Sandboxes interminables

Aunque el ocio audiovisual, en todas sus versiones, es capaz de ofrecernos una inmensa variedad de ofertas y contenidos, a día de hoy no se puede poner en duda la versatilidad de los videojuegos en este aspecto. Las cifras que se manejan es este mercado ponen de manifiesto una realidad en alza: el dominio del entretenimiento electrónico sobre el resto de posibilidades existentes. Gracias al trabajo de los creativos y diseñadores de las distintas compañías y grupos de programación, somos capaces de recrearnos con historias que rivalizan en argumento e intensidad con los guiones de las mejores películas, con imágenes que se quedan grabadas en nuestros cerebros como las más famosas pinturas y esculturas, con melodías que bien podrían convertirse en nuevas sinfonías dignas de respeto y reconocimiento.

La suma de todos estos factores es el elemento decisivo para equiparar los videojuegos a la altura de estas artes, pero hay un componente único y exclusivo que no puede hallarse en el resto de ofertas… o nunca ha podido recrearse con suficiente fluidez: interactividad. Esta característica, diferenciador por excelencia a la hora de referirnos a los juegos, puede ser hallada de muchas formas distintas, pero su máximo exponente se traduce en la libertad de acción y movimiento que podemos encontrar en muchos de los títulos existentes en el mercado. Que nadie entienda estas palabras como un menosprecio a los productos más lineales y guiados, nada más lejos de nuestra intención, pero creemos que es hora de rendir gala a los juegos que han conseguido recrear un mundo sin ataduras para el jugador.

Este atributo puede denominarse de formas muy distintas: juegos no lineales, mundos abiertos, títulos con final abierto… o ‘sandbox'. Este último término proviene de una palabra inglesa que tiene distintos significados, pero que es fácilmente relacionable con esas cajas de arena típicas de los parques y jardines para niños, donde los alegres infantes pueden dar rienda suelta a su creatividad y divertirse con sus juguetes con la simple ayuda de su imaginación. Y dado que todos hemos sido niños… ¿no es normal que nos sintamos atraídos por la aplicación de esta idea a los videojuegos? Los títulos ‘sandbox' pueden poner a nuestra disposición entornos por los que campar a nuestras anchas o historias que no tienen un único final definido de antemano, y gracias a ellos las horas de juego se multiplican en función de las posibilidades. Al igual que los cajones de arena, consiguen entretenernos durante horas en un mundo de ficción.

Hoy vamos a repasar algunos de los juegos y series ‘sandbox' más representativas, comparando las posibilidades que nos ofrecen. Pero, para los que crean que esta vertiente de ocio digital es un acontecimiento más o menos reciente, tendremos que hacer una parada obligatoria en los precursores de esta tendencia. Preparad vuestro equipaje y unas buenas botas, porque con tanto terreno es posible que acabemos con los pies un poco cansados. Y como siempre os decimos, dejaros llevar por nuestros guías y no dudéis en dar vuestra opinión y recomendaciones en el foro, seguro que vosotros habéis visto mundos que los demás ni siquiera han soñado. Empezamos…

Este título es considerado el precursor de la idea de mundo abierto, y tiene bastante lógica si tenemos en cuenta la necesidad de representar un entorno tan inmenso con el propio espacio. Sin embargo, debido a las limitaciones existentes en los procesadores de las plataformas de aquellos años, no contaba con un universo definido y tenía que calcularse al inicio de la partida mediante generación procedural. Este método consigue que los títulos no guarden más que una mínima información sobre los elementos y entornos, así como las distintas normas para ser generados de forma aleatoria. Gracias a ellos, nuestro protagonista podía viajar por más de 250 planetas distintos repartidos en 8 galaxias, con el fin de comerciar, asaltar otras naves o realizar trabajos como cazarrecompensas o militar.

Con las distintas recompensas podíamos ir mejorando nuestro transporte, y así hacer frente a nuevas amenazas o viajar a galaxias más distantes. Elite abrió un nuevo camino para los diseñadores de videojuegos, tanto por el uso de la generación aleatoria como por la idea de un mundo abierto con multitud de posibilidades y libertad de acción y movimiento. No solamente llegó a publicarse en varias plataformas, si no que a día de hoy existen proyectos que pretenden recuperar este estilo de juego, pero haciendo uso de las nuevas posibilidades que nos ofrecen la tecnología actual.

