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MeriStation Juego del Año 2009

Llegó el día de la elección final. Hoy escogemos al mejor juego de todo el 2009. De entre los 12 candidatos que os presentamos el pasado miércoles, en las próximas páginas coronamos al que es, para la redacción de esta revista, el GOTY.

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El mejor entre los mejores. Ese es el concepto del Juego del Año de MeriStation, un reconocimiento máximo al título que sobresale por encima de todos los lanzamientos de la temporada en opinión de la redacción de la revista. A diferencia de los Premios EME que se celebran cada mes de febrero según votación democrática de los lectores, y que arrancarán en breve, este galardón es exclusivamente dependiente del criterio de nuestro equipo, las mismas personas que os han hecho llegar las críticas y análisis de esos mismos videojuegos que compiten hoy por alzarse con este reconocimiento. En total, 12 títulos a que ya os presentamos el pasado miércoles y que ahora podéis conocer de la misma boca de nuestros redactores en el siguiente vídeo.

Este año el premio a la excelencia máxima tiene más mérito que el pasado 2008. En una etapa gris provocada por la crisis económica, los grandes presupuestos se han visto reducidos, muchos profesionales han perdido su puesto y hemos recibido menos productos de calidad. Es por ello que los 12 siguientes no lo han tenido nada fácil. Pese a que no ha habido ninguna Obra Maestra para nuestro equipo, en el 2009 que ya acaba, el nivel ha sido excelente. La prueba está en que han sido necesarias tres rondas de votaciones para poder coronar al Juego del Año que podréis descubrir en breve. Y además, la diferencia entre ambos ha sido únicamente de dos votos. La lista es corta, y hay otros lanzamientos que se han quedado a las puertas. Lo sabemos, al igual que entendemos vuestro enfado al no encontrarlos aquí, entre los 12. Pero honestamente hemos creído que para no desvirtuar la lista de nominados y el galardón en sí, ésta debía quedar en la docena.

Sin más, os dejamos con nuestra selección, ordenada de forma ascendente, según el número de votos recogidos.

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12. Dj Hero
DJ Hero ha significado una vuelta de tuerca más en el mundo de los videojuegos musicales. Bebe de la esencia de Guitar Hero y se convierte en uno de los grandes del año por el hecho de poder acercar una nueva manera de tocar las canciones más bailables de las noches. Es el último de una lista de los mejores de 2009, algo que ya de por sí se puede considerar un éxito. Variedad y cantidad de canciones para sacar el deejay que tenemos dentro que no son, cabe remarcar, suficientes para ser el elegido a juego del año. Merece estar en la lista por convertirse en referente dentro de su género, aunque la dificultad de algunas pruebas de vinilo y las limitaciones que supone en el modo libre, a diferencia de otros juegos del estilo, acaban marcando bastante el nivel, alto eso sí, de calidad global del título, un tanto por debajo del resto de nominados.

11. Left 4 Dead 2
La obra de Valve ha sido, otra vez, uno de los éxitos comerciales de este fin de año. Más de dos millones de copias vendidas demuestran que detrás hay un enorme número de seguidores del que posiblemente es el mejor Shooter cooperativo hasta la fecha. A pesar de sus bondades, explicadas ya en la nominación de juego del año, Left 4 Dead 2 no ha podido competir de tú a tú con los grandes nombres de este 2009. El juego sigue teniendo una apuesta sencilla en la que basa su éxito, pero esto también limita su ambición y sus posibilidades. Técnicamente no muestra nada sobresaliente, más bien al contrario, y se echan en falta algunas cosas, como, por ejemplo, más campañas que sirvan para dar más variedad todavía a los cinco episodios o algún tipo de trama e historia que puedan enganchar. Algo que vaya más allá de la matanza de zombies más sangrienta que se recuerda y que redondee un producto de alta calidad como es Left 4 Dead 2. Que es un gran juego, nadie lo duda. Que merece estar entre los mejores del año, tampoco. Pero el resultado global está un peldaño por debajo de obras de gran envergadura como ha podido ser Uncharted 2, Dragons Age o Call of Duty 6: Modern Warfare 2.

