El terror del mar Caribe

¿Quién no ha deseado alguna vez ser pirata? Me refiero a la noble, o quizás no tanto, profesión de marinero y comerciante de mercancías ajenas, no a eso de usar la red de redes y ciertas aplicaciones de equinos nombres, no señor... Y como bien describiera aquella canción, tener una pata de palo, un parche en el ojo y cara de malo. Buscar tesoros enterrados en desconocidas a la par que deshabitadas islas, o incluso enterrarlos nosotros mismos, con el afán de reclamarlos algún día.

Por supuesto, el mundo del ocio electrónico ha sabido, en numerosas ocasiones, concedernos la posibilidad de introducirnos en la curtida piel de estos aguerridos personajes. Ya fuera con un tono cómico y sarcástico, como en la maravillosa saga de aventuras protagonizadas por un pirata de impronunciable nombre, centradas en torno a Monkey Island, o, por poner ejemplos muchos más parejos al título que hoy os presentamos, la versión más reciente de Pirates!, promovida por el renombrado Sid Meier, o el reciente Age of Pirates: Caribbean Tales.

No nos olvidemos tampoco de las versiones jugables de la saga Piratas del Caribe. En estos juegos, la idea era encarnar a un marinero que pudiera ganarse la vida de forma más o menos honrada, según el gusto del consumidor. El verde mar caribeño era el único fin para nuestras hazañas, y si bien Pirates! Y Age of Pirates tenían cierto trasfondo lineal, no era obligatorio seguirlo.

El mundo pirata ha sabido dar títulos de gran calidad, exceptuando la pésima traducción al castellano de las voces de Age of Pirates, pero que aún hoy día podría competir sin duda con la oferta de Ascaron, responsables del título que hoy os presentamos y del reconocido Sacred, entre otros tantos de mayor o menor calidad. Ascaron también es el causante de que Patrician o Port Royale hayan pasado por los monitores de nuestros PC's, por lo que los desarrolladores ya están suficientemente ilustrados sobre el mundo del pirata caribeño.

Experiencia tienen de sobra, y calidad tampoco le falta, aunque algunos aspectos son inferiores a cualquiera de los ejemplos nombrados en esta introducción. No os desaniméis antes de tiempo, ya que si no se trata de un juego para la historia, si que puede ser, bien a gusto, una oferta de entretenimiento lo suficientemente apetecible como para considerarla. Izad las velas, que ya zarpamos.

El juego se divide en misiones, linealmente establecidas. Durante el transcurso de nuestra vida en el mar, podemos distinguir claramente entre dos tipos de fases. Aquellas en las que como buen capitán de barco haremos gala de nuestras habilidades de marinería para enfrentarnos a veleros enemigos, piratas de la competencia o contra las inclemencias del tiempo y peligros propios del traicionero mar.

Básicamente, se trata de decidir cuanta potencia de avance queremos para nuestro navío, en función del número de velas que dispongamos izar y teniendo en cuenta que a mayor velocidad menor capacidad de giro. Con el movimiento de navegación dominado, sólo resta esquivar obstáculos como arrecifes y rocosas barreras, para, en seguida, dar a nuestros subalternos la orden de abrir fuego a discreción. Si bien recuerdo, los cañones de un barco suelen encontrarse, por lo general, a babor y a estribor, luego tendremos que colocarnos en paralelo a nuestro enemigo para que el ataque sea efectivo. Parece muy sencillo en la teoría, pero no esperéis que el contrincante os facilite la maniobra.

El objetivo sufrirá de manera distinta según el tipo de munición que decidamos cargar. La munición maciza es la bola de cañón de toda la vida, que destrozará irremediablemente todo lo que se ponga a su alcance, cuya única defensa es ser más hábil y rápido que el enemigo o directamente, ponerse a achicar agua. Si lo que queremos es causar bajas entre la tripulación, lo mejor es usar munición de metralla, y así reducir considerablemente el número de enemigos que nos harán frente en un futuro abordaje.

Por supuesto, ninguna de estás municiones tiene efecto si el oponente no está a distancia de tiro, y esto puede ser un problema cuando nos enfrentamos a navíos mucho más veloces que el nuestro. A este efecto, las bolas encadenadas destrozarán las velas enemigas con el fin de reducir la velocidad del barco y permitirnos recortar distancias y comenzar un ataque. Una vez debilitado el enemigo podremos decidir entre darle un remate final y hundir completamente su nave o, por otro lado, abordar su barco y hacernos con bienes y prisioneros. Importantes serán también los barriles explosivos, los cuales hábilmente distribuidos entorpecerán a nuestros perseguidores cuando seamos nosotros los que huyamos.

