Comienza la lucha contra el Magisterio

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Cada vez que se lanza un juego basado en una película a los jugadores nos entra un escalofrío; sabemos por experiencia que no cumplirá con los mínimos exigidos. Sin embargo, se venden, y muy bien, debido quizá a la desinformación o a que los más pequeños no tienen una mirada tan estricta como los veteranos. Pero esta vez podía ser diferente, con Sega y Shiny detrás del proyecto de adaptación de La Brújula Dorada. Ciertamente, es un juego entretenido, pero veamos de qué adolece esta producción.

Guión

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Basada en Luces del Norte, la premiada primera obra de la trilogía de La Materia Oscura, escrita por Philip Pullman, la película de La Brújula Dorada cuenta la historia de Lyra Belacqua. Esta estudiante del Jordan Collage, aburrida de la rutina, se embarca en la aventura para seguir los pasos de su tío Lord Asriel en su investigación sobre el polvo. Deberá enfrentarse a un sistema cruel, el Magisterio, con sus reminiscencias de la Inquisición, y a diversos peligros. Por suerte, contará con la ayuda de peculiares personajes, como el oso acorazado Iorek o los Giptanos.

Jugabilidad

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El juego comienza adelantado, con Lyra a lomos de Iorek, para servirnos como rápido tutorial. En todo momento tenemos la interfaz, a la derecha, con la acción que realizan los botones izquierdo y derecho del ratón. El primero suele ser para golpear con las garras de Iorek y el segundo para bloquear, pero estas acciones cambian dependiendo del personaje que controlemos. A la izquierda tenemos la barra de energía y de furia, esta última se va rellenando con cada golpe que asestamos, para luego desencadenar un ataque especial con la barra espaciadora.

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El control con teclado es en ocasiones más complicado que con un mando, más teniendo en cuenta que la cámara se mueve automáticamente, sin posibilidad de cambiarla de forma manual. Con todo, hay que decir que en varias ocasiones la cámara se coloca en posiciones que dan mayor dramatismo a ciertas fases.

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No tardaremos en bajarnos de Iorek para pasar a manejar a Lyra. El punto interesante lo aporta su daemon, Pan. Un daemon es un animal que vive junto a cada ser humano en el mundo de La Brújula Dorada. Debido a que Pan todavía no ha madurado, carece de una forma fija, y aquí es donde sacaremos ventaja, pues sus diferentes transformaciones nos ayudaran a avanzar a lo largo de las fases.

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En primer lugar nos encontramos con la transformación en perezoso, accesible al pulsar el botón del número 2. Así, esto nos permite agarrarnos a ciertos postes situados en algunas paredes, girando sobre ellos para acceder a zonas alejadas, igual que hacíamos en tantos otros juegos, como el mítico Aladdin de Megadrive. El manejo se mantiene sencillo, con el izquierdo para saltar y el derecho para agarrarnos.

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Mas adelante, y para continuar con los desafíos plataformeros, podremos transformar a Pan en gato montés, que nos servirá para trepar por determinadas paredes y también para escapar de peligros rápidamente mediante un fugaz movimiento. Otra de las formas de Pan es la del halcón, con la que será posible planear durante un pequeño espacio de tiempo. Finalmente, la forma habitual será la de armiño, útil para escanear la escena donde nos encontremos y así descubrir secretos o pistas.

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Algunas partes de cada fase requerirán nervios de acero, como aquellas en las que nos hacen pasar por angostas superficies y mantener el equilibrio, pulsando izquierda o derecha para centrar una pequeña bola que se balancea. Otras serán del estilo de los llamados Quick Time Events, donde deberemos pulsar una tecla rápidamente para esquivar al enemigo de turno.

