Océanos de fuego

1945, un gran convoy japonés que transporta tropas de la 43ª División japonesa, parte de la bahía de Tokio en dirección a Saipán. Poco después de que abandonara el puerto, un poderoso grupo de escolta con un crucero ligero sin identificar como buque insignia, se une al convoy. Cubierto por el manto del Océano 'Pacífico', en el extremo occidental de la isla Aoga, el comandante de un submarino estadounidense recibe información de contacto sobre la posición del convoy japonés…

Desde el puesto de transmisión de demora del blanco, se detecta el desplazamiento Noroeste del conjunto de naves, como si se tratara de una manada de inmensos gigantes de metal con miles de toneladas a sus espaldas. La situación de ataque del submarino es buena, al Sureste de la posición del convoy. 'El lobo acecha a su presa' pensaba el comandante mientras decide dar la orden a la tripulación para que acuda a sus puestos de combate.

Todavía resuenan en su cabeza las palabras del comandante de la flota estadounidense de submarinos del pacífico: 'Los principales objetivos de los submarinos son los buques enemigos. La principal arma del submarino es el torpedo; sus armas secundarias son las minas y la artillería'. Sin más dilación, ocupa todas las plazas del compartimiento de torpedos frontal con tripulantes experimentados en la materia. Vacía el compartimiento trasero de torpedos, tiene claro su ataque, 'el premio es el buque insignia'.

Se aproxima al blanco despacio, para evitar que los escoltas puedan detectarle. Aprovecha su punto flaco, la parte trasera de los escoltas con sus enormes hélices haciendo ruido al girar para impulsar el barco, hace inservibles sus hidrófonos para la detección de submarinos. Tras observar unos minutos la situación y contrastar la experiencia que dan los años en el combate, se dijo a sí mismo, 'ahora sé que no me oís y lo que es mejor, no me veis'.

Se podía cortar la tensión dentro del submarino, cada tripulante permanece atento y en silencio sobre su puesto de combate. Se aproximan al flanco del buque insignia, a 900 metros de distancia formando un ángulo de 45º con cualquier lado de la demora (dirección que tomará el buque) del barco. Está planeando 'machacar' su proa o su costado.

Aunque sabe que tras lanzar el torpedo, casi seguro que serán detectados, se reafirma en que ya será tarde para el enemigo. Los impactos destruirán su casco y causarán tantos daños que en la confusión, sumergiéndose a 50 metros de profundidad, 'a salvo' de las cargas de profundidad, podrá huir realizando una maniobra evasiva en 'zigzag' a toda máquina, habiendo dejado hundida su presa.

Toma aire antes de comenzar el ataque, sabe que cada decisión que tome una vez se haya desatado 'la tormenta de fuego', puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Se agarra con fuerza a los mandos del periscopio de ataque y tras tragar saliva, se dispone a dar la orden de lanzamiento del primer torpedo…

Esto es Silent Hunter 4, ¿habrías realizado así el ataque?, ¿resistirás la presión y mantendrás el temple necesario para afrontar la batalla?, compruébalo, 'sumérgete' en la simulación submarina más realista del momento…

Hacía aproximadamente 2 años que Ubisoft, desde su aclamado Silent Hunter III, no volvía a deleitarnos con una entrega de su exitosa saga de simulación de submarinos de combate. Al igual que su anterior título, esta continuación, es un estupendo simulador capaz de abarcar los aspectos más superficiales del control y combate de un submarino, de manera asequible para los más neófitos, potenciándolos con los más realistas y exigentes demandados por jugadores mayor experiencia.

Silent Hunter 4 nos pondrá a los mandos de submarinos estadounidenses, mucho más modernos y avanzados que los U-BOATS alemanes que manejábamos en su tercera parte. Así mismo, contaremos con la inmensidad del océano pacífico, unas mejoras audio-visuales notables, una optimización del apartado de gestión de la tripulación con una evolución al estilo RPG, una interfaz de control más amigable y un nuevo modo multijugador que abre nuevas oportunidades tácticas.

Como ha venido sucediendo en la saga, se han ido, y se irán puliendo, los errores y problemas detectados en la versión inicial con parches y modificaciones. 'Bugs' como el 'cuelgue' que se produce al pulsar la tecla de acceso directo a la característica de 'auto-nivelado', la falta de detalles en las explicaciones sobre el radar o el sónar… cuestiones que afectan al resultado final pero en absoluto empañan el enorme trabajo realizado por sus desarrolladores.

Tampoco destaca por ser especialmente innovador, ofrece escasas novedades frente a su predecesor, pero hay que admitir que sus virtudes superan con creces a sus defectos. La fórmula que inició esta saga desde sus comienzos puede mejorarse pero difícilmente superarse sin asumir ciertos riesgos que 'cuestan muy caros' en una industria como la de los juegos para PC y especialmente en el sector dedicado a la simulación.

