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Grand Theft Auto: Chinatown Wars

Grand Theft Auto: Chinatown Wars

  • PlataformaDS9.5
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorRockstar Leeds
  • Lanzamiento20/03/2009
  • EditorTake 2

Golpe en la pequeña China

Nintendo DS, la consola más vendida del momento, recibe al fin su propia entrega exclusiva de la polémica y exitosa saga Grand Theft Auto. GTA: Chinatown Wars se convierte por méritos propios en uno de los mejores juegos disponibles en la portátil de Nintendo. Vive con honor, extorsiona sin compasión.

Corría el año 1997 cuando surgió un juego que enarbolaba con orgullo una propuesta tan original e interesante como polémica: convertirnos en el 'malo de la película', un ladronzuelo de poca monta que debía hacerse un nombre a lo largo y ancho de tres grandes metrópolis (Liberty City, Vice City y San Andreas) a base de crímenes y trabajos sucios. Dicho juego era Grand Theft Auto, título que construía su jugabilidad en base a una perspectiva aérea en dos dimensiones. El tiempo fue pasando, y llegaron GTA: London y GTA2, los cuales corrigieron y perfeccionaron la propuesta original, manteniendo aquella perspectiva aérea bidimensional con la que la franquicia se había dado a conocer. Driver, juego lanzado algunos meses antes de que la segunda entrega numerada de la saga GTA llegara a las tiendas, había demostrado que el recién nacido género sandbox podía trasladarse a las tres dimensiones con fructíferos resultados. Sin embargo, Rockstar North (desarrolladora por aquel entonces aún conocida como DMA Desing) no quería dar el salto aún, al considerar que la tecnología imperante por aquella época no era lo suficientemente potente como para dar forma sólida a todas las ideas que tenían en mente.

Dichas ideas acabaron viendo la luz a finales de 2001 con Grand Theft Auto III, título que convulsionó la industria del videojuego como pocas veces se había visto en el pasado. Aquella primigenia perspectiva aérea de entregas precedentes pasó definitivamente a mejor vida, aunque volvió a ser utilizada en 2004, con motivo del lanzamiento de GTA Advance. Un lustro después, la saga Grand Theft Auto vuelve a echar mano de su vieja mecánica, y podemos afirmar sin temor a equivocarnos que le sienta tan bien como antaño.

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El mercado portátil ha mantenido una relación bastante estrecha con la franquicia Grand Theft Auto, la cual se inició en el mismo origen de la saga. Tanto el primer GTA como su posterior secuela recibieron conversiones destinadas a Game Boy Color; eso sí, ambas eran bastante deficientes, y no sólo por las evidentes limitaciones técnicas de la histórica portátil de Nintendo. Eran productos secundarios, destinados poco más que a hacer algo de caja, aprovechando así la relevancia adquirida por las versiones originales destinadas a plataformas de sobremesa. Pero la situación cambió radicalmente tras el arrasador éxito de GTAIII. Take Two (por aquel entonces ya propietarios de DMA Desing, al igual que de la franquicia Grand Theft Auto) se encontró entre manos con una gigantesca gallina de los huevos de oro, y decidió cuidarla al máximo, garantizando la mayor calidad posible en todas y cada una de las entregas de GTA que llegaran al mercado, independientemente de las capacidades técnicas de las plataformas que las albergaran.

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El ya citado GTA Advance (en principio una simple conversión de GTAIII destinada a Game Boy Advance, la cual llegó al mercado con varios años de retraso para así garantizar la calidad anteriormente mencionada) fue el primer indicativo de dicho cambio: una entrega más que digna, que logró estar a la altura de sus hermanas mayores. Luego desembarcaron en PSP los inconmensurables Liberty & Vice City Stories, títulos que mantuvieron el nivel alcanzado en versiones de sobremesa gracias a la potencia enarbolada por la portátil de Sony.

