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Las decepciones de 2010

A pesar de tener un año excepcional a nivel de juegos, el 2010 también cosecha algunas decepciones. Productos que no cumplieron las cotas que se marcaron o que, sin dejar de ser buenos juegos, se esperaba mucho más de ellos. Repasamos los juegos que a nuestro entender no han sido lo que deberían. O lo que pretendían. La otra cara del 2010.

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Incluso en un año como el que ya se acaba, hay juegos que podrían haberlo hecho mejor. Hace justo doce meses hablábamos de tener ante nosotros un 2010 que pretendía ser el más grande de toda la generación y uno de los años más importantes en general dentro de la industria. Los motivos eran claros: nombres de franquicias conocidas, muchas -por no decir todas- empresas importantes preparando proyectos que debían ver la luz durante estos doce meses y una suma de marcas en todas las consolas que hacía pensar en lo mejor. De hecho, el 2010 se puede decir que no ha decepcionado, y desde la redacción lo consideramos como el gran año de la presente generación junto al excepcional 2007. Pero no es oro todo lo que reluce.

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De cara al próximo 2011 parece ser que la cosa seguirá viento en popa, con proyectos más que interesantes por conocer de primera mano y con juegos que seguirán nutriendo esta larga generación de consolas. Pero si echamos por un momento la vista atrás, nos damos cuenta que ha habido algunos productos que no han llegado a cumplir con las expectativas que se crearon en su entorno. Son la cara B de un año en el que Starcraft II, Red Dead Redemption y Super Mario Galaxy 2 han triunfado -por este orden- en la redacción de Meristation. Junto, eso sí, nombres tan importantes como Mass Effect 2, God of War 3, Gran Turismo 5, Halo Reach o Donkey Kong Country, por citar algunos. Una lista abrumadora que podría haberse ampliado con otros títulos.

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Ha sido un año especial en el que algunos juegos se han escapado de las manos en los últimos momentos. El genial Kirby's Epic Yarn, por ejemplo, no lo hemos podido disfrutar en Europa. No es la única ausencia destacada. Hay otra, como supone LittleBigPlanet 2, que también se fue al 2011 por sorpresa. Serían dos de algunos de los nombres que se han echado en falta en nuestro territorio, aunque en un año en el que los juegos han salido en cantidades industriales, acompañados también de una calidad más que destacada, es un mal menor si lo comparamos con otros períodos en los que ha habido más tranquilidad de la cuenta. Que en este 2010 lo cierto es que no ha sido el caso.

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¿Cómo hemos elegido a los juegos que nos han decepcionado este 2010? Fácil. Nos hemos basado en distintos elementos para considerar a un producto una decepción. Principalmente, tener en cuenta lo que esperábamos de esas franquicias, ese nombre de peso o esa compañía desarrolladora que estaba detrás. Un juego que promete por alguno de estos elementos, por todos a la vez incluso, pero que no cumple con las expectativas generadas. También, claro está, por lo que se nos había prometido o las cotas a las que quería llegar la compañía en cuestión. Y que no se hubieran cumplido. Juegos, en definitiva, que tenían premisas importantes para entrar en una zona noble de este 2010 pero que por uno u otro motivo no ha acabado siendo así.

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Sin más, dejamos nuestras trece -número gafe- decepciones de 2010, en contrapunto a los nominados a Juego del Año que pudimos ver la pasada semana, con Starcraft II: Wings of Liberty coronado como el mejor de todos por la redacción de Meristation. Aclarar, antes del disparo de salida, que decepción no significa, en algunos casos, que sean malos juegos. Sino que, simplemente, no están a la altura de lo que esperábamos o se quedaron a medio camino respecto lo que pretendían. Estos que vienen son los nuestros pero… ¿y los vuestros? ¿Cuáles han sido las decepciones del año para vosotros?

