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Mega Man ZX

Mega Man ZX

  • PlataformaDS8
  • GéneroPlataformas
  • DesarrolladorInti Creates
  • Lanzamiento22/06/2007
  • TextoInglés
  • VocesJaponés
  • EditorCapcom

Vuelve el héroe azul

Megaman regresa por la puerta grande en su primera aventura con sabor ‘antaño' para Nintendo DS. Capcom apuesta por ofrecer la fórmula original con algunos retoques que a buen seguro harán las delicias de los numerosos fans de la saga.

Durante años, Capcom ha sabido exprimirle el fruto a una de sus sagas mas emblemáticas -sino la más-, creando como partida un título mejorado con respecto a los antecesores y ampliando la línea hasta que deja de ser rentable. Megaman X en Súper Nintendo o Megaman Zero en GameBoy Advance son los ejemplos más recientes de esto que comentamos. Como era de esperar, tras el anuncio de NDS, Capcom corrió a anunciar una nueva incorporación en la serie.

Hemos tardado más tiempo del debido en poder disfrutar de él, tiempo que además ha devaluado en cierta medida las virtudes gráficos del juego, sobretodo teniendo en cuenta la evolución técnica que ha sufrido la portátil en los últimos meses. Incluso así, la compañía nipona ha conseguido aquello que pretendía una vez más, pues las escasas novedades que incluye el cartucho son suficientes para garantizar la diversión de la que siempre ha presumido ‘Rockman'.

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Historia
Por primera vez desde su creación, Megaman no será un robot. En esta ocasión podremos decidir entre un chico o una chica, con historias idénticas y las mismas virtudes y defectos dentro del campo de batalla. El hilo argumental empieza a tomar forma tras un asalto del grupo ‘Maverick'; peligrosos soldados temidos por los mensajeros de Giro Express, empresa a la que pertenece nuestro héroe.

El primer envío del que somos testigos sufre una emboscada -tras introducir brevemente la historia personal del protagonista-, para posteriormente poner en peligro la vida de ‘los Guardianes', protectores de la paz y encargados de hacer frente al mal que acecha. Ante tal circunstancia, nuestro paquete toma vida propia para ayudarnos, transformándonos en ‘X'. Poco más tarde, descubriremos que hemos sido elegidos por un BioMetal, al igual que lo hará más tarde nuestro jefe, convirtiéndose así en Zero.

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Los BioMetales son los verdaderos protagonistas de esta historia, no en vano, tras varios combates en distintas áreas daremos con el adversario a batir; Serpent. Un estereotipado villano -supuesto salvador, y ahora presidente, de una ciudad en ruinas-, que ha conseguido desarrollar un plan con el fin de dominar a toda la civilización. Para tal fin necesitará los códigos de ciertos BioMetales creados de forma artificial, con lo cual nuestra misión consistirá en tratar de conseguir dichas claves para dar caza al malo de turno.

Por el camino nos toparemos con todo tipo de criaturas biomecánicas, parajes apocalípticos mezclados con otros de tinte alegre, muestra de lo que fue la ciudad en su día y de lo poco que queda de ella. Una gran urbe en la que nos toparemos con ciudadanos, algunos indispensables para poder continuar la aventura. Es una forma interesante de paliar la poca profundidad de la historia, que pese a todo cumple su cometido correctamente.

Apartados técnicos
Como aclarábamos al principio del análisis, uno de los lastres no forzados con los que ha de cargar Megaman ZX es el tiempo que ha transcurrido desde su salida al mercado japonés. Hace poco más de un año que el título aterrizó en tierras americanas, demasiado tiempo como para poder justificar un retraso semejante. Sea como fuere, y lejos de pretender exagerar la realidad, lo cierto es que Megaman luce bien, pero sólo eso.

El motor gráfico en 2D tradicional es el empleado en esta ocasión, por lo que la urbe en la que transcurre el juego toma una perspectiva muy cuidada, con numerosas localizaciones de diversa índole. Barrios pobres, zonas de ciudad destrozadas en pleno conflicto civil -en el que nosotros tendremos que mediar-, bosques acompañados de lluvia, polígonos industriales, etc. Es obvio que se ha cuidado mucho el aspecto visual, dotándolo de un gran colorido y nivel de detalle a tenor de lo que NDS puede dar de sí.

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Sin embargo, esto no quiere decir que la portátil de Nintendo no pueda lograr una calidad gráfica mucho más definida. Precisamente por esta razón achacamos la casi nula sorpresa visual al tiempo transcurrido; los esporádicos vídeos animados -del mismo corte que los vistos en Lunar Knights- presentan una calidad bastante baja, es difícil poder apreciar las voces en japonés, del mismo modo que el nivel de detalle es alarmantemente bajo. El título de Konami que acabamos supera en este aspecto a Megaman ZX, algo extraño si tenemos en cuenta que el primero salió a la venta hace ya bastantes meses.

