WRC, Impresiones

Estos últimos meses de 2010 serán de los mejores que pueda desear un usuario fan de los juegos de conducción. Junto a los esperados 'Formula 1 2010', 'Test Drive Unlimited 2' o el rey de reyes 'Gran Turismo 5', también tendremos en nuestras manos un título que aboga por la conducción 'sucia' sin ceñirse exclusivamente al asfalto como única vía de desarrollo. Milestone y Black Bean Games nos traerán en poco más de 1 mes el juego oficial del campeonato mundial de rally, WRC2010. Gracias a una beta que amablemente nos han cedido, estamos al tanto de qué se cuece en el título. Tramos y tramos después, nos vemos en posición de poder dar una primera opinión sobre el resultado a día de hoy del juego, qué nivel de calidad automovilística podría alcanzar en su versión final y si, por fin, los antiguos 'Colin McRae' de Codemasters tienen un aventajado alumno.

Lo que sí podemos dejar claro desde ya es que el título actual no podrá alcanzar al rey de los juegos de rally: Richard Burns Rally. Este simulador puro que hizo las delicias -y las desdichas por su dificultad- de muchos jugones todavía está varios escalones por encima de lo que hemos podido ver durante estas semanas. Sin embargo, las sensaciones finales que hemos podido obtener con esta beta bastante avanzada superan nuestras expectativas. Y es que, siendo sinceros, Milestone no había podido dar con la tecla hasta hoy en sus juegos de conducción de las cuatro ruedas. Si bien sus títulos de motociclismo sí cumplían bastante bien con su objetivo (sobre todo la saga SBK), parecía que ni 'V8 Supercars' ni los anteriores intentos de la desarrolladora en el terreno de los automóviles (en la generación pasada tuvieron varios juegos que no llegaron a cuajar) alcanzaban ese mismo nivel. WRC2010 puede ser el principio de un giro en la calidad global de los juegos de conducción de cuatro ruedas de Black Bean .

En esta beta se encontraban abiertos todos los modos de juego y todas las opciones, y aunque no podíamos probar los modos online, sí el resto de posibilidades. En cuanto a modos de juego, destacaban el modo 'Carrera WRC', comenzando desde lo más bajo de las competiciones (J-WRC) tenemos que ir ganando carreras para conseguir créditos que nos darán opciones a comprar coches de competiciones superiores, y así poder participar en pruebas de mayor nivel. Eso, claro está, si conseguimos apoyo de los patrocinadores y el nivel necesario para llegar hasta el mundial de rally que da nombre al juego. También teníamos muchas ganas de probar el modo 'Escuela de rally', pero nos hemos decepcionado bastante al ver que no es precisamente un modo de 'aprendizaje' para controlar el coche y realizar maniobras específicas, si no que son pruebas cronometradas que tendremos que superar, sin más. En este sentido Richard Burns Rally ha ido siempre un paso por delante de los demás títulos del género.

Técnicamente no es un título que nos vaya a dejar con la boca abierta, aunque en algunos aspectos cumple sin más. Por ejemplo, las cámaras disponibles ingame son bastante competentes, sobre todo las que se han diseñado desde dentro de la cabina, que en principio parecen las más complicadas de realizar para que la jugabilidad no se vea resentida. En este caso la dinámica de movimiento de la cámara es mínima, pero aún así nos permite notar algo de balanceo en curva y siempre mantiene una perspectiva muy clara de la pista. Por otro lado, en los choques y vueltas de campana se han aplicado unos filtros que desenfocan la pantalla y aplican imagen en blanco y negro para mostrar desconcierto en el piloto. Gradualmente vuelve el color y el control total sobre el vehículo. Las cámaras exteriores permiten una buena conducción igualmente, pero nada que se pueda comparar a una vista interior y control con volante, obviamente. Como último punto a destacar, y esta vez de forma negativa, son los tiempos de carga que esperemos se optimicen mucho en la versión final, porque a día de hoy es bastante cargante esperar entre tramo y tramo unos 30 segundos para seguir corriendo, menús aparte.

