Equipo de guerra

El paquete The Orange Box está ya disponible en tiendas para PC y Xbox 360. Hemos analizado Half Life 2: Episodio 2, valorado el contenido global de la caja y desvelado de forma general sus virtudes. Ahora, nos metemos de lleno en uno de sus juegos estrella, Team Fortress 2.

El multijugador online es el futuro, y muchos lo afirman tajantemente. Prueba de ello es la gran cantidad de títulos que llegan al mercado del juego en red. Dejando a un lado el género de los juegos de rol multijugador masivo, que desde hace algunos años ha dado un salto cualitativo y cuantitativo, los juegos de acción y disparos en primera persona protagonizan, junto a la estrategia, el núcleo mayoritario de las partidas online.

A día de hoy, cualquier título que se precie, incluso los menos esperados e inverosímiles, ofrecen opciones multijugador, ya sea de juego directo o de intercambio de contenidos. Por ello, no es difícil encontrarse que cualquier juego, independientemente de su género, permita conexión entre dos o más jugadores a través de la red.

Pero para desarrollar un juego online de éxito hay que contar con una base clara de ideas, además de con gran experiencia en el sector. La compañía desarrolladora del juego que ahora nos ocupa, Valve con Team Fortress 2, posee sobrados conocimientos en este ámbito. El propio Team Fortress Classic 1.6, el detallado Day of Defeat o el fructuoso, afamado, recurrente y adictivo Counter Strike son piezas claves en el catálogo de la compañía.

Con la llegada del motor gráfico Source, la desarrolladora de Gabe Newell decidió adaptar sus clásicos a los tiempos gráficos actuales. Primero llegó Counter Strike Source. Después se hizo lo propio con Day of Defeat. El destino de Team Fortress fue, hasta hace poco más de un año incierto, algo que enervó a los seguidores del multijugador por equipos, que pusieron sus vistas en un proyecto independiente digno de halagos.

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Cuando ya estaba todo perdido, Valve anunció el desarrollo de Team Fortress 2. El título seguiría las líneas de la anterior entrega, partiendo de unos cimientos estables, consistentes y aclamados por el jugador, pero dando cierta rienda suelta a la experimentación. Por suerte, los habituales al género de los disparos en primera persona podemos disfrutar de un producto singular y atrevido, pero muy entretenido, ideal para descargar adrenalina y disfrutar con los amigos. Veamos por qué Valve continúa coronándose como una de las reinas del online.

'¡Qué violenta es esa peli!'

No podemos evadir comentar los gráficos de Team Fortress 2 dada su peculiaridad. Desde que fue mostrado por primera vez, el juego de Valve ha destacado por no dejar indiferente a nadie, pues el uso del engine Source ha seguido una línea que poco o nada tiene que ver con los cánones a los que la desarrolladora nos tiene acostumbrados. Basta jugar a Half Life para darse cuenta de que Valve siempre busca, al menos hasta ahora, el realismo al extremo.

Team Fortress 2 no es realista. Es más, es un juego cómico, colorido al extremo, con un toque de película de animación muy bien definido. Obviamente, el peso de Source y su estructura se notan, pero la modificación del motor gráfico es tal que en ciertos momentos nos cuestionaremos dos preguntas. La primera, si estamos ante un motor completamente nuevo; la segunda, si estamos viendo una película de animación. Y es que, desde un punto de vista amplio, con el diseño estético y artístico de Team Fortress 2 bien se podría trabajar en una buena machinima colorista.

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En esencia, el apartado técnico de Team Fortress 2 nos lleva a recorrer escenarios sencillos, sin demasiada carga de elementos pero complementando esta ausencia mediante un nivel de detalle y resolución excelente, que parte de un atrevido uso del color y es escoltado por un agradable sistema de luces dinámicas. Como ya comentamos en el análisis de Half Life 2: Episodio 2, el trabajo de Valve evolucionando el HDR de Source  es visible.