Abierta la veda era cuestión de tiempo que los desarrolladores aplicasen la idea a otros tipos de juegos. Metroid destaca por encontrarse entre los primeros juegos con un desarrollo no lineal, y gracias a este hecho se ha convertido en una de las sagas más longevas del mundo del videojuego. Samus Aran ha evolucionado junto con la serie, pasando del 2D al 3D gracias a las nuevas posibilidades gráficas, pero la esencia de Metroid apenas ha variado. Los títulos se basan en la exploración de grandes entornos, aunque en esta ocasión no son aleatorios, sin un hilo argumental que nos guíe en una dirección estricta y específica. Aunque sus primeras versiones unían aspectos de plataformas con momentos de acción pura, sus últimas actualizaciones han ido adaptándose al género de la acción en primera persona.

Es posible que los ‘sandbox' no fuesen iguales si Metroid no hubiese cosechado un gran y merecido éxito, o que hubiésemos tardado un poco más en encontrar compañías que se arriesgasen a lanzar este tipo de juegos. La saga tiene mucho que agradecer a otros trabajos de Nintendo como Mario Bros y The Legend of Zelda, puesto que parte de la unión entre la jugabilidad del primero con los momentos de exploración del segundo. Lo que sí que es cierto es que pone de manifiesto una idea que más tarde se haría patente en el mundo de los videojuegos: es perfectamente posible mezclar dos géneros en apariencia distintos y lograr un gran título.

Pero no todos los títulos se complacen en presentarnos entornos de gran amplitud, y algunos otros prefieren limitarse a ofrecer espacios más reducidos pero con una mayor riqueza en otros aspectos. The Great Escape nos permitía tomar el rol de un prisionero de guerra capturado por los alemanes, y nuestro objetivo era escaparnos del campo de prisioneros. Más allá de la recreación de uno de estos recintos, el juego implementaba un ciclo de día y noche al que debíamos acompañar siguiendo las rutinas típicas de los apresados, siempre con el fin de no levantar sospechas y forjar nuestro plan de huida. Poco a poco iríamos conociendo el entorno y el comportamiento de los guardias nazis y sus feroces perros, lo que nos permitiría escapar de una vez por todas de dicha prisión.

Sin dejar de reconocer el mérito de Metroid, The Legend of Zelda es una de las sagas más fructíferas y longevas en lo que a mundos abiertos se refiere. Concebida desde sus mismos inicios como una innovación a la hora de implementar desarrollos con argumento no lineal y largos parajes por los que vagar a nuestras anchas, la afamada serie de fantasía es considerada una de las mejores de la historia de los videojuegos. No deja de ser un ejemplo más de cómo los jugadores tienen a buscar la tan preciada libertad de acción, marcada diferenciación entre este tipo de ocio y el resto de ofertas del mercado. Nuestro héroe y protagonista, Link, es un joven aguerrido y valiente que se encargará de traer la paz y la felicidad a las tierras de Hyrule.

De forma similar a algunos de los títulos de los que hablaremos más adelante, Zelda se afana en mostrarnos y mundo de fantasía de ensueño formado por extensas praderas y bosques o por oscuras y rocosas cavernas. Nos encontramos en este territorio con una simple noción de nuestro objetivo pero con muy pocas restricciones a la hora de viajar por el mismo, lo que nos obliga a prestar atención a todo lo que sucede en busca de nuevas pistas para continuar nuestra misión. Un trabajo digno de mención y que ya se encuentra en los registros de la historia de los videojuegos, al que muchos colocan a la altura de algunas de las grandes obras de la fantasía literaria.

Muchos años antes de la llegada de Grand Theft Auto ya disponíamos de un juego que nos permitía conducir por una recreación fiel de una ciudad: Turbo Esprit. Nuestra misión como agentes especiales es la de encontrar a distintos criminales que se esconden en cuatro localizaciones distintas, para lo cual tendremos que viajar con nuestro Lotus Esprit en su busca. Diversos avisos de la central de inteligencia nos darán pistas de la ubicación de los enemigos, y tendremos que perseguirlos mientras esquivamos el tráfico en la ciudad. Los coches manejados por la IA se comportan de manera más o menos realista, siguiendo las normas de tráfico y la velocidad permitida. Además, si cometemos infracciones seremos penalizados por nuestros superiores.

Tampoco es necesario mirar muy lejos para encontrarnos con algunos representantes de este tipo de juegos. Basado en la novela de Umberto Eco, este juego sigue siendo uno de los mayores logros del software nacional, y su estilo de juego es magistral. A diferencia de otros títulos que veremos en este artículo, La Abadía del Crimen nos impone un límite de tiempo (7 días) para resolver los asesinatos en el monasterio, y será necesario alternar nuestras investigaciones con las obligaciones de la vida monástica. Todas las infracciones que cometamos (faltar a los oficios, al comedor o que nos encuentren rondando lugares indebidos) contribuirán que el Abad encuentre razones para expulsarnos del lugar. Un producto patrio que a día de hoy sigue siendo disfrutado por muchos y adaptado a los nuevos tiempos.

Un título donde no todo reside en la acción y habilidad del jugador, si no que nuestra astucia y capacidad de comunicación siempre tenía algo que decir. Ayudado por diversos integrantes de nuestra misma organización, nuestro objetivo era asesinar a un alto cargo del ejército enemigo y regresar con vida a nuestro cuartel. Para ello tendríamos que tomar prestados todo tipo de vehículos, y viajar por tierra, mar y aire. Nuestro enemigo se encontraba en una de las islas que formaban el escenario de la partida, pero llegar a él no sería tarea fácil. Nos encontramos ante uno de los precursores de los ‘sandbox' modernos, puesto que fue uno de los primeros en hacer uso de esta dinámica junto con gráficos en 3 dimensiones, e incluso Rockstar ha reconocido su influencia en la saga GTA.

Es justo decir que, aunque Bethesda no hubiese recuperado esta saga, todavía encontraríamos suficientes motivos para incluirla en alguna parte de este artículo. Fallout es uno de los ejemplos más claros de libertad de acción, y con sus últimas entregas hace gala de las nuevas tecnologías para recrear fielmente un mundo devastado por las armas nucleares. Gracias a la experiencia adquirida en otros títulos de estilo similar, la compañía supo trasladar toda la esencia de las dos primeras entregas a un entorno completamente tridimensional. La extensión aproximada ronda los 20 kilómetros cuadrados, y gran parte del viaje debe cubrirse andando, por lo que los entornos se han implementado de forma rica y variada, haciendo de nuestras andanzas un verdadero paseo por el yermo.

Aunque en al principio los viajes se realizaban de forma abreviada gracias a un mapa, se mantiene la libertad de acción, herencia clara de los primeros representantes de la saga. Nada nos impide realizar actos realmente deplorables o dar nuestra vida por el resto de habitantes de estas tierras. La saga Fallout ha pasado por California, Oregon y Washington DC, y este mismo año se dejará caer por Las Vegas. La cantidad de oponentes o personajes no jugadores es digna de un reparto de película, y entre ellos nos encontramos con compañeros tan entrañables como ‘Dogmeat' o enemigos tan característicos como las ratas-topo. Todo lo que se pueda decir es poco, porque no en vano nos encontramos ante una de las sagas que se encuentra entre los mejores juegos de rol de todos los tiempos.

No son menos los que defienden a capa y espada la alternativa post-apocalíptica propuesta por S.T.A.L.K.E.R., y es que el título ha sabido atraer a una gran legión de seguidores con su buen hacer. Este título basa su argumento en una versión mucho más cruda de la catástrofe de Chernobyl, en la que muchas personas terminan por mutar en horribles criaturas, mientras que algunos intentan adentrarse en la Zona con el fin de recuperar los oscuros secretos que se esconden allí. Algunos usuarios comparan el funcionamiento de los dos títulos (Fallout y S.T.A.L.K.E.R.) para decantarse por este segundo a la hora de alabar la libertad de acción y la sensación de encontrarse en un mundo vivo y en evolución… pero nos encontramos ante dos juegos con diferencias significativas.

Con sus más de 30 kilómetros cuadrados de extensión, S.T.A.L.K.E.R. pone un mayor énfasis en la acción en primera persona aunque añade unos necesarios toques de rol para mejorar la experiencia jugable, sin llegar al nivel de complejidad de Fallout 3 en este aspecto. Por otro lado, es cierto que el comportamiento de los PNJs es bastante más fluido y variado, lo que da la impresión de encontrarse en un juego que bien podría seguir funcionando aunque no estuviésemos delante de la pantalla. Estas características se han mantenido en todas sus entregas, y gracias a ello GSC Games ha conseguido abrirse un hueco entre los grandes en muy poco tiempo. Para gustos se hicieron los colores, y solamente vosotros podéis decidir que ‘sandbox' apocalíptico os gusta más.

Infamous es uno de los mejores ejemplos para explicar a cualquier persona lo que es un juego ‘sandbox', y es que nos encontramos ante un título que nos otorga una libertad de movimiento y acción dignos de mención. Debido a un accidente de extraño origen, nuestro protagonista se verá poseedor de ciertos poderes que lo elevarán a la categoría de superhéroe… o supervillano. Todo dependerá de nuestros actos, puesto que contaremos con una medida de lo aceptables o reprochables que son nuestras acciones. Todo ello mientras nos movemos a nuestras anchas por la ciudad de Empire City, dividida en tres islas que contienen los distintos distritos de la urbe y que serán a su vez el escenario de nuestras aventuras y enfrentamientos con los distintos enemigos del juego.

Aunque el juego no cuenta con una gran cantidad de finales alternativos, y la línea argumental no sufre cambios significativos en función de la legalidad de nuestras acciones, Infamous es un ejemplo de cómo dotar a los usuarios de un entorno libre de ataduras en los que dar rienda suelta a sus intenciones. La cantidad de horas de juego rivaliza con algunos de los títulos de esta lista, así como la intensidad de su desarrollo. A pesar de todo, tuvo la mala suerte de coincidir en tiempo y lugar con el siguiente título de esta lista, de características bastante similares, pero con una historia y argumentos de menor calidad. Al final, al igual que en los dos ejemplos anteriores, cada usuario será el que elija cuál se adapta mejor a sus gustos y necesidades.

Ya os avisábamos que el contenido de estos dos títulos es bastante similar, aunque Prototype nos introduce en un escenario un poco más desolador. Un extraño virus está infectando Manhattan, causando que sus habitantes se comporten como entres descerebrados y se dediquen a atacar a sus paisanos. Nuestro protagonista se verá afectado de forma muy distinta por este organismo, desarrollando una serie de poderes que le permitirán realizar proezas por encima de los límites del cuerpo humano. A pesar de ello, es incapaz de recordar los sucesos anteriores a la infección, y su objetivo será encontrar toda la información disponible sobre su pasado y los acontecimientos que han llevado a la ciudad a este estado de caos y destrucción desenfrenada.

Y aunque nuestros poderes nos permitirán saltar grandes distancias o desarrollar armas increíblemente destructivas, no estaremos libres de peligro. Tanto los organismos infectados como el propio ejército de la nación se verán en la obligación de darnos caza, para lo que tendremos que aprender a tomar la forma de cualquier otra criatura a la que absorbamos. De nuevo un escenario por el que campar con libertad, aumentando las capacidades de nuestro alter ego. Sin embargo, a pesar de ser considerado como un título de jugabilidad más alta y desarrollo más fluido que el anterior, el hilo argumental se antojaba un poco pobre en comparación. Aún así, otro ejemplo perfecto de mundo abierto, y que no podía faltar en nuestra lista de títulos.

Heredando directamente de títulos como Turbo Esprit y Hunter, Rockstar ha sabido crear una saga cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de ‘sandbox' para las últimas generaciones de jugadores. Las dimensiones representadas en estos títulos han ido acrecentándose con el paso de los años, y en sus dos últimas entregas para plataformas de alto rendimiento obtenemos mapas de 36 kilómetros cuadrados de GTA: San Andreas o los 15 de GTA IV, carentes de instancias salvo en los accesos a edificios. Todo ello adornado por la vida en una gran ciudad, donde los peatones pasean por las aceras y los ciudadanos viajan en sus vehículos ajenos a nuestras misiones o fechorías. A pesar de contar con un hilo argumental bien definido y en esencia lineal, el orden de resolución de las misiones no es siempre fijo y podremos campar a nuestras anchas por doquier.

Uno de los éxitos de GTA es haber creado escenarios que se asemejan a algunas de las grandes urbes de nuestros días, otorgando al usuario una sensación de familiaridad a pesar del completo desconocimiento de la ubicación concreta. La cantidad de vehículos disponibles, de misiones secundarias y de entretenimientos existentes (como los saltos de longitud, acrobacias o persecuciones policiales) hacen que Vice City, Liberty City o San Andreas se hayan convertido en ubicaciones de referencia para todos los títulos que han seguido la estela de Rockstar en este sentido. Incluso sus primeras versiones en 2D hacían gala de una jugabilidad poco común hasta la fecha, que supo trasladarse magistralmente a un entorno tridimensional rico en detalles. Por ello nos encontramos ante una de las sagas con mayor reconocimiento de los últimos años.

Era cuestión de tiempo que una de las obras más famosas de Mario Puzo se viese adaptada al mundo del videojuego, y sobre todo si tenemos en cuenta el auge de los títulos ‘sandbox' durante los últimos años. Con un argumento avalado en el ocio eletrónico gracias a Mafia, El Padrino se presentaba como una experiencia definitiva en lo que al mundo del crimen organizado se refiere. Ambientado en la época de mayor poder de los Corleone, tomamos el papel de un joven y emprendedor italo-americano que tendrá que comenzar a trabajar para el líder de la Familia y así ganarse el pan. Si conseguimos avanzar lo suficiente seremos recompensados con encargos de mayor responsabilidad, así como con más control sobre nuestros dominios.

Comparar este juego con la saga de Rockstar es casi inevitable, y solamente podemos esgrimir el argumento de El Padrino como arma para aumentar en varios enteros la puntuación de este juego. Los desarrollos son bastante similares, pero es muy difícil alcanzar la maestría de la que GTA hace gala con cada nueva entrega, a pesar de la gran libertad de acción y movimiento implantada en el juego de EA. Ambientado en la ciudad de Nueva York, los entornos se recrearon con bastante fidelidad, si bien la extensión no es mayor que en GTA: San Andreas. A pesar de ello, nos encontramos ante un título muy recomendable para los que buscan esa forma de crimen organizado más clásica y típica de las películas antiguas, en lugar de la acción desenfrenada de las nuevas creaciones.

Los juegos de rol son muy susceptibles de acabar convirtiéndose en un juego ‘sandbox', y es que la propia esencia detrás de los juegos de rol tradicionales es la libertad de acción y decisión. Como género, ha podido recibir la mayor cantidad de representantes en mundos abiertos, y desde los tiempos de los primeros ‘rogue-like' hasta nuestros días se alternan las posibilidades. Two Worlds vio la luz a la vez que otros títulos de esta lista, como The Elder Scrolls: Oblivion, pero no fue la dura competencia la que lo relegó a un segundo plano, si no una mala optimización. Aún así, más de 30 kilómetros cuadrados de hermosos parajes de muy diversa factura, lo que nos permitía pasar gran cantidad de tiempo explorando, sin necesidad de seguir la línea argumental.

Las esperanzas de muchos jugadores están puestas en la segunda entrega, que llegará este mismo año a nuestros mercados. Bajo el anuncio de más de 60 kilómetros cuadrados de extensión, Two Worlds II se colocaría entre los juegos con entorno de mayores dimensiones, superando incluso a Far Cry II. Por lo demás, un juego de rol al uso, ambientado en un mundo creado expresamente para este título, con la posibilidad de viajar a caballo para hacer más amenos los desplazamientos, gran diversidad de enemigos y objetos, junto con la capacidad de recolectar hierbas para realizar nuestras propias mezclas. Aún así, una opción perfecta para los que desean catapultarse a lejanos parajes, y a los que adquirieron el gusto por la exploración desde el primer Legend of Zelda.

Bajo la idea de un simulador de combate medieval que enfatizase el combate a caballo, Mount & Blade ha ido evolucionando hasta convertirse en un juego de rol y acción bajo las premisas de los títulos ‘sandbox'. Es imposible determinar la extensión de su territorio, puesto que la mayor parte de los trayectos se realizan sobre el mapa de Calradia y solamente se accede a entornos tridimensionales para combatir o participar en asedios. Aún así, el título posee una libertad de acción extremadamente amplia, hasta el punto de que la línea argumental es inexistente y es el jugador el que tiene que decidir el rumbo de sus acciones. Gracias a su capacidad para ser modificado, el título se ha convertido en un éxito rotundo dentro de los desarrollos independientes.

Su segunda entrega incluye nuevas opciones para el modo de un solo jugador, como la posibilidad de convertirnos en reyes de Calradia gracias a la influencia de nuestro renombre sobre los ciudadanos de estas tierras. Para ello tendremos que acumular méritos y hazañas, así como vernos inmersos en las intrigas de las distintas cortes de los reinos e imperios existentes en el juego. También podremos contraer matrimonio con el fin de avanzar nuestra posición social, o simplemente convertirnos en forajidos y saquear a campesinos y comerciantes. Sin ninguna directriz que seguir, el título ofrece una jugabilidad muy alta y consigue que el usuario se sienta atraído por el desarrollo del mismo. Por cierto, su parte multijugador no es ‘sandbox', así que no fabriquéis falsas esperanzas.

Tras desarrollar Gothic, Piranha Bytes decidió cambiar completamente de tercio. Para ello se dispuso a fabricar un nuevo mundo de fantasía, representado por la isla de Faranga. Nuestro personaje naufragará cerca de sus costas, y tendrá que abrirse paso por los distintos territorios y conocer a sus peculiares habitantes, hasta el punto de que podremos tomar parte en un conflicto entre distintas facciones existentes en el juego. Risen debe mucho a Gothic, hasta tal punto de que los juegos coinciden en una gran cantidad de aspectos jugables y de estilo. Por otro lado, pone a nuestra disposición una gran cantidad de entornos que explorar y PNJs con los que tratar, con un hilo argumental claro pero con suficientes variaciones como para llamar la atención de los más jugones del reino.

Una de sus características más destacables es la consecuencia de nuestras acciones, que no siempre puede verse a corto plazo y que en ocasiones no tiene un impacto directo en la historia, pero que no nos dejará indiferentes. La libertad de acción es alta, y contamos con distintas posibilidades a la hora de armarnos para combatir, con la opción de utilizar casi cualquier objeto que podamos recoger. El título recoge muchos aspectos de los juegos de rol y nos permitirá desarrollar distintas habilidades que nos harán capaces de forjar nuevos objetos para nuestro uso y disfrute. Aún así, y como en la gran mayoría de los mundos abiertos, la exploración es una de las posibilidades más recurridas… sobre todo cuando tenemos que seguir pensando en cómo avanzar en el hilo argumental.

Otro de los ejemplos de saga longeva dentro del género de los juegos de rol es a su vez un representante de la tendencia 'sandbox' en el desarrollo de videojuegos. Pero son las dos últimas entregas de The Elder Scrolls las que más han destacado por su papel en este tipo de títulos, siendo un factor decisivo para que Bethesda Softworks se llevase la primicia de desarrollar la tercera entrega de Fallout. Es por ello que las similitudes entre estos títulos es amplia, aunque el argumento varía en la misma proporción. La acción se desarrolla en el continente de Tamriel, creado bajo las directrices de la fantasía más clásica y tradicional, que se halla bajo el reinado del emperador Uriel Septim. Su versión más extensa es Daggerfall, que cuenta con más de 750.000 PNJs repartidos a lo largo de su amplio mundo de juego. Morrowind es otra de las versiones más aplaudidas por el público general y su última entrega, Oblivion, cuenta con más de 40 kilómetros cuadrados de extensión territorial.

El desarrollo de la aventura es bastante típico dentro de los términos roleros, con el añadido de permitirnos explorar libremente todas las extensiones de terreno existentes en los títulos. Es por ello que las partidas pueden seguir las líneas argumentales propuestas por los programadores, o bien convertirse en aventuras de exploración para conocer todos los secretos existentes en Tamriel. En algunos de ellos de ellos existen monturas para movernos con mayor rapidez por los distintos territorios disponibles, que varían entre varios tipos de entornos. Hay que destacar sus grandes posibilidades de modificación, que han permitido que muchos usuarios produzcan nuevos contenidos y añadidos para crear un universo más rico o corregir ciertos defectos y producir opciones inexistentes en el juego original.

Mientras que casi todos los títulos que hemos ido presentado la acción se desarrolla de una manera más o menos frenética, el título de Ubisoft basa gran parte de su atractivo en la necesidad de pasar desapercibido. Formaremos parte de un gremio de asesinos, y tendremos que dar muerte a ciertos objetivos de suma importancia, a la vez que realizamos distintas misiones de espionaje y combatimos contra los protectores de nuestras víctimas. Uno de los puntos fuertes de Assassin's Creed es su recreación de entornos históricos, así como el comportamiento de los PNJs que realizan su día a día en estas grandes ciudades de antaño. Una digna recreación de Tierra Santa y de la Italia renacentista, que nos invita a explorar hasta el más oscuro de los callejones que se reparten a lo largo y ancho de estas urbes.

Por otro lado, Assassin's Creed es un ejemplo a seguir en lo que a libertad de movimiento se refiere, y es que las posibilidades en este aspecto son mucho más extensas de lo habitual. Además de contar con monturas para los trayectos largos, nuestro personaje es capaz de realizar todo tipo de proezas y saltos acrobáticos con el fin de llegar a lugares de aspecto inalcanzable, muy al estilo de lo que más tarde se pudo ver en Infamous o Prototype. El combate es muy cinemático, con movimientos impresionantes dignos de los mejores actores de acción. Cada una de las entregas cuenta con 3 ciudades para ser exploradas pero no se puede acceder a todas sus zonas desde el primer momento, siendo necesario conseguir ciertos objetivos para acceder a dichos territorios.

Finalizamos esta selecta lista de representantes ‘sandbox' con Far Cry, otro gran referente para este tipo de producciones. Con cerca de 50 kilómetros cuadrados de extensión, el título es capaz de sumergirnos en la más trepidante acción bélica, gracias a lo cuidado de su estilo de juego. Los entornos del título de Ubisoft se han cuidado con sumo detalle, creando escenarios dotados de un gran realismo y que consiguen impregnar todo el juego de una sensación de aventura bastante poco habitual. Gracias al manejo de las instancias mediante tiempos de carga muy reducidos, el título acepta con gran soltura lo amplio del territorio implementado, con lo que podríamos considerarlo un ejemplo a seguir a la hora de lograr ‘sandbox' de gran extensión sin perjudicar la experiencia jugable.

Este entorno libre es mucho más impresionante en su última entrega gracias a la completa creación de un mundo abierto sin un final predeterminado. La gran cantidad de elementos y acciones posibles, junto con la conducción de vehículos por selvas y junglas, pone al título en una posición destacada dentro de este tipo de juegos. A diferencia de otros títulos de esta lista, Far Cry es un juego cuyo desarrollo se basa en la acción en primera persona sin llegar a entrar de lleno en otros aspectos más típicos de los juegos de rol. También destaca por su gran realismo, puesto que implementa varios sistemas de climatología o ciclos día / noche, así como especies animales que servirán para que los enemigos puedan detectarnos, o nosotros a ellos. El anuncio de una tercera entrega de la serie que podría ver la luz en los próximos dos años solamente nos invita a soñar con las nuevas posibilidades de este título.

… y muchos más.

Esperamos que lo que os hemos mostrado haya sido de vuestro gusto y agrado, y tened a bien dejar todas vuestras recomendaciones en el foro. Seguro que muchos usuarios no conocen algunos de los mundos que habéis tenido la posibilidad de disfrutar, y todos podemos compartir alguna experiencia sobre alguno de los juegos de los que hemos hablado. Y sin más, nos despedimos… ¡Buen viaje!