Tranquilidad en la tempestad

flOw es un juego particular y único, más un auténtico entretenimiento interactivo y audiovisual que un juego en sí, con sus reglas, simulaciones y abstracciones. No en vano la premisa del juego es "La vida puede ser simple" y eso es un lema que lleva hasta las ultimas consecuencias en todos sus apartados. Y es que es cierto, particularmente si eres un organismo unicelular cuya única razón de su existencia es comer y evolucionar, mientras sobrevive frente a otros organismos también dispuestos a hacer lo mismo.

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Este planteamiento tan simple esconde la elegancia de una mecánica de juego muy tranquila, pero sin resultar aburrida o tediosa en ningún momento. Usando el control analógico, podemos controlar la dirección de nuestro microscópico ser, con más o menos agilidad dependiendo del tamaño que esté alcanzando. Los giros son extremadamentefluidos y el "protagonista" se desplaza gracilmente en el escenario bidimensional, con el único objetivo de acabar con los demás organismos, que además de una amenaza para él contienen los alimentos necesarios para que pueda dar el próximo salto evolutivo.

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Si el movimiento es simple, el ataque lo es todavía más ya que el jugador sólo se limita a dar mordiscos a los oponentes, finalizando cuando de uno de los contendientes pierde todos los elementos que forman su cuerpo. A pesar de la existencia de esta lucha básica por la supervivencia, en ningún momento se ofrecen modificaciones relevantes ni alternativas reales: comer, o ser comido, con la particularidad de que el organismo protagonista no puede morir, y sólo puede ser retrasado en su empeño de llegar a lo más alto posible en la escala evolutiva. Sin la presión tradicional de los videojuegos o el constante reto que ofrecen la gran mayoría de los títulos, flOw puede hacer brillar su particular mezcla entre lo contemplativo y lo reactivo.

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La estructura es bien simple. Cada "fase" tiene algo de comida flotando y quizás otras criaturas pugnando por salir adelante, además de dos huevos -uno azul y otro rojo- flotando en algún punto y que representan el avance o el retroceso; en cualquier momento que encuentres el huevo que te permite avanzar puedes hacerlo, aunque es conveniente recordar que si no evolucionas significativamente en una fase, puedes tener problemas para enfrentarte a las criaturas que vienen en el siguiente escenario; pero en ningún caso el juego impone restricciones o reglas sobre cómo se debe progresar en él.

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flOw es una experiencia que juega con sus minimalistas gráficos y la mesmerizante música para crear una sensación de paz, es por ello que en el caso de PSP no tiene mucho sentido jugar sin unos auriculares. Ni siquiera en las batallas más feroces se aprecia una especial virulencia, ya que los movimientos son siempre de una suavidad extrema, incluso los más rápidos, mientras que los efectos sonoros juegan su papel en crear una conexión armoniosa entre las acciones y el tipo de ambiente que se está buscando. Es un título que llama al escapismo, y es por ello que encuentra en la portátil de Sony una plataforma ideal para crear esa burbuja que a veces tanta falta hace en el día a día.

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Viusalmente, a pesar de su estilo poco dado a las ostentaciones, es un juego muy agradable, con fondos de diferentes tonalidades conforme se va avanzando por los diferentes planos. A pesar de su aparente simpleza y falta de grandes escenarios, consigue también sorprender presentando colosales criaturas que hay que abatir para seguir tu viaje. Sin embargo, la conversión a PSP ha perdido en definición e impacto -algo por otro lado lógico- comparada con la elegante versión en PS3 y es un cambio que se deja notar bastante más de lo que cabría esperar; se echa en falta esa sensación de pureza que se podía apreciar con una buena televisión conectada a la consola de sobremesa de Sony. A pesar de este apunte, sigue siendo un juego que sorprende en el apartado audiovisual, particularmente si nunca lo habías experimentado antes.

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