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10. Demon's Soul
Demon's Soul ha sido una de las grandes sorpresas del año. La obra de From Software es de esos títulos que llegan sin hacer ningún ruido pero que se convierten en productos atemporales por sus especiales características. Sus bondades se convierten también en algunos de sus mayores contratiempos, ya que por su naturaleza jugable, un tanto dura a nivel de ayudas para los jugadores, no lo hace apto para todos los públicos. Además, cuenta con un problema de inicio, y es que el juego no ha salido publicado en Europa. A pesar de este importante detalle, en MeriStation no quisimos dejar pasar por alto la posibilidad de analizar esta obra en su versión americana. Y el motivo principal es la gran calidad que atesora el título. Estar entre los mejores del año tiene dos objetivos: el primero, remarcarlo como uno de los más destacados de 2009 a pesar de no haber pisado España (donde se ha importado de manera notoria teniendo en cuenta el tipo de juego que es). El otro, un pequeño homenaje y un grito al cielo para  una obra que por el bien del jugador europeo, debería cruzar el charco hasta el viejo continente.

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09. Forza Motorsport 3
Turn 10 lo ha vuelto a hacer. Después de marcar el camino a seguir con la segunda entrega de Forza, esta tercera parte llega para demostrar que en la conducción, hasta nueva orden, no hay nadie que le pueda hacer sombra. Con unos números que asustan a nivel de vehículos, y con un editor infinito, Forza 3 entra de lleno en el Top-10 de los mejores juegos del año que se acaba. Fue la principal apuesta de Microsoft para este final de temporada, y la obra tiene un nivel de producción envidiable. A pesar de esto, el cierto continuismo que se le presume y otros detalles como la falta de cambios climáticos o más variedad de circuitos, hay muchos pero se reutilizan los mismos escenarios, siguen siendo las notas negativas de la saga, que eso sí, se mantiene a buen nivel. Las características de sus rivales le han impedido acercarse un poco más a las posiciones privilegiadas que hemos elegido desde la redacción de MeriStation.

08. GTA: The Ballad of Gay Tony
Grand Theft Auto IV ha tenido uno de los mayores y mejores contenidos que se le recuerdan. Además de ser un juego enorme y lleno de posibilidades, obtuvo un casi infinito on-line y dos capítulos exclusivos. El que nos ocupa roza un nivel que lo acerca a la obra principal y lo pone por encima de Lost and Damned, aunque lo mejor sea hacerse con el pack especial. Este episodio de Rockstar describe de manera sublime las noches y las discotecas. Gran ambientación y variedad de arsenal y vehículos para uno de los ejemplos a seguir a la hora de hacer contenido descargable con cara y ojos. Su principal problema es que no sorprende en absoluto en las misiones y su ejecución, ya que la mecánica sigue siendo la misma que se ha podido ver en GTA IV. Igualmente válida, pero algo menos fresco de lo necesario para ser firme candidato a llevarse el galardón a mejor juego de 2009.

07. Killzone 2
Guerrilla consiguió que toda la atención captada en los meses previos a la salida del juego se convirtiera en éxito una vez el juego salió a la venta. Killzone 2 supone un golpe encima de la mesa a nivel técnico, tal vez sólo igualado por Uncharted 2, y la demostración que todo lo que la obra tuvo alrededor suyo era merecido. Se trata de uno de los mejores shooters de la presente generación y el que debe ser referente en Playstation 3. Sin duda, uno de los mejores juegos del año que, eso sí, no ha podido con otros de sus rivales. Una campaña espectacular pero un tanto corta, y un modo on-line bien estructurado pero con poca innovación respecto a lo que ya se ha visto durante estos últimos tiempos definen un juego que se ha ganado un hueco entre los nombres a tener en cuenta dentro de la industria y que, ya que no ha podido ser en 2009, esperará hacer un asalto mayor en el olimpo de las obras maestras en próximas ediciones.

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06. New Super Mario Bros. Wii
Si Mario hace acto de presencia en formato plataformas, significa de facto que será relevante para la industria. Y así es. El fontanero más famoso de los videojuegos tiene la capacidad de mostrarse siempre a un nivel de excelencia que da envidia. Esta vez lo hace a lo clásico, después de su revolución en Mario Galaxy. Plataformas en 2D con un diseño de niveles espléndido y un añadido imprescindible: multijugador a cuatro mandos. Sin duda el mejor juego de Wii para comprar estas Navidades gracias a su sabor clásico. Aunque en parte esta falta de innovación y el hecho de seguir sin contar con infraestructura on-line para poderse jugar con gente de todo el mundo, son pegas que le impiden acercarse al podio de los mejores de 2009. Nadie duda que su candidatura volverá a estar presente con la segunda entrega de Galaxy, donde todavía tiene mucho más margen para sorprender como siempre Miyamoto ha conseguido hacer con el fontanero de por medio.

