Guitar Hero III: Legends of Rock
- PlataformaPS38.53608.5PC8.5
- GéneroSimulación
- DesarrolladorNeversoft Entertainment
- Lanzamiento23/11/2007
- EditorRedOctane
Más leyenda que nunca
Guitar Hero vuelve a nuestras consolas con su tercera entrega, enormemente esperada por los aficionados a la serie. Emula a los grandes de la guitarra y enfréntate a tus amigos con el título musical que promete hacer furor estas navidades. Rompe el amplificador.
Llevamos casi dos años disfrutando enormemente de la serie Guitar Hero, antes en manos de Harmonix y ahora, por primera vez, en las de Neversoft. En este periodo de tiempo, y tras muchas partidas en la redacción de esta revista, residía en nosotros un cierto sentimiento de inquietud por saber que rumbo se le iba a dar a la hasta ahora exitosa carrera de la saga. Tras la ampliación que supuso Rock de los 80, gustando a unos y disgustando a otros tantos, es hora de comprobar lo que da de si esta tercera parte, cargada de novedades en todos los frentes.
La principal es la mano encargada del proyecto, un grupo veterano en el mundo de los videojuegos, y cuya influencia se deja notar en casi todos los aspectos. Aun así, no se llega a perder la identidad de las anteriores entregas, lo cual es señal de la intención del grupo de desarrolladores por continuar con la buena línea que hasta ahora se había llevado por parte de sus predecesores. Con Rock Band, la competencia más clara, en el horizonte, es hora de que Guitar Hero III salte al escenario de para deleitarnos con la potencia que alberga en su interior.
Tal y como mencionábamos, las novedades son muchas y están diseminadas entre la mayoría de apartados. La principal, y como cada nueva entrega exige, es la total renovación de la banda sonora, que llega hasta nosotros con una calidad fuera de toda duda. Aunque hablaremos de ello posteriormente, es quizá en esta tercera entrega donde se ha logrado la mejor conjunción de grupos míticos y grandes temas, contando además con un enorme número de versiones originales de las canciones.
Para disfrutar todas estas piezas contamos ahora con un modo carrera cooperativo, así como posibilidades de juego online y el esperado modo batalla. Por si fuera poco, algunos genios de la guitarra nos visitarán durante la aventura, retándonos a superarles en explosivos duelos. Si sois de los que buscabais nuevos desafíos para vuestros dedos, en Guitar Hero III vais a encontrar el mayor nivel de dificultad de toda la saga, y además con bastante diferencia respecto a los anteriores episodios. Dominar el juego nos ha hecho sudar, y os garantizamos que también os lo hará pasar mal en muchos de los temas de los modos difícil y experto.
La plantilla de guitarristas de anteriores juegos ve ampliado su número con un buen número de incorporaciones, existiendo nuevamente la posibilidad de vestirlos con diferentes atuendos, guitarras y acabados para las mismas. Algunas combinaciones son extremadamente llamativas, como vestir a Lars Umlaut con el traje de vikingo, todo un show sobre el escenario. Negativamente podemos reseñar los forzados movimientos del batería, extremadamente rígidos sobre todo en la consola de Sony, así como el hecho de mantener todavía los modelos del bajista y los cantantes desde el primer Guitar Hero. Se echa en falta un poco más de imaginación en este aspecto.
Hay que reseñar que las versiones analizadas poseen diferente plantilla de personajes según la plataforma, siendo la consola de Microsoft la que tiene un mayor número de personajes, incorporándose curiosas personalidades al elenco de guitarristas. Por otro lado, los escenarios si que se han modificado totalmente para conseguir entornos mucho más vivos e interesantes que los vistos hasta la fecha. Desde una sala de fiestas de pequeño tamaño a un enorme coliseo, para llegar incluso a encontrarnos tocando encima de un camión en marcha o en un escenario infernal. En todo momento el público vibrará con nosotros, aunque de nuevo se echa en falta una mayor viveza en los modelos y una menor sensación de que simplemente se han colocado indefinidamente varios tipos de personaje para formar una gran masa.
Con todo, contemplaremos escenas curiosas como aficionados que suben al escenario para lanzarse en plancha hacia la enloquecida audiencia. Por último, el interfaz de juego, y es algo que ya comentamos en nuestras primeras impresiones, no nos ha dejado del todo satisfechos. Especialmente la nueva barra que marca el poder estrella es confusa, sobre todo en la versión de PlayStation 2 y más incómoda de leer que su antecesora. También el marcador de puntuación es menos visible que anteriormente, y fuerza a desviar demasiado la mirada. En contrapunto, los menús son ligeros y sencillos, resultando una elección bastante adecuada de cara a facilitar la organización de los distintos apartados del título. Como colofón a la experiencia de banda, durante nuestro paso por ambas campañas del juego iremos viendo secuencias de animación que nos narrarán, en clave de humor, nuestros progresos en el siempre exigente mundo del rock. Todo un detalle que nos hará sonreír en más de una ocasión.