13. Dark Void
(PC, Playstation 3, Xbox 360)

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Durante mucho tiempo, Dark Void era una franquicia muy importante en el seno de Capcom. Desde que se presentó el proyecto, no sin fisuras y problemas arrastrados mes a mes, la nueva franquicia de la compañía creadora de obras como Street Fighter o Megaman iba tomando forma para convertirse en uno de los bombazos de principios de 2010. Capcom estaba convencida del éxito de su producto, que promocionó largo y tendido en todo tipo de feries y encuentros con la prensa. Un juego de acción en tercera persona con fases aéreas que pretendía cambiar la forma de vivir los disparos que se había visto hasta el momento. El resultado fue uno de los primeros batacazos del año por distintos motivos, siendo mucho mejor el juego-precuela salido en WiiWare que el producto con el que Capcom intentó asaltar Playstation 3, Xbox 360 y los compatibles.

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El principal problema que tenía Dark Void se encontraba en su olor a genérico. Un shooter con zonas de cobertura poco inspirado en los diseños de niveles, con un apartado técnico flojo para lo que estamos acostumbrados en 2010 y con fallos técnicos importantes. La IA enemiga, casi inexistente; un desarrollo precipitado y poco interesante; un sistema de juego clon en muchos aspectos de grandes del género y para terminar unas fases aéreas que salvaban un poco los muebles pero que no podían equilibrar un juego con muchos problemas. Por no hablar de la batalla final de Dark Void, que ejemplifica a la perfección lo poco pulido que salió el producto. A pesar de tener tanto tiempo de desarrollo detrás.

12. Michael Jackson Experience
(Wii)

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El adiós de Michael Jackson, el Rey del Pop, supuso un varapalo importante a nivel musical. A pesar de ello, lo mejor que dio el cantante al mundo fueron sus incontables temas en una carrera tan exitosa como tormentosa fue su vida personal. Se hicieron documentales, nuevos recopilatorios… y cómo no podía ser de otra manera, un videojuego. Michael Jackson Experience es el homenaje que la industria con la que estuvo ligado con el rey del pop, quién no recuerda un juego como Moonwalker o la relación que tuvo con la banda sonora de uno de los Sonic de Sega, en el pasado. El resultado, a pesar de usar unas bases que comercialmente supondrán un probable éxito, se aleja de la grandeza de la figura de Jackson. A nivel musicial, naturalmente.

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Michael Jackson Experiencie bebe directamente de la fórmula que el bombazo de ventas Just Dance proponía: canciones de discoteca, wiimote de por medio y bailes virtuales. El problema, a pesar de tener una tracklist envidiable si tenemos en cuenta la trayectoria del cantante, es que el movimiento es tan descaradamente comercial que el juego de Ubisoft desaprovecha claramente el potencial de la marca. Sólo se centra en movimientos de baile de Jackson, pero deja atrás cualquier otro elemento. Producto limitado que se puede terminar en una tarde, que tiene algunos problemas para reconocer algunos movimientos y que no se ha trabajado como se debería, faltando cosas como un sistema online o contenido desbloqueable que dé motivos al jugador para seguir disfrutándolo.

11. The Fight
(Playstation 3)

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Para asegurarse que Move se viera con buenos ojos en toda la comunidad, y no sólo se enfocara este producto a jugadores más ocasionales, Sony presentó uno de los juegos más atractivos, a priori, para el añadido jugable. The Fight representaba un título adulto de todas todas, con estética oscura, peleas callejeras y sangre. Elementos atractivos a priori que dejaron paso a la decepción por ver como se había ejecutado finalmente los elementos del producto de Coldwood Interactive. Partidas donde pelearnos, aprender golpes y aumentar nuestro dominio de los puños quedan en agua de borrajas cuando poco a poco nos damos cuenta que el juego se podría haber incluido en un recopilatorio como Move Sports, debido a la poca profundidad que ofrece.

The Fight pierde puntos en distintos elementos básicos para un videojuego. Nos encontramos con una propuesta que más allá del envoltorio no permite cubrir eso que se quería cubrir en Move desde un inicio. El mando no responde como debería en muchos momentos, y a eso se le añaden problemas de detección de movimiento de la cabeza o el hecho de estar calibrando todo el rato Move, de manera que lo hace algo tedio de disfrutar. Si le sumamos que el sistema que emplea el juego no es demasiado profundo, ni tampoco hace brillar con luz propia el nuevo sistema de movimiento de Sony, el resultado acaba siendo el que es: una buena propuesta que no se ejecuta como debería.

