Ninja Gaiden Dragon Sword, Impresiones
Ryu Hayabusha se prepara para su regreso a una consola de Nintendo, varios años después de haber visitado GameBoy por última vez. Lo hace con un título de enorme calidad que se convertirá, a buen seguro, en un imprescindible de Nintendo DS.
Ryu Hayabusha se prepara para su regreso a una consola de Nintendo, varios años después de haber visitado GameBoy por última vez. Lo hace con un título de enorme calidad que se convertirá, a buen seguro, en un imprescindible de Nintendo DS.
Ninja Gaiden cuenta con un peculiar honor, muy poco habitual: el de haber sido una saga de éxito desde su concepción, sin haber caído en la rutina de entregas ilimitadas y apuradas para llegar a su cita casi anual. La saga de Tecmo ha recibido en todos y cada uno de sus capítulos un gran mimo, muchos cuidados y la posibilidad de dilatar el desarrollo todo el tiempo que fuese necesario.
Si bien los capítulos más conocidos de la saga, hablando en términos clásicos, vieron la luz en NES y Game Boy (contando con el recopilatorio para Super Nintendo, además de versiones para GameGear y Master System), ya hacía años que Ryu Hayabusha no regresaba a una plataforma de Nintendo. Su aclamada resurrección tras varios años de ausencia tuvo lugar en la Xbox de Microsoft.
Dicha versión llegaría también a PlayStation 3, mientras la segunda parte de esta nueva etapa se prepara para Xbox 360. Sin embargo, de forma paralela, el ninja más complejo de la historia está a punto de visitar la consola de doble pantalla de Nintendo. Hemos podido probar la versión demo de Ninja Gaiden: Dragon Sword, una pequeña muestra, muy corta, que apenas permite echar un vistazo al sistema de combate y al apartado gráfico que lucirá en la portátil.
Partamos de un hecho básico: es Ninja Gaiden, es Tecmo y es Tomonobu Itagaki. Son tres términos que implican calidad, buen hacer y una enfermiza atención al detalle. Por eso siempre se esperó lo mejor de Dragon Sword, y lo cierto es que tras una pequeña y rápida toma de contacto hay que reconocer que, por lo de ahora, parece que se cumplen las expectativas.
Ryu Hayabusha luce un aspecto increíble en la portátil de Nintendo, la cual se coge de igual forma que en Brain Training, de lado. La belleza gráfica se apodera de nuestra visión y nos impide apartar la mirada mientras nos deleitamos con el espectáculo que se muestra en pantalla; no sólo eso, sino que consigue que veamos con otros ojos, una mirada altanera tal vez, al resto del catálogo de DS, incapaz de explotar su capacidad técnica con tanta maestría.
Los escenarios, a pesar de ser prereenderizados, son muy creíbles, plagados de luces y sombras, recovecos y desniveles, hojas y piedra. Plagados de color y de vida, la cámara se mueve por ellos siguiendo los pasos de Ryu con una naturalidad sorprendente, logrando un aspecto espectacular. Sobre este fondo se mueve nuestro ninja protagonista, perfectamente modelado y animado, con formas muy redondeadas.
Lejos quedan los polígonos marcados de otros títulos de DS, aquí las formas están muy definidas, y tanto Ryu como sus enemigos se mueven con total libertad por los escenarios, con una fluidez sorprendente y adaptándose perfectamente a las características del terreno sobre el cual combaten (por ejemplo, unas escaleras, jugando, muy levemente eso sí, con la estrechez y el desnivel).
El apartado sonoro también promete estar a la altura, con unos efectos de espada y de golpes recibidos muy creíbles, y un buen número de voces digitalizadas para los gritos de Ryu. Sobre este escenario nos va mostrando la demo las bases del sistema de juego, que se centra casi completamente en la pantalla táctil. Se tiene control sobre el personaje principal al igual que sobre Link en Zelda, indicándole con el lápiz táctil a dónde queremos que se encamine.
Para atacar, al igual que en Phantom Hourglass, deberemos usar el lápiz sobre los enemigos, sólo que a diferencia de este último, en Ninja Gaiden contaremos con un buen número de combos y de estrategias a desarrollar para abrirnos camino. Por ejemplo, haciendo clic sobre un enemigo lejano les lanzaremos shurikens, mientras que un corte horizontal, vertical o diagonal tendrá su réplica idéntica en el ataque de Ryu.
Pero la profundidad del sistema de combate va mucho más allá. Hacia arriba y abajo implica un ataque en salto, mientras que hacia abajo y arriba dos veces supone un especial de llevar al enemigo volando por los aires y propinarle un duro golpe contra el suelo. No todo será atacar, y por tanto, para las tareas de defensa podremos pulsar cualquier botón de DS; haciendo uso del lápiz en esta posición, se esquivará rodando.
No podía faltar el ataque especial; siempre que esté disponible, al lado de nuestra barra de energía, bastará con pulsar encima de él para que nos aparezca el kanji del ataque en la pantalla, y deberemos rellenarlo pasando con el lápiz táctil por encima. El resultado será la clásica bola de fuego de Ryu, que controlaremos por el escenario directamente con el stylus.
Al final de la demo se nos ofrece la posibilidad de probar las habilidades adquiridas directamente sobre un gran enemigo final, un gran dragón rojo que no nos pone las cosas nada fáciles (testimonio de la elevada dificultad que ha caracterizado desde siempre a esta saga) y contra el cual tendremos que aplicar todas nuestras mejores habilidades. Desgraciadamente, tras esta lucha llega el final de la demo.
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