Another Code: R - Mas allá de la Memoria
Dulces recuerdos
El regreso de Ahsley Mizuki Robins nos ha vuelto a encandilar por su belleza, su intenso argumento y el carisma de los personajes con los que nos encontramos. Una novela interactiva de calidad, que no oferta mucho como juego en sí, pero que merece la pena darle una oportunidad.
Nota: pese a las imágenes en inglés, el juego está completamente traducido al español.
Durante los primeros meses de vida de Nintendo DS, hubo un juego que destacó especialmente sobre todos los demás lanzamientos. Una aventura gráfica que explotaba al máximo las características de la pantalla táctil y el micrófono de la consola portátil, sorprendiéndonos con su interesante argumento y su excelente puesta en escena. Aquel juego responde al nombre de Another Code, y pese a la dispar acogida por parte tanto de la crítica como del público, para muchos se ha convertido en una experiencia muy especial, gracias al excelente apartado artístico, a su cuidado argumento cargado de sorpresas, y sobre todo, gracias a su jugabilidad novedosa, inesperada, que nos obligaba a pensar de formas completamente insospechadas (como un puzzle en el que debíamos cerrar la consola para resolverlo).
La responsable de este título tan especial ha sido Cing, una compañía a la que le costó arrancar (cuatro años desde su fundación hasta su primer juego, Glass Rose para PS2) pero que cuando lo hizo, cogió carrerilla y no dejó de asombrarnos con grandes juegos: Another Code en 2005, Hotel Dusk en 2007, y este 2009 por partida doble con Little King's Story y la muy esperada continuación de su estreno en Nintendo DS. Han pasado cuatro años, pero los amantes del original no lo olvidaron tan pronto y el anuncio de Another Code: R se convirtió en una inmejorable noticia, aún pese a la sorpresa de que vería la luz en Wii. Las mejoras técnicas son evidentes, los cambios de estructura jugable inevitables, pero pese a todo, conserva la esencia, el espíritu entrañable y especial que convirtieron a Ashley en un personaje muy apreciado por el público.
Ashley vive con Jessica, la hermana de Richard, y hace unos seis meses que no ha visto a su padre, quien está metido de lleno en su trabajo, en los laboratorios de JC Valley. La empresa organiza una acampada familiar, y Richard aprovecha para invitar a su hija y compensarla por su abandono. Junto a la carta de invitación le envía una nueva DAS en la que ha estado trabajando, mejorada con respecto al modelo anterior, que tendrá muchas utilidades, entre ellas la comunicación entre ambos. En un primer momento Ashley no tiene mucha intención de ir, en parte debido al enfado que tiene son su padre, pero su tía Jessica insiste mucho y acaba aceptando ir hasta el lago Juliet, donde tendrá lugar la acampada.
Pero las cosas no salen como a Ashley le gustaría, y nada más llegar al lugar, le roban la bolsa que llevaba con sus cosas, nada más bajar del autobús. Además, descubre que la acampada se había cancelado, y que su padre quiso estar igual con ella aunque fuese a solas. Enfadada, planea encontrar a su padre y pedirle dinero para volver a coger el autobús de vuelta a casa; pero al entrar en el lugar, empieza a tener flashbacks recordando a su madre. Sin duda, había estado allí antes, y el encuentro con su padre no hace sino confirmarle que la ha invitado a ir allí por motivos especiales. No obstante, parece que está dispuesto a contarle cosas sobre su difunta madre, por lo que acaba cediendo y se queda. En parte porque quiere saber más, y en parte porque de verdad quiere pasar tiempo con su padre.
Como cabría esperar, el viaje de Ashley se irá complicando y cada vez habrá más incógnitas, que giran tanto en torno a los sucesos del pasado con su madre, como a lo que está aconteciendo en la actualidad, con el ladrón de su bolso, una mansión que ha sido quemada recientemente, etcétera. Al igual que en el primer Another Code, el desarrollo es muy lento; mejor dicho, es todavía más lento, ya que el tan prometido y comentado aumento de la duración se obtiene gracias a un importante incremento del número de conversaciones. Esto supone que se traten demasiados temas banales o que se repitan hasta la saciedad algunos comentarios de Ashley a prácticamente todo aquel con el que se encuentra. De hecho, hay ocasiones en las que llegan a hacerse un tanto anodinas y hasta algo absurdas.
No obstante, el argumento del juego consigue resultar igual de atractivo, entrañable y adorable que en la entrega original. Tal vez le falte algo de intensidad, y desde luego no consigue sorprender tanto como lo hizo el Another Code de DS; en parte, porque han pasado 4 años y no ha aparecido durante los primeros meses de vida de la Wii, donde el uso que hace del Wiimando hubiese sido más atractivo. La nueva historia de Ashley es el elemento más importante del juego, más allá de la jugabilidad, y se convierte en la condición esencial que establece la diferencia entre que el juego guste o no. Mucho texto y un ritmo pausado que lo convierten en un título no apto para todos los usuarios, pero que tiene potencial para satisfacer a los amantes de la lectura, de los juegos tranquilos y del juego original.