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10. Call of Duty: Black Ops, versión PC
(PC)

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Los usuarios de compatibles ya mostraron su descontento con el trabajo realizado en Modern Warfare 2 para su plataforma. Parece ser que en esta nueva edición, de la mano de Treyarch, el resultado sigue siendo inferior a lo que se esperaba. Lejos quedan de Modern Warfare, juego referente en el ámbito competitivo y que sigue vigente después de dos intentonas para convencer al usuario de PC sin éxito. A pesar de intentar solucionar los errores de Infinity Ward, lo cierto es que el nuevo Black Ops, en PC, sigue arrastrando otros problemas que lo alejan de lo esperado. Black Ops ofrece la misma campaña intensa vista en consolas y también una enorme cantidad de modos de juegos. Pero no es suficiente a día de hoy con esto en compatibles.

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Y es que aunque se haya apostado por los servidores dedicados, los bots y la posibilidad de dar soporte a futuros mods, hay un problema grave que lastra su experiencia: el rendimiento. El motor gráfico, algo estancado y que a pesar de ser efectista no es despampanante, no está a la altura de la plataforma, aunque otros casos sí la tengan en cuenta como se debe (como por ejemplo, Metro 2033). Partiendo de esta base, que no aprovecha las capacidades de las últimas tecnologías, el rendimiento ofrece muchos altibajos en la tasa de frames que no se pueden concebir en una plataforma donde en temas de potencia va sobrado.

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9. Dragon Ball: Raging Blast 2
(Playstation 3, Xbox 360)

Es una franquicia casi eterna, y eso hace que el éxito comercial parezca asegurado de momento. De un Dragon Ball se esperan muchas cosas. Primero porque se llevan más de quince años publicando juegos sobre las aventuras de Goku, y segundo porque se consiguieron puntos tan álgidos en Playstation 2 con Tenkaichi 3 y Budokai 3 que parecía que el camino estaba perfectamente indicado. Nada más lejos de la realidad. Raging Blast 2 es la secuela de los juegos seguidores, espiritualmente, de la rama Tenkaichi. Pero la fórmula sigue anclada de tal manera que ni los fans de Dragon Ball pueden estar satisfechos después de ver como año tras año se intenta colar un videojuego sobre la franquicia con un pequeño lavado de cara. Y poco más.

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Usar la misma base jugable, desfasada y poco profunda salvo algunos nuevos elementos, suena a querer sacar tajada. Más todavía cuando después de tener un plantel de personajes como el visto en Tenkaichi 3, parece ser que ahora se haya reiniciado de nuevo, con menos luchadores y apareciendo poco a poco otos que ya estaban en juegos más viejos. Sin modo historia de por medio, y con menos posibilidades respecto a su primera entrega, la franquicia necesita un vuelco. Y más teniendo en cuenta como se ha realizado el trabajo en otra licencia manga como es Naruto, que tiene una recreación virtual convincente, fiel a la saga y excelente como videojuego a secas.

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8. Quantum Theory
(Playstation 3, Xbox 360)

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Apuntarse al género de los shooters en tercera persona es una constante en esta generación. El golpe encima de la mesa lo hizo Epic con Gears of War, un juego que marcó una tendencia clara en los productos venideros. Diseño de niveles, sistema de coberturas, variedad de armas y situaciones… todo ha sido clonado o fuente de inspiración en otros juegos. Tecmo se lanzó a la piscina en un género con el que no se le relaciona especialmente mediante Quantum Theory. Pero lo que tenía que ser un Gears of War a la japonesa acabó en otro fracaso. Poc inspirado, con demasiados elementos similares, ya no sólo a nivel de diseño, respecto al juego de Epic y con un desarrollo alejado del excelso trabajo que hay detrás de las aventuras de Marcus y Dom. Quantum Theory, el asesino asesinado.

