Cuatro motivos más para luchar

Hace ya casi un año. En noviembre de 2006, los jugadores de PC disfrutamos con uno de los grandes del género de la estrategia. The Creative Assembly y SEGA lanzaban al mercado la nueva entrega de una de sus series de prestigio, un título esperado, con grandes pretensiones y no pocas marcas que batir, pues los capítulos que le habían precedido plantaron raíces en el género.

Sinónimo de guerra, de guerra total, como bien abandera el nombre de la serie. Total War es, a día de hoy, un sello comercial alabado por cientos de jugadores, con más de seis juegos comercializados, cada uno ambientado en épocas distantes, pero elaborados con esmero y dedicación para ofrecer completas experiencias jugables en el género de la estrategia.

Medieval II: Total War es una secuela sobresaliente, un título que cumplió con las expectativas de los jugadores y que mejoró, en su justa medida, todo lo que se había visto en episodios anteriores. Entre las novedades, el salto generacional magnificó la batalla gracias a la versatilidad del motor gráfico desarrollado internamente y con un potencial sin precedentes a la hora de mostrar unidades en pantalla. Y es que contar el número de infantería en pantalla era imposible.

Ampliar

Nuevos horizontes

Medieval II: Total War nos llevó, al igual que su antecesor, a entornos medievales, culturalmente adaptados a la historia de la época, tratando de no alejarse lo más mínimo de la realidad, siempre y cuando la jugabilidad no dependiera de ello. Así, nos vimos inmersos en un período temporal liderado por varios siglos de lucha, guerra y desastres, con facciones en liza de forma continua y factores como la religión rigiendo sinuosamente los movimientos de los ejércitos implicados.

Ahora, con Kingdoms, la desarrolladora ha querido ampliar las fronteras de la campaña principal, llevándonos a nuevos entornos y localizaciones, a conflictos cargados de historia y dignos de pasar a la posteridad dentro de la serie Total War. Son cuatro las nuevas guerras a cumplir, cuatro conflictos bélicos a los que tendremos acceso desde diversas facciones. En definitiva, cuatro guerras, con su historia, seguidas desde la perspectiva de todos y cada uno de sus bandos.

La primera campaña nos lleva a Gran Bretaña, en pleno año 1258, fecha en la que Enrique III domina gran parte de las ínsulas, y los pueblos de Escocia, Gales e Irlanda reivindicando sus tierras, así como Noruega al acecho, esperando el momento oportuno para asaltar los dominios británicos. Esta campaña incluye las nuevas fortalezas, que servirán, en caso de ser conquistadas, como efectivo cobijo para esconder a nuestras tropas y atacar al enemigo con facilidad.

La segunda campaña nos adentra de lleno en las cruzadas, en pleno año 1174 luchando por la conquista de la Tierra Santa. Son cinco bandos, Jerusalén, Antioquia, Egipto, el Imperio Turco y el Imperio Bizantino, cada una con su visión del conflicto ligada íntimamente a su culto religioso. En esta campaña adquieren importancia ciertas poblaciones emblemáticas, como Jerusalén, el Cairo -Egipto- y Bagdad -Turquía-, que servirán como núcleo de operaciones y símbolo cultural, y no podrán ser destruidas o conquistadas por el enemigo bajo ningún concepto. En ese caso, siempre podremos recuperar actuando dentro del tiempo establecido.

La orden Teutónica protagoniza la tercera campaña disponible. Además de éstos, tendremos acceso a los ejércitos de Lituania, Dinamarca y Novogorod, incluyendo algunas de estas facciones la posibilidad de tomar diversos caminos durante la partida, como poder convertirse al catolicismo en el caso de Lituania -adquiriendo con ello las virtudes de las facciones católicas-.

Finalmente, el último período histórico, y el cambio de contexto más acertado, relevante e interesante de esta expansión, es la campaña de las Américas. En ella nos trasladaremos al Nuevo Mundo del siglo XVI, siguiendo los pasos de Nueva España, conquistadores, y tres imperios indígenas, los Aztecas, los Mayas y las tribus Apaches. Existe un contraste notable entre las cuatro facciones dado su contexto, indígena en el caso de los habitantes de América, civilizado en España. No obstante, y aunque pueda parecer contradictorio a nivel histórico, The Creative Assembly ha establecido cierto equilibrio entre las unidades de estas facciones.

Como viene siendo habitual en la serie, cada facción hace gala de un nivel de dificultad concreto, es decir, algunas campañas serán más complicadas que otras dependiendo del ejército seleccionado. Además, antes de comenzar la partida seleccionaremos el nivel de dificultad de entre los cuatro disponibles y la duración de la campaña, que puede ser "Corta" o "Larga". No faltan tampoco ciertas opciones de personalización a la hora de configurar la campaña como, por ejemplo, la posibilidad de desactivar la visualización de los movimientos del ejército rival en el mapa de estrategia y administración.

