Los zombies se han comido a mis vecinos!
Putrefactos, espásticos o violentamente veloces. Junto a zombies o infectados, a balazo limpio o siendo su aperitivo, hemos pasado muchas horas de juego. En agradecimiento a esos maravillosamente agustiosos momentos, hoy les brindamos este homenaje.
Muchas veces, la gente se pregunta de dónde provienen los zombies. No, no nos referimos a que salgan de sus tumbas, reanimados ya sea por hechicería o por algún virus fabricado por el hombre, sino al origen de dichas criaturas, a quién se le ocurrió por primera vez que algo así pudiese ocurrir. Lo cierto es que se trata de leyendas provenientes de Haití, donde la magia negra y el vudú eran parte fundamental del folclore nacional. Un libro recogería estos ritos y vivencias que, con el paso de unos años, se trasladarían a la pantalla en 'La legión de los hombres sin alma', del año 1932. Pese a contar con la presencia del siempre carismático Bela Lugosi, la película fue un fracaso de crítica, pero un éxito de público, y asentaría las bases del cine de zombies, que infinidad de películas respetarían en épocas posteriores.
Durante las primeras encarnaciones, los zombies estaban dominados por alguien que, haciendo uso de la magia, utilizaba su ejército de no-muertos para sembrar el pánico, pero en regiones limitadas y a pequeña escala. Llegaría entonces George A. Romero, en el año 1968, quien tenía una visión muy distinta del género y la plasmó en 'La noche de los muertos vivientes', primera entrega de su serie de zombies y que supuso un éxito arrollador. De hecho, los nuevos añadidos de Romero se convirtieron en estándar, sobreviviendo durante más de tres décadas. No tardarían en aparecer imitaciones y películas de bajo presupuesto que intentarían imitar el estilo de la obra de Romero, quien seguiría destacando en el género con su 'Zombi' (la traducción española en 1978 de 'El amanecer de los muertos'), 'El día de los muertos', 'Land of the Dead' y la más reciente 'Diary of the Dead', además del exitoso remake de 'Dawn of the Dead' a manos de Zack Snyder.
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A día de hoy, se ha desatado una auténtica marea de películas de zombies, en las que se puede encontrar ya, prácticamente, de todo. Desde películas de videoclub como 'Flight of the Living Dead' (o 'Plane Dead', zombies en un avión sobran las palabras), hasta versiones humorísticas como 'Shaun of the Dead' ('Zombis Party' en España), pasando por parodias de serie B como 'Planet Terror' (dentro del Grindhouse de Robert Rodríguez y Tarantino), series de televisión como 'Dead Set' (zombies en Gran Hermano), nuevos cambios a la fórmula en la franquicia '28 días después', y por supuesto, las adaptaciones de videojuegos como 'Resident Evil' (de Paul W. Anderson) o 'House of the Dead' (esta última del infame Uwe Boll). No faltarían tampoco películas españolas, como 'La noche de las gaviotas' del gallego Amando de Ossorio, 'La orgía de los muertos' de José Luis Merino, o la reciente 'REC', que sigue un poco las directrices marcadas por '28 días'.
No cabe duda de que los zombies han pasado a formar parte de nuestras vidas, y es muy habitual toparnos con material que gira en torno a estas criaturas no-muertas que, de un tiempo a esta parte, se están convirtiendo más en 'infectados' por culpa de virus creados por el hombre, dejando a un lado motivos sobrenaturales o de ultratumba. Pero así como el cine se ha inspirado en algunas franquicias de videojuegos con zombies, la historia de estas criaturas en los videojuegos también ha sido muy destacable. No en vano, las sensaciones de verse rodeado de una marea de criaturas violentas e insensibles, ávidas de nuestras entrañas, se representan mejor cuanto más nos pongamos en la piel de la víctima. Tampoco nos vamos a engañar: nos encanta esa sensación, aún cuando nuestra pareja no deje de repetir, entre escalofríos y desesperación, que no quiere que haya zombies.
