Espectáculo multijugador

DICE no es una desarrolladora cualquiera. Incluso dentro de EA, con toda su infraestructura y variedad de títulos y estudios de desarrollo, ha conseguido hacerse un hueco importante en el mercado. Han desarrollado títulos como Midtown Madness 3, Rallisport Challenge, Mirror's Edge, e incluso varios juegos de pinball. Pero su franquicia estrella, la que más reconocimiento y alegrías les ha dado, ha sido Battlefield, en todas sus encarnaciones posibles: 1942, 2, 2142, Heroes, Vietnam, Bad Company… Abundantes títulos que han precedido a la entrega que hoy nos ocupa, Battlefield 1943, por lo que se esperaba mucho de este nuevo juego que llega en forma de descargable a Xbox Live Arcade y PlayStation Network. Como no podía ser menos, DICE ha vuelto a estar al nivel.

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Un título exclusivamente multijugador que adolece, obviamente, de los problemas y las carencias típicas de este tipo de juegos, y alguna más por culpa de tratarse de un juego sólo disponible mediante descarga. Pero DICE ha sabido jugar muy bien sus cartas y darle forma a un gran título que nos ofrece lo mejor de la competición online, supliendo las carencias con maestría para que no nos acordemos de ellas en ningún momento. Lo cierto es que 1943 se podría considerar como una mini-versión del modo multijugador del clásico Battlefield 1942, con el cual comparte un abundante número de elementos y características. Un título de gran calidad que, como descarga, ofrece un nivel muy elevado, que sólo unos pocos consiguen alcanzar.

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De por sí, el juego se reduce tan sólo a un modo de juego, Conquista. Dos equipos, los americanos contra los japoneses, se enfrentarán en tres islas del Pacífico en una ambientación de la Segunda Guerra Mundial. El objetivo en esos mapas será hacerse con el control de las cinco banderas dispersas por la isla en la que nos encontremos y, una vez conseguidas, mantenerlas hasta que la vitalidad del equipo rival desaparezca. Esto no será tan sencillo como parece, y las remontadas son muy asequibles en todo momento, siempre y cuando se pongan en práctica las tácticas adecuadas. Los equipos estarán compuestos por hasta doce jugadores cada uno, por lo que las partidas serán vivaces y cargadas de tensión en todo momento, sin saber por dónde nos pueden llegar los tiros.

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El hecho de que tan sólo tengamos a nuestra disposición un modo de juego podría considerarse escaso, pero explota su potencial con tanto éxito que es difícil sacarle fallos o decir que se echan en falta más opciones de juego. Se trata de una exquisita recreación del conflicto bélico, muy cuidada y acertada, cargada de intensidad y con partidas largas e inolvidables. Tampoco los mapas son muy numerosos, tan sólo tres, salidos de 1942, pero son lo bastante amplios como para ofrecer abundante variedad. Sin duda, este es el principal defecto del juego, ya que no está tan cargado de opciones como cabría esperar, pero lo que oferta es muy satisfactorio y no se le puede pedir mucho más, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un título descargable.

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En el menú principal tendremos opciones bastante limitadas, pudiendo unirnos a alguna partida ya iniciada, o si lo preferimos, crear nuestra propia partida privada. También podemos invitar a cuatro amigos para formar un escuadrón propio para saltar juntos al campo de batalla. Sea cual sea nuestra elección, al unirnos a la partida deberemos seleccionar nuestra clase entre tres: infantería, explorador o riflero. Cada una de ellas tiene dos armas, bastante diferentes entre sí, y lo suficiente equilibradas para que ninguna clase tenga ventaja clara sobre las demás; por ejemplo, el riflero tiene metralleta para corta distancia y lanzacohetes, mientras que el explorador tiene rifle de francotirador y pistola, y la infantería armas a larga distancia y cuerpo a cuerpo.

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Durante la partida, podremos ver cómo los mapas están diseñados para ofertar ventajas a cada tipo de tropa, lo que potencia este equilibrio (por ejemplo, hay torretas elevadas para los rifles francotirador de los exploradores). Además, nuestra selección inicial no se convierte en algo definitivo, ya que al eliminar a soldados enemigos de otras clases, estos dejan caer su equipo, y si lo recogemos, podremos cambiar de clase al momento durante la propia partida. Del mismo modo, al morir y volver al campo de batalla, podremos seleccionar una clase diferente si así lo deseamos. Mientras sobrevivamos, iremos mejorando nuestra clase, y a medida que acumulemos muertes, iremos subiendo nuestro rango militar de forma constante y sencilla.

A nivel de puntuación, cuentan tanto las muertes que consigamos como las capturas de bandera o el hecho de que ayudemos a otro miembro de nuestro equipo a acabar con algún enemigo. Pero no todo se limitará a nuestra habilidad como soldados de a pie, sino que también podremos utilizar todo tipo de vehículos, ya sean jeeps, tanques, aviones o incluso barcos para llegar hasta las islas desde nuestra embarcación-base. En los jeep se puede ir en grupo, con un conductor, un copiloto y otro utilizando la torreta trasera del vehículo, pero su fuerza de combate puede ser también una debilidad ante potentes explosiones o ataques aéreos. Los aviones son muy complicados de controlar, y requieren mucha práctica, pero una vez dominados son una auténtica delicia y mortíferos.

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Muy bello y cargado de grandes explosiones y efectos de luz, Battlefield 1943 se mantiene firme y constante en todo momento, sin problemas visuales de ningún tipo. Además, casi todo el entorno es destructible, pudiendo afectar tanto a edificios y trincheras como a algunas plantas y árboles del entorno; algo de agradecer, ya que muchos de los ataques son de gran intensidad y se prestan a este tipo de destrucción masiva. El apartado sonoro, sin grandes excesos, cumple con creces su cometido, sobre todo gracias a unos soberbios efectos de sonido que consiguen sumergirnos en el conflicto bélico con mucho realismo, y a un buen trabajo de doblaje para las frases que los soldados sueltan durante el combate.

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La jugabilidad es exquisita, con una respuesta perfecta del mando de control en todo momento. El estilo del juego no ofrece una gran gama de modos ni clases, pero no precisa más para ofrecernos una excelente recreación de los conflictos del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. La munición es infinita, pero las partidas son tan intensas que no nos percataremos de ello casi nunca; para compensar, las recargas son bastante lentas y nos dejan vulnerables en cualquier momento inesperado. Al ser un título descargable se han perdido opciones de personalización, pero se ha ofrecido un mayor equilibrio entre armas, clases, vehículos y tipos de ataque, convirtiéndose en una oferta que destaca por la inmediatez. Por lo general, no hay problemas de lag, pero si se presentan son bastante molestos, provocando que los personajes salten por el escenario y que podamos estar avanzando y, de repente, aparecer varios metros por detrás de donde estábamos.

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