Left 4 Dead 2, Impresiones
Cuando el muerto todavía ni siquiera había dado señales de empezar a estar podrido, Valve trata de devolverlo a la vida, le pese a quien le pese. Pocos experimentos le quedan para que Left 4 Dead 2 vuelva a las andadas, con la carne igual que podrida pero algunos trucos nuevos.
Cuando el muerto todavía ni siquiera había dado señales de empezar a estar podrido, Valve trata de devolverlo a la vida, le pese a quien le pese. Pocos experimentos le quedan para que Left 4 Dead 2 vuelva a las andadas, con la carne igual que podrida pero algunos trucos nuevos.
Vuelve Left 4 Dead, el shooter cooperativo de Valve que tanto éxito tuvo durante la pasada campaña navideña. Era uno de los rumores más comentados previos al E3 y en la feria angelina se confirmo su existencia. A partir de ese momento ha tenido tantos detractores como gente que mataría por tenerlo cuanto antes en su estantería. La razón de este desasosiego por parte de la comunidad de jugadores es el poco tiempo pasado entre la primera y esta segunda entrega, cuando Valve siempre se había caracterizado de dar un gran soporte y apoyo a todos y cada uno de sus títulos. De momento parece que la compañía está saliendo al paso de los rumores dando muestras de que seguirán apoyando la primera entrega y a los modders. Es posible que los contenidos de Left 4 Dead acaben siendo compatibles con Left 4 Dead 2, pero aún no se ha confirmado este extremo.
Otra de las razones que explican la existencia de jugadores insatisfechos con el anuncio es la aparente inmovilidad de la jugabilidad y tecnología de esta secuela. Es decir, seguimos estando ante una aventura dividida en capítulos independientes en la que nuestra misión es escapar de las hordas de no muertos que han invadido la zona. El número de jugadores sigue siendo el mismo, cuatro, y gráficamente se sigue apoyando en el motor source (que empieza a estar ya algo vetusto).
Pero Left 4 Dead 2 es mucho más. Es más horas de diversión cooperativa, cinco nuevos escenarios, cuatro nuevos personajes, muchas novedades jugables y un hilo argumental que promete excavar más hondo en los orígenes de la invasión zombi que parece asolar los Estados Unidos. Las bases siguen siendo las mismas, acabar con los enemigos colaborando con el resto de personajes hasta llegar al final de la fase o lograr escapar con un helicóptero.
La ambientación cambia, alejándonos de las grandes ciudades para trasladarnos al sur de los Estados Unidos, concretamente a la zona colindante a Nueva Orleans, Georgia y el rio Missisipi. Fango, vegetación profusa, batallas a plena luz del día Y nuevos zombis para darle salsa al asunto. Aún con muchas novedades que conocer, se van descubriendo nuevos enemigos. Tal es el caso del nuevo Charger, un zombi capaz de arrasar con casi cualquier edificación hasta llegar a nosotros. También hacen acto de aparición zombis con trajes ignífugos y un nuevo tipo de WItch que en lugar de esperarnos sentada, vagabundea por los escenarios como alma en pena.
Estos nuevos tipos de enemigos vendrían a ser la respuesta zombi a las habilidades especiales que parecen haber adquirido los supervivientes. Perdiendo algo de realismo y ganando en interés en la campaña, encontraremos ítems que otorgarán pequeños poderes durante un tiempo limitado. Pueden ser balas ígneas, un aumento de velocidad y una mayor potencia física para asestar golpes a quien ose meterse en nuestro camino.
La inteligencia artificial también mejora, pero no necesariamente la de los enemigos (son muertos vivientes sin demasiado seso, no son inteligentes). Nos referimos al nuevo gestor de IA. En la primera entrega se ocupaba de variar estratégicamente la localización de enemigos y ítems. En esta segunda parte promete hacer de cada partida a Left 4 Dead 2 algo épico. No sólo realizará las tareas de la primera parte, sino que también se encargará de hacérnoslas pasar canutas. Por ejemplo, si llegamos al final de nivel con demasiada energía, el juego podrá cambiar las condiciones climáticas, por ejemplo poniendo niebla, para dificultar nuestra visión. También hará que los botiquines escaseen o que los enemigos más duros se aglomeren en cierta parte del mapa.