La historia de los zombies en los videojuegos no ha sido tan prolífica como el cine, pero también es cierto que se observa un considerable aumento de producciones en los últimos tiempos, dándole más importancia a un enemigo que puede causar muchos problemas y pocos remordimientos al acabar con él. Hay casos en los que no tenemos zombies, en el sentido estricto de la palabra, pero sí criaturas similares, creadas por motivos muy distintos y que ofrecen sensaciones similares a las de nuestros tan adorados monstruos de serie B. Lo curioso, es que en esta temática se involucran también muchos juegos de serie B. Pero sea en títulos de elevada calidad o en títulos de dudosa valía, la tendencia está clara: nos encanta masacrar zombies. Y el futuro se antoja prometedor, con títulos como House of the Dead: Overkill, Possession, Dead Island, Zombie Massacre,
Dos personajes, Zeke y Julie, compartían protagonismo en uno de los títulos más excelentes a la hora de disfrutar con un amigo en su gran modo cooperativo. Recorrerían zonas de todo tipo, y no sólo enfrentándose a zombies, sino todo tipo de criaturas de pesadilla. En total, medio centenar de escenarios en los que nuestro deber será salvar a nuestros vecinos. Como mínimo, deberemos ser capaces de salvar a uno, ya que si todos mueren, nos encontraremos con la tan temida pantalla de Game Over. Intenso, divertido y un verdadero reto de resistencia son los ingredientes esenciales de un título inolvidable.
En esta franquicia, todo ha sido obra de diversos virus. Al principio, la responsable era la farmacéutica Umbrella, aunque después de que Chris y Jill (y, en cierto modo, Wesker) acabasen con su reino de abominaciones y experimentos ilícitos (como hemos visto en Umbrella Chronicles), no faltaron empresas deseosas de proseguir con esas investigaciones y desarrollar nuevas bacterias. Pese a que la infección no ha llegado nunca a alcanzar cotas mundiales, y siempre se ha controlado en los pequeños focos en los que ha tenido lugar, no cabe duda de que Capcom tiene todavía mucho que decir a ese respecto, y que a buen seguro una de las mejores franquicias de survival horror seguirán dando mucho de que hablar en el futuro.
A lo largo de la franquicia, el argumento ha ido variando. En un primer momento, el malvado doctor Curien estaba preparando en su mansión un ejército de zombies para hacerse con el control del mundo. Posteriormente, Goldman, quien movía los hilos en toda la historia anterior, ataca Venecia con la intención de acabar con la humanidad, que no aprecia su trabajo. Posteriormente, los zombies supervivientes, que estaban encerrados en un laboratorio, vuelven a la carga, con la presencia de Goldman. Por último (hasta la fecha), en el futuro, el planeta Tierra está ha sufrido un Apocalipsis, y la situación parece tener mucho que ver con los ejércitos de zombies del pasado. Pese a que son juegos de disparos, y el argumento no es lo principal, cuentan con mucho atractivo.
Al volver a jugarlo a día de hoy, no cabe duda de que tanto el humor como la diversión permanecen intactos, aunque ya ha perdido algo de gas. No en vano, pocas veces tenemos la oportunidad de ponernos al otro lado de la situación, y en vez de acabar con los no-muertos, eliminar humanos convirtiéndoles en nuestros fieles aliados sin vida ni voluntad. El juego, que llegaría a PC y a Xbox (disponible como Original en Xbox 360), no tuvo el éxito que se merecía y pasó de forma demasiado discreta por nuestras tiendas, pese a su acción cargada de humor y sus situaciones inesperadas y estrambóticas.
