Luz en la oscuridad

Justo ayer analizábamos el regreso de Naruto a Nintendo DS, un título desarrollado con bastante poca gana y que nos dejaba uno de los peores cartuchos de lo que va de año. Con el ninja de Konoha fuera de juego, toda la esperanza para los fans del anime este año se condensa en la vuelta de Goku y los guerreros Z con un ambicioso RPG (Dragon Ball Z Story). Y por supuesto, en Bleach: Dark Souls, la secuela de uno de los mejores juegos de Nintendo DS, que regresa con las pilas cargadas para darnos a los aficionados de la lucha 2D un título a recordar.

Dark Souls toma por base lo que hizo grande a The Blade of Fate, por lo que volveremos a encontrarnos con un arcade de lucha 2D. Por suerte, también repite el mismo estudio que le ha dado forma, Treasure, legendaria compañía que se labró un nombre ya en MegaDrive con algunos de los juegos bidimensionales más recordados e incluso shoot'em ups del nivel de Ikaruga. Su vuelva a DS es por todo lo grande, cogiendo cada elemento del título anterior y expandiéndolo para dar forma a un cartucho más redondo que el anterior.

Y no será el último: SEGA han confirmado ya la continuación de la serie con dos nuevos capítulos. El siguiente será Bleach: The 3rd Phantom, un RPG táctico (no desarrollado por Treasure) que nos narrará una historia paralela a la del manga escrita, eso sí, por el propio creador del mismo, Tite Kubo, todo ello moldeado con gráficos 2D y vista isométrica. Se lanzó en junio de 2008 en territorio nipón y aún no tiene fecha para el resto del globo. El cuarto y último será Bleach DS 4th: Flame Bringer, producto del cual no se conoce absolutamente nada, ni siquiera el estilo de juego que tendrá ni quien se encargará de desarrollarlo. Todo esto sirve para confirmar que el futuro de la obra de Kubo en la portátil de Nintendo DS es de lo más esperanzador.

Jugabilidad
Como ya se ha dicho, Dark Souls recupera la esencia y el sistema de juego del título anterior, lo que implica un juego de lucha 2D en la línea de Last Blade o Samurai Shodown, en el cual controlamos a un personaje armado y lo enfrentamos con entre uno y tres rivales simultáneamente en pantalla, no limitando los combates a 1vs.1 necesariamente. El desplazamiento es lateral, sin poder rotar el escenario, como en los clásicos del género, si bien se incluye un botón para cambiar de plano al estilo Fatal Fury, haciendo que las luchas entre varios personajes no se hagan demasiado liosas. Donde reside la fuerza del título es en sus combates, como no podía ser de otra forma, luchas extremas y realmente ágiles en las que podemos desencadenar un alto número de técnicas con todos los personajes disponibles, un total de 44 entre los que regresan de Blade of Fate y los que se incluyen ahora ateniéndose al nuevo argumento.

Sobra decir que cada luchador tiene una serie de habilidades propias, no hablando sólo de los ataques especiales sino de los propios golpes básicos. Ichigo golpea con su espada de diferente forma a lo que lo hace Kenpachi, por ejemplo, mientras que otros personajes como el curioso Bonnie tienen una serie de técnicas totalmente diferentes al resto. Es aquí donde reside la mayor diferencia con respecto a otros juegos de lucha de la portátil, en la completa diferenciación de los diferentes personajes, sin caer en lo fácil que sería poner que cada uno contase con un golpe básico exacto al resto. Y tiene el doble de mérito considerando que no hablamos de una docena de luchadores, sino de un total de 44.

Por supuesto, tomando la base del excepcional Blade of Fate, tampoco podíamos esperar menos. Todo se ha respetado con respecto a aquel, desde los daños de los golpes de los diferentes luchadores, hasta el tamaño de los escenarios o, como ya se ha dicho, el cambio de plano que puede hacerse presionando un simple botón. Donde encontramos la mayor novedad es en el uso de las cartas, que pasan a ser cuatro en lugar de dos, y que podemos activar desde la zona táctil en cualquier momento: más velocidad, saltos más altos, reducir la defensa del rival o hacer más daño son algunos de los efectos que podemos aplicar a nuestros golpes de forma rápida y sencilla. Por supuesto, podemos personalizar nuestros propios mazos en lugar de quedar vendidos con cartas aleatorias, haciendo que este elemento sea un punto clave de las batallas y no un simple añadido sin efecto real.

El sistema de juego responde a las normas del género, obviamente, encontrándonos los típicos combos de varios impactos o los especiales, realizables tanto mediante botones o directamente desde la zona táctil, siempre y cuando dispongamos de una barra de energía para llevarlos a cabo. Por supuesto, esta mecánica continuista se refleja también en lo referente a modalidades de juego, estando las clásicas de siempre y alguna novedad de lo más interesante. La más directa es el modo arcade, donde tras elegir un personaje -o varios- competiremos contra una serie de rivales hasta dar con el jefe final. La dificultad es variable, y al finalizar la partida desbloquearemos artworks o clips de audio.

No será el único modo para un jugador. También habría que sumarle el modo Vs., que nos permite configurar criterios como el tipo de juego, si será individual o por equipos, los planos, el tiempo o el uso de las cartas. Esta modalidad también está disponible para jugar con más personas a través de WiFi Connection. Por que sí, uno de los puntos fuertes de Dark Souls es la inclusión de combates online, algo que alarga la ya de por sí gran vida útil del cartucho. Otras modalidades serían la tienda donde comprar extras o el modo práctica, cuyo nombre indica su utilidad.

Para los que hayan temblado al contemplar esta posibilidad, seguramente les alegrará saber que no son cosas de presionar más rápido la táctil que el rival ni cosas así, sino que se desarrollan mediante el sistema de los combates. Por ejemplo, uno de los minijuegos consiste en acabar con un grupo de monstruos, mientras que otro nos obliga a recoger más comida que nuestro oponente. Claro que, en este caso, podemos golpearle para dejarle atontado un tiempo y ganar ventaja. Otra de las pruebas reta al jugador a demostrar sus conocimientos sobre el anime/manga, debiendo responder preguntas para poder avanzar. Todo esto no sólo se agradece sino que aporta bastante dinamismo, alargando el ya de por si duradero modo historia.

El único problema con Dark Souls es que a pesar de añadir cosas -duplicar las cartas, más personajes-, no se nota una auténtica evolución con respecto al original. Tenemos la misma y notable base, pero no se puede percibir un verdadero paso adelante que nos haga pensar en él como un cartucho excelente en sí mismo, sino como una especie de expansión. Esto no es malo cuando la base es fantástica, por supuesto, pero había que aclarar que ésta es, especialmente, la razón que nos ha llevado a darle la misma nota que su antecesor, puesto que uno la logró por el impacto y la novedad, mientras que éste lo hace por expandir una base sin sorprender al mismo tiempo.

Técnicamente es otro punto donde la cosa continúa igual. Los modelados de los personajes son exactos, versiones 2D realmente cuidadas de los protagonistas del anime, que da gusto ver en pantalla, dando muestras de que animar sprites bidimensionales no es tan complicado si el estudio al cargo tiene suficiente maña. Cuatro personajes en pantalla realizando especiales no son capaces de ralentizar la acción, algo que en un título de lucha habría sido más que suficiente para penalizarse como razón de peso. Por suerte, funciona perfectamente, sin dar problemas de ningún tipo. Lo mismo sucede con los apartados sonoros, perfectamente llevados, desde las voces hasta la BSO, sin dejarse nada descuidado en lo referente a estos elementos.