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Además de ser un burdo clon de Gears of War, hay otros elementos que lo destierran entre las decepciones del año. Estos tienen que ver con algunos problemas de control y de apuntado que pueden llegar a frustar, además de un desarrollo repetitivo hasta la saciedad. No sólo a nivel jugable, sino también en la variedad nula de escenarios que tiene. Un producto hecho con pocas inspiración que acaba, además, preso de sus propios fallos. Todo lo que prometía acaba desdibujado en un universo sin carisma ni particularidades que lo alejen del concepto de videojuego ‘genérico' dentro de los shooters en tercera persona.

7. Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas
(Playstation 3, Xbox 360)

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Hablar de Prince of Persia es hacerlo de uno de los nombres clásicos de los videojuegos. Una estrena por todo lo alto en compatibles, algunas secuelas y un largo silencio hasta la trilogía que Ubisoft sacó a la venta durante la pasada generación de consolas. Entre esos tres títulos destacaba el primero, Las Arenas del Tiempo, por ser una gran puesta al día de la fórmula del Prince of Persia original traspasado a las tres dimensiones, con muchas plataformas y acción. Una aventura excelente que luego tuvo dos iteraciones seguidas basadas mucho más en la acción y en el combate cuerpo a cuerpo. Las Arenas Olvidadas llegó para recuperar esa fórmula, después del controvertido Prince of Persia cel-shading que a pesar de tener grandes virtudes arrastraba algunos problemas, relacionados por ejemplo con la dificultad del título.

El juego aparecido este año aprovechaba el tirón de la película de Prince of Persia, aunque uno y otro producto poco tenían en común. Las Arenas Olvidadas, por desgracia, y a pesar de ser un juego interesante al ofrecer un tipo de desarrollo que no se estila demasiado en la generación de los disparos a mansalva, no llega a la altura de Sands of Time. Su propuesta es bastante similar, con las plataformas como principal reclamo, pero el diseño de niveles peca de ser demasiado simple en algunos momentos y de no gozar de la brillantez de antaño. Sin ser mal juego, bastante recomendable a quienes les gusten las aventuras con plataformas de por medio, no supone el impacto que obtuvo en la pasada generación ni tampoco tiene la frescura de antaño.

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6. Crackdown 2
(Xbox 360)

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Uno de los títulos más queridos para los usuarios de Xbox 360 respondía a este estilo de sandbox desenfadado, basado principalmente en la acción a raudales, que supuso Crackdown. Bajo la piel de un polícia con distintos poderes luchaba contra la mafia y el crimen de la ciudad. Divertido, vistoso técnicamente y muy adictivo. Crackdown tenía una secuela en camino, donde se podía mejorar en todo lo que se había fallado y ampliar la oferta con mucha más variedad. Pero Crackdown 2, uno de los exclusivos presentes en las listas de deseados para 2010, no acabó cumpliendo con las expectativas que se generaron a su alrededor. A las pocas mejoras tanto técnicas como de inteligencia artificial se le añadieron otros problemas.

Crackdown 2 se hizo de tal manera que se disfrutara casi sólo con jugarlo de manera cooperativa. Algo que no tiene por qué ser malo, pero que se unía a elementos más problemáticos. Un ritmo de juego que decae según qué misiones, un diseño de misiones muy poco inspirado y un avance casi nulo en la fórmula del primer Crackdown. Si se es continuista, pero sin solucionar según que contratiempos y además se le añaden otras contras, al final el resultado es un juego que se esperaba con ganas pero que acaba por debajo de lo que podría haber llegado a ser. Se esperaba más de Crackdown 2, pero sobre todo mejores cosas que las que ofrece.

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5. Star Wars: El Poder de la Fuerza II
(PC, Playstation 3 y Xbox 360)

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Star Wars es otra de las grandes franquicias cinematográficas que está muy arrelada a los videojuegos desde hace muchos años. Lo último de LucasArts tenía que ver con Starkiller, un supuesto aprendiz del mismísimo Darth Vader. La premisa, inmejorable. La primera parte, con muchos elementos que chirriaban. Eso no impidió que fuera un auténtico éxito comercial, ya que el argumento era excelente y un gran reclamo, el universo estaba bien recreado y la fórmula, acción variada, una golosina en la puerta de un colegio. La segunda parte mejora algunos elementos, pero cae en otros problemas, algunos de ellos más graves que la primera entrega, que hacen que una propuesta con un enorme potencial detrás sin aprovechar se convierta en otro intento fallido.

