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Need for Speed Shift 2: Unleashed, Impresiones

La segunda entrega de NFS: Shift pretende alcanzar la misma velocidad punta que su antecesor, aunque quiere hacerlo con novedades de peso que justifiquen la confianza que EA Games ha depositado en esta nueva subsaga basada en la franquicia. Las ganas de hacer un simulador de conducción que esté a la altura de las circunstancias han empujado a Slightly Mad Studios a mejorar todo lo que no convenció en la edición del año pasado. Viajamos hasta Londres para empaparnos de gasolina.

No, las ventas no fueron el principal mecenas de Shift. El nombre de Need for Speed no fue tampoco suficiente justificación para que el simulador de conducción que EA Games lanzaba al mercado durante la recta final de 2009 se convirtiese en el fenómeno mediático que algunos habían vaticinado. Aunque las cosas han cambiado a mejor en los últimos dos años, es menester recordar el tremendo desgaste al que se enfrentó la licencia per se por culpa de cierta confusión a nivel empresarial. Su resurgimiento -por así llamarlo-, nace paralelamente al cambio de filosofía de su patriarca. Electronic Arts vio en su decadencia una prueba candente de que su estilo era el erróneo. Había que cambiar, mejorar, y para hacerlo era imprescindible renovar algunos de los pilares icónicos de su catálogo.

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Shift pertenece a ese núcleo de franquicias que salieron de la tumba de un día para otro. Existe un claro responsable de este ‘truco de magia', encarnado por Slightly Mad Studios, que trabajó duramente para cambiar la noción que el público había albergado durante años con respecto a las siglas de Need for Speed. La idea era devolver a la franquicia su esencia original, en la que sólo importaba alcanzar el primer puesto durante una carrera sin tener preocupación alguna sobre la ciudad de turno en la que se corre, el tuning, la policía o algún otro elemento que no está íntimamente relacionado con el mundo del motor.

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Para ello se creó una infraestructura de juego completamente nueva, basada en la simulación, tomando varios bólidos de gran lujo como punto de partida, toda vez que se hacía de la vista interna (la que supuestamente se proyecta desde la visera del piloto) como la herramienta más importante que el usuario debía tener en cuenta para emplear a la hora de conducir. La temática de Shift fue criticada y loada a partes iguales: la comunidad de usuarios aplaudió las ganas del cambio, pero no la necesidad de partir de la vista interna para disfrutar del juego, ni tampoco el excesivo parecido a otras licencias que aparecieron en aquella época. No obstante, el resultado obtenido por Slightly Mad fue netamente superior a lo esperado.

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Previsiones
La previsión inicial daba por seguro que EA Games apostaría nuevamente este año por llevar al mercado una secuela de Shift que dejase descansar a Criterion (el estudio que pasaría a crear la otra tendencia arcade de Need for Speed), pero nada más lejos de la realidad. Parece que uno de los puntos que más ha valorado la empresa canadiense ha sido la virtud de la paciencia, dejar tiempo a sus desarrolladores para que trabajen a gusto, sin prisas. Hace pocos meses se anunciaba oficialmente el desarrollo de una secuela espiritual con la que se trataría de mejorar todo aquello que no encajó en la propuesta original. La información práctica no aparecería hasta principios del pasado mes de noviembre, momento en el que Electronic Arts se decidía finalmente a mostrar su último proyecto ante el gran público.

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Matizamos: lo haría ante el ‘pequeño' público, si es que tal afirmación tiene sentido alguno, o básicamente ante un pequeño reducto de medios especializados que acudían a Londres, al peculiar Showcase que la compañía suele organizar por estas fechas, para revisar el catálogo que aparecerá durante los próximos seis meses a manos de EA Games. Aunque el tiempo de presentación era más bien reducido (apenas quince minutos para apuntar una novedad tras otra, sin demasiado espacio entre una y otra), sí que hubo lugar a probar parte de las mejoras anunciadas con volante, pedales y silla deportiva como carta de presentación. La fórmula se renueva, pero a grandes rasgos sigue llevando por bandera el planteamiento que puso sobre la mesa por primera vez hace poco menos de un año.

La mirada de Slightly Mad se centra en esta ocasión en mejoras las sensaciones que transmite pilotar un vehículo de alta gama, concepto éste que, en consideración de sus creadores, viene a contrastar con la filosofía que impera en otros simuladores del mercado: 'Sabemos que Forza y Gran Turismo han asentado las bases del género. Cientos de coches, circuitos y modos de juego. Pero no se alcanza el nivel de detalle particular de cada vehículo, es totalmente imposible. Tampoco hace falta tanto contenido para que el jugador se divierta, o por lo menos eso es lo que pensamos nosotros'. Toda una declaración de intenciones por parte del estudio, como se puede contemplar en las declaraciones del presentador de turno.

Menos contenido que en la competencia, sí, pero más cuidado y mejor representado. Para que la teoría no quede en agua de borrajas, Slightly comienza a exponer la batería de novedades que figurará en esta edición de la franquicia, ahora llamada a aparecer en el mercado de forma cíclica. La primera de las inclusiones de peso pasa por una mayor preocupación a la hora de retratar las sensaciones jugables que transmite una carrera elitista. Una de las pantallas que decora la pequeña sala donde tiene lugar la presentación muestra una demostración en tiempo real en la que aparece un bólido recorriendo el circuito belga de SPA. Llama la atención el hecho de conducir de noche, sin más referencias que las del marco frontal del vehículo.

