Vanquish
- PlataformaPC3608.5PS38.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorPlatinum Games
- Lanzamiento22/10/2010 (360, PS3)25/05/2017 (PC)
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorSEGA
Frenesí made in Mikami
La nueva creación de Platinum Games llega a nuestras tierras dispuesta a causar estragos en nuestras consolas. Después de demostrar al mundo entero de qué son capaces con Madworld y Bayonetta, es el turno de Vanquish, un shooter en tercera persona que va a dar mucho de que hablar, y que demuestra que no sólo en occidente son los reyes del género. Nuevamente, nos encontramos con un ejemplo de cómo coger un sistema ya muy manido y darle una vuelta, aportando frescura y variedad a todos los niveles.
Platinum Games es un estudio reciente, pero con una trayectoria intachable. No en vano, tras sus filas se esconden algunos de los nombres más importantes y representativos en el mundo del videojuego. Personalidades como Atsushi Inaba, Hideki Kamiya y Shinji Mikami, provenientes del fallido estudio de Capcom, Clover Studio, han unido fuerzas con un único objetivo: el desarrollo de títulos con altos valores de producción, que aporten aire fresco a una industria con claros signos de estancamiento en Japón. Con tres títulos para distintas plataformas a sus espaldas (MadWorld, Bayonetta e Infinite Space), nos encontramos con su cuarta apuesta, fruto de la colaboración con Sega, con la que se comprometió a desarrollar cuatro juegos bajo su sello.
En esencia, Vanquish es un shooter en tercera persona con sistema de cobertura, una evolución de la fórmula vista en Gears of War, aunque con unos niveles de acción y frenetismo llevados al límite gracias a las habilidades añadidas de las que disponemos. Con un marcado carácter arcade, el dinamismo es uno de los pilares fundamentales en este título, y es que el movimiento está presente en un título pensado y diseñado para no dejarnos respirar en ningún momento. Bajo la batuta del genio Shinji Mikami, padre de la saga Resident Evil, que dirige su primer proyecto en nombre de Platinum Games, nos vamos a un futuro no muy lejano, que a priori no parece muy alentador.
Un futuro incierto
En un mundo azotado por la sobrepoblación de la humanidad, los recursos energéticos y la comida están al borde de su agotamiento. A causa de ello, empiezan a surgir numerosas guerras en un desesperado intento por hacerse con el control de los recursos. En América, la única esperanza de sus habitantes reside en la colonia espacial SC-01 Providence, que dispone de un complejo sistema energético que consiste en un poderoso dispositivo que emite microondas. Desgraciadamente, la colonia es invadida por la Orden de la Estrella de Rusia, una facción del ejército Ruso, que mediante un golpe de estado se erigió en su momento como líder de su país.
En su afán de controlar el mundo, dicha orden utiliza el sistema energético de la colonia como arma, para lanzar un rayo que destruye completamente la ciudad de San Francisco. Tras ello, Victor Zaitsev, líder de la orden rusa, exige a Elizabeth Winters, presidenta de los Estados Unidos, la sumisión a su régimen, amenazando de destruir en diez horas la ciudad de Nueva York en caso de no conseguir su rendición. Tras su negativa, ésta ordena un ataque militar con el objetivo de recuperar la colonia, poniendo al teniente coronel Robert Burns, un valeroso héroe de guerra, al mando de la operación.
Paralelamente, Estados Unidos dispone de la agencia de defensa DARPA, un centro de investigación donde se desarrolla avanzada tecnología militar. Entre el personal de dicha organización se encuentra Sam Gideon, protagonista del título e investigador a cargo de diseñar una armadura de combate denominada ARS, o Armadura de Reacción Aumentada, que ofrece grandes capacidades de batalla a su portador. Su compañera Elena Ivanova, a pesar de no acompañarle en el campo de batalla, le ofrece apoyo logístico en todo momento. Por último, tenemos a Frank Candide, principal investigador de la agencia, y a su vez creador del sistema energético de la colonia espacial. En ocasiones, agentes de la mencionada organización acompañan a los militares para recolectar información, y avanzar paralelamente en sus proyectos. Al no tener relación dicha agencia con los militares, normalmente las relaciones entre ellos son bastante tensas y distantes. Y así ocurre, cuando Candide manda a Sam y a Elena a la colonia espacial, con el motivo de descubrir un topo infiltrado en el gobierno. No es que el argumento sea un alarde de originalidad, pero como veremos la historia no es el pilar fundamental de esta propuesta.
