Final Fantasy: The Crystal Bearers, Impresiones
La producción más ambiciosa de Square Enix para Wii comienza a mostrar todas sus cartas. FF Crystal Chronicles: The Crystal Bearers pretende convertirse en el título que encumbre a la subsaga inicialmente creada en GameCube a las cotas de calidad que la hagan digna de merecer el nombre de Final Fantasy. ¿Lo conseguirá?
Final Fantasy es sin duda la franquicia JRPG más afamada y laureada del orbe terráqueo. Todo aquel versado en la corta pero intensa historia de nuestro querido mundillo conoce al dedillo la historia inicial de esta franquicia. Un juego denominado Final Fantasy irrumpió en el catálogo de Famicom (la NES japonesa) a finales de 1987, siendo el canto del cisne de un estudio de desarrollo, Square Soft (actualmente Square Enix), que después de poner en el mercado varios títulos de escaso éxito estaba condenada a desaparecer. Pero he aquí que ese último cartucho dio en el blanco, vendiendo la friolera de 400.000 copias, lo que consiguió salvar a la compañía. A partir de entonces la saga Final Fantasy no hizo sino crecer en popularidad y calidad, con dos entregas más para NES y tres para Super Nintendo que convirtieron a la franquicia en el primer referente a nivel internacional de la particular forma japonesa de entender los RPGs.
La séptima entrega de la serie, en principio planeada para Super Nintendo (su desarrollo se paró en beneficio de Chrono Trigger, lo que propició su lanzamiento en la generación de consolas que sucedió a los 16 bits), acabó convirtiéndose en el proyecto más ambicioso jamás visto hasta entonces. Un total de 120 programadores abarrotaron los estudios de Square Soft para desarrollar un título destinado a hacer Historia con mayúscula. La cantidad de información que incluiría el juego hacía necesario el uso del formato de almacenamiento más en boga por entonces, el CD. Sin embargo, Nintendo planeaba seguir usando el cartucho en su consola de próxima generación (Nintendo 64), por lo que finalmente Square decidió romper las tumultuosas relaciones mantenidas con la compañía nipona para pasarse a Sony. Así, Final Fantasy VII vio finalmente la luz en 1997 para PS1. La franquicia abandonó la casa que la vio nacer para no regresar hasta mucho tiempo después.
Dicho regreso acabó haciéndose realidad en 2003, cuando Square anunció el desarrollo de Final Fantasy: Crystal Chronicles para Nintendo GameCube. Las expectativas creadas en torno a dicho título fueron estratosféricas desde el principio, antes incluso de conocer dato alguno referente al juego. No era para menos, dado que la franquicia Final Fantasy regresaba a la que había sido su casa a lo largo de casi una década. Sin embargo, Square no pretendía crear con Crystal Chronicles un FF al uso, sino una subsaga dentro del enorme mosaico de la franquicia en la que, en lugar de mantenerse fiel a la mecánica de RPG monojugador por turnos, pasara a desarrollarse en el terreno del Action RPG multijugador cooperativo. FF: Crystal Chronicles acabó dejando un sabor agridulce a los aficionados, dado que el juego no terminó de funcionar al adolecer de problemas jugables, una estética extremadamente infantil (típica en los Action RPG nipones) y un argumento simplón que se encontraba a años luz de lo habitual en un FF.
Pero Square no se rindió, y ya en la actual generación lleva lanzados cuatro juegos más de la subsaga Crystal Chronicles. Dichos títulos son Ring of Fates para Nintendo DS (solvente ARPG que cosechó una puntuación de 35/40 en la afamada revista nipona Famitsu), My Life as a King para WiiWare (título que cambia completamente de género, pasando a la construcción y gestión de ciudades al estilo Sin City), Echoes of Time para DS y Wii (buen título en portátil, infructuoso en Wii al tratarse de un port directo de DS) y My Life as a Darklord para WiiWare (de nuevo cambiamos por completo de género, encontrándonos en esta ocasión ante un notable tower defense). Así, si exceptuamos los dos lanzamientos destinados a la plataforma de descarga de Wii, nos encontramos con que Crystal Chronicles aún no cuenta con una entrega en plataformas de sobremesa que haga gala de la suficiente calidad como para ser tenida en cuenta.
