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Klonoa

Klonoa

Brevedad onírica

Wii recibe uno de los plataformas más recordados de la primera PlayStation en versión mejorada pero guardando toda la esencia que lo hizo grande. Color, sueños, mezcla de 2D y 3D, y una jugabilidad endiabladamente divertida y adictiva hacen de Klonoa uno de los mejores del género dentro del catálogo de la consola. Lástima que esta fantasía dure unas 6 horas escasas...

En 1997 Namco se sacó de su fabulosa manga creativa un personaje mitad conejo, mitad gato que, casi sin procurarlo, protagonizó uno de los mejores plataformas que vio la ya enterrada PSX. Y eso que en la consola de Sony abundaban los títulos del género, pero Klonoa tenía algo especial, una jugabilidad ingeniosamente divertida que proponía saltos e interesantes situaciones que resolver con lógica al mismo tiempo. Ello supuso que no tardaran en aparecer varias secuelas del original, para GameBoy Advance o PlayStation 2. Ahora, más de una década después, aquel memorable personaje con todos los claros tópicos nipones regresa al mundo de los videojuegos para saltar en Nintendo Wii.

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Namco-Bandai recupera así toda la esencia del primer Klonoa, entremezclando hábilmente sencillez jugable, una estética tan preciosista como mágica y unos niveles con un diseño espectacularmente bien pensado. Sin ser exactamente un remake del primer juego, este Klonoa para Wii recorrerá muchos de los escenarios y estancias exactas que ya pudimos disfrutar hace años. Solo dos acciones, salto y ataque, servirán para llegar de manera adictiva hasta el final del juego, final que no tardará en aparecer, pues la breve duración es su gran punto en contra.

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El carisma visual de Klonoa reside en su estética, totalmente tridimensional pero con jugabilidad en desplazamiento lateral, aunque se pueda interactuar en todo momento con objetos que estén más cerca o más lejos de la cámara, siempre situada en posiciones cómodas o que busquen un encuadre llamativo. Las denominadas 2,5D quedan mejor reflejadas que nunca en este título, que desde ya es uno de los plataformas más divertidos que tiene Wii ahora mismo.

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Subtitulado Door to Phantomile, la historia de este nuevo Klonoa es la de siempre y que tantas veces hemos visto en juegos venidos directamente de Japón. El típico adolescente aldeano que vive con su abuelo ve en sueños cómo su poblado es atacado  a la vez que ocurre algo mágico, lo que le obliga a emprender un viaje a través de selvas, cuevas y volcanes para acabar en un enorme castillo fantástico en el que enfrentarse al responsable de los ataques. Hasta aquí todo es como tantas otras veces hemos visto, pero no podemos dejar de reconocer que hay algunas sorpresas en la trama, sobre todo al final…

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Mediante diálogos totalmente doblados al castellano y mediocres escenas de vídeo que utilizan el motor del juego se nos cuenta esta odisea mágica, muy relacionada siempre con el mundo de los sueños, el color y la amistad. Decimos vídeos mediocres porque ante el conjunto del juego desentonan indiscutiblemente. Las animaciones durante éstos son simplonas y para nada resultan escenas espectaculares o vistosas, son simplemente un parón a la acción y la jugabilidad que al título en sí casi le hacen más mal que bien. Mejor haber prescindido de ellas.       …    

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El lavado de cara técnico que se ha dado a este Klonoa no lo hace brillar gráficamente, ni mucho menos, pero sí se ha conseguido un apartado artístico que hace que jugarlo sea un placer de principio a fin. La espectacularidad del diseño de los niveles se refuerza con unos fondos llenos de detalles y tonalidades. El agua tiene unos efectos muy conseguidos y todas las texturas tienen iluminado y brillos cambiantes, que les dan un aspecto de juguete o elementos mágicos.