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Como toda aventura de plataformas, habrá cientos de objetos desperdigados por los mapas, cada uno con su utilidad. Cuando juguemos con Lyra recogeremos puntos de coraje, que viene a ser la vida, y varios objetos que nos ayudarán en los juegos de astucia y evasión. Los juegos de astucia tienen que ver con los diálogos, mientras que los de evasión son referentes a los encuentros con enemigos mediante Quick Time Events. Algunos de estos objetos nos permiten ralentizar el tiempo o disminuir la dificultad para los primeros, mientras que para los segundos tenemos objetos que nos aportan el poder de infligir el doble de daño o ralentizar al oponente.

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Los juegos de astucia son realmente un acierto, pues se han colocado hábilmente para hacer que los diálogos sean mucho más interactivos. Estos minijuegos entran cada vez que hablamos con un personaje, donde la correcta resolución de los mismos nos permitirá mentir de la forma más convincente posible para cumplir diversos objetivos. Algunos de los minijuegos son clásicos como encontrar la pareja de un determinado símbolo, o pulsar una secuencia de botones dada, siempre con el tiempo jugando en nuestra contra. Si conseguimos que nuestro interlocutor se quede en neutral o a favor, lograremos sonsacarle información o algún objeto valioso para el avance en la aventura.

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Pero el ítem central del juego es el aletiómetro, la brújula dorada, que nos responderá a las preguntas que vayan surgiendo a lo largo del juego. Este objeto contiene tres manecillas que apuntan a uno de los 36 símbolos de que consta y una cuarta manecilla que nos dará la respuesta. Para formular la pregunta, se traduce esta en tres símbolos, que podemos conocer o adivinar. Conocer el significado de todos los símbolos requerirá que investiguemos por el escenario con la forma de Pan en armiño y la opción de escanear. Por ejemplo, si vemos una marioneta tirada en el suelo y la escaneamos, conoceremos uno de los significados del símbolo de la marioneta, y es que cada símbolo posee tres significados. Una vez hemos traducido la pregunta a los tres símbolos, se inicia un minijuego donde tendremos que mantener la concentración de Lyra haciendo que el cursor no salga del centro del aletiómetro y pulsando los botones que se nos indican en el momento preciso. Al terminar, y si lo hemos hecho bien, tendremos la respuesta a la pregunta y podremos avanzar.

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Obviamente, el juego tiene pegas, y varias, como que puede volverse repetitivo fácilmente, es demasiado sencillo, muy lineal y siempre nos dice lo que tenemos que hacer, nos lo da todo hecho. Como contrapartida, y aunque suene contradictorio, al menos tiene cierta variedad; hay fases de acción pura machacabotones, otras de investigación y diálogo, otras de plataformeo, y otras que juntan un poco de todo. A esto debemos unirle los cambios de personaje entre Lyra y Iorek. Finalmente, la duración del juego es algo corta, de unas 10 o 12 horas, que se pueden alargar si queremos conseguir todos los extras (incluidos extractos del 'cómo se hizo la película'), aunque creemos que es mejor así, ya que se vería acusado su defecto de repetitivismo.

Gráficos y Sonido

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El apartado gráfico de La Brújula Dorada es muy ambiguo, presentando en ocasiones escenarios muy elaborados, frente a otros que parecen de un título de hace cinco años o más. Para más inri, pese a poner el detalle al máximo y a la más alta resolución, los dientes de sierra siguen estando muy presentes. En cuanto a las texturas, son muy pobres por regla general, y las sombras no hacen más que embarrar los modelos bastante simples de los personajes (el de Nicole Kidman no se parece en nada a la actriz). Además, la calidad de las secuencias del film deja mucho que desear. Con todo, estamos seguros de que el público juvenil al que va dirigido el juego no será tan exigente en este aspecto como nosotros.

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Hay que admitir que la banda sonora es el apartado técnico que sobresale con diferencia, con una calidad envidiable. Melodías de la película y otras que recuerdan mucho a las de esta, siempre con ese aire cinematográfico característico. Lástima que no se mantuvieran las voces del doblaje original, pues no son las mismas del film, y es algo que hace perder coherencia a los fans de la película.