Primeros pasos
El completo tutorial que nos acompaña obligatoriamente antes de salir al campo de batalla conforma un inicio un tanto lento, aunque es una buena clase para lo que tendremos que afrontar. Sam se desplaza como en cualquier título de similares características, puede esquivar ataques rodando por el suelo, cubrirse detrás de obstáculos y realizar poderosos ataques cuerpo a cuerpo. Disponemos un arsenal de armas de fuego bastante variado, con un sistema de apuntado bastante satisfactorio y preciso. En todo caso, el control siempre responde a la perfección y de forma rápida en todas las ocasiones. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, aunque esto cambia radicalmente cuando se nos muestran las habilidades que el poderoso traje ARS proporcionan a Sam. Por un lado podemos propulsarnos a grandes velocidades, y por otro tenemos la capacidad de ralentizar el tiempo.
La capacidad de propulsión permite deslizarnos rápidamente por el suelo, convirtiéndose en una técnica de uso constante si no queremos ser acribillados por el enemigo en un santiamén, pasando rápidamente a ser algo indispensable para esquivar la oleada de balas que circulan a nuestro alrededor, y desplazarnos rápidamente hasta la cobertura más próxima. Eso sí, sólo podremos hacer uso de esta habilidad durante un breve período de tiempo, tras el cual deberemos esperar unos segundos hasta que se recargue de nuevo. El uso del deslizamiento pues, no es gratuito, y deberemos utilizarlo prudentemente, si no queremos quedarnos sin él cuando sea realmente necesario.
Otro nuevo aporte es la capacidad de ralentizar la acción a nuestro antojo, denominada como modo AR. Podemos hacerlo cuando nos estamos deslizando, o bien en el momento de esquivar rodando por el suelo. Del mismo modo que la capacidad de propulsión, podremos hacer uso de esta habilidad solo durante unos valiosos segundos, que aprovecharemos para apuntar con mucha precisión, o escapar de las oleadas de enemigos. Transcurridos unos instantes sin que recibamos daño, se recarga de nuevo. Si recibimos daño crítico, esta habilidad se activará automáticamente para regalarnos un pequeño momento para reaccionar. Tras cubrirnos, recuperaremos la salud automáticamente. Una vez aprendido el sistema de juego, es momento de pasar a la acción, y no es poca la que nos espera.
Frenesí balístico
En los primeros compases del juego, rápidamente percibiremos que nos encontramos delante de un juego exigente que no perdona errores desde sus meros inicios. Acostumbrarnos a mover a Sam con soltura haciendo uso de sus habilidades nos llevará más o menos tiempo, dependiendo de la pericia de cada uno. Solo cuando hayamos superado estos escollos, empezaremos a disfrutar realmente con un título que hace gala de una dificultad meticulosamente medida, que hace que no podamos limitarnos a quedarnos inmóviles detrás de una cobertura, asomándonos de vez en cuando a disparar. Tenemos delante un título destinado claramente al público hardcore, aunque disponemos de distintos niveles de dificultad para poder adaptar el juego a nuestras habilidades tras el mando. En todo caso, morir no produce frustración, más bien incrementa el afán de superación, que hace que nos peguemos a la pantalla sin poder soltar el mando ningún momento.
En el campo de batalla, debemos estar atentos a todas las direcciones. El ritmo frenético no decae en ningún momento, con la aparición constante de oleadas de enemigos, incluyendo enormes jefes que nos pondrán en más de un aprieto, por su naturaleza imprevisible y la contundencia de sus ataques. Los entornos parcialmente destructibles nos dejarán al descubierto en más de una ocasión, obligándonos a escapar rápidamente de las acometidas enemigas y ralentizar el tiempo para ganar una poderosa ventaja frente al rival en cuanto a precisión. En ocasiones podremos hacer uso de torretas y grandes robots con ciertos parecidos a los AT-AT de Star Wars, que nos facilitarán temporalmente las cosas. De principio a fin, la variedad de situaciones está presente, ya sea por las distintas formas de conseguir el mismo objetivo o por el mero desarrollo de los acontecimientos. Desplazarnos por una autopista que se derrumba a altas velocidades, disparar a unos focos con un rifle de francotirador para evitar ser descubiertos o proteger vehículos blindados, son solo unos ejemplos de lo que podemos encontrar en esta propuesta. En ningún momento hemos tenido sensación de tedio alguna, en un desarrollo donde no hay lugar para el aburrimiento.