En la piel de Frank West, un fotógrafo que llega al centro comercial en el que transcurre el juego (en realidad, toda la ciudad está infestada, pero nos veremos limitados al centro comercial), deberemos no sólo descubrir los motivos de la infección, sino también rescatar a los supervivientes que podamos, enfrentarnos a los psicópatas que nos encontremos y, ante todo, sobrevivir durante los tres días que dura el juego. Una auténtica maravilla que, gracias a su intensidad, con infinidad de zombies en pantalla, se convierte en una gran y terrorífica propuesta para Xbox 360 y, muy pronto, para Wii (aunque en esta versión se sacrifiquen algunos elementos importantes de historia).
El juego es una aventura en primera persona, en el que controlaremos a esos cuatro supervivientes. La particularidad nos la encontramos en que había que prestar mucha atención a nuestras barras de vida, ya que cuando esta se vaciase, nos esperaría una muerte mucho menos dulce de lo que nos gustaría: ese personaje se convertiría en un zombie, que no saldría de la habitación en la que murió. Toda la producción destilaba mucha fidelidad al universo de los zombies, incluso a la hora de matarlos: o acribillando su cuerpo o con un disparo a la cabeza, más rápido y económico. Un gran juego capaz de transmitir la gran atmósfera de la película de Romero.
Zombie Zombie vería la luz para ZX Spectrum en el año 1984, y pese a su planteamiento, al que se le da un toque oscuro y siniestro, lo cierto es que no dejaba de ser un juego de acción sin grandes pretensiones. Destaca que fue uno de los primeros juegos en utilizar dos canales de audio, que conseguían una mayor inmersión en la historia. Pero luego tenía un planteamiento extraño, con su vista isométrica, en la que teníamos que alterar el terreno haciendo uso de un helicóptero para, posteriormente, matar a los zombies haciéndoles caer desde una gran altura. Extraño y desconcertante como pocos, Zombie Zombie no pasó a la historia, y eso fue por algo.
Todo empieza en un avión, en el que viaja Laura. Unos terroristas se hacen con el control del mismo a la fuerza, pero un meteorito destroza el aparato y provoca que se estrelle en pleno Canadá. Laura despierta en una pequeña cabaña para descubrir que se encuentran aislados y que no será fácil contactar con el mundo exterior. Lo que es peor: los supervivientes del accidente están mutando en criaturas extrañas y horripilantes, que le llevarán a luchar por su supervivencia. No son precisamente los zombies que todos conocíamos y que componen la mayor parte de este artículo, pero el concepto es muy similar. Sobre todo porque la sensación es idéntica: luchar por la supervivencia, rodeados por un enemigo muy superior en número.
No obstante, pese a formar parte de esa colección de juegos que podrían considerarse de serie B, el éxito del título, especialmente en tierras niponas, ha sido notable, como bien demuestra que sigan saliendo entregas, así como la reciente película de actores reales que se ha estrenado en Japón. Cuatro entregas para PlayStation 2, una para Xbox 360, otra para Wii y una para móviles son el bagaje actual de una franquicia que conjuga sexualidad con violencia gratuita sin mayores complicaciones. Pese a sus evidentes limitaciones técnicas, se convierten en un fijo para los amantes del gore y la serie-B.
Un simple marine norteamericano llega a una isla tropical, con una misión secreta por cumplir. Siguiendo con la tradición de las primeras películas de zombies, el malvado Doctor Hellman planea crear un ejército de zombies bajo su control y dominar el mundo gracias a ellos. Lo curioso es que, al principio del juego, un zombie nos muerte, y deberemos preocuparnos por la medicación para evitar que la transformación sea total. El juego es de disparos, en el que avanzamos por la jungla mientras acabamos con los diversos zombies que irán apareciendo por la pantalla. Un título curioso, aunque se perdía un poco entre el cine y el videojuego.
La ambientación del juego nos situaba en la actualidad, o al menos en lo que por aquel entonces era la actualidad. La experimentación vuelve a hacer importante acto de presencia en este título, ya que el gobierno ha desarrollado un programa secreto para utilizar a los muertos con propósitos militares, pero las cosas, cómo no, se acabarían saliendo de madre, y toda una ciudad acabaría poblada por los no-muertos. Pese a que sólo pueden participar dos jugadores, Zombie Revenge ofrecía tres personajes diferentes entre los que elegir, en un título bastante divertido que nos permitía acabar con los zombies con nuestras armas o a puñetazos.