Cuando abordemos o lleguemos a tierra las cosas no serán más fáciles, ni mucho menos. El sistema de combate es un poco flojo para tratarse de un juego de acción, pero emocionante de todas formas. En ocasiones nos acompañarán amigos o nuestra tripulación, aunque otras tantas seremos nosotros con nuestros propios medios los que tendremos que encontrar una salida digna de los enfrentamientos.

Básicamente dispondremos de un instrumento de combate, nuestra espada. Ya sea atacando o bloqueando, iremos alternando movimientos para deshacernos de los enemigos. En ocasiones, las cosas se ponen muy feas, es en ese momento cuando tendremos que poner en juego todo nuestro ingenio para salir airosos de la situación. Un sistema de sencillos y efectivos combos, en forma de combinación de movimiento y ratón, así como objetos tales como pistolas o pociones curativas, nos ayudarán a sobrevivir un día más en este dura vida que es la de pirata.

Con los objetos también seremos capaces de reparar los desperfectos en alta mar, gracias a ciertos utensilios que podremos encontrar tanto entre los restos de los galeones vencidos como comprándolos en tierra. Por supuesto que durante la aventura iremos consiguiendo objetos útiles para continuar con ventaja nuestra vida entre las olas.

Aunque no se trata de un juego de rol, el aspecto está lo suficientemente trabajado para lo que un juego de acción nos tiene acostumbrados. Un sencillo sistema de avances en forma de objetos y habilidades que nos hará sentir como nuestro héroe va mejorando conforme la historia cobra forma y se acerca a su final. También dispondremos de diferentes tipos de navíos, entre los cuales la diferencia será su capacidad de fuego, su tamaño y la cantidad de tripulación que será posible transportar sin que se hunda esa vieja cáscara de nuez que nos vendieron a precio de saldo.

El título es verdaderamente sencillo de manejar, tanto que no se hace necesario un tutorial, aunque como suele ser costumbre, las primeras misiones serán casi de introducción. Una vez que se domina la disposición de las teclas, se continúa con soltura. Incluso los acostumbrados a las videoconsolas podrán usar un mando o gamepad, por si no quieren hacerse de nuevo al uso del teclado en los juegos.

La experiencia con este no ha sido demasiado buena en el caso del que os escribe, teniendo graves problemas  para dirigir al personaje en las misiones en tierra. Por si acaso se trata de mi propia torpeza, o de un problema casual, dejaremos pasar esta anécdota. Por el contrario, felicitaremos a la gente de Ascaron por haber tenido la idea de añadir esta funcionalidad, y esperemos que funcione lo suficientemente bien cuando seáis vosotros los que os pongáis a los mandos, y nunca mejor dicho.

Guión

En Tortuga, Dos Tesoros, tomaremos el rol de Thomas 'Hawk' Blythe, un valiente, astuto, aguerrido y no por ello menos atractivo capitán al servicio de famoso Barbanegra. Quien no haya oído hablar de tan malévolo capitán, espero que encuentre entre estas líneas el interés suficiente como para documentarse y empaparse de la sabiduría que le otorguen los libros y buscadores de Internet, ya que si uno no ha oído hablar del temible Barbanegra a estas alturas de la vida, poco puede hacer un servidor por presentar como apetecible la ambientación de Tortuga.

Nuestro alter ego, 'Halcón' Blythe, quien, de no ser por su profesión, sería un buen partido para llevarse al altar, tendrá que seguir a rajatabla las órdenes del despiadado pirata Barbanegra, que ha decidido adueñarse por cierto tesoro oculto en el Caribe. Con esta introducción comenzarán una serie de aventuras en las que podremos disfrutar de amores, aventuras, acción y traición casi a partes iguales. Un guión digno de la mejor las películas del género.

Gráficos

Nos encontramos ante un título con gráficos muy trabajados, no apto para tarjetas de baja gama, ya que los efectos tales como las olas del mar, el humo de los navíos dañados o los juegos de luces y sombras en el fondo marino se presentarán a todo detalle, todo un espectáculo visual. Este tipo de representaciones son verdaderamente difíciles de conseguir, y más aún con tanto realismo, por lo que Tortuga puede llevarse perfectamente una sincera enhorabuena en este aspecto.

El nivel conseguido es tal y como debería ser en un juego con las expectativas de Tortuga, y puesto que en jugabilidad no se compara a los ejemplos que hemos enumerado al principio del análisis, en calidad visual hace competencia a cualquiera de los nombrados, o incluso los supera. Parece que Ascaron se ha decidido por impresionar a los usuarios, comenzando por el sentido de la vista... y la cosa les ha quedado bastante bien.