El arsenal
Disponemos de un variado repertorio de armas de fuego, cada una con sus puntos fuertes, débiles y particularidades propias. A nuestra elección quedará seleccionar el arma adecuada para cada situación en la que nos encontremos. Tenemos una buena variedad de ellas como el rifle de asalto, la metralleta, la escopeta, el lanzacohetes, con capacidad de seguir automáticamente un blanco y el láser de fijación, que permite seleccionar a varios enemigos a la vez mediante un sistema similar al de Panzer Dragoon a la hora de fijar objetivos, solo por mencionar algunas de ellas. A este arsenal se suman dos tipos distintos de granadas, unas comunes y otras que aturden al enemigo. Iremos encontrando chips de mejora que nos permiten potenciar nuestras armas, donde su efectividad se incrementa de distintas formas. Podemos aumentar aspectos referentes a éstas últimas, como la capacidad del cargador, la potencia de la munición, su alcance, la velocidad de disparo, la precisión y la dispersión del impacto.
Como alternativa a las armas de fuego, el combate cuerpo a cuerpo también cobra cierta importancia a la hora de eliminar enemigos, siendo una técnica bastante útil en determinadas situaciones y resultando espectacular su realización. Es una delicia arremeter a gran velocidad contra un robot y lanzarlo por los aires con un contundente y acrobático golpe. Cabe destacar que los efectos del combate cuerpo a cuerpo son distintos según el arma que llevemos equipada, y su uso también agotará las posibilidades de nuestro poderoso traje, así pues deberá racionarse ésta técnica, el uso de la cual nos produce una gran satisfacción.
Si bien disponemos de poderosas habilidades, nuestros enemigos tampoco se quedan cortos. Compuestos por robots en su totalidad, tenemos de todos los tamaños, algunos con sus puntos débiles que deberemos encontrar. Si bien la plantilla se antoja algo escasa, donde el reciclaje pronto hace acto de presencia, la Inteligencia Artificial de la que se les ha dotado nos pondrá en aprietos en más de una ocasión, cambiando de cobertura, cargando contra nosotros con grandes saltos y embestidas para luchar cuerpo a cuerpo en los momentos más precarios, y persiguiéndonos cuando alcanzan un daño crítico para estallar ante nosotros. Aunque en ocasiones encontramos pequeñas lagunas, conforman un apartado más que satisfactorio, ya que en ningún momento tenemos la sensación de estar completamente a salvo.
Choque de personalidades
El desarrollo del argumento se nos muestra mediante secuencias que se intercalan entre misión y misión, y la marcada personalidad de la que hacen gala los personajes se hará patente desde los inicios del juego. Sam Gideon siempre se muestra chulesco, vacilón y sarcástico, pero con un punto débil: su adicción al tabaco, recurso al que accede en los escasos momentos de respiro que puede encontrar. Por otro lado tenemos al Teniente Coronel Burns, rudo por naturaleza y con muy poca paciencia, acostumbrado a tener la muerte cerca. Dada la mala relación entre los agentes de DARPA y los militares, estará constantemente chocando con Sam, creando un ambiente donde predomina el sarcasmo como método habitual de comunicación. No es que sea una historia exenta de estereotipos y clichés predefinidos precisamente, pero cumple. Se puede intuir que Platinum se ha centrado concretamente en el apartado jugable, siendo la historia un elemento relegado a un plano secundario, una mera excusa para ofrecernos acción sin descanso.
Para disfrutar en solitario
El modo campaña está compuesto de cinco actos, cada uno subdividido en un número variable de misiones. Éste puede llegar a completarse en unas 7 horas aproximadamente en la primera partida, seleccionando el nivel normal. Elegir el modo fácil o automático puede convertir el avance en un paseo y por consiguiente rebajar sustancialmente la duración, pero solo apreciaremos la verdadera esencia escogiendo niveles de dificultad superiores, viviendo momentos que suponen un auténtico desafío. Pese a que pueda parecer una experiencia breve, hay que decir que no se ha desaprovechado ni un minuto, con una puesta en escena sobrecogedora y unos niveles de acción llevados al límite, donde la sensación de repetición brilla por su ausencia gracias a la variedad de situaciones ofrecidas. Por otro lado, estamos delante de un título rejugable como pocos gracias a la diversidad de formas de superar los niveles. La profundidad del sistema de juego hace que queramos repetir la campaña hasta la saciedad y así mejorar nuestra puntuación en un juego, que al igual que Bayonetta, penaliza las muertes restando puntos al final del nivel. Aparte de la campaña principal, disponemos del modo desafío, donde podemos disputar batallas con grandes grupos de enemigos. También podemos volver a repetir las misiones de la campaña, con el objetivo de mejorar nuestra puntuación.