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Y ahora llega el turno de Nintendo DS. Anunciado por primera vez durante la polémica conferencia que Nintendo celebró en la antesala del E3 de 2008, Grand Theft Auto: Chinatown Wars irrumpe en una plataforma cuyas posibilidades técnicas son visiblemente inferiores a PSP en lo referente al plano técnico. Por ello, el juego retorna a la clásica perspectiva aérea de los primeros GTA, permitiendo que la exitosa portátil de Nintendo logre lidiar sin problemas con un engine tridimensional de asombroso grado de detalle y más que demostrada solvencia a la hora de moverse con soltura. Así, Rockstar Leeds (creadores de los dos GTA Stories de PSP), auspiciados como es costumbre por Rockstar North (los padres de la franquicia), construyen un título perfectamente adaptado a las posibilidades de DS, con una mecánica que logrará dibujar más de una sonrisa en el rostro de aquellos aficionados a la saga GTA que la disfrutan desde sus primeras entregas. Ojo, ello no quiere decir que éste Chinatown Wars no cuente con sus propias propuestas, ni que decida renunciar a los contenidos y novedades vistas en los juegos de la franquicia destinados a plataformas de sobremesa. Liberty City se abre de nuevo ante nosotros; recibámosla como se merece.

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Imagina ser traficante

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Nintendo DS es el sistema más exitoso de la actualidad, encontrándose a una enorme distancia del resto en cuanto a ventas y popularidad. Sin embargo, y tal y como suele ocurrirles a las plataformas de la gran N desde bastante tiempo atrás, arrastra una fama de 'consola infantil' de la que le es difícil desembarazarse. La legión de títulos de corte casual que inundan el catálogo de la consola supera ampliamente en número a juegos tradicionales o destinados a un público más experimentado. Es por ello que encontrar títulos de temática adulta o polémica también sea una misión casi imposible, al menos hasta ahora.

Grand Theft Auto: Chinatown Wars posee una calificación +18; evaluación que, creednos, se ha ganado a pulso. En algunos aspectos, el primer GTA destinado a DS se revela como el título más polémico de toda la saga, palabras mayores teniendo en cuenta la controversia que la franquicia arrastra desde sus inicios. Esperemos que las acusaciones absurdas (las cuales serán inevitables, pues el juego utiliza el tráfico de drogas como una de sus vías principales a la hora de conseguir dinero o elementos necesarios para avanzar en la trama) que surgirán a raíz del lanzamiento del título caigan en saco roto, ya que desde el principio (y aprovechamos el presente análisis para subrayarlo) queda claro que Chinatown Wars está destinado a mayores de edad.

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El juego nos narra la odisea de Huang Lee, un joven miembro de las Triadas de Hong Kong que llega a Liberty City con una importante misión: entregar una valiosa espada ancestral a su tío, Kenny Lee, el cual se ha convertido en el patriarca de la familia tras la muerte en extrañas circunstancias del padre de Huang. La entrega de dicha arma es muy importante para el futuro del clan Lee, ya que Kenny planea regalársela a Hsin Jaoming, el líder de las Triadas de Liberty City, para ganarse así su favor. Y es que el anciano cabecilla de la mafia china en la ciudad de la libertad pronto se jubilará, sin que aún esté claro quién será su sucesor. No en vano, el hijo y heredero de Jaoming tiene menos cerebro que una ameba, lo que le ha llevado incluso a ser rechazado por su propio padre como sucesor al cargo.

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Sin embargo, las cosas se tuercen en el mismo instante en que Huang pone el pié en la gran metrópoli. Unos misteriosos asaltantes le disparan en la cabeza, roban la espada e introducen su cuerpo inerte en el interior de un coche, vehículo que arrojan al mar poco después. Afortunadamente, la herida de bala resulta ser superficial, por lo que Huang recobra el sentido con el tiempo suficiente para romper el cristal del vehículo hundido y lograr salvar la vida. Tras presentarse ante su tío con las manos vacías, tratará de recuperar la espada. Mientras tanto, la lucha entablada entre los diferentes jefes de las Triadas, en aras de hacerse con el control de la organización criminal tras la inminente retirada de Jaoming, le obligará a implicarse en turbios asuntos más de lo que le sería deseable. Y todo esto sin mencionar que el resto de las mafias que operan en Liberty City tratarán por todos los medios de borrar del mapa a las Triadas, aprovechándose así del creciente caos imperante en la organización.