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05. Batman: Arkham Asylum
El sleeper de la temporada. Batman ha vuelto por todo lo alto. Un personaje que ha tenido siempre una relación agraciada con los videojuegos y que esta vez se ha superado a sí mismo. Maduro como el mismo Caballero Oscuro que vimos en el cine, la batalla entre este héroe y Joker en el asilo de Arkham es una de las mejores aventuras de la presente generación y uno de los cinco mejores juegos de este 2009. Reproducción fiel del universo de Batman, mecánica de juego notable gracias a los combates dinámicos, a las posibilidades del personaje y a la variedad de situaciones, y muchos secretos por descubrir. Una obra a la que se le echa en falta un poco más de libertad en la trama principal y que peca de ser un tanto corto a pesar de tener muchos extras para explorar el asilo. No es perfecto, nadie lo es, pero sí es la sorpresa mayúscula de 2009 y un firme candidato a juego del año que sólo la excelencia mostrada por los cuatro juegos que lo superan le ha impedido tocar la gloria.

04. Call of Duty: Modern Warfare 2
Puro espectáculo. Que uno de los juegos más explotados en Internet tenga secuela es casi una obligación. Infinity Ward volvió a la carga con su trabajo bianual en la saga Call of Duty, y lo ha hecho siguiendo la saga de guerra moderna iniciada en 2007. Ha sido uno de los juegos más esperados de este 2009, y su aparición no ha defraudado. Un modo campaña más espectacular e intenso que nunca, como si de una película se tratara, y el on-line de siempre, en el caso de las consolas hace falta remarcar, pero con bastantes novedades tanto a nivel de modos como de añadidos. El shooter del año también tiene unas operaciones especiales para disfrutar de manera cooperativa que son la guinda al pastel. No se puede negar su aire continuista, aunque en este caso sea multiplicando las cualidades que hicieron triunfar a su primera parte y añadiendo novedades importantes como las operaciones especiales. Sólo hay dos ‘peros' en la obra de Infinity Ward que no le permiten tocar los mejores puestos de 2009 y que lo dejan a las puertas del éxito. Una es la escasa duración del modo campaña. La otra es la falta de inclusión de un cooperativo para la misma, una petición popular que sigue sin ser atendida. De momento.

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03. Street Fighter IV
Han pasado muchos años desde que una plantilla excepcional de doce luchadores cambió el género de la lucha. Casi se podría decir que lo creó de cero, aunque eso sería darle el honor de ser el primero a Street Fighter II cuando en realidad no fue así. Pero sí se convirtió en el camino a seguir. Era 1991 y se encargó de definir a una generación de jugadores. Han pasado 18 años. Y Street Fighter IV se ha convertido en el fighting game del siglo XXI. Ha recogido el testigo de ese juego atemporal y único para mezclar el sabor añejo junto con un sistema de combate moderno y dinámico para los tiempos que corren. Y la mejor manera de celebrar más de 20 años de la saga ha sido dando un golpe encima de la mesa y recordando quién es el rey indiscutible del ring.

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La penúltima entrega de la franquicia más conocida de Capcom supone el inicio de la regeneración de los juegos de lucha. Después de una pequeña travesía por el desierto, la compañía nipona ha demostrado que los 2D fighting están en primera línea de fuego. Un estilo gráfico impecable gracias al diseño grotesco de los personajes y sus expresiones y al uso de la tinta china son la primera carta de presentación. Pero hay mucho más. Los personajes de siempre, nuevos estilos de combate, nuevos luchadores y un sistema profundo de lucha: combos, ultras, focus attack, cancels, especiales… Así sería Street Fighter II hoy en día, si Capcom no hubiera sacado nunca esa obra maestra. Su modo on-line, efectivo (aunque parco en opciones), y otros modos de juego como los desafíos o las pruebas de supervivencia completan al mejor juego de lucha de la presente generación. Se merece el tercer puesto gracias a lo ya comentado. De hecho, forzó un primer desempate con los dos juegos que le han acabado ganando la partida. Pero da igual. Este New Warrior ha entrado para quedarse. Y su revisión Super promete limar lo poco que le ha faltado a Street Fighter IV para ser insuperable.

