Guilty Gear 2: Overture
- Plataforma3606
- GéneroAcción
- DesarrolladorArc System Works
- Lanzamiento24/09/2009
- TextoEspañol
- VocesInglés
Cambio de registro
Tras una larga carrera en el género de la lucha, la franquicia de Arc System Works se convierte en un beat'em up con un toque estratégico. Largo, frenético y con abundantes modos de juego para uno o varios usuarios, Guilty Gear 2 consigue ser una alternativa interesante, pese a lo tardía de su llegada y lo denso de su argumento y jugabilidad.
Se ha tomado su tiempo para llegar, y eso en cierto modo le pasa un poco de factura en el apartado técnico. No en vano, Guilty Gear 2: Overture llegó al mercado nipón hace ya casi dos años, mientras que al norteamericano lo haría hace casi doce meses. Puede que seamos los últimos en poder disfrutarlo, pero no por eso vamos a ocultar la verdad: es de agradecer que este tipo de productos lleguen a nuestro territorio, ya que no son pocos los aficionados a los títulos japoneses que se suelen ver privados de disfrutar un importante número de juegos porque no son capaces de traspasar fronteras. Independientemente de cómo haya envejecido, o del sistema de juego tan particular, se trata de una entrega importante de una gran franquicia, cuya ausencia en Europa se hacía notar.
Decimos que es importante porque, por fin, Arc System Works se ha arriesgado a poner el número 2 detrás del título. Los seguidores de esta gran saga de lucha han disfrutado con varias versiones y revisiones de Guilty Gear, Guilty Gear X, Guilty Gear XX, Guilty Gear Judgment, Guilty Gear Isuka En algunos casos, con importantes novedades respecto a las entregas anteriores; en la mayoría, pequeñas mejoras a una fórmula que parecía incapaz de dar un paso adelante claro. Curiosamente, cuando por fin se han arriesgado, tras casi una década de juegos de lucha, el 2 que acompaña al título implica un cambio radical de dinámica, de estilo de juego, incluso de presentación. Lejos quedan los combos, los intercambios de golpes y los uno contra uno: demos la bienvenida a un complejo juego de acción y estrategia.
El monarca sabe bien quién le puede ayudar, y ese no es otro que su viejo conocido Sol Badguy, que de por sí, además de un gran guerrero, es un prototipo de Gear. Empieza así una historia bastante densa y complicada, que posiblemente los desconocedores del universo Guilty Gear no terminen de comprender. Hay algunos saltos espaciotemporales que no están del todo bien explicados, así como personajes que no terminan de cuajar, pero lo que no se puede negar es que consigue explicar y avanzar en la historia de la franquicia. Por ejemplo, la famosa figura sombría de los Guilty Gear, 'That Man', hace acto de presencia en esta entrega y juega un papel muy importante en el devenir de los acontecimientos. Además de muchas otras sorpresas y guiños a los seguidores de la franquicia, que no vamos a desvelar antes de tiempo.
El plantel de personajes principales, como ya hemos dicho, está encabezado por Sol y Ky, que en esta entrega presentan motivaciones muy particulares y bien desarrolladas, ayudando a dar forma a su personalidad. Ambos son mucho más profundos en todos los aspectos de lo que vivimos en su etapa en el género de la lucha, y eso es algo de agradecer. Otros personajes son Sin, el guerrero que acompaña a Sol en su viaje; Izuna, un espíritu de zorro de otro plano de existencia que se aparece a Sol y Sin y les ayuda; el Dr. Paradigm, un dragón y Gear que domina los conjuros mágicos; Valentine, una chica extraña y de pocas palabras que nos complicará las cosas desde el principio; Raven, un siervo de That Man; y, por supuesto, el propio That Man.
Nosotros tendremos control directo sobre el personaje principal en todo momento (sea el que sea), el cual contará con una importante gama de movimientos de ataque. Para empezar, tenemos ataques normales, pero también ataques especiales que consumirán energía de la barra de especial, que se localiza justo debajo de la de nuestra vida, en la parte inferior de la pantalla. También podremos saltar y correr, utilizar objetos (que recogeremos en cofres desperdigados por los escenarios), o utilizar el 'lock on' en los enemigos para que todos nuestros ataques se centren en ellos. Combinando botones (junto con el analógico izquierdo) realizaremos distintos golpes y combos, algunos más efectivos que otros según el tipo de enemigo con el que nos encontremos.
En el mapa hay dos puntos clave: nuestra base y la del rival, los llamados 'masterghost'. El objetivo principal es aniquilar la estructura enemiga y evitar que hagan lo propio con la nuestra. Para ello, deberemos reclutar tropas (algo que también puede hacer el rival) y ganar fuerza en el mapa dominando los diversos puntos intermedios, que servirán de fuentes desde las que obtener más miembros para nuestro ejército de ataque. Para controlar estos aspectos estratégicos, tendremos acceso a un menú desde el que determinar qué tipo de tropa queremos crear, así como el camino que queremos que sigan. Por lo general, los mapas tienen distintos caminos, pudiendo tomar atajos o preparar emboscadas atacando desde diversos frentes al mismo tiempo.