No sólo de mar vive el pirata, y decir que los modelados, tanto de los personajes como de los elementos del juego, son más que buenos es hacer poca justicia al trabajo de los diseñadores. Aunque hay ocasiones en las que los movimientos parecen irreales, la mayoría del tiempo se puede disfrutar del momento sin preguntarse como es posible que una persona ande de tal manera o se coloque en tal postura.

Las secuencias cinematográficas que amenizan el juego en sus interludios están realizadas con el mismo motor del juego, y esto significa que no habrá transiciones con imágenes que no se parecen en nada a lo que nos presentan mientras jugamos. Como única pega en este sentido, y sin tratarse realmente de una queja... ¿a alguien más le recuerda el protagonista de Tortuga al famoso Jack Sparrow de la trilogía de Piratas del Caribe? Si además tenemos en cuenta el sobrenombre de cada uno, halcón y gorrión respectivamente, la cosa pasa a ser más que una mera casualidad, ¿o era costumbre entre los piratas llevar apodos de pájaros?

Sonido

Sobre el sonido, como tantas otras veces, no se hace destacar en gran medida. Los efectos sonoros están muy logrados, se usan en el momento oportuno y otorgan al juego del realismo al que los gráficos ayudaron tan amablemente. Una gran variedad de efectos, como el rozar de las olas contra la madera del barco, los pájaros o los choques de espadas en los enfrentamientos hacen que sea necesario pellizcarse al menos tres veces antes de caer en cuenta de que no encontramos ante una pantalla de ordenador, no en el cine y menos aún en la vida real. Si acompañáramos la experiencia de un vasito de agua con un par de cucharadas de sal, el aroma sería tal que la distinción entre realidad y ficción ya sería imposible, por muchos pellizcos que nos dieran en el brazo. En este aspecto, el juego se lleva otra mención, aunque tampoco se sale de lo acostumbrado en los títulos que pretenden ser de calidad.

La música, sin embargo, no deja de ser normalita. Perdón si parece exigente esto que digo, pero si uno quiere un juego bueno, tiene que serlo en todos los aspectos. No puede uno parar en los campos menos explorados, y las bandas sonoras en un título de ocio tienen que ser tan importantes como las de una película de cine o una serie de televisión.

Lo suficientemente agradable como para no desear arrancarnos las orejas a la segunda hora de juego, la música ameniza, rellena espacios vacíos... vamos, resumiendo, que cumple su función más o menos bien. Lo correcto, mejor dicho, lo necesario, habría sido una composición épica, digna de una superproducción, que emocionara, entristeciera y tranquilizara cuando fuera preciso. La banda sonora es ese gran perjudicado hoy día, y es preciso que nos demos cuenta del importantísimo papel que juega si queremos que la experiencia de juego sea completa al cien por cien.

Conclusión

Lo que realmente vale la pena de Tortuga, Dos Tesoros, es su historia. De hecho, de carecer de un guión suficientemente interesante, el juego se habría convertido en una secuencia de misiones sin sentido. No es que se trate de un relato especialmente original, pero al menos es entretenido. De seguro que, si en lugar de tomar el argumento como centro para un juego, se hubiera hecho lo propio con una producción de cine, con un reparto adecuado y las pertinentes inversiones en efectos especiales y promoción, nos lo habrían vendido como la revolución del género.

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De hecho, cada vez son más los juegos que podrían competir con cualquier  superproducción cinematográfica si se expusieran en grandes salas y sin cortes ni pantallas de carga. Si además tenemos en cuenta que podemos influir y participar de ese relato, de una manera más o menos activa, el tema es aún mucho más interesante. De hecho, estamos viendo como los títulos cuidan su estética de manera similar al mundo del cine.

El problema grave es que llevamos unos años en los que el género de capa y espada con ambientación pirata se ha vuelto a poner de moda, más o menos. Hay quienes pueden ver en este título un intento de aprovechar el tirón, y hasta encontrar ciertas similitudes entre este juego y las últimas películas de piratas, como ya dijéramos en un párrafo anterior a este. Lamentablemente, contra este hecho no se puede hacer nada, así que lo único que resta es intentar disfrutar del juego sin pensar en todo lo visto hasta ese momento.

Recomendado para aquellos que se aburren de la excesiva libertad, que quieten un orden lógico, con su introducción, cuerpo y final. Por supuesto, también para todos aquellos que soñaron con ponerse un parche en el ojo y navegar en busca de galeones españoles cargados de oro. Para los que prefieren un poco más de libertad, y tener en el horizonte su único límite, hay otras ofertas más interesantes, como Sid Meier's Pirates! O Age of Pirates: Caribbean Tales. Hasta otra, grumetes.

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