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'Correr de noche demuestra el nuevo concepto de Shift. Si en otros juegos te indican una curva con flechas luminosas, carteles y cierres extraños en el circuito, aquí invitamos al jugador a que sea él quien se oriente, a que experimente la soledad de un circuito cuando se corre en condiciones adversas'.  La no-inclusión de cualquier elemento externo en los circuitos deja entrever cierto gusto por llevar la simulación a un nuevo estandarte de calidad, algo que pone de relieve el cuidado que se ha puesto en la vista interna. En esta edición vuelve a cobrar una importancia significativa con mejoras específicas en el decorado del vehículo, con una tapicería mejor cuidada. La integración de los accidentes en función de la inercia o una mejor impresión de la velocidad son elementos que brillan con luz propia en esta ocasión.

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Competitividad absoluta
Los chicos de Slightly Mad se esfuerzan por dar a entender que la fórmula creada para el primer Shift tampoco ofrece demasiado espacio para los cambios: 'El año pasado hicimos un gran trabajo tratando de optimizar el comportamiento de los vehículos. El sistema de control se ha optimizado, en parte para facilitar la integración a los nuevos jugadores, en parte para enmendar los fallos críticos del pasado, pero no podemos decir que se haya construido una nueva interfaz. Hemos trabajado en mejorar lo que ya teníamos'. Para ello se introducen nuevas licencias de conducción, torneos, competiciones y, lo que es más importante, un nuevo sistema social que permite a los jugadores estar siempre conectados y comunicados entre sí, faceta ésta que toma el relevo de cualquier otra novedad de peso que se haya introducido.

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La denominada ‘Social Network Competition' aúna varias de las facetas que Shift ofrecía por separado en la pasada edición. Básicamente, la propuesta del estudio pasa por dar total libertad a los jugadores para que sean ellos los que elijan contra quién desean enfrentarse y en qué competiciones virtuales correr. Además, es posible comparar los tiempos de cada vuelta en función de las mejoras introducidas en cada vehículo, o presenciar en directo la vuelta rápida que éste o aquél jugador haya logrado independientemente del circuito. Cada victoria se suma a nuestro palmarés online, que a su vez está conectado también con el juego local: 'cada punto que obtengamos en competición cuenta. Cada carrera que ganemos en el multijugador se suma a nuestro perfil de usuario. Todo está conectado'.

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Se otorga una importancia capital a esta faceta, que ocupa los siguientes 10 minutos de exposición en un movimiento que los propios asistentes no acaban de comprender. Shift 2: Unleashed mejora, como hemos repetido a lo largo y ancho de este primer contacto, las sensaciones que ofrecía el primer exponente de la franquicia, pero no lo hace sólo en cuanto a la cantidad de opciones ‘sociales' que incluye, sino también a nivel jugable. Las promesas no tardan en aparecer cuando se habla de un total de más de 100 variantes de circuitos (todavía sin conocer a ciencia exacta cuáles serán), de una Inteligencia Artificial totalmente mejorada o de toda clase de cambios climáticos que dificultarán aún más la conducción.

Tanto es así que ninguno de los presentes consigue dominar las sensaciones que ofrece SPA cuando se ofrece la posibilidad de probar por primera vez el título de forma jugable. Se avisa de la dificultad del manejo del vehículo por culpa del periférico ‘profesional' que se establece como kit de pruebas, algo que sólo podemos ratificar minutos más tarde. Se deba a la poca pericia de los asistentes o la configuración de las opciones de juego (ninguna ayuda en pista, uno de los vehículos más exigentes que se encontrarán en el contenido de Shift 2…), lo cierto es que es extremadamente difícil entender por dónde se conduce en un circuito nocturno.

Habrá que ver cómo acepta la comunidad de aficionados estos cambios, los primeros que se dan a conocer sobre la secuela de Shift, pero no los únicos: 'Las novedades que hemos comentado durante el día de hoy son sólo una pequeña parte del total, aunque por el momento no podemos ofrecer más información al respecto. La filosofía sí que ha quedado clara, ¿no? Cuando compres un coche ahora tendrás que familiarizarte con él, no vale con gastar dinero para ser el mejor y obtener siempre la victoria'. Obviamente es difícil ponderar la importancia de las novedades en una beta que todavía no presenta la mitad de las inclusiones que se han prometido. De ahí que todo se centre en el hecho de conducir de noche.

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Sin grandes cambios
Cuidar a la comunidad de usuarios es otra de las metas que se ha impuesto Slightly Mad Studios desde la aparición de Shift. Esta parece ser otra de las características que se quieren conservar a toda costa, como bien demuestra la inclusión del Social Network Competition como eje de la nueva experiencia de juego. Lo mismo sucede con la optimización de los vehículos, que ahora crecen no sólo en prestaciones, sino también en el comportamiento que ofrecen sobre el asfalto. Es una lástima que no haya existido oportunidad de probar todas estas novedades en la práctica, dado que la demostración se limita a ofrecer un pequeño vistazo a las mejoras del motor gráfico (de momento, casi imperceptibles) y a demostrar la extrema dificultad de conducir de noche.

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Sea como fuere, lo que Slightly Mad ha querido poner de relieve durante esta demostración, como confiesa uno de los miembros del estudio en petit comité horas más tarde, es ni más ni menos que 'el tremendo esfuerzo' que se ha puesto sobre la mesa para que no se empañen las buenas sensaciones que transmitió la pasada edición, hasta la fecha la mejor valorada de todas cuantas han llevado el sello de Need for Speed por bandera. Falta todavía bastante tiempo para que se siga ofreciendo información sobre el contenido de Unleashed, que por el momento y ante lo visto en Londres, sigue exactamente la misma senda que comenzó a recorrer su antecesor. Con un éxito bastante considerable, por cierto.

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Shift 2: Unleashed

  • 360
  • PS3
  • PC
  • Conducción
Las frenéticas carreras de Need for Speed regresan en esta segunda parte de la subserie Shift
Carátula de Shift 2: Unleashed
8.5