la saga. Por esos escenarios diversos y preciosos acompañados de una banda sonora impresionante -la mejor- y un gran equilibrio entre el reto de superar fases combinado con sus secretos y bonus. Equilibrio perfecto. Nos acopañan todo tipo de animales que le dan variedad y diversidad a la mecánica jugable en un juego que potencia al máximo la fórmula original que presentó el primer Donkey Kong. Y además, es un plataformas al que no le pesan los años. Comprobadlo sino desempolvando la Super Nintendo o pasando por la Virtual Console de Wii.
Salva Fernàndez
Con el lanzamiento de The Oddbox se me ha brindado la oportunidad de volver a jugar a la que otrora iba a ser pentalogía de Oddworld Inhabitants y que avatares del destino (y mala elección tanto de los momentos de lanzamiento como de las plataformas) acabó con ella antes de tiempo. Sin embargo, en el artículo de clásicos navideños de este año me centraré en el primero de los juegos por los grandes recuerdos que guardo de él en mi infancia. Abe's Oddysee es un plataformas con vista lateral en el que el protagonista es un extraño ser llamado Abe, trabajador de una fábrica de conservas y cuya raza está condenada a ser el próximo plato de una civilización que no tiene reparos en acabar con una especie entera para disfrutarla en su plato. Abe se embarca entonces en su propia odisea, como bien reza el título, en la que no solo tiene que escapar de horribles enemigos contra los que poco puede hacer, sino que también debe intentar rescatar a sus compañeros. Uno de los elementos que destacaría de esta aventura son sus cinemáticas, cargadas de ternura en ciertos momentos y terror en otros ante el peligro inminente, que consigue que nos encariñemos con el delicado ser que controlamos en pantalla. El juego se divide en zonas muy pequeñas conectadas entre sí por los extremos y prescinde del desplazamiento automático de la cámara, manteniendo un aire aún más clásico si cabe en una época en la que la moda eran las tres dimensiones. En el plano jugable fue absolutamente rompedor en su época, con un nivel de originalidad en sus puzles pocas veces visto, menos aún en el género, y realmente desafiante a cada paso que dábamos. De hecho, no hay barras de vida ni nada por el estilo, con ser alcanzado al menos una vez se muere al instante y los puntos de control son más bien escasos. La única habilidad de Abe es el canto, que le permite poseer a ciertos enemigos y abrir portales para dejar escapar a los Mudokons, como así se llama su raza, con lo que aún es más complicado si cabe avanzar. Y por si fuera poco, no basta con llegar al final, sino que si queremos desbloquear un desenlace feliz para nuestro héroe hay que haber rescatado al menos a 50 Mudokons. ¿Os veis capaces de conseguir el final bueno? Pues Steam os da una nueva oportunidad de recuperar uno de los mejores títulos de los años 90. No lo dejéis escapar, no os arrepentiréis.
Fernando Borrego
Era tradicional en los juegos de rol occidentales que el jugador se encargara de capitanear a un grupo completo de aventureros, aprendiendo a usar sus respectivas fortalezas para compensar sus debilidades individuales, convirtiéndolos en un engranaje perfecto para aniquilar desde pobres kobolds a poderosos dragones. Esa tradición se está perdiendo paulatinamente, a medida que el rol occidental se centra bien en el héroe omnipotente y solitario, que no necesita ayuda de nadie para vencer cualquier peligro, o en el MMO, donde la dinámica de grupo está supeditada a algo a veces tan complicado como conseguir que cinco personas colaboren entre ellas. Es por ello que esta época, aprovechando el frío y el tiempo libre, permita que el viento de la nostalgia me lleve a las congeladas costas de Icewind Dale, para saborear una vez más lo que es un juego de rol con un combate complejo y rico en posibilidades, para reaprender lo que significa coordinar a un grupo de aventureros en medio de peligros imposibles y, por supuesto, para volver a disfrutar de las inmortaes composiciones de Jeremy Soule.
Francisco Alberto Serrano
Muchos han sido los clásicos de aventuras gráficas que hemos recomendado y comentado con cariño en Meristation, mayoritariamente a las antiguas aventuras en 2D y point'n'click. Este año queremos rendir homenaje a una extraordinaria aventura escrita y diseñada por Tim Schafer, que apostó fuerte por una nueva tecnología como eran las 3D: Grim Fandango. LucasArts abandonaba en 1998 su tradicional motor SCUMM, a favor del nuevo GrimE basado en el lenguaje de scripting LUA y que permitía el salto a las 3D y el cambio de control exclusivamente por teclado (un adiós temporal al sistema clásico point'n'click). A pesar de las buenas críticas, el juego pasó sin pena ni gloria a nivel de ventas, lo que propició el abandono del género tras la salida de Escape from Monkey Island. Lo que sí es cierto, es que aquellos que le dimos una oportunidad disfrutamos como pocos con una historia extraordinaria con una elaborada trama de suspense, corrupción y mucho humor, siguiendo los pasos de Manny Calavera por la Tierra de los Muertos. Con el tiempo, la historia sí ha hecho justicia y ha encumbrado el estupendo trabajo de LucasArts al nivel de clásico. Un clásico que absolutamente nadie se debería perder.