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Liberty City a vista de pájaro

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La Liberty City en la que transcurren las correrías de Huang está basada en su cuarta y más espectacular encarnación, elaborada por Rockstar North un año atrás para servir de escenario a GTAIV. Rockstar Leeds se encontraba ante un reto más que significativo; no en vano, el trabajo de adaptación de la Liberty City de GTAIII y de Vice City a PSP fue mínimo, todo gracias al potencial del que hacía gala la portátil de Sony. Pero en esta ocasión no solo nos encontramos ante una plataforma de inferior nivel técnico, sino que además la ciudad virtual a trasladar proviene de consolas de la actual generación. Pues bien, el resultado final no puede ser puntuado con otra calificación que no sea la de sobresaliente. La Liberty City de Chinatown Wars da la impresión de ser una maqueta de la urbe vista en GTAIV; aunque, eso sí, es obligatorio mencionar que nos encontramos ante una maqueta increíblemente detallada, fiel al original a prácticamente todos los niveles. Tanto es así que durante nuestro periplo no nos costará reconocer las zonas y lugares más representativos de la LC de última generación vista en Xbox 360, PS3 y PC.

Desafortunadamente, Rockstar Leeds se ha visto obligada a eliminar toda la isla de Alderney (aproximadamente 1/3 del mapeado total de la LC original) de la ecuación. Sin embargo, dicha carencia no llega a echarse en falta en ningún momento. A pesar de la eliminación de Alderney, la zona de juego sigue siendo inmensa; no en vano, es el doble de grande que la Liberty City de GTAIII, por poner un ejemplo. También cuenta con sus ciclos día-noche (poco perceptibles debido a las limitaciones técnicas de la consola, pero ahí están), e incluso sombras dinámicas para edificios y elementos del entorno.

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Ya hemos mencionado anteriormente que, a pesar de que el engine de Chinatown Wars es enteramente tridimensional, la perspectiva usada es aérea en lugar de frontal, con lo que el juego se asemeja en su desarrollo y mecánica jugable tanto a los primeros GTA lanzados durante la generación de los 32 bits como al posterior GTA Advance. Dicha perspectiva permite tanto evitar el popping (aparición repentina de objetos en el horizonte) como conseguir que nuestra DS pueda manejar el engine gráfico con la suficiente solvencia como para que Chinatown Wars logre verse libre de molestas ralentizaciones o bajadas de frame rate. Por desgracia, la utilización de la perspectiva aérea conlleva el que quizá sea mayor problema del juego: la zona visible es muy limitada, aún a pesar de encontrarse ligeramente inclinada hacia el frente para facilitar las cosas. Debido a ello, en no pocas ocasiones, generalmente cuando conducimos a toda pastilla por las calles de Liberty City, acabaremos chocando de frente contra paredes, edificios u obstáculos que no hemos podido advertir con la suficiente antelación como para llegar a esquivarlos con éxito.

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En los GTAs que comparten perspectiva con este Chinatown Wars, dicho problema se solventaba con la ayuda de un potente zoom que ampliaba notablemente la zona de visión a la hora de conducir a toda velocidad. En el juego que nos ocupa también aparece dicho zoom, pero no llega a alejarse tanto como sería deseable. Bien es verdad que en ocasiones, sobre todo cuando pilotamos alguno de los vehículos más rápidos del juego, el zoom llega a ser lo suficientemente solvente como para proporcionarnos una amplia zona de visión; sin embargo, tanto para el resto de vehículos como a la hora de transitar por alguna calle estrecha -y Liberty City tiene muchas-, será inevitable acabar impactando contra algún obstáculo que, de contar con un zoom más alejado, seríamos capaces de esquivar sin problemas.

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El propio juego nos da muestras de que dicha tara podría haberse solventado, ya que en la segunda de las cámaras disponibles, la cinematográfica, se incluye una vista aérea (supuestamente tomada desde un helicóptero, dado que se puede escuchar el rotar de las aspas) que sí se encuentra lo suficientemente alejada como para permitir una zona de visión plenamente satisfactoria. Sin embargo, al ser la citada cámara cinematográfica completamente automática, dicha perspectiva debe coexistir con otros ángulos mucho más cerrados, de giros imprevisibles, que transforman la conducción en un auténtico infierno. La cámara estándar se convierte así en la única opción viable. Eso sí, a pesar de los problemas mencionados, tanto la costumbre como alguna opción de ayuda extra (activar señales indicativas del camino a seguir en la pantalla de juego es altamente recomendable) logran paliar dicho defecto.