Los personajes, por su parte, también cuentan con un diseño reseñable, aunque no se han utilizado demasiados polígonos en su elaboración, algo que se puede apreciar descaradamente en la forma esférica de las cabezas, de la mayoría de los enemigos o del propio Hewpoe, el inseparable compañero azulado de Klonoa.  Las animaciones son simplistas  y con poca aspiración, así como la inteligencia artificial, que apenas existe, pues tanto los enemigos como los aliados esporádicos que nos ayuden en determinadas situaciones tienen unas pautas de movimiento prefijadas, que en ningún momento variarán por nuestra presencia o actuación. Esto ocurre hasta con los jefes finales, muy sencillitos.

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En relación a su apartado sonoro, el doblaje al castellano está bastante infantilizado aunque es aceptable. Ana San Millán, conocida por los doblajes de algunos anime, como el de Dona Lunes en One Piece, es la encargada de la chirriante voz de Klonoa, a la que acabaremos acostumbrándonos aunque al principio parezca casi ridícula. En cuanto a las músicas, el juego remasteriza y remezcla el clásico tema de la saga y algunos otros aparecidos en distintos niveles. No obstante, también hay nuevas propuestas musicales que, sin ser sobresalientes, consiguen dar más vida a este mágico mundo creado por los sueños de sus habitantes. Los efectos de sonido son todos los clásicos, desde el sonido del ataque, al pequeño sobrevuelo que podemos dar tras saltar, o cada uno de los golpes que recibirán los jefes finales.

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Pero como decimos, es en su matiz artístico y de diseño donde reside el mayor encanto técnico de Klonoa para Wii. Los diferentes niveles nos harán recorrer cascadas invertidas con norias hidráulicas en espiral y caracolas flotantes, ruinas de majestuosos templos, un palacio metálico e industrial en las nubes, un frondoso bosque poblado de cabañas e indígenas, o ríos de arena y arbotantes. La propia arquitectura de las fases nos obligará a seguir un camino totalmente prefijado en el que no parar de saltar mientras contemplamos una puesta de sol al fondo, un palacio plateado o molinos de viento sobre los que más adelante saltaremos entre sus tejados y aspas.

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Todo está en movimiento e iluminado, lleno de color y dinamismo. Esto afecta directamente a la jugabilidad, que no sólo nos hará saltar y saltar mientras matamos bichitos, también tendremos que discurrir ciertos pequeños puzles como activar 3 interruptores a la vez, volver hacia atrás cargados con un enemigo para conseguir un ítem que antes era inalcanzable, colocar 4 piedras de colores para abrir puertas o transportar llaves de un sitio a otro.

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Pero, a pesar de estos pequeños retos de inteligencia, la velocidad del juego nunca decae, es decir, en ningún momento nos encontraremos con situaciones que atasquen el frenetismo de los saltos rápidos o nos supongan un verdadero quebradero de cabeza en el que perder una hora. Se ha conseguido a la perfección un equilibrio entre jugabilidad directa y momentos más relajados en los que demostrar nuestra habilidad al mando.  La diversión más arcade y apta para todos no desaparece en ninguno de los niveles del juego, ni tan siquiera en los jefes finales, parecidos entre sí y facilones.

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Únicamente 13 niveles y 8 jefes de fin de fase nos parece un despropósito para un juego tan interesante como éste. En apenas 5 ó 6 horas podremos llegar a la pantalla de créditos, y sin demasiados problemas, pues tampoco su dificultad es del todo elevada. Justo cuando mayor jugo le estemos sacando a sus mecánicas y ambientación nos daremos cuenta de que ya estamos en los últimos niveles, habiendo recorrido prácticamente todo el pequeño mapa disponible. Se quedan las ganas de más, pues en ningún momento se hace pesado o repetitivo, a pesar de serlo un poco en realidad.

El sistema de vidas y guardado en Klonoa también funciona de manera clásica. Como en los juegos de antaño, cada nivel tendrá varios Puntos de Control, interpretados por relojes-despertador dentro de burbujas. En cada vida dispondremos de 5 corazones, y cada vez que un enemigo nos roce, perderemos medio corazón. Si nos caemos a la lava, el vacío o el agua, perderemos todos los corazones de golpe y, por tanto, una vida, lo que nos hará regresar al último reloj-despertador recogido. Si se nos acaban las vidas, tendremos que cargar partida y comenzar el nivel desde el principio.