Una vez presentados los escenarios, que son variados y cuentan con una distribución pensada con sumo cuidado para favorecer el juego en equipo, tenemos que resaltar los modelados de los personajes. Los tráilers de presentación 'Meet the…' ya auguraban por donde iban a ir los tiros en la versión final. El común denominador en cada una de las nueve clases disponibles es el humor, potenciándolo más si cabe con cierto toque deformado, sin respetar geometrías o referencias a la atonomía humana natural, y llegando incluso a rozar el arte de la caricatura.

Los movimientos son extremadamente suaves, detallados y fluidos en cualquiera de los escenarios y personajes. Tomar un arma y disparar desde la perspectiva en primera persona permite visionar con tranquilidad frenéticas carreras de exploradores que huyen de cohetes, explosiones, huesos y disparos a mansalva, todo ejecutándose al unísono con total armonía. En definitiva, una guerra sin cuartel en el sentido estricto del término, pero con un toque humorístico sin igual.

Y no podemos olvidar la interfaz, que difiere marcadamente de lo habitual en Valve. Desde complejos menús en la selección de clase y equipo hasta un vídeo de introducción que informa sobre los objetivos de cada mapa.

Poco ávidos, abstenerse

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Para disfrutar de Team Fortress 2 hay que tener muy clara una idea primordial: la esencia del título es el juego en equipo. Esto no quiere decir que no se pueda jugar por cuenta propia, sin grupo de amigos habituales, por ejemplo, pero sí es necesario entrar al servidor con esta idea impresa en la cabeza.

Siempre podremos ir más o menos por cuenta propia, sin hacer ni el más mínimo caso al aliado, pero la cooperación será inexorablemente un requisito indispensable para, por ejemplo, capturar un punto concreto del mapa. Y esta acción conjunta no estará limitada a avanzar de forma ordenada con mayor o menor acierto, sino a cooperar entre todos aprovechando las habilidades únicas de cada una de las nueve clases disponibles.

Team Fortress 2 ofrece el mismo número de clases que el juego original y mantiene algunas de sus características. Tenemos personajes defensivos, como el soldado, el explosivo, el francotirador, el infante pesado o el ingeniero, que puede construir armas centinelas, dispensadores y puntos de teletransporte. En la cara ofensiva contamos con el rápido pero frágil explorador y el espía. El médico y el incendiario se quedan a medio camino, pues pueden perjudicar al enemigo o salvaguardar la integridad de nuestro bando por igual.

En la práctica esta distinción de clases es efectiva, aunque a la hora de jugar podemos encontrarnos con cualquier cosa en el servidor. Por ello, elegir un personaje u otro dependerá de las preferencias del jugador. Pero dejando a un lado la libertad de selección, es inevitable destacar que, como en el original, alcanzar un grado de manejo adecuado a cada clase requerirá de horas de juego y especialización.

Superado el 'problema' de decidir clase, entramos en el servidor y descubrimos el sonido explosiones y disparos, algo que nos lleva a vislumbrar rápidamente lo que se cuece. Y eso que todavía no hemos pisado el mapa. Entramos y salimos de nuestros respawn -área segura y de refuerzos- para entrar en conflicto. La primera impresión es rotunda, dejando caer en pocos minutos lo que ofrece el título: frenéticas partidas multijugador, lejos de entramados peliagudos. Da exactamente igual morir, pues a los pocos segundos volveremos a dar guerra. Lo importante es fastidiar al máximo al equipo rival, ya sea sumando puntos para nuestro bando, acribillando al oponente, defendiendo una posición o estorbando en el mapa. Todo vale.

En su lanzamiento el juego ofrece seis mapas principales donde encontramos viejas glorias como Dustbowl o 2fort, además de nuevas zonas de combate. Si comparamos la jugabilidad del título con su predecesor, echamos en falta ciertos elementos como las granadas y algunas armas. Por el contrario, la presencia de logros, la puntuación del jugador y sus datos estadísticos, y las muertes a dobles -que dos jugadores acaben con un rival- son aspectos que contrapesan estas ausencias. No obstante, conociendo a Valve no descartamos que el juego reciba nuevas actualizaciones de contenido durante su ciclo vital.