El juego es excesivamente corto, cinco horas para terminarlo, además de ser muy lineal, sin apenas contenido extra que disfrutar y con una precipitación en la narrativa de los acontecimientos que deja un sabor de boca bastante agrio. La falta de reto que supone terminar El Poder de la Fuerza II, la ausencia de un buen argumento como sí había en la primera entrega y algunos problemas jugables en saltos o en el sistema de combate, tedio por los Quick Time Events y la simpleza de los combos, frenan otra vez un título con mucho potencial dentro de sí. Los fans de Star Wars agradecerán la banda sonora, la ambientación y algunos momentos. Pero esto no es suficiente.

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4. Medal of Honor
(Pc, Playstation 3 y Xbox 360)

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Uno de los grandes bombazos de esta generación lo ha dado Activision con su saga Call of Duty. Las cotas de éxito tanto comercial como de crítica que cosechó Modern Warfare sirvieron de inspiración para muchos. Y cuando se trata de criar a una gallina de los huevos de oro, nadie deja de intentarlo. Eso pensó EA al querer retomar su saga bélica Medal of Honor, que en esta ocasión se ubicaría en la guerra moderna para competir de tú a tú con el gigante en los FPS de este corte: Call of Duty. El objetivo, superar a la franquicia de Activision y el trabajo de Infinity Ward. En el primer enfrentamiento, de momento queda claro que EA está un peldaño por debajo de su rival. Demasiados ojos puestos en cómo lo hacen en Activision para sacar algo destacado y diferenciable.

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Medal of Honor es un buen juego, de eso no hay duda. El problema radica en precisamente su fuerte inspiración con el producto contra el que quiere competir. Y eso le resta puntos de cara a ser un serio rival en los shooters bélicos. Una campaña con momentos espectaculares pero poco trabajada, un modo online muy similar a lo que ya hemos visto y la sensación general que todo lo que ofrece ya lo hemos jugado antes. No cumple con las expectativas de ser el número uno y es una de las decepciones de la temporada después de recuperar una franquicia importante y apuntar tan alto, pero no se negará tampoco que es un primer paso en una carrera que EA quiere ganar cómo sea.

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3. Final Fantasy XIV
(PC)

Entrar en un género como los MMO no es tarea sencilla. Blizzard lo tiene todo bajo su control gracias al enorme World of Warcraft, que además no deja de coger distancia respecto a sus perseguidores con expansiones del calibre de Cataclysm, aparecida hace escasos días en nuestro continente. Se esperaba mucho de Final Fantasy XIV, por el trabajo realizado en la undécima parte y porque lo que se había visto y sabido de él invitaba al optimismo. La realidad es que ha sido una de las mayores decepciones que se recuerdan en años en el género. Principalmente por su simpleza fusionada con la dificultad de interfaz y de navegación que ofrece. Y es que estas dos sensaciones son las iniciales, la primera toma de contacto. Lo que viene después tampoco acaba de ayudar en un proyecto fallido en el que la misma Square, con declaraciones posteriores, está entonando el mea culpa.

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El sistema falla desde el inicio. La navegación es complicada por los menús, y cuando uno consigue medio adaptarse, o al menos no perderse, se encuentra con otros contratiempos. Matar por matar, subir niveles por subir sin objetivos no parece que sea una fórmula válida visto como está el patio con los referentes que hay hoy en día. Tener lag que afecta a la jugabilidad, cuotas mensuales que limitan las misiones que se pueden hacer, sin PVP ni housing, con un mercado entre jugadores plano y poco funcional, todo son despropósitos en el juego de Square, del que sólo se salva el nivel gráfico y la banda sonora. El consuelo es que todavía hay tiempo de cara a la salida de la versión para Playstation 3.