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Este sistema de guardado y vidas clásico supone un maravilloso impulso a la jugabilidad y el reto al jugador, pues las últimas fases nos harán perder todas las vidas más de una vez. Ya hemos dicho que no es un juego difícil, pero sí con una curva de dificultad muy bien trazada que no deja de ser un pequeño desafío divertidísimo. Además, sus 4 maneras de controlarlo dan aún más comodidad a todo tipo de jugadores. La opción con el Mando Clásico de Wii parece ser la mejor, pero también podremos utilizar sólo el Wiimote, Wiimote + Nunchuk, o mando de GmeCube. Si utilizamos el manejo mediante Wiimote Klonoa podrá arrojar a los enemigos con un golpecito de muñeca y lanzar soplos que los inmovilicen, algo que lo hace aún más sencillo.

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Toda la mecánica gira entorno a los saltos y los movimientos del personaje junto a los insusos enemigos. Al disparar la Bala del Viento, Klonoa eleva a éstos y los hace girar pudiéndolos lanzar en cualquiera de las cuatro direcciones, aunque el nivel nos obligue a movernos sólo a derecha e izquierda. Por los escenarios hay todo tipo de palancas, huevos rellenos de ítems o burbujas que activar sólo si les lanzamos un enemigo. Además, con un enemigo agarrado podremos realizar un salto doble, volar o cargar cañones con él.

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No todos los niveles son iguales. En algunos tendremos pequeñas secciones que recorrer montados en un vehículo o animal, o deslizándonos por toboganes de agua o arena. En otros, por ejemplo, la estructura es más laberíntica y deberemos recorrer varias veces las distintas zonas para ir abriendo puertas por colores, llaves u otros mecanismos. Especialmente reseñables en este sentido son los dos últimos niveles, con exigencia de saltos precisos, muchas puertas y enemigos que debemos saber utilizar astutamente.

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Una vez alcancemos por primera vez los títulos de crédito, Klonoa invita a seguir jugando con los típicos extras, tales como nuevos trajes para el personaje, el modo Espejo de todo el juego, o el reto de rescatar a los 6 habitantes en problemas de cada pueblo y recoger todas las joyas de todos los niveles. Hubiéramos preferido más fases o modos de juego alternativos, pero al menos la corta duración puede quedar levemente prolongada con estos socorridos añadidos. Bien es cierto que la diversión y novedad decaen automáticamente al llegar al final por primera vez, pero 3 ó 4 horillas más de juego se agradecen ante una duración tan mediocre, atípica de títulos del género para consolas de sobremesa.

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Conclusiones:
Con todo el carisma y la estela de magia que dejó desde su primera entrega, el saltarín Klonoa ha llegado a Wii para ser automáticamente uno de los referentes en cuanto a plataformas en 2,5D se refiere. Su corta duración, una trama que entorpece la jugabilidad más que ampliarla o excesiva sencillez en los jefes finales son algunas de las pesadillas con las que este colorido sueño debe acarrear. Es un pequeño placer, uno de esos títulos a los que no da pereza jugar en ningún momento, y más si se es un amante de las plataformas más clásicas. Además, su precio de 39,95 euros, algo inferior a lo habitual, lo hacen una compra obligada para sus más fieles seguidores.

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Parece un producto sobresaliente a medio hacer, como si de repente los estudios encargados hubieran tenido que cerrar sin poder crear todos los niveles que habían trazado. Los entornos visuales deslumbrantes, los escenarios bien diseñados y una jugabilidad tan sencilla como precisa sacarán la lagrimilla de los más nostálgicos. Un buen regreso que se queda en la duermevela de una corta siesta, eso sí, llenando de magia y color cada una de las pantallas que recorra.

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  • Jugarlo es un placer de principio a fin, nunca aburre.
  • Su estética y el diseño de los niveles.
  • El sistema clásico de vidas y guardado, algo que encaja perfectamente con la jugabilidad.
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7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.