Más allá de los vídeos, el resto de elementos que conforman este apartado se comportan con suavidad, y salvo algunas ralentizaciones en determinados movimientos la acción transcurre con normalidad y sin defectos a resaltar. El diseño de los enemigos, así como los cinco trajes de los que haremos gala animan bastante la vista. Además, el juego por sí solo nos obliga a alternar continuamente de localización, pese a que algunas zonas de combate son casi clónicas, motiva que en alguna ocasión nos sintamos desorientados.

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Música ‘clásica'
Siguiendo la línea del apartado gráfico, Megaman ZX opta por no variar en demasía el aspecto sonoro. Las melodías son en regla general electrónicas, machacantes, aunque dentro de lo que cabe presentan un número bastante variado de registros. Pero incluso así, esto no es suficiente para que nuestro oído soporte el continuo machaqueo de canciones repetitivas que nos ofrece el juego. Después de todo, es el estilo ‘clásico' de la serie.

En cualquier caso, y dada la ausencia de voces salvo en los vídeos y en japonés, los efectos especiales cobran una importancia primordial en este aspecto, aunque se limitan a cumplir su función sin llamar demasiado la atención. Es en todo caso un mal menor dentro de un género que no necesita un acompañamiento orquestal para divertir.

Jugabilidad
El apartado más importante del cartucho es el único que, de un modo u otro, ha sufrido nuevos cambios en el fondo, aunque no en el concepto. Megaman se controla del modo tradicional, nos basta la cruceta para hacer que nuestro héroe se desplace de un lado a otro, mientras que con los botones realizamos todas las funciones de ataque, salto y golpes especiales. La acción transcurre en la pantalla superior de la consola, mientras que la inferior permanece con un fondo de pantalla con grandes letras y fondo azul.

Llegados a cierto punto en la aventura, cuando por fin nos topemos con Serpent, descubriremos que nuestro BioMetal no es capaz por sí solo de hacer frente a las nuevas tecnologías, por lo que entrará en juego la ‘fusión' entre estos particulares entes. Así, la primera mezcla entre BioMetales será la misma a la que hace referencia el sobrenombre del juego; ZX. Contaremos con cinco tipos de transformaciones, cada una con sus pros y sus contras, dedicadas a un elemento en concreto, ya sea fuego, electricidad, etc.

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Mientras que ZX controla tanto un arma como la espada, otros harán uso de armas más o menos mortíferas según el tipo de enemigo al que nos enfrentemos, de forma similar a un RPG. Cada tipo de BioMetal lleva consigo un tipo de poder especial que nos veremos obligados a emplear en ciertos puntos de la aventura, por lo que no nos quedará más remedio que alternar entre ellos. Nuestra apariencia humana también es fundamental para progresar en la historia, pues los ciudadanos no hablarán con nosotros si vamos enfundados con algún traje.

La mecánica del la aventura, salvo con respecto a lo que acabamos de comentar, no varía en absoluto. Tras elegir una misión, tendremos que divagar por la ciudad hasta encontrar la letra del distrito al que nos dirigimos. La ausencia de un mapa pasa factura en los primeros compases del juego, cuando aún no nos hemos hecho con el sistema de juego, precisamente cuando más difícil nos será hallar todas las letras que nos son asignadas en las misiones.

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De táctil, poco
Llegados a este punto, no cabe la menor duda que el juego cumple con creces lo que se esperaba de él en el sentido jugable. Al menos, en cierto modo. Las funciones que hacen especial a la DS aquí se olvidan casi por completo. A duras penas encontraremos alguna función dentro de los BioMetales que tenga que ver con el uso de la pantalla inferior. En cualquier caso, el número de opciones es casi irrisorio, por lo que la utilidad de esta función prácticamente pasa desapercibida.

Un mapa, un inventario, cualquier otra función hubiese servido para poder mejorar este aspecto. Es inexplicable cómo Capcom no ha enfatizado más el juego en este sentido, algo que, como en tantas otras ocasiones, no hace más que sugerir que el juego fue concebido antes que la propia consola. El apartado gráfico podría ser otro dato que confirmase tal idea.

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Rozando el imposible, pero menos
La dificultad de ZX era uno de los puntos más a tener en cuenta en este juego, tales han sido las quejas de muchos aficionados al no poder superar la quizás excesiva complejidad de algunas situaciones. Pues bien, esta entrega nos ofrece desde el principio la posibilidad de elegir entre dos modos de juego, fácil o medio. Como era de prever desde un principio, el nombre de ambos modos no se corresponde del todo con la dificultad que realmente ofrecen.

El modo fácil resulta casi imposible en ciertos puntos, no sin antes recorrer bien todos y cada uno de los huecos de la ciudad para encontrar tanques de energía. Una vez llegados a la mitad de la aventura, cada golpe nos puede llegar a quitar una cantidad ingente de energía, especialmente si hablamos de los monstruos finales de cada nivel. Esto afecta a la duración del juego, que pese a no ser excesivamente largo puede presumir de una dificultad endiablada en ciertas partes del título. Además de todo esto, hay que tener en cuenta que los puntos de salvado escasean, y las vidas no son precisamente abundantes.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.