Suponiendo que se trata de un virus creado a raíz de la experimentación humana, durante todo el juego sólo tendremos un objetivo: deberemos rescatar, a bordo de nuestra ambulancia, a todos los supervivientes que nos encontremos, Un título no demasiado espectacular, con una mecánica repetitiva y que no consigue transmitir en exceso la presión, tensión y sufrimientos de una amenaza zombie de estas características. Más bien, se trata de un clon de Radical Bikers, con un planteamiento arcade sencillo y divertido, pero sin grandes pretensiones más allá de convertirse en un entretenimiento barato y directo.
Todo transcurre en el mundo de Storyland, en donde nos encontraremos con infinidad de grandes cuentos tradicionales, que servirán de ambientación a nuestras andanzas. Sin embargo, poco después de que Caperucita salve a su abuelita de otro ataque de un lobo, las cosas se descontrolan en Storyland, ya que un ejército de zombies está arrasando con todo a su paso. Lógicamente, no va a permitir que las cosas se queden así, y junto a su buen amigo Momotaro se lanzará a erradicar la plaga descubriendo el origen de la misma. Un acercamiento peculiar a un género que suele estar más asociado con el miedo y el terror, pero muy satisfactorio en general, sobre todo gracias a su gran jugabilidad. Masacrar zombies pocas veces fue tan divertido.
La ciudad del juego sufre, cómo no, una invasión de no-muertos, y nuestro objetivo no será otro que el de abrirnos paso entre las mareas de criaturas para lograr salir con vida de la que podría convertirse en nuestra tumba de cemento. Permitía que participasen hasta tres jugadores, encarnando a otros tantos personajes, y llegaría a aparecer una secuela una década después, aunque sin lograr ni por asomo el mismo éxito. Con su buen apartado gráfico, muy digno para la época, se convirtió en una de nuestras primeras oportunidades de vivir un holocausto zombie o no, porque algunas criaturas mutaban en seres más extraños, sin quedar muy claro en ningún momento de qué se trataba.
En esta ocasión, una compañía alimenticia, la NASAT INC, ha ideado un ingrediente secreto que pasó a formar parte de todos sus productos. Obviamente, la cosa se acabó descontrolando, y dicho ingrediente acabaría infectando las reservas de agua de una isla. Como consecuencia, los ciudadanos están muriendo y regresando a la vida como zombies. Pese a sus características, no se trata de un juego de terror, y no se saca demasiado partido a la ambientación que podría llegar a ofrecer, limitándose a ser un juego de acción bastante directo, con diversos supervivientes que podremos salvar para que nos presten su ayuda posteriormente.
El brote en cuestión de criaturas humanoides de intenciones violentas es obra, en este caso, de los 'exocels', unos parásitos que emplean a los humanos y a otras formas de vida como huéspedes. Una infección provocada, una vez más, por la experimentación humana, que ha ido más allá de los límites de la legalidad para realizar pruebas en ese barco. Pese a no atacar en masa y gran número, el juego consigue tenernos en tensión durante toda la partida, ya que en cualquier momento, incluso durante una simple conversación, puede saltar una criatura que nos cause un buen susto. Para empeorarlo todo, la tormenta del exterior puede provocarnos más de un disgusto, aunque también podremos utilizarla en nuestro beneficio.
Una de las curiosidades de juego es que no sólo tenemos un arma normal principal, sino también un arma viral. La mecánica es algo extraña, ya que deberemos utilizar la primera para acabar con la barra de vida de las criaturas para, posteriormente, aniquilarlos utilizando el arma viral. Una mecánica algo repetitiva, pero que se basa en lo de siempre: sobrevivir a la infección y ayudar a huir a los supervivientes. Eso sí, contaremos con un medidor que nos indicará la fiereza de los zombies en cada ocasión, pudiendo encontrarnos con momentos de desesperación en los que no sabremos cómo revertir la situación ante la acuciante presión de las criaturas zombificadas.