Sé que muchos de los lectores que ahora posan sus ojos sobre este título se preguntarán algo así como: ¿qué sentido tiene jugar a la primera entrega de un título cuyo mayor valor exponencial se ha obtenido, precisamente, este año y tras innumerables meses de espera? Todo clásico tiene un aroma particular, activa el interruptor de la nostalgia en nuestra cabeza. Pocos tan míticos como Gran Turismo, simulador que comparte alguna que otra analogía con el vino: pasa el tiempo, pero su calidad sólo mejora. No son 1000 coches, tampoco 500 circuitos, no hay 900000 competiciones, pruebas de resistencia ni la posibilidad de jugar online. Lo que sí tiene es algo que, en opinión del que suscribe este párrafo, ningún otro simulador de la historia ha sido capaz de conseguir: una fidelidad a la conducción 'real' que todavía sirve como pista de pruebas para que pilotos y grandes figuras del automovilismo saquen el mejor rendimiento de sus actuaciones. Si no tienes una PS3, o si el dinero no permite realizar la inversión de turno, Gran Turismo (en cualquiera de las 2 ediciones de PSX) satisfará todos tus deseos. Si eres de los incrédulos, dale una oportunidad. No te arrepentirás.
William Van Dijk
Estas navidades aprovecharé mis horas jugables para disfrutar y reivindicar un auténtico juegazo lanzado en 1999 para la primera PlayStation, el cual en su momento pasó sin pena ni gloria por el mercado con total injusticia, convirtiéndose así en otra víctima más de la obsesión tridimensional y poligonal vivida por entonces. Se trata de Yoyo's Puzzle Park, juego de plataformas 2D desarrollado por Irem (mayormente conocidos por la franquicia R-Type), de corte similar a los Bubble Bobble, Snow Bros., Tumblepop Así, nos encontramos ante un plataformas 'de pantalla a pantalla' en el que debemos superar una serie de niveles carentes de scroll mediante el expeditivo método de eliminar a todos los enemigos que aparezcan ante nosotros. Como suele ser habitual en el género, el arma estándar de nuestro personaje no mata a los enemigos, solo los inmoviliza durante un periodo corto de tiempo, así que deberemos cogerlos y lanzarlos hacia una de las muchas bombas que salpican los niveles para así eliminarlos por completo, cuidando en el proceso de que nuestro personaje no sea alcanzado por la onda expansiva de los explosivos (¿Alguien dijo Bomberman?). En definitiva, jugabilidad absorbente y a prueba de bombas (nunca mejor dicho), apartado audiovisual simpático y entrañable, decenas y decenas de niveles con los que divertirnos durante horas Ojalá se le diera a este clásico una segunda oportunidad en la PS Store ahora que la obsesión poligonal ha descendido a niveles tolerables.
Joaquín Relaño
Qué mejor época del año que esta, donde nos reunimos con la familia, para echar unas risas y unos piques antológicos a pantalla partida para 4 jugadores con el mejor juego arcade de karts que ha visto la saga de consolas PlayStation. El marsupial de Naughty Dog cogió la fórmula del genial Mario Kart -bien, en esto no ha sido muy original que digamos- pero le dió unas vueltas en su modo Aventura para hacerlo diferente (con su recolección de manzanas como en los títulos de plataformas de la saga), nos puso multitud de desafíos y secretos, distintas cilindradas que conforman los niveles de dificultad, modo Batalla, y un apartado técnico muy potente para su época. Pero como decíamos antes, si por algo se ha hecho legendario este juego, es por su multijugador local para 4 personas. La suavidad del motor no se resiente en ningún momento, y el diseño de los circuitos es realmente brillante. Pero con esto no bastaría: es diabólicamente divertido, y las carreras -o torneos, si queremos configurar varias carreras por puntos- son el despiporre asegurado. Un gran juego para disfrutar en familia estas navidades, seguro que nadie se sentirá defraudado.
