Assassin's Creed II
Cuando falta un mes escaso para que Assassin's Creed II salga a la venta, la secuela de ese asesino que tan bien lucía en los primeros compases de la presente generación muestra nuevos detalles acerca de su historia, su desarrollo jugable y algunas de las sorpresas que ha estado guardando durante más de años de incubación. UbiSoft quiere ofrecer lo que se presupuso y no se llegó a cumplir en la primera entrega en este segundo intento ambientado en la Florencia del siglo XV. Pleno renacimiento. Unos siglos después del último viaje de Desmond. Pero con un mismo objetivo.
La prensa internacional ha podido acercarse un poco más a la obra de Ubisoft Montreal ahora que su lanzamiento está más cerca que nunca. Y parece ser que la voluntad de equiparar el bello aspecto técnico que ya lucía Assassin's Creed con un desarrollo jugable a la altura ha sido una de las principales preocupaciones de la compañía del viejo continente. Con una historia que sigue inmediatamente después el final de la primera parte, a nuestro particular conejito de indias le espera Animus, la máquina que le permite seguir viajando por su memoria genética. Sin ánimo de destripar demasiado, la situación en el laboratorio es límite, por lo que el viaje al renacimiento se interrumpirá para repetirse, de nuevo, con un Animus 2.0.
Ezio Auditore de Firenze es el personaje que sustituye a Altaïr en lo que a matar se refiere. El protagonista italiano empezará a mostrar sus habilidades desde un buen inicio a modo de tutorial. Una pequeña melé servirá para hacernos con los controles en el cuerpo a cuerpo, bastante sencillos y sintetizados en un botón de ataque y otro de agarre, que combinado permitirá algunas variables en la lucha. A esto se le añade la posibilidad de cubrirse de las embestidas enemigas y también poder realizar contraataques.
Otro de los aspectos que parece ser relevante de cara a la segunda parte de Assassin's Creed es el del desarrollo personal del personaje a lo largo de la aventura. Durante los primeros compases de juego conoceremos el entorno familiar de Ezio e iremos sabiendo más cosas sobre su familia y motivaciones. De esta manera nos iremos familiarizando con algunas de las tareas que pasaran a enriquecer la aventura y uno de los pasos al frente más importantes de Ubisoft después de las quejas recibidas en su primera parte por la repetición de misiones. La exploración, hacer encargos que vayan más allá del asesinato de turno y la relación con los NPC ha aumentado en variedad.
No es lo único que ha cambiado. El dinero tiene su papel relevante en Florencia. Con él podremos ser atendidos por el médico de turno (novedad: se deja atrás el sistema de autorecuperación tan manido hoy en día). Y será importante tener los bolsillos llenos. Por eso, habrá distintas tareas a realizar como objetos para recoger -por ejemplo, ropa de los enemigos, que luego se venderá por algunas monedas o, directamente, robar. Una de las grandes novedades será la de tener un terreno propio (desértico al principio) en los que construir distintos edificios y hacer que la gente viva y pague por estar en nuestros dominios. Una idea que abre un sinfín de posibilidades. Dinero inicial para invertir. Dinero que se genera posteriormente para gastar.
Assassin's Creed 2, después de un giro argumental en el que toda la familia de Ezio esté llamada a la muerte, basará su transcurso, como ya pasó en la primera entrega, en la acción. Aunque en este caso, el desarrollo será mucho más variado. Las posibilidades, no sólo a la hora de escapar, sino también contando con la ayuda de otros personajes, con opciones que el ya conocido matar sigilosamente o enfrentarse a todos de cara, se ven multiplicadas por la reacción de los enemigos. Ya no son clones. Ahora habrá algunos que se lanzarán a por nosotros por la fuerza; otros que buscarán hasta debajo de las piedras y un tercer enemigo que tiene las mismas habilidades que Ezio, por lo que su movimiento por el mapeado puede derivar en nuestra propia sombra.
A esto se le añade el nuevo arsenal del protagonista. Desde martillos, pistolas de corta distancia, gran variedad de espadas y el doble cuchillo, una arma letal que permitirá cometer asesinatos a pares. Ezio tendrá la capacidad de hacerse con las armas de los enemigos en medio de los combates, dando mayor profundidad de juego a las luchas callejeras. Las armas, así como los ropajes, podrán mejorarse a medida que avanza la aventura. Todo con su correspondiente precio, naturalmente.
El vasto mundo de Assassin's Creed II deja atrás otras lagunas de la primera entrega. Por ejemplo, hay un montón de misiones secundarias. Entre ellas, unas mazmorras secretas que nos permitirán convertirnos, por unos momentos, en exploradores al más puro estilo Nathan Drake para superarlas. Aquí el cuerpo a cuerpo queda en un lugar secundario para dar paso a trepar por paredes y explorar cada rincón. Aunque la primera dificultad será la de encontrar las mismas mazmorras. A eso se le añaden nuevos objetos coleccionables que sustituyen las banderas esparcidas en la tercera cruzada.
Técnicamente el juego sigue luciendo de manera espectacular. En este caso, se gana mucho más colorido. Se ha seguido trazando una línea fiel en cada uno de los rincones históricos que se representan en el juego, como iglesias o monumentos que parecen calcos de su homónimo en la vida real, y las animaciones -gracias al nuevo armamento- se han visto mejoradas. El resultado final, con las grandes ciudades de Italia representadas al detalle y precisión, está a la altura de las expectativas. Aunque en este aspecto Ubisoft ya dejó sobrada a la primera de las entregas. A mediados de noviembre, día 19, sabremos si las mejoras, a lo largo del juego, lo convierten en lo que Assassin's Creed ya quiso ser en 2007.
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