El título que nos ocupa, FF Crystal Chronicles: The Crystal Bearers, pretende alcanzar las cotas de calidad ausentes tanto en el Crystal Chronicles original como en el innecesario Echoes of Time de Wii. The Crystal Bearers es con diferencia el juego más ambicioso creado hasta la fecha por Square dentro de esta subsaga. Prueba fehaciente de ello es que han sido necesarios un total de cuatro años de desarrollo (salpicados de retrasos e incluso rumores de cancelación) hasta llegar a la versión preview y ya prácticamente definitiva que se encuentra en nuestras manos, dado que el título fue inicialmente anunciado durante el E3 celebrado en 2005. A falta de su lanzamiento europeo definitivo, el cual se producirá en febrero del inminente 2010, es hora de ofreceros nuestras primeras impresiones jugables con un título en principio destinado a convertirse tanto en el mejor juego de la subsaga Crystal Chronicles como en el referente de Wii en lo que a Action RPG se refiere. ¿Lo conseguirá? Veamos
My life as a crystal bearer
De entrada, Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers rompe acertadamente con un par de características que, a pesar de ser seña de identidad de la subsaga, no eran demasiado acertadas, o más bien habría que decir que no habían sabido serlo. Por regla general, los Crystal Chronicles anteriores ofrecían un aspecto marcadamente infantil y aniñado en lo referente a diseños de personajes y escenarios. Ello había sido desde tiempos inmemoriales una regla no escrita y seguida a rajatabla en los Action RPG nipones, aunque en los últimos años, siguiendo una clara influencia proveniente de los mucho más maduros y adultos (en cuanto a estética) Action RPG occidentales, la tendencia se está invirtiendo, algo de lo que da buena fe The Crystal Bearers. Los personajes con rasgos humanos del juego que nos ocupa ya no ofrecen el aspecto de niños de corta edad, sino de jóvenes adolescentes de unos 15-16 años (en algo hemos ganado, como diría aquel). Así mismo, el resto de diseños referentes a las diferentes razas y especies del juego se encuentran mucho más elaborados y detallados, algo también aplicable a los escenarios.
El otro aspecto general de la franquicia con el que se ha decidido romper de raíz ha sido el multijugador, característica que no acababa de cuajar en Crystal Chronicles anteriores pese a ser en un inicio la principal seña de identidad con la que esta subsaga pretendía destacar respecto al resto de títulos existentes en la franquicia Final Fantasy. Así, en The Crystal Bearers el multijugador pasa a ser como mucho testimonial, ya que todo se encuentra claramente enfocado a la experiencia monojugador como en cualquier Final Fantasy clásico. Dicho esto, es hora de ofreceros nuestras impresiones tras haber experimentado las primeras horas con la versión preview llegada a redacción, la cual prácticamente puede considerarse final de no ser porque los textos se encuentran en inglés (el juego que aparecerá en las estanterías de las tiendas afortunadamente estará traducido al castellano).
El argumento de FFCC: The Crystal Bearers se sitúa un milenio después de los hechos acontecidos en el Crystal Chronicles original. Una cruenta guerra aconteció entre dos de las especies del universo CC: los liltys y los yukes, versados en tecnología y magia respectivamente. El cruento conflicto se saldó con la derrota y extinción de los yukes, dado que los liltys consiguieron destruir el cristal sagrado que se había convertido en principal razón del sustento de sus enemigos. Los siglos pasaron y la magia cayó en desuso a favor de la tecnología, hasta el punto de que los versados en las artes arcanas fueron perseguidos y apartados de la sociedad. Ya en la época en la que transcurre The Crystal Bearers, tomamos el rol de un joven adolescente llamado Layle, el cual presta sus servicios como mercenario y se encuentra actualmente escoltando el vuelo inaugural de Alexis, la nave construida con el objetivo de convertirse en el orgullo de la flota lilty. El barco aéreo está a punto de llegar a su destino cuando sufre un repentino ataque por parte de una armada desconocida, así que Layle entra en acción y comienza a deshacerse de sus enemigos haciendo gala de unos grandes poderes telekinéticos que maneja con denostada solvencia.