Los vehículos presentes constan de los habituales en varias categorías, desde los Suzuki Swift, Renault Clio o Ford Fiesta hasta los dos modelos del mundial, Ford Focus y Citröen C4, incluyendo modelos históricos de la competición como el legendario Subaru Impreza o Mitsubishi Lancer Evolution. Además, se ha sabido hace relativamente poco que el legendario -y temido- Grupo B también se podrá conducir por medio de DLC, donde se incluirán otros 5 vehículos, haciendo un total de 23 modelos distintos. Su acabado visual en cuanto a poligonización y texturizado cumple, pero no destaca especialmente en ningún momento. Podremos ver en su interior tanto al piloto como al copiloto, aunque sus movimientos serán bastante robóticos. Hay que nombrar que en las vistas internas no hemos podido girar la vista del piloto para ver a nuestro acompañante, un detalle que esperamos sí se pueda realizar en la versión final para aumentar la inmersión y el realismo. Como decíamos, el nivel visual en cuanto a vehículos no es especialmente brillante, pero los desperfectos presentes en el juego sí se están desarrollando con un buen nivel de detalle. Podremos romper partes del vehículo, así como perder piezas como el capó o los neumáticos si el golpe es especialmente fuerte. Desde el interior seremos testigos de rotura de cristales o la pérdida completa de los mismos, y los daños mecánicos afectarán a diferentes partes claves de los coches, desde la dirección, suspensiones o motor. En este sentido, tenemos que dejar claro que incluso con desperfectos en nivel 'realista' hemos tenido que hacer pruebas 'a cañón' para poder verlos, ya que en carrera los coches parecen de una dureza fuera de lo común, y necesitaremos golpes exageradamente fuertes para ver resultados drásticos.

Los escenarios tampoco poseen un nivel de detalle brillante, y en general podemos decir que la calidad gráfica es simplemente pasable. Entornos con una poligonización decente, pero con unos acabados de texturización bastante mejorables. Además, en esta beta aún hemos sido testigos de defectos tan claros como la aparición súbita de elementos secundarios a pocos metros del vehículo, y una vegetación que se va creando según nos acercamos a la zona en concreto, o un agua de ríos o charcos poco trabajada. La distancia de visionado tampoco es nada del otro mundo, aunque la fluidez del motor es bastante estable y no hemos notado bajadas del framerate en ningún momento. Encontraremos zonas con público en los alrededores, aunque serán las menos y éstos tendrán unas animaciones bastante escasas. Lo que sí nos parece que alcanza un nivel más que aceptable es la iluminación conseguida, tanto en los tramos soleados como en las zonas nubladas. En otro orden de cosas, tenemos que decir que no hemos sido testigos de tramos con lluvia, sino con trazados con la pista mojada, pero sin lluvia en ese momento, con lo cual tampoco hemos visto efectos gráficos simulando lluvia sobre el parabrisas ni el limpia en funcionamiento. Como podéis ver, el apartado técnico no está entre lo mejor de WRC...

Sin embargo, y siendo lo más importante en cualquier juego, la jugabilidad está bastante por encima de su apartado visual. Los coches son muy diferentes en su respuesta entre sí, tanto en velocidad como en potencia, agarre o peso. Las diferentes ayudas que se pueden activar o no según las condiciones que queramos para las carreras permitirán tener un control sobre el vehículo más o menos profundo, ya que podremos activar un asistente de frenada para que el coche no pierda adherencia, así como desactivar desperfectos mecánicos. Cada jugador podrá configurar su nivel de dificultad a su gusto, aunque avisamos desde ya que el nivel más alto no alcanza lo visto en el juego de Warthog en cuanto a control de los vehículos. Se nota bastante que se ha intentado pulir la física de los vehículos para que se note bastante el trabajo de las inercias, y no notaremos en ningún momento el clásico efecto 'Scalextric' del que éramos testigos en los últimos títulos 'puros' de Colin McRae, aquí notaremos claramente que las cuatro ruedas son las que tienen efecto sobre el trazado que tome nuestro vehículo, y no el centro del coche como pasaba en los juegos de Codemasters.