Pese a que podremos ver y estudiar prácticamente todo lo que hay a nuestro alrededor, Ashley, a diferencia de otros protagonistas de aventuras gráficas, no va recogiendo todo a su paso. Podemos ver lo que hay, y con suerte recordar dónde estaba, pero nunca cogeremos nada que no necesitemos en un momento concreto. De hecho, en ocasiones, ni siquiera podremos coger las cosas aún cuando sabemos que las necesitamos, sino que deberemos verlas y luego ir al sitio en el que las usaríamos para que Ashley recoja el objeto en cuestión y lo utilice directamente. Este sistema es algo extraño, y puede obligarnos a dar más vueltas de las que, de por sí, sería necesario dar. Para poder avanzar, es necesario pensar como espera el juego que pensemos, y pese a que se elimina el probar todo con todo habitual del género, deberemos utilizar una lógica que no siempre nos parecerá la ideal.
El sistema de control es realmente sencillo, y podremos hacer uso tanto del Wiimando, apuntando hacia la pantalla, como simplemente los botones del mando. Todo se desarrolla en un plano horizontal, y cuando hay curvas o giros, el escenario se adapta a nuestra posición. Para movernos podremos marcar con el cursor en las flechas de movimiento presentes en pantalla (que indicarán todas las direcciones en las que podemos movernos, izquierda, derecha, arriba o abajo), o bien utilizar la cruceta en el mando. Para aceptar las cosas pulsamos A, y para cancelar y volver atrás B. Cuando estamos dentro de una zona cerrada, podremos girar sobre nosotros mismos para ver el lugar desde distintos ángulos y no perdernos ni un detalle.
Cuando Ashley recoge algo, pasará a formar parte del inventario, al cual deberemos acceder siempre que queramos utilizarlo, seleccionar el objeto, y seleccionar si queremos usarlo o combinarlo. Este sistema se hace un tanto lento y pesado en algunos momentos, sobre todo cuando queremos experimentar con los objetos y tenemos que repetir el proceso varias veces si no lo hemos comprendido de primeras. Serán casos muy contados, ya que, tal y como hemos dicho, no iremos recogiendo objetos que podamos necesitar en el futuro, sino que sólo nos haremos con lo que precisemos en ese momento concreto y Ashley lo sepa. Además, siempre que estemos ante un puzzle, no podremos salir de la zona próxima y todo cuanto necesitemos estará a mano.
Ashley contará con la ayuda del DAS que le mandó su padre. Si en Another Code la ayuda era de una DS tradicional, en esta nueva entrega de Wii se trata de la réplica de una DSi, y tal y como Ashley nos hace saber, es una versión mejorada con cámara de fotos integrada. Gracias a ella, podremos tener acceso a pistas, relaciones de personajes, guardar partida o, tal y como promete, hacer fotografías. Las podremos hacer en todo momento, aunque tendremos un límite y habrá ocasiones en las que serán importantes para seguir adelante; eso sí, hay situaciones en las que nos da la sensación de que la cámara nos serviría de mucha ayuda, pero no podemos usarla. Otro artefacto que nos ayudará tiene forma de Wiimando, y nos servirá para hackear puertas y abrir cerraduras electrónicas.
Con todo esto, Ashley deberá resolver todos los puzzles que se encuentre a su paso, y enfrentarse a largas conversaciones con un plantel bastante numeroso de personajes. El juego de por sí es bastante sencillo, de avance directo y prácticamente constante, y las mayores complejidades son lo retorcido que puedan llegar a ser los puzzles en concepto. Haciendo uso del Wiimando y de sus habilidades únicas, Cing ha vuelto a explotar el potencial de la máquina de Nintendo para dar forma a acertijos que juegan entre la habilidad y la búsqueda de la lógica que pueda ser la clave para superar el reto en cuestión. Pese a todo nunca se hace pesado ni excesivamente difícil, y el encanto general del título nos anima a seguir jugando.
Sin ser perfecto visualmente, dado que nos podemos encontrar con algunas texturas de baja calidad y algunos giros de cámara un tanto borrosos, consigue ser uno de los títulos más bellos del catálogo de la consola de Nintendo, con una gran atención al detalle. Sin embargo, este nivel no se mantiene en el apartado sonoro, ya que se antoja demasiado escaso en cuanto a melodías y efectos, con temas minimalistas y ruidos limitados. Algo curioso, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos un reproductor de música para escuchar los temas del juego, pero no pasan de ser melodías relajadas que añaden y se adaptan a la representación general del juego, pero que por sí solas no destacan demasiado. La ausencia de música y sonido en muchas conversaciones se hace notar bastante, sobre todo por la completa ausencia de doblaje de ningún tipo durante las mismas.
A nivel jugable, como ya se puede percibir por lo que hemos dicho hasta ahora, el juego no ofrece grandes complejidades y, por tanto, no tiene problemas de ningún tipo para conseguir que el Wiimando responda bien a nuestros movimientos. La posibilidad de controlar apuntando a pantalla o tranquilamente en nuestra mano es muy de agradecer, ya que nos permite adquirir distintas posiciones que, según el momento, son más cómodas. Another Code: R es un juego encantador, pero que adolece de un ritmo demasiado lento, linealidad absoluta, puzzles con altibajos (algunos sublimes, otros absurdos), y una carga de texto importante que, a nivel jugable, lo lastran un poco. En gran medida, hay muchos momentos en los que no da la sensación de que estemos ante un juego propiamente dicho, y la exploración, investigación y puzzles han perdido protagonismo con respecto a la entrega anterior.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.