Por otro lado, la sincronización del audio es uno de los mayores problemas que hemos encontrado en nuestras partidas, ya que en ocasiones la pulsación de la nota va acompañada por un pequeño retraso que hace más difícil seguir el ritmo correcto de la canción. Se puede intentar solventar calibrando la televisión hasta un ajuste satisfactorio, pero aun así aparece tímidamente este desfase. Otro aspecto cuestionable es la relación entre las notas que aparecen en pantalla y la canción que suena, donde hemos encontrado auténticas licencias por parte de Neversoft.
El modo guerra nos permite combatir contra el guitarrista adversario haciendo uso de ítems que iremos consiguiendo del mismo modo que se consigue el poder estrella en los modos normales. Una vez conseguidos estos ítems, al girar la guitarra atacaremos al contrario haciendo que se le rompa un botón, la barra del trémolo o se le cambie la configuración de botones a zurdo, entre otros. Estos problemas requieren que el contrario ejecute una serie de acciones para solventarlos, como pulsar un único traste repetidamente, aunque en otras ocasiones lo único que podremos hacer será aguantar estoicamente lo que nos venga, e intentar no caer.
Esta modalidad se utiliza en los tres combates contra jefes que existen en el modo campaña, y que nos costarán mucho sudor en el modo experto, tanto por la dificultad de los temas como por la habilidad de la IA, que roza la perfección. Tras muchas batallas en el modo guerra, nos da la sensación de que se podía haber exprimido más este tipo de mecánica, ya que las partidas entre gente medianamente hábil raramente superan los dos o tres ataques y por tanto las canciones no se disfrutan para nada. También da las sensación de que los que juegan en un modo de dificultad más sencillo tienen ventaja, ya que deben afrontar una partitura más simple y con mayor facilidad para conseguir los ataques. Esto lo hemos comprobado en el modo online, donde incluso los más capaces tienden a utilizar el modo medio o experto para mejorar su balance de victorias, accediendo a mayores posibilidades para ganar.
Como comentábamos, las batallas contra los jefes (Tom Morello, Slash y Lou) están diseminadas por los bloques del modo carrera, por lo que eventualmente nos tocará enfrentarnos contra ellos al superar determinado número de canciones. En esta tercera entrega, la curva de dificultad está bien ajustada para los niveles inferiores al experto, donde se aprecia más o menos una progresión lógica en la introducción de combinaciones dobles y triples, solos en escalera y largos punteos. Sin embargo, pisar el nivel de dificultad más alto supone sufrir las partituras más complejas de toda la saga.
Afortunadamente, se mantiene la zona de entrenamiento, donde podemos jugar las canciones por partes, así como ralentizarlas hasta en cuatro niveles para afrontar las partes que se nos resistan. Tener un nivel de exigencia tan alto es un arma de doble filo, que convencerá y gustará a aquellos que busquen mayores desafíos para mejorar sus habilidades, a la vez que frustrará a los que no consigan superar los temas más complicados.
Haciendo balance, pensamos que ofrecer una mayor dificultad es en el fondo algo positivo, ya que siempre se puede afrontar el juego en un nivel de dificultad menor y pasarlo igual de bien. Con todo, Neversoft ha dejado el nivel muy alto en este sentido, por lo que será difícil complicar más las cosas en futuras entregas. Aún con tal nivel de complejidad, las canciones de la banda sonora son muy divertidas de tocar en su totalidad y raramente se cae en pasajes monótonos. Esto es especialmente importante en el modo cooperativo, donde el jugador que controla el bajo se entretendrá más que en ocasiones anteriores, además de tener una presencia más acusada en los temas.
En nuestras partidas online nos ha sorprendido la rapidez para encontrar compañero o rival, así como el buen rendimiento del juego incluso con conexiones de red de velocidad estándar. Tras unos segundos donde no pasa nada al iniciar la canción, empezarán a llegarnos las notas, que responden muy correctamente y sin retraso alguno, más allá del comentado por los fallos de sincronización. Todos y cada uno de los modos resultan extremadamente adictivos, y son una alternativa muy seria a jugar solo, quedando en mucho más que en un mero añadido. Las posibilidades en línea se completan con la descarga de temas, que aparecen listados en la pantalla de selección de canciones bajo su propia categoría. En el momento de escribir este análisis ya se encuentran disponibles tres packs de canciones, uno de ellos gratuito y el resto al precio de 500 microsoft points, y que contienen tres temas de Velvet Revolver y Foo Fighters, respectivamente.
Además de los temas que se pueden adquirir online o desbloquear completando el modo carrera, la tienda llega cargada hasta los topes con nuevos elementos que comprar al ingresar dinero por las actuaciones. Los ya clásicos vestuarios alternativos se nutren ahora de una variada gama de colores para ampliar todavía más las posibilidades de cada combinación. Asimismo, la colección de guitarras es simplemente inmensa, apareciendo nuevamente los diseños más extravagantes posibles para deleite del jugador.
La cantidad de objetos y elementos para invertir el dinero es enorme, siendo un interesante método para incitarnos a jugar una y otra vez hasta conseguirlo todo. La lista de personajes, como ya hemos dicho, es distinta en ambas versiones, manteniendo común la mayoría de personalidades, que se hereda asimismo de los títulos anteriores, y cambiando únicamente en dos guitarristas, bastante más vistosos en la consola de Microsoft, y de los que no os hablaremos para que los descubrais vosotros mismos.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.