Los tipos de unidad son diversos, y tienen distintas potencias de ataque y habilidades; estas tropas están regidas por un sistema de superioridad perfectamente equilibrado, en el que las de un tipo son fuertes contra otro tipo concreto, pero débiles frente al tercero. En este aspecto, el juego requiere bastante práctica para aprender a utilizar todas nuestras armas con acierto, y a hacerlo lo bastante rápido como para no quedarnos rezagados en nuestra lucha por la dominación del mapa. Además de para enfrentarse contra las tropas enemigas, nuestros ejércitos serán clave para convertir las estructuras a nuestro color, ya que el daño que les infligimos con el personaje es mínimo, siendo prácticamente obligatorio utilizar nuestras tropas para que se encarguen de esta labor y rematar la faena cuando esté a punto.
Como es lógico, en esta batalla por el control tenemos un rival tan poderoso como nosotros (o incluso más), que será el principal escollo al que enfrentarnos. Estará casi siempre pegado a su base, protegiendo su estructura básica con ataques potentes y ataques mágicos, además de invocar incesantemente refuerzos en el campo de batalla. Al atacarle y derrotarle debilitamos su barrera protectora, pero incluso entonces seguirá vivo, mientras intentamos que nuestras fuerzas destrocen la estructura enemiga. En caso de que nuestra vitalidad se vea comprometida, y nuestras tropas muy mermadas, siempre podemos replegarnos y recuperar energía en nuestra base. Por lo general, los combates son un constante tira y afloja entre las fuerzas involucradas, y siempre bajo la presión de un cronómetro inexorable que nos impone lograr el objetivo antes de que llegue a cero.
Pero hay vida más allá del modo Historia, y es mucho lo que nos espera. Tenemos un Modo Libre en el que se nos plantean unas 16 pantallas con retos para superar, del tipo Supervivencia o Conquista; podremos participar en este modo con cualquiera de los personajes, y habrá logros involucrados por conseguirlo. También tenemos un modo Exhibición, y la posibilidad de disputar combates multijugador (para de 1 a 4 jugadores) tanto en la misma consola como a través de Xbox Live. Pese a que, de por sí, la dinámica de juego es siempre la misma, al presentarla de diferentes maneras y con atractivos particulares según el modo, consigue superar un poco la monotonía de las largas misiones que se nos proponen.
Pero también queremos ser justos en este aspecto, y pese a la extrema sencillez gráfica, hay que reconocer que Guilty Gear 2 consigue mostrar en pantalla lo que quiere. Cierto es que hay algunos efectos de partículas bastante molestos, y la aglomeración de formas incomprensibles en pantalla puede acabar resultando un completo caos en el que no sabremos quiénes somos ni cuál era nuestro objetivo. El apartado sonoro nos presenta, en cambio algunas grandes melodías, buenos efectos de sonido y algún que otro guiño a los seguidores de la franquicia. Desgraciadamente, el doblaje (en inglés) no es ninguna maravilla, y la imposibilidad de pasar los cuadros de texto nos obliga a disfrutarlos al completo aunque no queramos durante las secuencias de vídeo (a no ser que optemos por pasar directamente toda la escena).
Lo que no se ha visto afectado por el paso del tiempo es la jugabilidad, que sigue siendo igual hoy que hace dos años; la fórmula básica de Guilty Gear 2 es clásica en el mundo de los videojuegos, un beat'em up directo y cargado de acción, con algunos toques de estrategia de los que podemos prescindir. Overture nos ofrece la posibilidad de, si queremos, dejar que sea la máquina la encargada de generar nuestras tropas y darles las órdenes principales (podemos recuperar el control en cualquier momento si así lo deseamos). También tendremos tres niveles de dificultad para adaptar el título a nuestra habilidad. Pero todo esto no basta para disimular la gran exigencia de esta nueva entrega de Guilty Gear, un título que nos pide mucho y no siempre nos recompensa por ello.
El control de los personajes está muy bien implementado, y resulta intuitivo y veloz en su respuesta, al y como se requería en un título tan frenético como este; tan sólo destacar en este aspecto lo complejo del control mientras corremos, por momentos desesperante, pese a no ser un movimiento de uso obligatorio. De lo que no cabe duda es de que, si se supera la primera fase de Guilty Gear 2 y se disfruta con su jugabilidad y dinámica tan particulares, el juego tiene mucho por ofrecer, tanto online como offline. Desgraciadamente, no sale demasiado de su rutina básica y, por eso mismo, no se trata de un juego apto para todo tipo de usuarios.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.