Al contrario de lo que ha ocurrido con no pocas sagas de simulación militar, cuyos inicios partieron de su creación para compatibles y finalmente terminaron por convertirse en títulos para consola que se 'portan' sin optimizar a ordenadores personales, la cuarta entrega de esta serie de simuladores submarinos, mantiene intacta la complejidad y la profundidad de su fórmula original.

Entremos en detalle a este 'Wolves of the Pacific' para comprobar si se encuentra a la altura de sus antecesores.

Gráficos y sonido

Que no se dé lugar a engaños, Silent Hunter IV no pone sus fundamentos en el apartado gráfico, éste es sólo un aderezo 'necesario' para representar la crudeza y la tensión de las batallas submarinas, simplemente un medio para alcanzar un fin mucho más completo.

En la versión actual, no dispone de 'Anti-Aliasing' para embellecer los detallados modelos de sus barcos y aviones. Su resolución nativa parece haber sido establecida en 1024x768 píxeles, porque a partir de ésta, las demás resoluciones (admite tanto formatos 4:3 como 16:9 ó 16:10)  parecen 're-escalados' que no mejoran particularmente los resultados.

Aún así, en plena 'efervescencia' de la 'nueva generación' de consolas, y lo dice a título personal el que suscribe este análisis: humilde propietario de dos de las máximas representantes de esta nueva 'oleada en alta definición', que el hecho de que no explote el último grito en aceleración gráfica, no impide al jugador disfrutar de una experiencia de juego inmersiva, realista y, lo primordial, divertida.

Sin llegar a deslumbrar en algún aspecto de su apartado gráfico, sí consigue, por medio de pequeños detalles, constituir la imagen que nos formamos de la realidad: transmitir las sensaciones de estar navegando junto a otros buques en un mundo 'plausiblemente real'. Una buena simulación, que cumple su cometido a nivel audio visual.

No defraudará a los amantes de las maquetas, de los modelos rigurosos históricamente. Disfrutarán del gran trabajo realizado en el diseño de los barcos e incluso en los aviones, tanto aliados como enemigos, que participan en la contienda. Destaca la presencia de personajes modelados en 3D, en los diferentes puestos de los barcos, en paracaídas cuando un avión ha sido derribado y posteriormente flotando en el agua con el salvavidas. Elementos de ambiente que 'dan vida' al mundo que se representa ante nuestros ojos, tanto a nivel de superficie como a nivel submarino.

Sobre la mar, se podrá observar la presencia de aves sobrevolando el paisaje, revoloteando alrededor de los mercantes, quizás en busca de alimento. Ésta exhibe un comportamiento extremadamente realista: su oleaje mueve los barcos sobre la superficie, forma corrientes e interactúa con los objetos flotantes proporcionalmente a su volumen y densidad, haciendo que ninguna 'animación' o movimiento parezca 'fuera de lugar'. Las nubes se mueven en cielo y se reflejan 'esmeriladas' sobre el oleaje. Bajo el agua, parece extenderse el abismo, cuando se navega por alta mar, la luz se filtra a través de la sal y según se incrementa la profundidad, desciende su intensidad hasta hacerse la más completa oscuridad. Pero la iluminación no es sólo protagonista bajo el agua, por encima de ella, hace que el paso del tiempo nos deleite con bellos paisajes marítimos, bañados por la luz solar en sus diferentes variantes a lo largo del día.

El 'espectáculo pirotécnico' de las explosiones de los barcos y aviones sí merece el calificativo de 'grandioso'. Humo y fuego volumétricos, se apoderan de la escena mientras salta en pedazos cada parte del barco dañado, mientras esos mismos pedazos caen sobre el mar con la velocidad y la fuerza correspondientes a su tamaño y peso, produciendo oleaje a su alrededor y convirtiendo el hundimiento de cualquier barco en un lujo para los sentidos.

Todo este ambiente visual se ve acompañado de un apartado sonoro que lo complementa, llegando incluso a veces a sorprendernos la precisión de su sonido multicanal. Escuchar el graznido de las aves mientras la mar susurra con su oleaje nuestros oídos, hasta que llega un momento en el que te acostumbras por completo e irrumpen en escena las salvas de los destructores, los motores de los portaaviones, de los aviones acercándose o el atronador efecto de las explosiones de las cargas de profundidad, donde el sonido se propaga a diferente velocidad bajo la superficie del agua que en el aire.

La banda sonora, a medio camino entre melodías militares de corte épico y banda sonora de acompañamiento, tampoco resulta especialmente destacable. Ayuda a impulsar los momentos de suspense y a recordarnos que estamos en una situación de combate, porque si sólo estuvieran los sonidos de ambiente, quedaríamos embobados mientras navegamos hacia nuestro objetivo.

Además, para deleitarnos con cada detalle de la ambientación audio-visual anteriormente explicada, el título permite la utilización de la cámara libre, permitiendo observar y oír, desde cualquier punto de vista, la acción que nos rodea (aspecto que por supuesto podrá ser bloqueado para los que deseen la simulación más realista, sin cámaras externas de ninguna clase).