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Afortunadamente, es imposible poner pega alguna al resto de apartados. El control, tanto a pie como en vehículo, es tan sencillo como satisfactorio. Fijamos a los enemigos con el botón R, lo que nos permite movernos a placer durante los tiroteos, quedando el botón L reservado al cambio de objetivo. Los vehículos a conducir (alrededor de 100 diferentes) van desde coches de todo tipo y condición hasta motocicletas, lanchas (incluidas motos de agua), bulldozers o el esperado retorno de auténticas leyendas de la franquicia, tales como el mortífero tanque Rhino. Cada medio de locomoción posee sus propias características de manejo, velocidad, resistencia, etc. Contamos con la posibilidad de disparar desde el interior de nuestros transportes en todo momento, mediante un sistema de apuntado automático que, si bien en ocasiones no se dirigirá hacia donde nosotros queremos, al menos es lo suficientemente satisfactorio como para solventarnos más de una papeleta.

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La retahíla de misiones principales, secundarias, minijuegos, competiciones… es en Chinatown Wars tan cuantiosa como en cualquier otro título de la franquicia, lo que implica unas quince horas para terminar las misiones principales, a las que habrá que sumar muchísimas más a la hora de alcanzar el anhelado 100 % de juego completado. De entrada contamos con los clásicos trabajos secundarios de taxista, conductor de ambulancia (con la novedad de que, mientras conducimos, deberemos estar pendientes del pulso de nuestros pacientes, para reanimarlos en caso de necesidad mediante el uso de la pantalla táctil), bombero (en esta ocasión no sólo tendremos que apagar incendios, sino también disolver manifestaciones a golpe de manguera) y policía.

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Además, existen los 100 objetos ocultos a encontrar (y destruir), los cuales en esta ocasión tomarán la forma de cámaras de vigilancia repartidas a lo largo y ancho de la ciudad. Eliminarlas no solo aumentará nuestro porcentaje de juego completado, sino que también permitirá a los traficantes que se encuentren en la zona bajar sus precios, gracias al menor riesgo que para ellos implicará el ser capturados por la policía. Pero la cosa no acaba aquí: 30 saltos únicos nos aguardan en forma de rampas que deberemos surcar a toda velocidad; los personajes aleatorios que recorren las calles de Liberty City nos darán acceso a nuevas misiones; existen minijuegos de carreras, competición y lucha contra el crono, como uno de karts, parecido al que afrontábamos en GTA Liberty City Stories a lomos de una moto Sánchez; vuelven los Kill Frenzy (toda una institución en la saga, ya que debutaron en la primera entrega), denominados en esta ocasión como Rampage, accesibles mediante alguno de los iconos de calavera repartidos por el mapeado, y consistentes en alcanzar una determinada puntuación a base de eliminar objetivos concretos… Como ya mencionamos anteriormente, la duración, oferta y longevidad de Grand Theft Auto: Chinatown Wars no tienen nada que envidiar respecto a lo visto en otros títulos de la saga.

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En lo que a persecución policial se refiere, se ha implementado un nuevo sistema en el que al fin se nos dará la oportunidad de pasar a la ofensiva, en lugar de limitarnos a correr y escondernos. En anteriores entregas de GTA, para desembarazarnos con éxito del acoso policial debíamos visitar alguno de los locales Pay 'n Spray repartidos por el mapeado; ya en GTAIV, las fuerzas de la ley pasaban a acordonar una zona determinada, de la que debíamos escapar sin ser vistos. Pero la mejor defensa es un buen ataque, así que ahora contaremos con un número determinado de iconos representando a unidades móviles de la policía, los cuales aparecerán justo debajo de nuestro marcador de búsqueda. Si conseguimos que alguno de los coches patrulla que nos persiguen acabe destruido (ya sea a base de embestidas, o cerrándole el paso para hacer que se estrelle contra algún obstáculo), se tachará uno de los iconos de unidades móviles de nuestro marcador. Tras eliminarlos todos, nuestro nivel de Se Busca descenderá en una estrella. Eso sí, los Pay 'n Spray siguen estando ahí si lo que queremos es librarnos del acoso policial lo antes posible, por lo que todo queda a gusto del consumidor.

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Y hablando de consumición, es hora de entrar de lleno en el apartado más polémico de Chinatown Wars: el tráfico de drogas. Existen diversas vías para conseguir dinero en Liberty City, efectivo que será esencial para comprar armas o pisos francos; incluso necesitaremos echar mano de él para acceder a determinadas misiones principales. Dichas vías incluyen superar misiones, probar suerte con las tarjetas Rasca y Gana (existen locales repartidos por toda la ciudad, destinados a la compra de dichas tarjetas), sustraer dinero a los peatones abatidos, trabajar como taxista, conductor de ambulancia, bombero… Sin embargo, pronto nos quedará claro que mediante dichas vías obtendremos poca cantidad de efectivo, dinero a todas luces insuficiente para cubrir nuestras necesidades. Así, deberemos introducirnos en el lucrativo negocio del tráfico de estupefacientes, si lo que queremos es disponer de capital suficiente como para desenvolvernos sin problemas por Liberty City.

