Borderlands, Impresiones
Importantes cambios en un título que, pese a todo, no ha perdido sus elementos básicos. Borderlands es un FPS en un mundo abierto pensado para disfrutar en equipos de cuatro personas, y que nos está dejando un muy buen sabor de boca. Diversión y buenas ideas se conjugan en este juego de acción pura.
En sus inicios, Gearbox Software destacó por haberse dedicado a crear expansiones y ports de franquicias de renombre, como Half-Life, Tony Hawk's Pro Skater o Halo: Combat Evolved; su habilidad fue tal que pronto tuvieron su oportunidad de desarrollar una licencia original con Brothers in Arms, y no defraudaron creando una nueva franquicia de éxito y reconocimiento internacional. Pero durante los últimos años, la compañía ha estado enfrascada sobre todo en una nueva licencia original de cosecha propia, en colaboración con 2K: Borderlands. Un juego que se ha hecho esperar, y tal vez por eso mismo ponerle las manos encima a una versión ya casi final es un momento de satisfacción.
Hemos seguido muy de cerca la evolución del título, que ha sido sometido durante su desarrollo a importantes cambios en cuanto a diseño, concepto e ideas; el resultado dista mucho del proyecto inicial, convirtiéndose casi en otro juego diferente, pero no por ello le sienta mal el nuevo planteamiento. Lejos de la seriedad con la que se presentaba originalmente Borderlands, ahora se ha convertido en una propuesta desenfadada, animada y cargada de acción desenfrenada; pensado sobre todo para disfrutar con amigos, en esta ocasión vamos a hablar principalmente de lo que es la campaña en solitario. Pese a que juguemos solos, lo cierto es que la campaña y las misiones, tal y como se nos ha dicho en infinidad de ocasiones, serán las mismas si contamos con la ayuda de varios amigos.
Al iniciar nuestra partida, lo primero que nos llama la atención es que no sólo se ha producido un cambio radical en el aspecto visual, sino también en el planteamiento básico de la historia. En el año 2007, durante la Games Convention de Leipzig, asistimos a la presentación del título; en aquella ocasión, vimos cómo la humanidad coloniza un planeta llamado Pandora, pero se arrepiente de ello ya que es un planeta tan peligroso que todos los habitantes vivían encerrados en una gran base, aislados del mundo exterior y luchando por su supervivencia. Para ello, se ven obligados a salir fuera de sus fronteras y enfrentarse al cambio del ciclo climático y a las peligrosas criaturas que han salido de su hibernación, con el fin de llegar hasta una bóveda en la que, en teoría, hay tecnología alienígena y otros secretos.
Recordar este argumento es inevitable, cuando nos ponemos a los mandos de lo que finalmente será Borderlands, y nos percatamos de los importantes cambios que ha sufrido. Atrás queda la gravedad, los tonos grises y esa desesperanza que se nos transmitía a través de la pantalla: ahora predomina el color, el buen humor y la diversión directa. Lo cierto es que, tras haber disfrutado de varias horas con el juego, hay que reconocer que el cambio de ambientación le sienta como un guante a la jugabilidad, consiguiendo que Borderlands sea un producto mucho más divertido y directo, apto para todo usuario que busque acción directa y disfrutar de partidas rápidas cumpliendo unas cuantas misiones, sin preocuparse de las implicaciones de sus acciones.
Se mantiene, eso sí, la ambientación post-apocalíptica, con un mundo devastado y lleno de mercenarios, de asaltantes y de criaturas de todo tipo. Territorios cargados de gente buena, de grandes y peligrosos enemigos, y de pueblos construidos a base de restos de materiales. Llegamos a este mundo en una furgoneta, en la que un jocoso conductor se burla del territorio árido al que nos dirigimos. Al llegar a nuestro destino, nos pregunta quién se va a quedar en aquella parada, debiendo elegir entre los cuatro personajes disponibles: Mordecai, Lilith, Brick o Roland. Nuestra selección se convertirá en el hombre (o mujer) que controlaremos a partir de ese punto, mientras los demás se van a otra localización.