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02. Uncharted 2: El Reino de los Ladrones
Si algún juego ha sido candidato por pleno derecho a GOTY 2009, ése es Uncharted 2. La obra de Naughty Dog es un dechado de virtudes se mire por donde se mire, se examine con lupa el apartado que sea, y se haga una composición de la obra de forma global o parcial. Todo en la aventura de Nathan Drake y compañía rezuma calidad, cariño, atención al detalle y una sincronía total con todas las demás partes que forman el producto final. Desde la historia, la búsqueda de la piedra Cintamani, con personajes clásicos en sus perfiles de las películas de aventuras. Su personalidad es clara, definida, como en las antiguas películas de aventuras de Errol Flynn, Burt Lancaster o Stewart Granger. Quitando a Chloe, que nos deja unas veces con los ojos entrecerrados esperándonos una puñalada trapera o una ayuda inestimable, el resto de personajes se ven venir de frente, sin fisuras, con la decisión, el miedo o las dudas bien reflejadas en sus espléndidamente perfiladas caras (poligonalmente hablando).

Visualmente es un no parar. La cantidad y calidad de los escenarios que veremos a lo largo de las 9-10 que nos puede llevar completar el juego es increíble. La fase del tren, donde tenemos que estar atentos sin dudar un segundo a los enemigos y a los postes señalizadores, cuenta con unos escenarios que son realmente increíbles en su detalle, extensión y acabado. Y eso en un nivel donde no tendremos tiempo casi para admirarlos. Imaginaros niveles mucho más pausados, donde estaremos a pie de campo, dando vueltas… desde los niveles nevados, pasando por templos, catacumbas,… si Killzone2 a principios de año nos dejó con la boca abierta por su avanzada tecnología, el juego de Naughty Dog ve ese nivel, y lo sube un grado más. Aunemos además una I.A. perfectamente sincronizada entre los enemigos, con movimientos estratégicos conjuntos, gran variedad de armas, situaciones memorables (maldito helicóptero…) y diálogos brillantes.

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No podemos dejar de resaltar la perfecta inclusión de los modos on-line. En una aventura, donde parece que el multijugador no 'hace falta' o no 'pega', los creadores de Crash Bandicoot han logrado darle forma perfecta. Además, los distintos modos de juego que también incluyen cooperativo para tres jugadores, confirman que sólo hay que saber buscar la fórmula para que encajen los engranajes multiplayer en cualquier título. Los modos Cine y Machinima acaban por darle brillo a un diamante que, además de ser bruto, está perfectamente definido en sus caras, en sus aristas, en el moldeado que lo hace ser la piedra angular de PS3 en 2009. No existen los juegos perfectos, existen las obras maestras, aquellos juegos que al finalizarlos te dejan con la sensación de haber sido partícipe de algo grande. Y Uncharted 2 no le envidia nada a ningún otro título de este año, ni de muchos otros… una joya intemporal.

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1. Dragon Age: Origins
La elección de juego de año no suele ser nunca una decisión fácil, hay decenas de juegos entre los que elegir, todos dignos de las mejores consideraciones, de altas notas y de las mayores alabanzas por parte de crítica y público. Este año no iba a ser diferente y el debate interno dentro de la redacción de MeriStation ha sido intenso y apasionado, como corresponde a un grupo de grandes aficionados a este medio. Han sido varios los títulos que se han nombrado, juegos de enorme y contrastada calidad como Street Fighter IV o Modern Warfare 2, uno por redescubrirnos lo mejor de una saga clásica e inmortal, otro por continuar con la excelente línea de su predecesor y encarnar como ninguno lo que hoy se entiende como una gran superproducción en el mundo de los videojuegos; ejemplos notables, pero no únicos, tal y como se puede apreciar en este artículo. Sólo al final quedaría claro que el galardón se concedería al ganador de una dura batalla entre dos juegos superlativos: Uncharted 2 y Dragon Age. Defensores de uno y otro título han deliberado y ofrecido los mejores argumentos no sólo para poner de relieve sus puntos de vista, sino también para convencer a los demás de que ese era el camino correcto.