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Existen 6 artículos de compra-venta a nuestra disposición: heroína, cocaína, éxtasis, ácido, marihuana y sedantes. Nuestro personaje porta una bolsa en la que podremos llevar hasta 50 unidades de los citados artículos. El material sobrante deberemos introducirlo en un maletín ubicado en el piso franco, para así poder disponer de él cuando lo necesitemos. Hay que tener en cuenta que, si somos arrestados, la policía no dudará en confiscar todo el material que llevemos encima, por lo que hay que estar muy atento a las fuerzas de la ley, siendo más que recomendable evitar meternos en problemas si llevamos con nosotros una pequeña fortuna en género. Los camellos ubicados a lo largo y ancho de Liberty City servirán tanto para comprar como para vender droga. A nuestra PDA llegarán regularmente correos electrónicos con ofertas de compra y demandas de venta. Deberemos gestionar dicha información con inteligencia, ya que nuestro objetivo será, obviamente, comprar barato y vender caro para así obtener el mayor beneficio posible. Además, si lo que queremos es 'comprar gratis' siempre podremos asaltar alguno de los camiones de reparto de droga que transitan por la ciudad, pertenecientes a las diversas mafias de Liberty City.

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Ammunation, la tienda de armamento más famosa en el universo GTA, vuelve a abrirnos sus puertas para que podamos hacernos con todo tipo de material ofensivo. En esta ocasión no tendremos que acudir a alguno de los locales propiedad de la franquicia para hacer nuestras compras, ya que la empresa ha decidido abrir una tienda online que será en todo momento accesible mediante nuestra PDA. Sólo tendremos que realizar el pedido que deseemos, y éste sea entregado en nuestro piso franco en pocos minutos. También existen otras vías para hacernos con armamento; registrar los contenedores rojos que pueden encontrarse en algunos de los callejones de Liberty City, y asaltar los camiones de reparto de Anmunation, son las más destacadas.

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A golpe de stylus

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Grand Theft Auto: Chinatown Wars aprovecha las posibilidades táctiles de DS de manera magistral. De entrada, nuestro stylus será la herramienta que nos dará acceso a la mayoría de las funciones del juego, todo a través de la PDA ubicada en la pantalla inferior. Navegar por un mapa GPS, en el que se incluirán contactos y puntos de interés hacia los que podremos trazar una ruta con un solo click de nuestro puntero; comprar online en Anmunation; recibir correos electrónicos; ofertas en la venta de estupefacientes; estudios de mercado enfocados a nuestro particular e ilegal negocio; acceso al menú de opciones… Éstas son sólo algunas de las funciones accesibles a través de nuestra PDA, todas ellas de manejo sencillo y directo gracias al stylus.

Durante la aventura deberemos usar la pantalla táctil en multitud de situaciones: lanzar cócteles molotov o granadas; conseguir más de los citados cócteles, usando para ello un minijuego en el que acudiremos a las gasolineras armados de botellas vacías y trapos para aplicar aquello de 'hágalo usted mismo'; romper el cristal de un coche; arrancar los vehículos aparcados mediante destornilladores; conectar nuestra PDA al ordenador de a bordo de diversos transportes para obtener sus claves de desbloqueo; pagar el peaje en los puentes que conectan las diversas zonas de Liberty City; tatuar a nuevos miembros de las Triadas; montar un rifle de francotirador, desactivar bombas…

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En definitiva, Rockstar Leeds ha aprovechado a conciencia las posibilidades únicas que brinda la pantalla táctil de DS, todo con el objetivo de añadir interesantes novedades a la jugabilidad clásica de la saga GTA, las cuales brindan una experiencia tan fructífera como variada. Eso sí, habría sido de agradecer un mayor uso del micrófono de la consola, que fuera más allá de lo meramente anecdótico. De todas maneras, volvemos a subrayar que Chinatown Wars se lleva un contundente sobresaliente en todo lo referente al uso de las posibilidades táctiles de DS. Tras esto, uno no puede sino relamerse de solo pensar en las diabluras que Rockstar podría llevar a cabo en el aún no anunciado, pero más que deseado, GTA Wii.