No ha sido este el año de Bizarre Creations, según se rumorea el último de una compañía que ha contado con el beneplácito de los usuarios desde sus inicios, gracias a diversos títulos de gran calidad, sobre todo en el género de la conducción. Precisamente, en este 2010 cumplió una década Metropolis Street Racer, una aventura conjunta de Bizarre y Sega que impulsó a la compañía británica al panorama internacional; el primer capítulo de lo que, ya bajo el auspicio de Microsoft, sería Project Gotham Racing. Ha pasado mucho tiempo, pero la magnificencia de MSR sigue intacta. Volverse a poner al mando de Dreamcast y dejarse llevar por la excelente jugabilidad, el soberbio sistema de kudos, la recreación perfecta de entornos y vehículos es una experiencia imborrable que sigue dejando un gran sabor de boca hoy en día. El hecho de este juego se mantenga firme en todos sus apartados, aún a pesar de las bestias que han salido al mercado en el género, demuestra la genialidad de Bizarre y las excelencias de un título que se ha convertido en leyenda viva de los juegos de carreras.
Ramón Méndez
La difunta Dreamcast nos brindó auténticas joyas que quedaron grabadas a fuego en nuestras retinas. Un claro ejemplo es Jet Set Radio, desarrollado por Smilebit, que se conforma como una muestra de la grandeza de una Sega de antaño a la que el público no le perdonó los errores del pasado. Ambientado en la ficticia Tokyo-to, nos poníamos en la piel de unos grafiteros con el cometido de dejar huella en la ciudad, mientras nos enfrentábamos a bandas rivales y al gobierno, que no dudaba en desplegar toda su artillería de una forma surrealista para tratar de frenar esta clase de actos vandálicos. Una gran banda sonora y una jugabilidad magnífica, al servicio de un diseño de niveles satisfactorio, fueron solo algunas de las claves de su éxito entre la crítica. No fue el primer título que hacía uso del cel-shading, pero sin duda fue un importantísimo impulsor de este peculiar estilo. Mientras esperamos a que se cumplan los rumores que apuntan a un relanzamiento para las plataformas actuales, mediante los servicios de distribución digital, nosotros volvemos a montar nuestra añorada consola para disfrutar igual que ya hicimos hace diez años con un excelente juego que será recordado como un gran clásico, aunque en su momento las ventas no le acompañasen como realmente se merecía.
Xevi Costa
Recuerdo como si fuera hoy mismo que allá a principios del 2006 salió el primer video del para entonces último Elder Scrolls, Oblivion. La cámara se apartaba de un camino en lo alto de una colina, bordeaba unas antiguas ruinas, y nos descubría a lo lejos, bañada en su totalidad por el lago Rumare, la imponente Ciudad Imperial. Ha llovido mucho desde entonces, muchísimo, tanto que los caminos de la provincia son un vago recuerdo. Así que estas navidades he decidido salir de mi retiro en mi hermosa casa de Anvil, bajaré al puerto, y en una de sus tabernas planificaré mis últimas navidades en Cyrodiil. A caballo echaré un profundo vistazo a la Costa Dorada porque no sé cuando volveré, si vuelvo. Ignoraré el cruce de Kvatch, para llegar pronto a Skingrad. Me dejaré saludar por sus estandartes rojo y negro mientras degustaré uno de los famosos vinos que producen los hermanos Surilie a las puertas mismas de la ciudad. Seguiré mi camino hasta la Ciudad Imperial, necesito ofrecer mis respetos en el Distrito de los Templos por tantas y tantas cosas. Pasaré la noche en mi hostal preferido, el Merchants Inn en el Distrito del Mercado, ideal como punto de partida a un sin fin de tiendas de todo tipo que me serán útiles para compras de última hora. Al amanecer, partiré hacia el Norte, a Bruma, mientras en la distancia observaré como se hace más y más pequeña la capital del imperio. Por las calles nevadas de Bruma buscaré señales de una cultura que en el futuro será muy familiar. Descansaré allí, en una de mis casas pasando mis últimas navidades en Cyrodiil, antes de partir más al norte si cabe, en un viaje de poco más de once meses hacia Skyrim.
En un año en el que la crisis que azota al J-RPG se ha hecho manifiesta en el exponente máximo del género como es Final Fantasy -por partida doble además, en FFXIII y XIV-, estas navidades voy a pasar mis días de relax en compañía de un título que me recuerda ese esplendor pasado, perdido por los juegos de rol japoneses. Hablo de Lost Odyssey, en mi opinión, el mejor J-RPG de la presente generación, donde Hirobonu Sakaguchi, padre de Final Fantasy, despliega esa magia que durante tantos años hizo especiales a los títulos de Squaresoft. Sakaguchi demostró con la historia de Kaim, el eterno hombre de los 1.000 años, cómo el talento está en las personas, no en las franquicias de renombre. Contando además con las melodías de Nobuo Uematsu, y siendo largo, emotivo, profundo en sus personajes, y jugablemente, con sistemas de combate y magia herencia directa de los más grandes Final Fantasy, Lost Odyssey es el único título que me ha hecho evocar las mismas sensaciones que hace más de 15 me arrancó FFVI. Espero que también lo haga en vosotros.