Aunque desconocemos el origen de los poderes de Layle, lo que sí sabemos desde un principio es que es un crystal bearer o portador del cristal. Una pequeña esquirla de cristal mágico incrustada en su mejilla le otorga enormes dotes telekinéticas que le permiten mover y manipular a placer cualquier cosa con un simple gesto de su mano, ya sean cajas, balas, enemigos, interruptores, etc. La personalidad de Layle (sí, afortunadamente nuestro protagonista cuenta con personalidad definida y diálogos, algo no muy habitual en los Action RPG nipones) se intuye definida en su mayoría por el hecho de ser un crystal bearer, ya que nos encontramos ante un joven despreocupado y alegre pese a ser rechazado por la mayoría de la sociedad debido a su condición; la actitud de Layle frente a su situación social viene a colación de que es plenamente consciente de que su extrema habilidad en el uso de la telekinesis es una envidiable virtud en lugar de una vergonzante maldición.
Para entendernos, Layle va 'de sobrado' por la vida. Y no es para menos, dado que su poder le permite enfrentarse a cualquier reto con sobradas garantías de éxito. No necesita armas o apoyo de terceros puesto que con unos cuantos gestos de mano es capaz de tumbar al ejército más numeroso. La habilidad de Layle ha sido implementada en el desarrollo de The Crystal Bearers con gran acierto y de forma sencilla. Así, usaremos el wiimote para apuntar a la pantalla, enfocando el punto de mira sobre el objeto, enemigo, interruptor que pretendemos manipular a distancia. Dependiendo de su tamaño, tardaremos más o menos tiempo en 'enlazarlo' a nuestra telekinesia. Una vez hecho esto, sólo tendremos que agitar el mando de Wii a izquierda, derecha, arriba o abajo para que el poder de Layle comience a hacer estragos en su objetivo.
Layle también cuenta con la posibilidad de envolver al objetivo en una burbuja kinética que lo dejará suspendido sobre su cabeza (obviamente, no será posible hacer esto con todos los objetivos, como por ejemplo un interruptor anclado a la pared). Entonces, nuestro héroe podrá trasportarlo donde le plazca, así como arrojarlo a placer tras apuntar el wiimote hacia la pantalla y pulsar el botón B. Esta técnica es ideal en los combates, ya que podremos convertir a objetos y enemigos en armas arrojadizas cuya certeza de impacto dependerá de nuestra habilidad a la hora de apuntar. Para controlar los movimientos del personaje en sí usaremos el stick analógico del nunchuck, aunque existirán secciones al estilo shooter sobre raíles en las que sólo deberemos preocuparnos de apuntar a la pantalla y crear un absoluto caos al empujar, zarandear y estrellar a nuestros enemigos a placer.
Como buen Action RPG, los combates no son aleatorios, existiendo zonas delimitadas en las que tendremos que enfrentarnos a criaturas de todo tipo y condición dotadas de un notable diseño, aunque sin duda las más destacables son aquellas que suponen un guiño al bestiario clásico de Final Fantasy, entre las que se cuentan los bombs y cactilios más que familiares para el aficionado a la franquicia. Eso sí, la forma en la que se presentan dichos combates es bastante curiosa. Cada una de estas zonas peligrosas posee dos versiones, una en la que los lugareños campan a sus anchas y otra en la que el escenario se puebla de monstruos y adversarios. Ambas versiones se van alternando conforme pasa el tiempo, lo que hará que los lugareños desaparezcan del mapa como por arte de magia para dejar paso a los enemigos, sucediendo varios minutos después lo mismo pero a la inversa, y vuelta a empezar.
