Regreso al salvaje oeste

Medio año después de la versión para PC, llega a nuestro mercado la versión para Xbox 360 de Call of Juarez. Básicamente nos encontramos con el mismo título pero adaptado a un mando de consola y explotando algo más a nivel gráfico la alta definición de Xbox 360. Aunque tampoco se puede decir que se hayan introducido numerosos cambios técnicos, lo cierto es que se hace notar como un juego más pulido.

Esto implica que se mantienen, por tanto, todas las virtudes y algunas mejoras, pero también hereda algunos de los defectos, principalmente los del propio sistema de juego. No por ello deja de ser una más que interesante propuesta a tener en cuenta por los usuarios de Xbox 360, ya que es un juego de calidad que llega casi sin hacer ruido.

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El peso de la historia recae sobre dos personajes muy diferenciados entre sí y enfrentados en gran parte de los acontecimientos. El primero de ellos, Billy el 'Candela', es un joven que regresa a su pueblo natal años después de huir escapando de su detestable padrastro, que se encuentra con todo el rechazo de la mayoría de los habitantes.

Por otro lado, Ray, el padrino de Billy y párroco del pueblo, que en su presentación se puede ver cómo se encomienda a Dios para hacer limpieza a base de pistola del caos que reina en el pueblo tras la muerte de su hermano con la presencia de Billy en la escena del crimen. Alternando entre ambos constantemente se nos presenta una historia adulta y complicada, con alguna escena no explícita subida de tono.

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Pero la comparación no dura mucho, ya que pronto comenzamos a realizar pequeños puzzles y pruebas de ingenio que implican mover cajas, conseguir acceder a un lugar, etc, más propias de una aventura gráfica que recuerdan, al ser en primera persona, a auténticos clásicos como Myst o Atlantis. En estos momentos, una mano indica los objetos con los que se puede interactuar, aunque no se añaden al menú, sino que se transportan con uno mismo hasta que se sueltan.

En ese aspecto, hay que elogiar la física del juego, ya que un objeto que estamos transportando sufrirá los efectos lógicos de intentar llevarlo a determinados puntos. Es decir, si llevamos una caja de dimensiones considerables, no podremos hacerla pasar por un camino estrecho, o incluso se moverá si choca contra una esquina de la cual pasemos muy cerca.

Para terminar, el género que predomina en el juego, al menos así lo parecía a priori, es el del FPS. Pistolas, revólveres, rifles y otras armas típicas del llamado salvaje oeste harán acto de presencia a lo largo de la historia. El sistema de control a este respecto es muy intuitivo; por poner un ejemplo, si llevamos dos armas, una en cada mano, cada gatillo del mando hará las veces de su homónimo del arma.

Es aquí donde vemos algunos elementos heredados de otros títulos, como puede ser Max Payne. Si jugando con Ray tenemos el medidor preparado (no visible, sólo se indica cuando está listo para su uso), podremos ralentizar el tiempo y las mirillas se irán moviendo lentamente por la pantalla. Cada vez que enfoquen a un enemigo podremos disparar de modo que, cuando acabe la secuencia, los enemigos dañados caerán sin haber podido reaccionar a nuestro ataque.

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También hay que destacar el uso del látigo para superar ciertos precipicios en un claro guiño a las plataformas, o las espectaculares secuencias a caballo. Dos estilos de juego diferenciados (Bill implica más infiltración mientras que Ray supone tiroteos) que se alternan todas las situaciones del juego de forma más que correcta. No es un título que caiga fácilmente en la repetición en este aspecto.

Esto no quieta que puedan apreciarse diversos problemas. Por ejemplo, si el escenario está oscuro apenas se puede discernir nada más allá de unos centímetros. También se nota, hasta cierto punto, poco refinado, con bastantes fallos de alliasing o pop-in. En general resulta atractivo, pero también da la impresión que con una pequeña revisión se hubiese conseguido un producto final muy superior.

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El apartado sonoro es espectacular en todos y cada uno de los sentidos. Desde la banda sonora, que parece sacada de una auténtica película del oeste y que consigue meter al usuario en la acción, hasta el trabajo de doblaje en nuestro idioma, muy elaborado, pasando por unos efectos de sonido inmejorables. El resultado es casi inmejorable en este aspecto.

En cuanto a jugabilidad, Call of Juarez responde bastante bien al mando de control. Su estilo de juego puede resultar interesante, aunque tampoco llega a ser realmente rompedor y no ofrece grandes innovaciones. La aventura principal dura aproximadamente unas diez horas, tras las cuales el juego se ve reducido a sus modos en red ante la falta de alicientes para rejugarlo.

Y por supuesto, el modo multijugador, tanto en interconexión con otras consolas como a través de Xbox Live, un importante aliciente del título. Con un amplio plantel de tipos de partida (robo, escaramuza, la fiebre del oro, duelo a muerte, se busca, sustraer el saco y acontecimientos famosos) y la friolera de 27 mapas diferentes, la diversión online está asegurada.

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