Ahora que la siempre genial Naughty Dog nos ha regalado uno de los anuncios y trailers de las navidades, Uncharted 3: Drake's Deception para el 1 de noviembre del año que entra, rejugarse la primera entrega de esta joven y ya importante saga era casi una obligación para un plataformero asiduo como yo. Mientras esperamos más noticias o ver qué localizaciones exactas enmarcarán los saltos y tiroteos del bueno de Nathan Drake en su tercer juego, los templos y selvas sudamericanas de El Tesoro de Drake serán uno de mis destinos para estas vacaciones navideñas. Es un placer repasar los pilares de la franquicia que ha sabido mezclar dos géneros aparentemente distantes y que tan buenos resultados nos ha dejado en sus dos primeros capítulos. El nuevo tráiler no ha hecho más que dejarnos con ganas de descubrir qué hay bajo los pies del protagonista y tanta arena desértica. ¿Templos egipcios, ruinas de oriente medio, palacios árabes? Mientras esperamos más información, ir en busca de El Dorado o la Piedra Chintamani meparecen las mejores opciones para estos días.
Javier Andrés
Muchas veces decimos aquello de que los juegos clásicos eran mucho más originales, y ejemplos como éste cumplen perfectamente con dicha afirmación. La desaparecida The 8th Day supo llevar la discusión más antigua de la historia a su máxima expresión, en forma de videojuego... la guerra de sexos. Gender Wars era un juego de acción estratégica en el que controlábamos comandos de alguna de las dos facciones posibles, hombres o mujeres, en un futuro en el que los dos géneros han decidido llevar sus vidas separados. La intención de uno y otro bando es asaltar las reservas de fertilización del otro, consiguiendo los componentes necesarios para hacer crecer su población mediante ingeniería genética sin tener que recurrir a los obsoletos y tradicionales métodos de reproducción que implicaban contacto físico. Un título que recuerda mucho a UFO: Enemy Unknown en su estética, y a Syndicate en su desarrollo dado que comandamos escuadrones de hasta 4 hombres o mujeres, armados hasta los dientes y dispuestos a cumplir su objetivo aunque ello les acarree la muerte. Se completa, incluso, con ligeros toques de rol ya que podemos escoger los integrantes de cada grupo de asalto, mejorar sus características, elegir el armamento... en una campaña dividida en misiones de todo tipo, tanto de ataque como de sabotaje o captura. Vista isométrica y gráficos coloridos, con entornos llenos de detalles y mapas de grandes dimensiones repletos de enemigos a los que atacar. Desde luego, una de las formas más sanas de zanjar la eterna discusión por la superioridad de géneros sin tener que temer la bronca posterios de nuestras parejas y, sobre todo, un clásico en toda regla para recordar en las fechas que se acercan. Eso sí, posiblemente os tengáis que hacer con algún tipo de programa que os permita ejecutar los viejos títulos para DOS en vuestros equipos más modernos, o bien desempolvar vuestro viejo 486... si es que aún arranca.
José Álvaro Sañudo Díaz
Hace alrededor de un par de semanas tuve la ocasión de charlar sobre videojuegos con el hijo de una amiga mía que ahora tiene 12 años. El hijo, no la amiga, claro está. Hubo muchas cosas que me sorprendieron de esa conversación, especialmente viniendo de alguien de la generación PS3. Así que tuve a bien enseñarle un poco de historia de nuestra afición favorita, a modo de vuelta a los orígenes. Se quedó con la boca abierta con muchos títulos, sorprendido por mis afirmaciones de que esos eran los mejores gráficos de la época, pero me percaté de que la jugabilidad de muchos de los títulos seguía vigente. De todos los que puse, sobresalió el genio de Konami - que tantas y tantas satisfacciones nos dejó en los 80 a los poseedores de un MSX - y King's Valley 2: la secuela de uno de los grandes juegos de acción y puzle de la firma nipona hoy más famosa por PES y Metal Gear. Armados de picos y taladros pero especialmente por nuestro ingenio, nuestro protagonista debía abrirse paso por decenas de niveles repartidos en arias pirámides. No debemos temer tanto a los enemigos que aparezcan por las fases sino a equivocarnos en la planificación de los agujeros, que nos obligaría a volver a repetir la fase. Actualmente pudiéndose disfrutar en emuladores para cualquier PC, King's Valley 2 es un imprescindible título de escritorio que pienso volver a terminar estas navidades en esos ratos muertos de espera. Un clásico perenne.
Sergi Blanch "Motenai"