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2. All Points Bulletin
(PC)

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Otra de las grandes decepciones de este año está relacionada también con el PC y también con el género de Final Fantasy XIV. El MMO. All Points Bulletin prometía muchísimo. Era una fórmula que pretendía unir Grand Theft Auto con el género de los MMO, aunque el resultado acabó siendo bien distinto y quienes apostaron por este juego ya se han encontrado colgados después del fracaso estrepitoso que ha supuesto la de momento última obra de David Jones, creador de GTA y Crackdown. Y es que cuando prometes y prometes, y acabas olvidándote del apartado jugable en detrimento de los esfuerzos en unos editores impresionantes, que deben ser complementos y no lo principal, se acaba pagando. Porque nunca hay que olvidar que lo que hace triunfar a los videojuegos sigue siendo una base jugable sólida y rica en posibilidades.

Es una verdadera pena lo que pasó con All Points Bulletin, porque la idea prometía. Pero al final, ni GTA ni MMO. Pica de ambos conceptos, pero acaba por no destacar en ninguno y se hunde solo. A las carencias jugables que ofrece se le añade un sistema de combate demasiado flojo, algo grave teniendo en cuenta que no ofrece alternativas a disparar sin descansar; se hace repetitivo a las pocas horas, demostrando que tiene un contenido insípido dentro y contaba con una mezcla explosiva: cuotas, micro pagos, publicidad en el juego, un PC potente para disfrutarlo al máximo. El resultado ha sido el que ha sido, desaparecido en combate después de todo esto. Otra idea brillante a priori que se queda, de momento, en el tintero.

1. Final Fantasy XIII
(Playstation 3, Xbox 360)

Que los juegos de rol japonés están en un momento delicado no es algo novedoso. Después de la edad de oro que se pasó en Super Nintendo y posteriormente en Playstation, apoyadas ambas por grandes juegos aparecidos en las consolas de Sega que acompañaron en las generaciones de estas dos consolas, los JRPG parecen no haber encontrado el rumbo. Con una fórmula que parece estar agotada en la que no se encuentran salidas convincentes, todo el mundo esperaba en Final Fantasy XIII el camino a seguir a partir de ahora. Desde la décima entrega, la saga no había acabado de dar en el clavo. Un MMO primero y un Final Fantasy XII distinto a lo visto anteriormente daban paso a la decimotercera entrega.

El debut de la franquicia en la prsente generación se aleja en mayor o menor medida de la grandeza de los capítulos anteriores, ya que muchos de los elementos que se pusieron encima de la mesa en otros juegos de la franquicia están ausentes en esta decimotercera entrega. Se ha conseguido una temática más madura basada en los personajes, buscando romper el esquema de un género que pedía a gritos una reforma a fondo. El cambio, eso sí, no deja satisfechos a todo el mundo. Técnicamente intachable, una tendencia cinematográfica bien usada y una banda sonora a la altura a pesar de no estar Nobuo Uematsu detrás no han sido suficientes. Son elementos que hacen grande al juego, pero ni se perfila como uno de los grandes de la franquicia Final Fantasy ni tampoco se erige como salvador de los RPG.

Principalmente por su enfoque al sub-género conocido como Dungeon Crawler. El cambio de fórmula provoca que Square Enix haya buscado renovarse, pero olvidándose de la saga que se trata. Se aleja de lo que Final Fantasy representa, se aleja de algunos elementos JRPG claves en pro de lo que los Dungeon Crawler ofrecen. Mazmorras, enemigos y más enemigos. Por eso esta decimotercera entrega es más lineal que las anteriores, incluso demasiado. Pero se ha perdido la esencia de la franquicia y también la ocasión de renovar la fórmula. Porque cambiar de sub-género no es la manera adecuada de reinventar los juegos de rol japoneses. Ni bajo el paraguas de Final Fantasy ni bajo el de JRPG es lo que se esperaba -lo segundo parece evidente visto el cambio de tercio- y eso ha provocado que un nombre tan importante dentro de la industria de los videojuegos no haya tenido el reconocimiento que a priori, viendo las palabras Final Fantasy en la agenda 2010, se esperaba.