Toda la tripulación de la Ishimura se ha convertido en criaturas sangrientas, cuya identidad se ha perdido en la inmensidad del espacio, carentes de voluntad más allá de automutilarse y atacar ferozmente a los pocos supervivientes con vida que quedan. La presión y tensión que provoca el estar en un entorno cerrado, sin ninguna salida posible, consiguen que el pánico se haga todavía más patente o, sobre todo, acuciante. Pese a ser un juego que profundiza más en la mente del personaje que en la propia amenaza de humanos reconvertidos, resulta bastante satisfactorio.
Nuestro papel será el de Jack, un simple granjero que ve cómo su granja es atacada por un montón de zombies. No obstante, lejos de ser un inútil, logrará abrirse paso entre las mareas de no-muertos, huyendo de su granja sin destino definido, hasta que logra llegar a una ciudad en la que los vivos resisten la oleada de zombies. Una fortificación (en la que se ambienta también la película de Romero) que es el último reducto de seguridad. Su creador, Kaufman, pedirá a Jack que se encargue de limpiar de zombies una nueva zona para que los humanos puedan trasladarse hasta allí. Un representante indigno del nombre que luce en la portada.
Pocos títulos consiguen transmitir con tanto éxito esa sensación de estar rodeados de criaturas ávidas de alimentarse de nuestras entrañas, logrando que nos sintamos de verdad en medio de un holocausto zombie del más alto nivel. Pese a ser un shooter en primera persona, los elementos de survival horror estarán muy presentes en todo momento, transmitiendo esa tensión y ese sufrimiento inherentes a la situación a la que nos enfrentamos. Los usuarios de PC y Xbox 360 saben muy bien lo que es pasar miedo en sus plataformas, y ahora tienen una de sus mejores opciones.
La situación evolucionará de formas un tanto curiosas a lo largo de las distintas películas, destacando especialmente el hecho de que Ash se corta su mano poseída para ponerse una motosierra en su lugar. En Commodore 64 y ZX Spectrum llegaría a salir una aventura basada en la primera película, mientras que saltaríamos a la época de PlayStation, Dreamcast y PC para volver a jugar con Ash en Hail to the King, ocho años después de las películas. Doce años después, en Fistful of Boomstick (PS2, Xbox), Ash recuerda toda su vida. Por último, en Regeneration (PS2, Xbox, PC), viviremos una realidad alternativa a la vista en las películas. Pero todos tienen algo en común: humor negro, criaturas de ultratumba y mucha diversión.
Se vuelve a tratar de una visión más bien cómica, caricaturesca, de los zombies. De hecho, pese a que estamos hablando de zombies y alienígenas, el título no se centra en traducir la temática en terror, sustos y tensión, sino que se trata de una parodia de ambos universos, con estilo muy de cómic, hasta tal punto de que avanzaremos por viñetas, de forma similar al clásico Comix Zone. Un título amable de plataformas que cuenta con diversos minijuegos, con tres personajes para jugar, cada uno con sus propias habilidades. Directo y para todos los públicos. No es el clásico título de zombies, pese a incorporarlos en el título.
De hecho, el juego nos pone en una situación de lo más rocambolesca. Un friki intenta declararse a una gótica que, para evitarlo, intenta desaparecer pero con escaso éxito, ya que se acabará topando con un amigo del instituto y con la típica animadora de curvas espectaculares y poco cerebro. Sin más, en medio de todo esto, una oleada zombie arrasa la ciudad. No se dan grandes motivos ni más explicaciones de las necesarias: sólo necesitamos saber que hay que acabar con todo lo que se mueve en nuestras pantallas. Acción directa y sin complicaciones, para dedicarnos a lo que más nos gusta: masacrar zombies.