Huelga decir que cada una de estas cuatro campañas puede ser instalada de forma independiente, es decir, no es necesario instalar el paquete completo, sino sólo las campañas que vamos a jugar. De igual forma, no hay que seguir un orden predeterminado a la hora de jugar. No obstante, y aunque es de suponer, cabe recordar que para jugar a Kingdoms es completamente necesario tener instalado previamente el juego original. Y no podemos olvidar que Kingdoms incluye una nueva actualización para Medieval II: Total War, la versión 1.3, que compatibiliza algunos archivos con la expansión.

Gráficos y Sonido

Poco podemos añadir en este apartado que no se haya dicho ya. Visualmente, Medieval II: Total War es un título completo, a la altura de la nueva generación de juegos de estrategia, con escenarios detallados y abiertos, y una cantidad sorprendente de unidades en pantalla. Y no es de extrañar que en más de una ocasión disfrutemos de multitudinarios ejércitos conformados por miles de unidades de corto y largo alcance.

preview que pudimos probar hace un par de meses, incorpora escenas cinemáticas que introducen no sólo la campaña, sino también ciertos eventos que suceden durante la partida, que se mostrarán a modo de información y, por supuesto, estarán siempre dobladas y traducidas al castellano, como todo el juego.

En relación al rendimiento, para ejecutar el título con todos los efectos gráficos al máximo (detalles de texturas, filtros, antialiasing, etc.) necesitaremos un equipo con una tarjeta gráfica de gama media-alta, con al menos 1 Gb de memoria ram y un monitor que soporte resoluciones de 1024x728 o superior. Por otra parte, es de agradecer que el juego llegue al mercado con la posibilidad de soportar resoluciones panorámicas como 1400x900 -a la que ejecutamos el título-. 

La música y los efectos sonoros de Kingdoms ayudan a meter al jugador en el combate. Vuelven las arengas, los gritos de guerra y de dolor, además de las melodías cargadas de dinamismo y misticismo comunes a la serie. En definitiva, volvemos a encontrarnos con un apartado sonoro correcto.

Jugabilidad

La expansión Kingdoms trae nuevos escenarios, facciones y horas de juego, manteniendo escrupulosamente la jugabilidad del título original. A fin de cuentas, son cuatro campañas más, con su contexto y sus novedades en cuanto a unidades, pero con una dinámica de juego que poco o nada se separa de lo visto el pasado noviembre. Esto puede agradar a los seguidores de la serie, a los más tradicionales, pero también servir como excusa para solicitar aquella innovación tan común en los tiempos que corren.

La esencia de Medieval es, en resumidas cuentas, administrar por turnos nuestros ejércitos para realizar conquistas sobre el mapa. En primera instancia, disponemos nuestras tropas en el mapa, organizando la sociedad, solicitando tropas o reforzando, por ejemplo, un asentamiento urbano. Una vez hecho esto, y siempre y cuando nos topemos con un ejército rival, bien porque asediemos al enemigo bien porque nos ataquen, se iniciará el combate. Aquí es donde pasamos a la pantalla de guerra, con los dos ejércitos dispuestos en el escenario y las unidades listas para la batalla. En cualquier caso, si no has jugado antes a algún capítulo de la serie, no está de más que te dejes caer por el análisis de Medieval II: Total War para conocer al detalle la mecánica de juego.

La dificultad del juego sigue siendo alta incluso en los niveles menos avanzados, algo, por otra parte, característico de la serie. Con todo, los jugadores noveles podrán seguir las indicaciones del sistema de ayudas, que estará presente en todo momento durante la partida para aclarar cualquier duda y explicar cómo realizar las acciones.

Novedades jugables son, por ejemplo, los nuevos héroes, como Saladino (Egipto) o Manuel de Commeno (Bizancio), con habilidades especiales que facilitarán la batalla, aunque siempre estarán restringidas a un número usos determinados en función de los turnos. También destaca la importancia de nuestros generales, cuya efectividad y relevancia dependerá, en cierto modo, de su estado social.

En total, la expansión cuenta con 150 unidades nuevas, que hay que sumar al ya amplio catálogo de soldados disponibles en el original. Cada facción aprovecha las posibilidades que brinda su contexto, como los lanzadores y arqueros aztecas, o los asesinos turcos, que pueden infiltrarse -una vez por turno- en complejos enemigos para asesinar a sus líderes.

La durabilidad del juego es notable, siempre que se quieran completar con éxito las cuatro campañas. Por su parte, los niveles de dificultad y la posibilidad de desbloquear hasta cinco facciones -Polonia y el Sacro Imperio Romano para la campaña teutónica, y las tribus Chichimecas, los Tarascos y los Tlaxcaltecas para la campaña Nuevo Mundo- sirven como excusa para dedicar un buen número de horas al juego.