Bípedos metálicos de cuatro ruedas

No son pocas las superproducciones americanas veraniegas que se trasladan al mundo de los videojuegos creando una inteligente estrategia comercial que hace a cada nueva obra un producto multimedia. Cuesta encontrar películas o sagas estadounidenses de este carísimo género de cine que no tengan su homónimo en videojuego. Y en principio esto no tiene nada de negativo, el problema viene cuando la calidad de estos juegos de superproducciones rara vez supera lo simplemente correcto.

Transformers es un nuevo caso de ello, un ejemplo más de esta situación comercial. No es un juego malo, su mecánica de acción-conducción divierte y hasta puede encantar a los más asiduos a la saga, pero no es un trabajo recomendable, no consigue ser un título de obligada mención dentro del catálogo del género. Activision y Traveler's Tales nos traen esta nueva pieza a todas las plataformas, incluida Wii. Veamos que han podido hacer estas maquinitas de dimensiones colosales en la consola de Nintendo.

La clásica ciudad en peligro

La pugna entre Autobots y Decepticons está apunto de empezar. Al principio del juego deberemos escoger con qué bando queremos desarrollar la aventura y, con ello, desde qué perspectiva veremos el argumento, bastante sosote e intrascendental. Las misiones de un equipo y otro son prácticamente las mismas, los objetivos no cambian, ni la dificultad, ni la mecánica. Es un juego dividido en dos partes que lo único que consigue aportar con dicha división es el manejo de unos u otros Transformers.

Desde ambas perspectivas, deberemos enfrentarnos a los robots contrarios y defender la ciudad si jugamos como los buenos (Autobots), o causar el caos si somos del equipo de los malos (Decepticons), caos que en realidad formaremos desde ambos bandos ya que la ciudad, sus edificios y transeúntes quedarán demolidos a nuestro paso.

Aunque el juego comienza ofreciéndosenos la gran urbe al completo y con bastante libertad de movimiento, la estructura de Transformers es puramente lineal. Un punto verde se ilumina en el pequeño mapa que tenemos en la parte inferior de la pantalla y debemos acudir allí para que se dispare un vídeo en CG y comience la misión. A medida que realicemos misiones podremos repetirlas acudiendo a los puntos amarillos del mapa, que están en los lugares donde aquéllas se activaron con anterioridad. Así de simple, es una estructura muy lineal que nos hará ir de misión en misión, de un punto verde a otro ya que rara vez apetece repetir misiones pasadas.

Si fallamos en alguna de estas misiones, tendremos que volver a empezarla desde el principio. Y esto, sumado a que muchas son bastante largas o difíciles, hará que en más de una ocasión nos frustremos con determinados retos. La curva de dificultad es demasiado ondulante y no se respetan en exceso los cánones de complicación progresiva, sino que encontraremos misiones arduas o duraderas entremezcladas con otras simples, rápidas y cortas.

Píxeles de la destrucción

Transformers: The Videogame para Wii nos muestra un apartado gráfico sencillo, que en ningún momento deslumbra aunque tampoco decepciona. Los robots lucen bien, siempre y cuando no acerquemos demasiado la cámara y descubramos las imperfecciones de poligonado y texturas. La ciudad y los decorados, por su parte, no están excesivamente detallados aunque hay que tener en cuenta que son cien por cien destructibles y que van cambiando de forma con los movimientos bruscos de los robots, lo que hace que no podamos tener quejas en este sentido.

Muchas casas y edificios se destruyen con dos o tres misiles pero otros, son de estructura más dura o grande y tendrán que recibir buenas cantidades de metralla para acabar incendiados y derruidos. Los efectos de luz y de las explosiones son mediocres y poco vistosos. Las calles no tienen demasiada vida aunque sí que hay un buen comportamiento de los ciudadanos ante nuestras acciones. Si conducimos a toda velocidad o destrozamos una urbanización huirán despavoridos y avisarán rápidamente a la policía, la cual no dudará en poner coches, tanques y hasta helicópteros en nuestra contra.