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Apartado audiovisual

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En lo que a gráficos se refiere, Grand Theft Auto: Chinatown Wars sorprende por el fenomenal uso que se ha hecho de las, en teoría limitadas, posibilidades de DS en lo referente a la gestión de gráficos poligonales. Liberty City es una ciudad casi tan detallada como en sus anteriores encarnaciones destinadas a plataformas de sobremesa. No solo posee un mapeado idéntico al de la LC vista en GTAIV, sino que además se encuentra dotada de vida y movimiento por todos sus rincones: observaremos cambios medioambientales en forma de niebla o lluvia; veremos a multitud de peatones transitar por sus calles, los cuales harán cola ante un puesto de perritos calientes, sacarán sus paraguas en el caso de que comience a llover, entrarán en las casas, conversarán entre ellos o se sentarán en bancos públicos; nos cruzaremos con accidentes de tráfico que generarán los subsiguientes atascos…

Rockstar Leeds ha implementado además un leve toque cell shading a los gráficos, para que los contornos de los elementos poligonales sean más definidos, además de una serie de filtros que permiten unas texturas mucho menos pixeladas de lo que suele ser habitual ver en la portátil de Nintendo. En cuanto a las secuencias cinemáticas, nos encontramos ante una de las carencias surgidas a raíz de las limitaciones del formato de almacenamiento de la consola, ya que brillan por su ausencia. En su lugar, aparecerán ilustraciones a modo de cómic, las cuales se encargarán de relatar los acontecimientos importantes.

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En lo que a música se refiere, era inevitable que, al carecer de formato de almacenamiento digital, DS no fuera capaz de ofrecer la variedad y calidad en cuanto a canciones, emisoras de radio y locutores vista en la saga GTA ya desde su primera entrega. Así, aunque contamos con un total de 5 emisoras, éstas nos ofrecerán únicamente música sintetizada, careciendo por completo de locutores o canciones licenciadas. Aunque es obvio que han acabado pesando las limitaciones de la consola en lo que a audio se refiere, no podemos ignorar que en el catálogo de DS existen títulos, como The World Ends With You, que poseen un apartado musical mucho más satisfactorio, con bandas sonoras compuestas por canciones digitalizadas. Seguramente, la cantidad de memoria del cartucho reservada a la música ha sido insuficiente para dar a luz algo similar.

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Para disfrutar en compañía

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Grand Theft Auto: Chinatown Wars llega surtido de una buena cantidad de modos multijugador, tal y como ya es nota común en la saga. Sin embargo, en esta ocasión sólo podrán ser disfrutados en red local, sin que exista la posibilidad de invitar a jugadores provenientes de cualquier parte del globo terráqueo. Dichos modos ascienden a un total de 6: Carrera, consistente en una competición de velocidad para la que podremos seleccionar 20 recorridos y cualquier clase de vehículo (sí, también el tanque Rhino); Temporada, en la que tomarán forma una serie de 4 torneos de competición, cada uno compuesto por 5 carreras; Stash Dash, en el que deberemos hacernos con una furgoneta llena de contrabando, para posteriormente conducirla a zona segura mientras somos acosados por el resto de jugadores; Liberty City Survivor, una suerte de Deathmatch de los de toda la vida; Gang Bang, si lo que queremos es participar en tiroteos más masivos entre diferentes clanes; y Defend the Base, en el que participaremos en modo cooperativo con el objetivo de defender nuestro territorio frente a oleadas y oleadas de enemigos de dificultad creciente.

Las opciones online pasan por chatear con otros jugadores mediante mensajes instantáneos, intercambiar objetos entre usuarios, y enviar nuestros datos y puntuaciones al Rockstar Social Club. Además, según ha confirmado la compañía (eso sí, sin dar aún detalles concretos), al enviar nuestros datos al Rockstar Social Club se desbloquearán misiones exclusivas y contenido inédito. Dicho material no contará a la hora de alcanzar el 100 % de juego completado, por lo que aquellos que no tengáis posibilidad de conectaros a Internet con vuestra DS podéis estar tranquilos. Aún con los citados extras, sigue siendo una verdadera lástima que los modos multijugador de Chinatown Wars se restrinjan al juego local. Sin embargo, aquí nos encontramos de nuevo ante algo que puede ser achacado a las limitaciones de la consola en lugar de al juego en sí.

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9.5

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.