Myst
Te doy la bienvenida... de nuevo
Myst es un referente indiscutible en las aventuras gráficas, al conseguir explotar como ninguno los elementos de exploración y puzzle. Sin embargo, aún a pesar de su excelente argumento, DS no se convierte en la mejor plataforma para disfrutar de las Eras.
Si existe una saga que ha hecho historia a lo largo de sus capítulos dentro del género de las aventuras gráficas, esa ha sido Myst. A ningún usuario de PC le resultará extraño o desconocido el nombre de la saga, que ha gozado de una larga vida que se extendió durante más de una década y cinco entregas, por lo general de elevada calidad (seis, si contamos la variante de Uru).
Esta famosa saga de aventuras gráficas, con una interesante relación entre capítulos y variantes en forma de novelas, también se adentró en el terreno de las consolas de sobremesa, aunque el resultado no haya sido tan satisfactorio como en los ordenadores. Las primeras entregas aún solventaban la papeleta, sobre todo en Saturn, pero la tercera fue un sonoro fracaso en PS2 y Xbox, que provocó que las dos últimas entregas no saliesen del PC.
Sin embargo, la saga ha hecho su regreso a las consolas con la adaptación de su entrega original a PSP hace más de un año. El resultado no fue el mejor, pero tampoco ha sido un desastre, y ahora nos encontramos con una versión para la otra consola portátil, que gracias a su doble pantalla podría llegar a ofrecernos un abanico de posibilidades más amplio para revivir esta aventura.
Se puede viajar a través de los libros a estos mundos, y cada uno dirige a una Era (es el nombre que reciben esos universos) totalmente distinta a las demás. Por si fuera poco, estas pueden seguir una evolución propia, independientemente de lo que Atrus pueda escribir sobre ellas una vez creadas. La historia se complica y se amplía con los hijos de Atrus y su encierro en sendas Eras-Prisión.
En este capítulo, abriendo la saga, nosotros, en nuestro papel de héroe y personaje anónimo, nos encontraremos un libro titulado Myst, y al abrirlo nos veremos trasladados a ese mundo mágico. Esta conversión a DS, al igual que la de PSP hace un año, no presenta ningún tipo de novedades en cuanto argumento, y nos encontramos con el mismo juego que hemos disfrutado hace tantos años.
Para ello, deberemos enfrentarnos a puzzles, laberintos y un argumento enrevesado que se irá desvelando poco a poco. La seña de identidad del juego serán estos puzzles, que destacarán por su particularidad y la originalidad de los acertijos que se nos presentarán. Son tan personales que provocarán que más de uno se devane los sesos para saber cuál es el siguiente paso a dar.
En parte porque se sufre de un cierto descontrol a la hora de jugar. No se distinguen bien las direcciones en las que se puede ir, ni las cosas con las que interactuar, ya que al tocar directamente sobre lo que queremos hacer tenemos que saber ya de antemano que se puede hacer algo, y muchas veces sufriremos sin querer giros que no eran nuestra intención o nos pasaremos por alto elementos que no hemos percibido, a la par que a veces no percibirá bien algunos movimientos que queremos hacer.
Además, la transición de escena a escena, totalmente estática, provoca un cierto desconcierto que, en las pantallas más pequeñas de DS, se acentúa todavía más, dado que da la sensación de que nos perdemos muchísimos pequeños detalles. Y de hecho, la sensación que nos produce es que, de no conocer bien ya de antemano las soluciones, tendríamos más problemas de los necesarios al afrontar determinados puzzles.
El apartado sonoro sí que se resiente algo más. De seguir saliendo revisiones del Myst original, se antoja necesario modificar un poco la banda sonora, que en DS no termina de sonar de forma satisfactoria. La jugabilidad con la pantalla táctil es correcta, aunque tal vez este sea un juego demasiado grande para una consola con una pantalla tan limitada. Sin duda, el principal atractivo de Myst se mantiene intacto, que son sus puzzles y su envolvente atmósfera.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.