El diseño del sistema jugable de Vanquish ha propiciado que la experiencia esté pensada y solo pueda ser disfrutada para un solo jugador, con una ausencia total de modos online. Como ya comentó en su momento su creador, algunos elementos presentes en el sistema de juego no hacen posible su traslado a entornos con más jugadores, y hacerlo supondría bajar enteros la calidad respecto al modo individual. En cierto modo se entiende y se puede perdonar gracias a la rejugabilidad que alarga enteros las horas de juego, más allá de la duración de la campaña individual en sí. En cierto modo, recupera el planteamiento de los arcades de antaño, que pese a su corta duración se podían repetir hasta la saciedad y disfrutar casi como si fuera la primera vez, a diferencia de muchos títulos actuales.
Apartado técnico
Gráficamente hablando, Vanquish alcanza un altísimo nivel. Los modelados de los personajes son sobresalientes, dotados de unas nítidas texturas cargadas de detalle. La cantidad de elementos que podemos encontrar en pantalla moviéndose constantemente, explosiones, efectos de partículas, juegos de luces y sombras y constantes ráfagas de disparos muestran un nuevo techo a batir. Hay cantidad y calidad, todo sin el más mínimo indicio de ralentización alguna. Realmente, las imágenes estáticas no hacen justicia al impacto visual que supone disfrutar del título, una vez vemos todo lo que mueve el motor gráfico a la vez sin despeinarse en ningún momento, ni en las situaciones con más carga poligonal.
Este gran apartado gráfico viene apoyado en gran parte por el excelente diseño artístico que le acompaña y lo complementa. Se pueden apreciar evidentes influencias de otra creación de Shinji Mikami, Product Number 03 de Gamecube, tanto en el aspecto futurista de algunos entornos, como en el uso de un traje espacial, donde éste último a su vez, guarda ciertas similitudes en cuanto a diseño con el traje del Jefe Maestro en Halo, aunque con una apariencia más estéril', por así decirlo. La colonia espacial Providence, pese a que pueda parecer un entorno limitado, alberga una inesperada variedad de escenarios. Podemos encontrar desde instalaciones donde predominan tonos metálicos en casi la totalidad del escenario, hasta túneles subterráneos y entornos naturales entre muchos otros.
Las animaciones son satisfactorias en términos globales y se caracterizan por su espectacularidad y puesta en escena, en un título donde no solo se dispara sin cesar. Todas ellas muestran un Sam acrobático que se mueve con total soltura por el escenario. Destacan en este aspecto las elaboradas secuencias QTE, que se intercalan en medio de la batalla siempre de forma inesperada. No aparecen muy frecuentemente, pero destilan estilo por los cuatro costados y rompen de forma positiva el ritmo de juego.
El apartado sonoro cumple con su cometido, haciendo gala de conduntentes temas techno en los momentos más frenéticos, que destilan ciertas influencias japonesas y acompañan perfectamente al dinamismo que el juego atesora. Los efectos de sonido presentes en la batalla, también rozan un gran nivel, conformando una amalgama de disparos y explosiones que nos sumergen de lleno en la lograda ambientación de la que hace gala el título. Para terminar de redondear este apartado, el título ha sido íntegramente traducido y doblado a nuestro idioma, con una interpretación correcta, que solo queda un poco por debajo de las voces en inglés. En un mercado donde inexplicablemente a veces llegan productos ni siquiera subtitulados, se agradece el esfuerzo de localización. Todo un esfuerzo por parte de Sega que denota la confianza puesta en Vanquish y un ejemplo a seguir para otras compañías.
Cara a cara
En cuanto a diferencias entre versiones, podemos afirmar que en Platinum Games han aprendido de los errores cometidos en Bayonetta, donde en aquel caso las diferencias en las dos ediciones se manifestaban claramente ante nuestros ojos en forma de una tasa de fotogramas considerablemente menor y unas texturas apagadas y menos definidas en la sobremesa de Sony, provocados por el hecho de ser un desarrollo pensado para 360. Los escollos que aparecieron durante la conversión, hicieron que Platinum Games no quisiera hacerse cargo de la conversión a PlayStation 3, siendo la propia Sega la encargada de dicha tarea. Y es que como ya han remarcado muchos desarrolladores, la arquitectura del hardware de PlayStation 3 hace que sea más sencillo empezar un desarrollo en dicha plataforma para luego adaptarlo a la sobremesa de Microsoft, y no al revés. Por suerte, esta tendencia está arraigando en los estudios de desarrollo, y así ha ocurrido en Vanquish. En esta ocasión, nos encontramos con dos versiones bastante similares y depuradas en el apartado técnico, por lo que no habrá ningún aspecto relevante a la hora de decidirse por una versión u otra.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.