El apartado sonoro, por su parte, nos deja una banda sonora musical poco atractiva pero que acompaña bien a las imágenes y a los momentos de tensión y frenetismo. Los sonidos FX son variados y responden a las acciones de los personajes y elementos en pantalla. Tanto en la acción a pie como en los momentos de conducción, nos encontramos con un nivel sonoro aceptable y que se ajusta perfectamente las diversas situaciones acontecidas, así como con un doblaje acertado.

Control a dos manos

Wiimote más Nunchuk, la combinación clásica para el manejo complejo en Wii. Un puntero llevado desde el mando, y visible en todo momento, nos permitirá mover las cámaras y apuntar en nuestros disparos. El sensor de movimientos está poco implementado ya que sólo agitando el Nunchuk o el Wiimote, indistintamente, activaremos el ataque básico de los Transformers cuando estén en modo robot.

Y es que podremos transformar a estos colosales amasijos de hierro en vehículos en cualquier momento del juego, basta con pulsar "arriba" en la cruceta y nuestra mole se convertirá en un veloz cuatro-ruedas. Éste es uno de los aspectos que hacen más divertida la jugabilidad del título, la libertad que se da al jugador en todo momento de ser un coche/camión o un imponente mecha.

Cuando seamos robots bípedos nos desplazaremos más despacio aunque podremos lanzar más certeramente los poderosos misiles con el botón B para los primarios y A para los especiales. Conduciendo también podremos disparar apuntando a la pantalla pero será más difícil afinar la puntería. Además, en modo robot de combate podremos saltar ("abajo" en la cruceta), escalar edificios, coger objetos del decorado, cubrirnos y pelear cuerpo a cuerpo con nuestros oponentes.

Para agarrar cualquier elemento del escenario, tales como farolas, vigas, bancos, coches, árboles, bidones, etc., basta con mover el mando o el nunchaco, o pulsar el botón C. De la misma manera los lanzaremos. Podremos, también, apuntar y fijar objetivos con el gatillo Z viendo así los medidores de vida restante y la posición de nuestros enemigos.

Por tanto, controlar a estos monstruos de destrucción no será una tarea extremadamente difícil en cuanto llevemos veinte minutos de juego. Las misiones, muy parecidas entre sí, nos propondrán llegar hasta ciertos puntos de la ciudad en un tiempo limitado, derrotar o ayudar a otros robots, perseguir a compañeros y escoltarlos, destruir generadores o depósitos nucleares, urbanizaciones enteras, etc. A esto se le suma que cada robot jefe tiene una forma distinta de recibir daño, algunos se cubren si les disparamos misiles, a otros sólo se le pueden arrojar cosas, etc.

Todo esto da como resultado dos modos Historia, uno con cada bando, de duración moderada en el que desbloquearemos diferentes extras que poder visionar en una galería disponible en el menú principal. No hay ningún modo multijugador ni alternativo al original y su rejugabilidad una vez acabadas las dos campañas propuestas es bastante improbable.

Conclusiones

La llegada de los Transformers a Wii también ha resultado anodina. Nos encontramos ante un juego divertido, llevadero y que puede llegar a enganchar a los fanáticos de estos colosos de metal pero que pasará inadvertido ante el jugador más avanzado. Su mezcla de conducción y acción así como la posibilidad de cambiar de forma de manera instantánea le hacen ganar puntos en cuanto a diversión y libertad. Pero esta libertad se ve rápidamente anulada debido a la linealidad de un sistema mediante misiones consecutivas y algunos tropiezos en su jugabilidad.

Los Transformers de Wii hacen una visita fugaz, un juego con argumento distinto al de la película que no ha sabido dar todo lo que podía de sí mismo. Defender una ciudad más está en manos de todo el que alucine con la saga y los personajes, para todos los demás, esta vez dejaremos a la ciudad sin salvamento. Y vistos los destrozos que hacen estos gigantes con sólo caminar, tanto los buenos como los malos, quizá sea mejor así.

Lo mejor:

Lo peor: