Assassin's Creed II: Bonfire of the Vanities
- PlataformaPS33604
- GéneroAventura, Acción
- DesarrolladorUbisoft Montreal
- Lanzamiento18/02/2010
- EditorUbisoft
Para quemar
Ezio Auditore debe recuperar el Fruto del Edén, una reliquia mágica con la que el monje dominico Girolamo Savonarola ha logrado desatar la locura en Florencia. En la capital de la toscana arden hogueras que consumen cuadros, libros, objetos considerados pecaminosos. Parece que esta vez a nuestro protagonista le va a tocar hacer de bombero.
El nuevo episodio de Assassin's Creed II tiene lugar en la ciudad natal de nuestro protagonista, Ezio Auditore. En La Batalla de Forli, el anterior contenido descargable de pago con el que Ubisoft empezaba a completar la segunda entrega de su saga, el monje Girolamo Savonarola se hacía con el Fruto del Edén, en este nuevo capítulo veremos de qué manera ha conseguido, por medio del influjo del mágico y misterioso objeto, someter a una serie de personajes influyentes que han desencadenado la locura en Florencia. La memoria 13 de Assassin's Creed II toma los hechos acaecidos en la capital toscana en febrero de 1497 y les imprime el sello particular de fabulación historicista que caracteriza la franquicia, para que encaje en la historia de Ezio.
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La Hoguera de las Vanidades, conocido originalmente con el nombre italiano de il Falò delle Vanità, fue un episodio histórico al que la ciudad de Florencia se entregó con arrebato. El monje dominico Girolamo Maria Francesco Matteo Savonarola conminó a sus seguidores a arrojar todos aquellos objetos susceptibles de ser considerados pecaminosos, como ropajes, maquillaje, productos de lujo, espejos, instrumentos musicales o incluso un buen número de libros de temas vistos como licenciosos por los estrictos guardianes de la rígida moral de la época. Eran hasta cierto punto normales las quemas circunstanciales de estos objetos, coincidiendo con sermones especialmente apasionados, pero los sucesos del Martes de Carnaval de aquel año en Florencia tuvieron una magnitud tan desmesurada por su inusitada virulencia que perduran sus resonancias y sigue siendo un claro ejemplo de los extremos a los que el fanatismo religioso puede conducir a las masas.
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En definitiva, se trataba de un momento perfectamente aprovechable en la narración de las aventuras del antepasado italiano de Desmond Miles, por lo que no sorprende que se haya centrado parte de la aventura de nuestro protagonista en esos días y se haya encajado los sucesos en el hilo del enfrentamiento entre asesinos y templarios. Deberemos trabajar codo a codo con Machiavelli , la Volpe y Paola, a quien conocemos ya del resto del juego. Y nuestra misión principal será la de terminar con nueve objetivos, personajes relevantes a través de los cuales Savonarola infunde temor a la población y la mantiene bajo su influencia. En la mayoría de casos se tratará de misiones que entrañarán especial complejidad, sea porque no nos podamos adentrar en uns zona especialmente vigilada, o sea porque deberemos pasar desapercibidos hasta que llevemos a cabo nuestra misión. En todo momento el sigilo será fundamental.
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Florencia está llena de piras en las que arden libros y cuadros. Durante nuestro recorrido desbloquearemos doce nuevos recuerdos, lucharemos y deberemos pasar inadvertidos la mayor parte del tiempo, lo cual resulta extraordinariamente difícil en las áreas de más concurrencia de ciudadanos y en los puntos en los que se agolpan mayor número de guardias. Cada muerte que cosechamos nos acerca más a nuestro blanco principal, pero Savonarola no tiene intención de dejarse quitar el Fruto del Edén, por lo que vamos a necesitar contar con la ayuda de los ciudadanos para acorrararle, y sólo liberándoles del yugo del religioso y de sus fieles vamos a poder comprometer la seguridad de nuestro enemigo hasta el punto de acercarnos lo bastante para intentar recuperar la reliquia por medio de la cual la voluntad de la ciudad ha sido sometida.
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Junto con la nueva memoria desbloquearemos también un nuevo distrito en Florencia, lo que significa nuevas atalayas a las que encaramarse para asimilar el entorno, así como nuevas misiones de carrera, asesinato, pelea o correo. Para aquellos que deseen no sólo completar la historia sino también dilatarla en la medida de lo posible con nuevos retos para Ezio, podrán adquirir la Secuencia 13 junto al pack de lugares secretos que hasta ahora únicamente era posible visitar para aquellos que hubieran adquirido la edición coleccionista de Assassin's Creed II (Black Edition). Estos nuevos lugares son escondites templarios en los que se ocultan valiosos tesoros. En uno de ellos, además, tendremos que encargarnos de la misión de proteger la vida de nuestro patrón Lorenzo de Medici. Las ubicaciones añadidas son el Palacio Medici de Florencia, y Santa Maria dei Frari y el Dique Seco del Arsenal, ambas en Venecia. Conviene aclarar que este conjunto de lugares nuevos están disponibles dentro del paquete conjunto de la Secuencia 13 con el añadido de los escondites templarios, por un precio algo superior al de la descarga de la memoria faltante en solitario: 320 puntos Microsoft por la secuencia por separado, 560 si la descargamos acompañada de las ubicaciones secretas.
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Al empezar a jugar este nuevo episodio deberemos dirigirnos a Florencia y activar la memoria faltante. Tras una breve introducción en la que se contextualizará brevemente aquello que ha sucedido con el Fruto del Edén, Ezio recibirá el encargo de matar a los nueve lugartenientes de Savonarola e impedir que sigan difundiendo el miedo entre la población. Se nos dice en un principio que Machiavelli, la Volpe y Paola se ocuparán de su parte de la misión, pero a decir verdad ejercen de convidados de piedra, únicamente les veremos de modo fugaz cada vez que concluya la ejecución de cada uno de nuestros objetivos, y nos reuniremos con ellos sólo cuando nuestro cometido haya finalizado por completo y podamos encaminarnos hacia la guarida del malvado monje que se ha hecho con el Fruto del Edén.
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Nuestros encargos no diferirán significativamente de aquellos que hemos podido realizar durante el juego. Se trata de un conjunto de misiones de asesinato que conservan un nexo común, lo que confiere homogeneidad argumental al episodio. Pero es oportuno hacer notar que son muchas las misiones parecidas con las que nos hemos encontrado a lo largo del juego. Es cierto, no obstante, que la dificultad de ejecución de los asesinatos será mayor que la de muchos de las misiones de las que Ezio se ha encargado antes. Guarniciones armadas de guardias que defienden a un condotiero, vigilantes apostados en cada cornisa dispuestos a que no lleguemos hasta el predicador que con sus oraciones condiciona a los ciudadanos, o un navío lleno de hombres equipados con lanzas y alabardas, dispuestos a defender la integridad física de su capitán a cualquier precio, son ejemplos de las dificultades con las que vamos a toparnos.
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De nuevo, como con La Batalla de Forli, estamos ante un capítulo del juego que fue concebido como parte integrante del propio título y que ha sido arrancado del producto con el fin de conseguir una rentabilidad mayor. Si bien es tónica frecuente que no pocas compañías editoras lancen en los últimos tiempos contenidos de pago a parte del propio juego, con el fin de obtener pingües beneficios con los que ampliar la rentabilidad de unos personajes que suelen contar con buen número de seguidores, en el caso de estos dos episodios para Assassin's Creed II, Ubisoft ha demostrado poco respeto no ya por los aficionados, sino por la integridad de la propia obra. Porque, aunque quien haya disfrutado del videojuego puede hacerlo igualmente con estos dos episodios, su entidad y procedencia resultan más que evidentes a cualquiera que conozca el juego y haya podido jugarlos a fondo.
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Debemos poner de manifiesto que, mientras que estos dos episodios apenas satisfarán a quienes esperen nuevas aventuras de la saga y carecen de entidad suficiente para ser tenidos en cuenta por separado, sí aportan datos relevantes a la historia principal, se centran en personajes importantes e incluso muestran escenas que puede extrañar quien jugase a Assassin's Creed II únicamente. Porque, por ejemplo, Caterina Sforza en La Batalla de Forli es, con diferencia, uno de los personajes más carismáticos de cuantos hayamos conocido en el juego y, sobre todo, el discurso final de Ezio ante la hoguera que consume el cuerpo sin vida de Girolamo Savonarola es una escena que define la lucha del personaje, su sufrimiento y sus años de entrega a la causa de los asesinos mejor que ningún otro momento del juego.
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Ubisoft ha decidido, pues, vender un producto peor pero más rentable que brindar al consumidor una historia redonda con unos personajes bien desarrollados. Lo que nos parece, por supuesto, no sólo una maniobra poco honesta sino también una renuncia gratuita y contraproducente, que convierte el juego en poco más que un vehículo para amasar dinero. Assassin's Creed II tiene grandes virtudes, pero la presentación de parte de su contenido como extracto mutilado de la obra original debería llamar la atención sobre los límites de una política editorial que va en detrimento de la calidad del propio producto. Un fenómeno que amenaza con cobrarse nuevas víctimas y que a todas luces se nos antoja como una manera de proceder inexplicable, por no decir claramente fraudulenta y que a la larga sólo puede ser adversa para cualquier empresa que la ponga en práctica.
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Contrariamente, en el caso de que decidamos abonar 240 puntos Microsoft más para adquirir también el paquete exclusivo con los escondrijos secretos inéditos de los templarios, descubriremos un extra realmente muy disfrutable y bastante extenso, que expande notablemente la experiencia de juego con escenarios en los que descubrir el único camino posible para llegar a una altura determinada, franquear obstáculos y burlar la seguridad de nuestros enemigos, en un ejercicio de equilibrio de nuestro protagonista que podríamos considerar marca de la casa, en la mejor tradición de la propia saga o de los títulos del Príncipe de Persia. Lamentamos que los contenidos de descarga de Assassn's Creed II no hayan ido exclusivamente por ese camino y obsequien a los seguidores más acérrimos con nuevos retos del mismo tipo.
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La Hoguera de las Vanidades pasa de puntillas no sólo sobre el hecho histórico sino incluso sobre las propias repercusiones del influjo de Savonarola en la ciudad de Florencia en el propio argumento de Assassin's Creed II. Veremos un montón de hogueras, e incluso alguna aglomeración puntual de ciudadanos furiosos, pero poco más ha cambiado en las calles de la capital de la Toscana. Además, como sucedía en el asedio de Forli, algo ha pasado con los efectos de sonido. La multitud que se agolpa para aprehender a Savonarola y ajusticiarlo parece alterada, la gente sacude los brazos, gesticula y abre la boca, pero no oiremos ni un grito en los momentos de mayor excitación y enfado, lo que resulta desconcertante y da al traste con la ambientación, hasta ahora bastante elaborada.
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Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.