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The Club, Impresiones

The Club es una propuesta arriesgada, diferente. Con la premisa de repetir hasta la saciedad un mismo recorrido matando por doquier la idea de adictivo parece hasta contradictoria, pero nada más lejos de la realidad. Probamos en Londres esta macabra representación de gladiadores modernos.

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The Club es una propuesta arriesgada, diferente. Con la premisa de repetir hasta la saciedad un mismo recorrido matando por doquier la idea de adictivo parece hasta contradictoria, pero nada más lejos de la realidad. Probamos en Londres esta macabra representación de gladiadores modernos.

Entre tanto título complejo, lleno de una imaginería apabullante o de un hilo argumental cinematográfico, es normal echar la vista atrás y preguntarse cómo eran las cosas para que cambiasen hasta el punto en el que nos encontramos. Inefablemente el mercado evoluciona, y lo que antes era una nave que se movía en horizontal y disparaba ahora es una combinación imposible de botones que hacen disparar a unos modeos cuidados al detalle.

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Algo así debieron de pensar en Bizarre Creations cuando se atrevieron con este proyecto. De hecho, en nuestro viaje a Londres, el productor Ben Ward comentó lo alejados que están de los títulos actuales: 'Aunque pensamos que Bioshock o Halo 3 son juegos fantásticos, echábamos de menos aquellas partidas de unos pocos minutos que echabas una y otra vez hasta que no podías más'. Con la idea en la mente desde hace bastantes años, los creadores de Project Gotham Racing han dado un paso al frente y se han decidido a plasmar su forma de entender el ocio electrónico.

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Aunque lo cierto es que si revisamos la mecánica de The Club no tiene tantas diferencias con respecto a la mítica saga de conducción: tener que ir del lugar A hasta B en el menor tiempo posible y con la mayor puntuación. Lo que ocurre es que para puntuar tines que hacerlo disparando a tus adversarios mientras tratas de mantenerte vivo. Eso sí, en la práctica no se reducirá a esto, ya que pende de muchos factores que iremos comentando a continuación.

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Entrando en el Club
Cualquier intento de argumentar el porqué de vernos matando por doquier es absolutamente irrelevante, pero aún así se ha intentado cohesionar un fondo a través de un leve contexto. Nos situamos así en una organización secreta conocida como El Club, cuyos miembros son un selecto grupo de personas influyentes que gustan de las masacres más sangrientas. Para jactarse de su superioridad, 'reclutarán' a ciertas personas en situaciones especiales que puedan sobrevivir a sus retos para así darles espectáculo.

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Ocho serán los conejos de indias a los que podremos controlar: Dragov, un preso político ruso que es capturado en su huida; Adjo, un miembro tribal que ha de sacrificarse para salvar a los suyos; Killem, un padre que busca desesperadamente a su hija secuestrada; Renwick, un policía que husmeó desmasiado donde no debía; Finn, un jugador empedernido con multitud de deudas; Kuro, un agente secreto que suplanta identidades criminales para lograr sus objetivos; Seager, un adicto al riesgo sin ningún nuevo reto que superar; y Nemo, la mascota del Club, una persona que ha perdido totalmente la cabeza. Desfile de tópicos, vaya.

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Pero como decimos, esto no es más que una mera excusa para ponernos a los mandos y comenzar a disparar. Como shooter en tercera persona que es, con la cámara cerca del hombro comenzaremos a pulsar el gatillo indiscriminadamente. Puntuar lo máximo posible será lo primordial, y existirán cuatro modos de dificultad para que varíe la experiencia y los jugadores avanzados tengan también un reto al que agarrarse. Para obtener más puntos tenemos que hacer combos, que signficará ir matando a cuantos enemigos podamos consecutivamente hasta caer en sus manos y perercer. Por otro lado también estarán elementos como carteles de calaveras o zonas secretas que, de ser descubiertas, nos darán un gran bonus en nuestra puntuación final.