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Ser profesional implica, entre otras cosas, ser capaz de ofrecer los mejores argumentos para convencer a los demás de un punto de vista, ya sean a lectores o a compañeros de trabajo y está claro que en la defensa de uno u otro voto, cada uno de los integrantes de esta revista ha puesto lo mejor de sí mismo y dado a sus opiniones el peso que la ocasión merecía. Pero al final, como manda la tradición de los Inmortales, sólo puede quedar uno. Cuando se habla de dos juegos tan excelentes -y diferentes entre sí- como los dos nombrados, es difícil de considerar qué es lo que le da esa ventaja mínima al ganador para imponerse a su contrincante, ya que en una batalla tan dura, la más mínima ventaja acaba marcando la diferencia. En este caso, la gran diferencia ha estado marcada por las emociones que despiertan uno y otro juego. Uncharted 2 es un juego emocinante, cuenta con una historia excelente, una dirección sobresaliente y unos personajes brillantes, empezando por un inconmesurable Nathan Drake, ya uno de los mayores legados que dejará esta generación cuando se recuerde en un futuro lejano. Pero Dragon Age tiene algo de mágico en su planteamiento: una sentido de la épica que Uncharted II no puede igualar.

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Bioware cuidó durante largos años de desarrollo todos los aspectos que daban a forma a Dragon Age, construyendo un universo vibrante y original, enormemente rico en detalles y muy creíble, algo nada fácil de conseguir en un género tan trillado como la Alta Fantasía. Ese mundo, su historia, sus orígenes y los detalles que han dado paso a los acontecimientos que se viven en Dragon Age están expertamente creados para resultar creíbles, parte indispensable para dar el siguiente paso, que es hacer que el jugador acepte que su paso, para bien o para mal, está dejando una huella indeleble en ese universo tan creíble y detallado. No contentos con tan trabajada ilusión, la compañía canadiense pasa a un plano más personal y rodea al protagonista de una serie de personajes con marcadas personalidades, que dan un contexto más cercano a las acciones del jugador; si hay algo verdaderamente difícil en un videojuego, es conseguir que a uno le importen sus compañeros virtuales, darles ese aliento vital para que sus polígonos y sus texturas merezcan un reconocimiento por parte del que está al otro lado de la pantalla.

Y sí, el protagonista los puede traicionar o tratarlos como basura, pero no lo hará desde la indiferencia de saber que sus acciones no tienen importancia. Bioware se ha encargado de que esos compañeros sean una parte ineludible de la experiencia de Dragon Age, no como piezas necesarias en un grupo de aventureros que debe sobrevivir a lo imposible, sino como personajes que exhiben convincentemente su "humanidad", sus defectos, sueños, ambiciones, historias y, por supuesto, también sus opiniones sobre los pasos que el protagonista está dando. Cuando se finaliza la aventura, queda la sensación de haber dejado una huella palpable en ese mundo, pero muchos jugadores podrán levantarse de la silla y decir que sus compañeros han hecho lo mismo en él. Ese hálito vital es quizas el mayor activo de Dragon Age, pero no es el único. Hay también otro elemento que hace distinguir a este trabajo: su sentido de la excepcionalidad. En unos años posiblemente veamos de nuevo a Nathan Drake en una aventura más grande y mejor, con mejores gráficos y más elementos que difuminen aún más las diferencias entre una gran producción cinematográfica y un videojuego, pero títulos como éste, capaces de ofrecer un universo tan impactante con todo lujo de detalles, aparecen muy de vez en cuando -e incluso cuando lo hacen, no siempre vienen acompañados de una producción tan excelente en todos los aspectos como la de Dragon Age y quedan cojos en algún aspecto vital e importante que les resta brillo-.

Y se pueden seguir sumando cualidades, como la riqueza de sus grandes y pequeñas historias, los elaborados sistemas políticos de cada pueblo, las pequeñas historias que dibujan las relaciones entre las diferentes razas, la crudeza de algunas de las situaciones a las que el grupo se ve expuesto, la brillantez de los orígenes, que permite crear a un personaje con un adecuado contexto inicial para sus aventuras. Por no hablar del combate, capaz de ofrecer todo tipo de situaciones en las que la táctica del jugador marca la diferencia, especialmente en los niveles de dificultad de más alto, un rasgo indispensable para un juego que se puede considerar como el sucesor espiritual de Baldur's Gate con todas las de la ley. El título de Bioware en cambio es redondo en todos sus aspectos técnicos y creativos, pero además ofrece la sensación de que pasarán mucho tiempo hasta la próxima aventura capaz de causar este impacto y que ofrezca tanto en todos sus apartados. Es ese sentido de la excepcionalidad el que nos ha convencido para dar a este título el pequeño empujón que necesitaba para imponerse como nuestra elección de juego del año.

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