Esto, obviamente, es una excusa de cara a que puedan volver a nuestra posición y ayudarnos en nuestra aventura. Pero más importante es todavía las diferentes características de cada personaje, con diferentes motivaciones y armas, por lo que hay que estudiar bien cuál se adapta mejor a nuestras características. Por ejemplo, Roland se desenvuelve con todas las armas, aunque tiene preferencia por las escopetas y los rifles de asalto; Mordecai es un francotirador con una espada para el ataque cuerpo a cuerpo; Lilith sería la maga del grupo, utilizando sus poderes Siren tanto para el ataque como para apoyar al resto del equipo; por último, Brick es una masa de músculos especialista en el combate a corta distancia.
Una vez determinado nuestro personaje, seleccionando algunos aspectos como los colores de nuestra equitación, estamos solos en medio del árido territorio inicial. Bueno, no de todo, ya que un pequeño robot nos recibirá con fervor, y nos irá guiando durante nuestros primeros y tortuosos pasos. Esta sección hace las veces de tutorial, y se nos muestra cómo saltar, agacharnos, disparar, recoger objetos del escenario El control no podía ser más intuitivo y típico; cualquiera que haya jugado con anterioridad a un FPS sabrá cómo realizar prácticamente todas las acciones sin problema alguno. La curva de aprendizaje en ese aspecto es muy escasa, por no decir directamente nula, y desde el primer momento tenemos la sensación de llevar la vida entera jugando a Borderlands.
Siguiendo a nuestro pequeño amigo robótico acabaremos llegando a una pequeña aldea que está bajo el ataque de unos bandidos. Una vez eliminemos la amenaza, conoceremos al primer personaje secundario, Doc, un médico al que retiraron la licencia por sus métodos poco ortodoxos. Con él empezaremos la dinámica básica del juego: aceptar misiones que luego podremos cumplir a nuestro antojo, alternando entre ellas según lo que nos convenga en cada momento. Al principio, recibimos las misiones de una en una, lentamente y con una resolución sencilla, debiendo recorrer misiones cortas o conseguir objetos cercanos; pero a medida que las vamos superando, se van abriendo nuevas zonas de la aldea y conocemos a más personajes en otras áreas del mundo.
Al conseguir este acceso a otros lugars, se irá abriendo nuestro camino hacia nuevas misiones y zonas, teniendo la posibilidad de acudir a tiendas de armas, un tablón de anuncios en el que irán apareciendo más misiones, nuevos amigos a los que ayudar y enemigos por derrotar. Los territorios están cargados de criaturas que nos acecharán en todo momento; ni siquiera las aldeas que hayamos asegurado serán zonas libres de ataques, ya que si nos han visto entrar, no dudarán en venir detrás de nosotros para terminar su trabajo. Además de los bandidos, que son los más habituales en las zonas centrales, las áreas de los alrededores están plagadas de seres tales como los Scythid, los Skag o los Rakk. Principalmente veremos crías, pero habrá progenitores y nidos, con distintas edades.
Al eliminar enemigos y cumplir las diversas misiones, obtendremos las inevitables recompensas en forma de objetos y experiencia. En todo momento, en la parte inferior de la pantalla, veremos nuestro nivel y cuánto nos falta para llegar al siguiente, lo cual se recompensa con aumentos de vitalidad, defensa y demás parámetros de rigor. Del mismo modo, al atacar a un enemigo veremos su nivel y barra de energía, conociendo en todo momento nuestras posibilidades de éxito. Destacar en este punto que, si nos derriban, tendremos unos segundos para intentar matar a un enemigo; si lo conseguimos, volveremos a la vida en ese punto, sin volver atrás al último punto de regeneración. A nivel de objetos, podemos recibir dinero, ítems de uso normal y potenciadores (para recuperar energía, escudos, etc.), y lo más importante y por lo que destaca Borderlands, armas. Estaremos constantemente adquiriendo armas, de todo tipo y cada una con sus propias características.
Durante nuestra partida, veremos varios miles de armas diferentes, pero estas no serán más que la punta del iceberg, ya que el generador aleatorio de Borderlands es capaz de crear más de tres millones de artefactos distintos. Se irán acumulando en el inventario, y en cualquier momento, desde el menú de pausa, podremos personalizar a nuestro personaje añadiéndole las dos armas que queremos que porte, el generador de escudos, accesorios y otros objetos adicionales. Además, están los vehículos, de dos tipos diferentes, con los que movernos por el escenario con mayor rapidez (ideales jugando con amigos), y los ataques especiales de los personajes, como por ejemplo unos instantes de mayor velocidad y fuerza.
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