Stranger, Impresiones
Si existen dos géneros que se complementen casi a la perfección, son la estrategia y el rol. Puede que sea porque los juegos de rol nacieron a partir de sus homólogos de estrategia. Cuando solamente se conocían sus versiones en tablero, el ocio electrónico era un retoño y nadie imaginaba hasta dónde se podría llegar el mundo de los videojuegos.
El concepto de unir estos géneros no es nuevo. Spellforce no fue ni siquiera el primero, aunque sí uno de los más famosos representantes de esta mezcla. Después del éxito cosechado por este título y su continuación, era más que previsible que muchas empresas decidieran que el camino se había abierto y el horizonte estaba lo suficientemente despejado. Todo preparado a la espera de nuevos ejemplos de esta rentable fusión.
Lejos del existencialismo, nos hemos propuesto revisar la versión de prueba que Fireglow ha publicado recientemente, después de casi tres años de desarrollo de lo que se preveía que sería el lanzamiento de un multijugador masivo de estrategia y rol, si bien el desarrollo ha derivado en un título que dejará de lado el modo online, y tendremos que esperar a la versión completa para ver si se incluyen modos multijugador.
La propuesta de Stranger es, aparentemente, decidir el destino de tres personajes perdidos en el inhóspito y misterioso mundo al que han llegado después de hacer caso omiso a las prohibiciones sobre el uso de cierto tipo de magia. Aunque estos personajes no se lleven muy bien entre ellos, tendrán que cooperar para conseguir volver a su añorado hogar sanos y salvos, y vengarse de los que les han relegado a este desconocido lugar.
Lo primero que tendremos que hacer es superar el empalagoso tutorial de turno, que esta vez se nos presenta en dos fases. Nadie puede negar su utilidad, y menos aún en Stranger, punto de unión entre dos géneros que suelen caracterizarse por su variedad de opciones. La cantidad de atajos de teclado abarca casi todas las teclas de dicho periférico, y debido a lo engorroso de la interfaz, se hacen casi de uso obligado.
Haciendo uso de nuestras habilidades en combate, o mediante el lanzamiento de hechizos, cuyo poder reside en los cristales de diferentes colores que podremos recolectar por lo largo y ancho de esta extraña tierra, iremos avanzando en la trama y mejorando mediante la experiencia. Dependiendo del color de esos cristalinos elementos, que pueden ser rojos, verdes o azules, podremos lanzar unos hechizos u otros. Incluso si combinamos estas tonalidades, aparecen opciones diferentes.
Para mejorar a nuestros personajes dispondremos de habilidades y dotes, que son características especiales que repercuten en nuestros combates, puntos de vida o incluso en el desgaste del lanzamiento de hechizos. Cada una cuesta un determinado número de puntos de avance, que iremos consiguiendo durante la partida. Los cristales también servirán como moneda, y con ellos podremos reclutar soldados y mercenarios para acompañarnos en nuestra misión.
Estos objetivos suelen ser demasiado simples. Pasan desde aniquilar a un ejército hostil hasta abrirnos paso hacia nuevas zonas, siempre masacrando a todas las criaturillas que se interpongan en nuestro camino. Con el tiempo, percibiremos que el juego se convierte en el típico 'hack'n'slash', pero con un pequeño toque de estrategia, un poco lejos de la ambición de los desarrolladores, pero no por ello menos divertido.
Sorprende lo que Stranger ha logrado haciendo uso de un motor gráfico simplificado, sobre todo en el nivel de detalle en los entornos, que no deja de ser bastante variado. Sin embargo el juego no usa ningún tipo de física, y las animaciones están muy simplificadas. Esto perjudica gravemente a la capacidad de inmersión del título. Las acciones parecen muy irreales en algunas ocasiones, e incluso los combates terminan siendo repetitivos.
Lo que aún desconocemos es la extensión de este título, y cuantas serán, al final, las diversas opciones que se nos ofrecerán entre tropas, armamento y héroes. Incluso aún no se sabe si existirán opciones de personalización para estos últimos, porque es un aspecto que no se ha incluido en la demostración. Todos estos aspectos son capaces de variar la percepción general del juego hacía un lado u otro, así que esperemos que Stranger cumpla en este punto.
El sonido no es ninguna maravilla, pero se dispone de efectos para casi todos los elementos. La banda sonora no es para nada espectacular, y las voces son casi inexistentes. Aún así, se consigue un ambiente bastante realista, gracias a los rugidos de las criaturas y demás sonidos debidos al entorno. Es cierto que se echa en falta un poco más de trabajo en el hilo musical, pero los efectos son indudablemente buenos.
Nos queda mucho por ver, pero no parece que Stranger vaya a destacar dentro de este nuevo género que comienza a ponerse de moda. Puede que pase sin pena ni gloria por los estantes de las tiendas, pero servirá, sin lugar a dudas, para aumentar la oferta existente en títulos de estrategia y rol, y para que nuevas empresas se arriesguen a iniciar este camino que comienza a abrirse paso en el mundo de los videojuegos.
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