Hearts of Iron 3, Impresiones
Una guerra sacudió los cimientos de la civilización contemporánea: la II Guerra Mundial. Fueron años de encarnizadas luchas con legendarios militares, grandes políticos y famosos espías. En unos meses tendremos la oportunidad de ser todas esas cosas gracias al Hearts of Iron 3. Veamos que nos puede ofrecer la próxima entrega de este completo simulador bélico.
Con Hearts of Iron III se nos va a presentar una clara continuación de lo que ya encontramos en las precuelas o la respectiva expansión de la segunda parte. El conflicto armado será el mismo, la II Guerra Mundial, y la base principal del juego también se mantendrá intacta: escoger un país del mundo con absoluta libertad y vivir al frente del gobierno los turbulentos años del mayor conflicto armado del siglo XX. No solo controlaremos el país durante esos años, sino que empezaremos en el año 1936, cuando realmente se empieza a fraguar lo que será la próxima guerra con acontecimientos como la Guerra Civil española, y terminaremos en la década de los 50, con una Europa de postguerra y el inicio de la Guerra Fría.
Durante estos ominosos años podremos controlar a un gran número de países en los diversos continentes e intervenir como guste en el conflicto. Podemos ser un tranquilo país neutral con ambiciones meramente comerciales mientras observamos como el mundo se mata, entrar en conflicto, atacar otras naciones, prepararnos ante un inminente ataque extranjero o alterar el panorama político interno del país. Las opciones son innumerables. Aun así debemos ser conscientes que hay eventos que nunca podremos evitar: la II Guerra Mundial siempre estallará, habrá acuerdos históricos que siempre estarán presentes, etc.
Algo realmente sorprendente del juego va a ser el realismo del que goza en todos sus aspectos. En el caso de España comenzaríamos en el periodo de la II República, con Niceto Alcalá-Zamora de presidente y todo un gabinete de ministros reales del momento, con fotografías incluidas, así como características propias del político que tendrán su reflejo en el juego. Por ejemplo, si nuestro ministro de exteriores tiene una preferencia personal por los países del eje, esto se manifestará a la hora de tratar con dichas potencias. Las provincias del territorio ibérico en el momento histórico también serán las reales, así como la geografía, que afectará a desplazamientos de tropas y otros factores. Todo un trabajo informativo por parte del personal de Paradox.
Como ha prometido Paradox las opciones en cada campo será apabullantes. En el aspecto político influirá la tendencia política del pueblo llano, los partidos políticos de cada país o nuestra forma de gobierno: fascista, democrática, imperial, Los ministros podremos sustituirlos por otros cuyas cualidades nos resulten mejor si disponemos del poder de gobierno adecuado. En otros campos como producción manejaremos los aspectos industriales, aumentando nuestra capacidad productiva y explotando nuestros recursos. Otro campo será el tecnológico, donde podremos mejorar una grandísima cantidad de armamentos, equipos y una extensa gama de productos.
Igual de cuidados prometen estar los demás campos del juego orientados al trato internacional. Fundamentales en las relaciones internacionales será el campo de diplomacia, donde veremos facciones y declararemos guerras, pactos de no agresión o cualquier opción dentro de lo posible con cualquier país. Así mismo veremos la preferencia de los países por los diferentes bloques del conflicto. Estos bloques serán los mismos que anteriores entregas: bloque del eje, aliado y soviético. A cual acercarnos será nuestra elección. Un aspecto mejorado frente a las anteriores entregas parece ser el campo de inteligencia. Podremos espiar en los diferentes países, alterarlos políticamente, llevar a cabo espionaje industrial o tecnológico entre muchos otros. En fin, opciones es lo que nunca nos faltar en ninguno de sus aspectos.
En general parece que Hearts of Iron III seguirá una línea muy continuista, con un juego muy similar a anteriores entregas con alguna simplificación de ciertos menús y un lavado de cara al especto gráfico, una curva de aprendizaje más accesible para novatos que en su segunda parte, con un interesante tutorial, y un cuidado modo multijugador. Pronto veremos, en unos pocos meses, lo que esta tercera parte es capaz de ofrecernos.
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