En otro orden de cosas, se notan bastante las diferencias entre las distintas superficies en las que podremos correr: tierra, asfalto y nieve. La mayor adherencia del asfalto contrasta con la facilidad de pérdida de control sobre nieve, y la tierra representa el punto intermedio donde confiar algo más en los neumáticos y saber utilizar el freno de mano en ciertos puntos, con diferencias palpables sobre asfalto y tierra si está mojado. La utilización de ciertas técnicas de conducción, como el derrape escandinavo o la transferencia del peso del coche de atrás a adelante o viceversa para conseguir tracción donde nos interese también nos avisa de que, sin ser un simulador puro, sí se ha trabajado el motor físico lo suficiente como para representar un reto lo suficientemente atractivo no sólo para los usuarios que quieran echar unas carreras rápidas, sino que los fans acérrimos encontrarán una diversión más o menos interesante que les pueda mantener enganchados durante bastante tiempo. Por otra parte, la no inclusión de otros coches en carrera -como debe de ser en una competición de rally- la dificultad la marcarán los tiempos cronometrados de los coches controlados por la CPU, algo que se volverá mucho más interesante en los modos multijugador.

En cuanto a configuraciones mecánicas, hemos visto que podemos modificar y toquetear en varios apartados (hasta 9), aunque la profundidad en cuanto a cambio de piezas/mejoras no es uno de sus puntos fuertes. En este sentido, las diferencias en el manejo entre configuraciones muy diferentes se han pasado bastante bien al mando/volante, ya que se notarán de forma significativa la diferencia de altura, la dureza de las suspensiones y los neumáticos escogidos, por citar algunos de los cambios que se pueden realizar. Por otro lado, hemos tenido la sensación de que los tramos (unos 78 en el juego final) se repiten en diferentes superficies y con diferentes entornos, únicamente cambiando los texturizados lo cual no nos ha gustado mucho. En cuanto a otros efectos, esperamos que para la versión final se haya mejorado bastante la gestión de partículas, porque los efectos del polvo y tierra levantándose a nuestro paso no están por ahora a un nivel reseñable. Además, los trazados que hemos podido ver no se van más allá de 4-5 minutos a lo sumo, algo a todas luces mejorable ya que el nº de tramos por cada gran premio no supera los 6, y debería mejorarse en este sentido. En cuanto a control del juego nos da la sensación que el manejo con el mando no es todo lo preciso que debería, y los que jueguen con volante pueden tener cierta ventaja sobre los demás, aparte de la lógica por este tipo de control.

Los defectos técnicos pueden pasarle factura a este WRC2010, que por otro lado nos ha gustado su apuesta por una pseudo simulación aceptable. Si mantiene este grado de jugabilidad-realismo y mejora ciertos apartados visuales y de optimización de código, podemos estar ante uno de los juegos de conducción más interesantes de finales de año, con permiso del todopoderoso GT5. Las sensaciones al volante son buenas sin llegar a ser excelentes por su profundidad ni su aprendizaje, así que tendremos confianza en que mejoren esos puntos débiles que aún posee esta beta. Cuando recibamos la versión final, os haremos llegar nuestro veredicto sobre uno de los juegos más esperados, ya que toca un subgénero que estaba bastante olvidado desde la generación pasada, y los usuarios desean barro, nieve y asfalto a toda velocidad. Los modos multijugador -incluso uno para 4 jugadores offline llamado 'Hot Seat'- pueden acabar por darle ese punto de apoyo que necesitará en este duros meses que se avecinan para los usuarios, donde tendrán que decidir dónde gastarse el dinero entre tanto buen juego...