Los enemigos existentes en la versión 'maligna' del escenario surgirán de unos portales oscuros suspendidos en el aire, los cuales deberemos cerrar con nuestra telekinesia tras haber dado cuenta de todas las criaturas presentes en el escenario. Si lo hacemos bien obtendremos un jugoso ítem de expansión permanente de salud, y si lo hacemos mal habrá que volver a empezar. Y es que aquí no sólo entra en juego la dificultad de eliminar a los adversarios, sino que también tendremos que luchar contra el tiempo dado que si el escenario 'maligno' se cierra para dejar paso al benigno, cuando la situación se revierta se 'reseteará' todo, teniendo que volver a enfrentarnos al número de enemigos inicial aunque sólo quedara uno de ellos la última vez que se cerró el portal de manera automática.
Curiosamente, los propios enemigos pueden estorbarse entre ellos, por lo que si somos lo bastante avispados podremos cerrar los portales pese a que en un principio nos parezca imposible hacerlo al haber demasiados contrincantes como para eliminarlos dentro del límite de tiempo. Por poner unos cuantos ejemplos, existen una suerte de perros salvajes que, como buenos canes, se pirran por los huesos, mientras otros de nuestros adversarios serán esqueletos andantes. Atraer la atención de los perros sobre alguno de los esqueletos hará que nos libremos de sus ataques durante un corto periodo de tiempo, por lo que podremos eliminarlos con mayor facilidad. Y es que muchos de nuestros enemigos poseen una característica especial que podemos usar en nuestro propio beneficio, siendo uno de los casos más evidentes el de los bombs. Alzar con nuestra telekinesia a un bomb a punto de morir supondrá hacernos con una potente bomba arrojadiza cuya onda expansiva podrá borrar del mapa a varios enemigos simultáneamente.
Obviamente, no todo en The Crystal Bearers será luchar, por lo que también visitaremos ciudades y localizaciones variopintas en las que poder comprar artículos, recibir encargos de misiones o desvelar numerosos secretos, estos últimos principalmente en forma de cofres del tesoro que por regla general nos otorgarán jugosos guiles (la legendaria moneda oficial de la franquicia Final Fantasy) con los que ir de compras. Los NPC que suelen pulular por estos escenarios se comportan de manera bastante curiosa, mostrándose mucho más activos de lo que suele ser habitual en un JRPG al uso quizás incluso demasiado, aunque ya concretaremos más este aspecto cuando llegue la hora de redactar el análisis definitivo.
En lo referente al apartado audiovisual, se nota que FF Crystal Chronicles: The Crystal Bearers ha sido creado como título exclusivo de Wii, así como también se percibe que Square, a la hora de exprimir el potencial técnico de la consola, ha puesto todo el énfasis del que careció durante el desarrollo exprés del más que deficiente FFCC: Echoes of Time. Gráficamente hablando, The Crystal Chronicles luce espectacular, pudiendo codearse sin problemas a nivel técnico con los lanzamientos third parties más recientes y punteros, como el notable Resident Evil: The Darkside Chronicles o el inminente Tatsunoko Vs. Capcom. En lo referente al audio destaca un más que decente doblaje al inglés (dada la lamentable política de Square Enix en lo referente a localizaciones en otros idiomas que no sean inglés o japonés, abandonamos de antemano toda esperanza de poder disfrutar el juego con voces dobladas al castellano), aunque los efectos de sonido nos han parecido demasiado simples y monótonos. Musicalmente hablando el juego ralla a un nivel extraordinario, con composiciones instrumentales (nada de usar el chip de sonido de la consola, afortunadamente) variadas y de denostada calidad.
En definitiva, nuestra primera toma de contacto con Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers nos ha dejado un buen sabor de boca, aunque hay que tener en cuenta que, entre otros fallos, hemos detectado tanto problemas a la hora de controlar la cámara durante los combates como que el juego, pese a contar con unos personajes carismáticos y bien desarrollados, posee un hilo narrativo bastante tópico y carente de interés (algo que podría cambiar conforme vayamos avanzando en la aventura, así que aún dejaremos una puerta abierta a la esperanza). The Crystal Bearers llegará a las estanterías de las tiendas europeas el próximo cinco de febrero de 2010, por lo que unos cuantos días antes tendréis disponible un exhaustivo análisis en el que desgranaremos pormenorizadamente las carencias y virtudes del título.
Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers
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