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Pero no sólo se bastará con una sola modalidad de partida; The Club contiene bastantes estilos con personalidad propia y realmente interesantes. Éstos serán cinco: sprint, el modo normal que funciona yendo hasta la meta matando a cuantos más mejor; el llamado asedio que te deja maniobrar en un área muy pequeña donde tienes que resistir mientras recibes oleadas de adversarios; superviviente, que es como el anterior sólo que sin restricción de terreno; corre por tu vida, que es como un sprint pero con límite de tiempo -si se acaba explotarás-; y contrarreloj, una forma de pasar una carrera al género de la acción, con un tiempo muy pequeño que se irá rellenando conforme vayas dando 'vueltas' por el circuito y mates a enemigos. Tendremos a su vez la posibilidad de hacer campeonatos, inspirados según el propio Ward 'por el modo de Mario Kart. En él, elegiremos qué partidas disputar y en qué orden, para así competir por el primer puesto en una tabla clasificatoria'.

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La profundidad jugable la vimos conforme fueron acaeciendo las sucesivas partidas. The Club no es un juego que requiera de poca práctica; más bien todo lo contrario. En cuanto fuimos conociendo los patrones de conducta enemigos -que siempre son los mismos para este propósito- nuestro nivel aumentaba considerablemente a la vez que íbamos por caminos alternativos o zonas secretas. Además, cambiando de personaje no sólo tenemos una apariencia distinta, sino habilidades y armas propicias para una u otra empresa según lo necesitemos. Así, Dragov es un personaje con estadísticas que le otorgan una gran resistencia pero muy poca velocidad, de modo que si hacemos una Contrarreloj con él terminaremos muertos muy fácilmente. En cambio, si ponemos a Kuro, cuya velocidad es impresionante, no tendremos apenas problemas, dejando al ruso para zonas de Asedio o Supervivencia.

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A su vez, cada nivel representa un reto diferente, adaptado no sólo a la dificultad sino al estilo de partida en sí. Venecia, por ejemplo, es una zona muy rápida, atestada de enemigos, en la que prima que podamos matar cuanto antes mejor para así enlazar un combo muy devastador. La fábrica, por el contrario, tiene infinidad de caminos secundarios, y escasea de presencia hostil, obligándonos a desplazarnos lo más rápidamente posible para no perder nuestro combo. El control a estos efectos funciona a las mil maravillas, con una función para darnos la vuelta inmediatamente, esprintar o lanzar granadas en lugares que lo requieran, por ejemplo. Por contra, hay unas cuantas funciones que se hacen engorrosas, a saber: el cambiar de arma puede dar problemas porque nos obliga a dejar de lado uno de los sticks, y el atravesar zonas entabladas -acción que se toma con A- funciona bastante defectuosamente, perdiendo segundos valiosos en ello.

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Lo que todavía se mantiene como una incógnita, pese a que el desarrollo está casi completo, es el modo multijugador. Nos han confirmado que tendremos los típicos modos deathmatch y capturar la bandera, pero también se ha dejado caer la adición de otros más innovadores y coherentes con la atmósfera que desprende The Club. Por supuesto, una de las máximas serán las competitivas listas de puntuaciones o rankings que medirán nuestra habilidad como asesinos en comparación con otros en todo el mundo.

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De un modo u otro no cabe duda de que con este título de Bizarre Creations, el jugador más deseoso de retos para superar verá saciada su sed, y con creces. Asi que esperaremos hasta febrero, fecha de lanzamiento para las plataformas PS3, PC y 360, para así participar en esta macabra y sádica competición.

The Club

  • PC
  • PS3
  • 360
  • Acción
Lo nuevo de Bizarre Creations es este juego de acción en tercera persona que nos sumergirá en un deporte a vida o muerte por escenarios de todo el mundo pero en el que sólo podremos matar siguiendo las reglas del juego.
Carátula de The Club
7.5