Jugabilidad

Hablar de jugabilidad en un simulador, no es tarea sencilla, pues lo que para el jugador experto supone ser jugable, al jugador inexperto le puede resultar injugable. Precisamente es en ese punto donde este simulador destaca sobre el resto 'de su especie', en su maravillosa adaptación a las habilidades del usuario. Dicha adaptación llega a resultar camaleónica, produciendo una curva de aprendizaje propiciada por el 'gusanillo' que poco a poco va sintiendo el usuario, según va descubriendo las diversas herramientas y posibilidades de configuración que la simulación pone a su servicio.

El realismo es mesurable mediante porcentajes, es decir, según activemos o desactivemos, incrementemos o disminuyamos ciertos parámetros del mismo, nos iremos aproximando más al 100% o al 0% de su límite de posibilidades. Se podrán ajustar parámetros tan variopintos como la limitación de las baterías, la utilización de aire comprimido para permitir la subida del submarino a superficie, limitar el O2 y el exceso de CO2, limitar el combustible, el armamento, la vulnerabilidad, los tiempos de reparación de averías y daños… aspectos que aunque parezcan mínimos, diferencian en gran medida los grados de dificultad.

Existen otro conjunto de parámetros que potencian la experiencia de los acérrimos a la simulación pura: la posibilidad de desactivar la vista externa, la obligación de realizar los cálculos previos al lanzamiento del torpedo, la desactivación del 'indicador de ruido' que nos permite saber cuán detectables por sonido somos o la ausencia de estabilizadores de vistas que hace que los dispositivos ópticos de puntería se vean afectados de forma realista a causa del oleaje.

En su vertiente multijugador permite participar en modo cooperativo para formar 'manadas de lobos' listas para el ataque, con amigos o para competir a través de LAN con un máximo de 8 jugadores y 4 si es a través de Internet.  En el modo 'competitivo', el jugador que ejerza de servidor controlará los buques escolta presentes en el escenario y tendrá que impedir que el resto de jugadores puedan alcanzar sus objetivos. El jugador que controle los escoltas estará dotado de sensores y armamento de a bordo para poder localizar, atacar, rechazar, y con suerte llegar a hundir a los submarinos enemigos.

Estrategia y trucos

Es tal la variedad de combinaciones para ajustar el realismo y la dificultad que nada de esto tendría sentido sin poderlo poner en práctica con un 'modelo de aprendizaje'. El juego tiene una 'escuela de submarinos', esencial para acostumbrarse a todos los apartados del juego que recorre todos los temas necesarios para llegar a controlar la nave: instrucción de navegación, ataque a objetivos aéreos, ataque a objetivos sobre superficie, instrucción de torpedos, instrucción de sónar y radar, y la más completa e importante de todas, puesto que si finalizamos esta, nos encontraremos totalmente preparados para el combate: la instrucción de ataque a convoyes.

Una vez superada la escuela de submarinos y sin que este aspecto sea requisito obligatorio (aunque sí recomendable para jugadores sin experiencia), podremos participar en distintos modos de juego. Destacamos la 'carrera', también conocida como 'campaña dinámica', modalidad donde el jugador podrá escoger nombre, la fecha de inicio de la campaña, la unidad de la que formará parte, el tipo de submarino, la dificultad y el 'renombre' inicial.

Renombre que se obtiene de cara a los comandantes de la flota y especialmente hacia tu tripulación. Se podrá aumentar o incluso disminuir dicho renombre: hundir un buque enemigo lo incrementa pero puede verse seriamente afectado por factores como que tus hombres resulten heridos o muertos o incluso llegar a atacar a un barco aliado. Por medio de esta característica, podrás acceder a ciertas mejoras para tu submarino, antes de que el resto de la flota disponga de ellas. Siguiendo el mismo patrón, podremos realizar 'Ascensos' con los miembros de nuestra tripulación o incluso con nosotros mismos, alcanzando cierto nivel de renombre.

Podrás otorgar medallas o ascender a un tripulante a la categoría de suboficial asignándole una cualificación, entre todas las disponibles a bordo del submarino. Como en cualquier campaña dinámica, al generarse los objetivos dinámicamente, no habrá forma de saber lo que te depara una determinada patrulla. Se te darán órdenes de diversa índole: vigilar zonas y hundir buques que penetren ciertos perímetros, efectuar reconocimientos fotográficos, labores de salvamento, abastecimiento, transporte e infiltración de agentes aliados o paradas en bases aliadas. Tal y como sucede en la realidad, no es obligatorio cumplir todos los objetivos que te sean planteados, ya que no tienes que superarlos para avanzar en el juego. Eso sí, siempre se premiará la proactividad frente a la improductividad.

Al margen de la 'campaña dinámica', sin duda, la más completa e indicada del juego, existirán un conjunto de 'misiones rápidas'. Éstas, basadas en situaciones históricas reales, nos permitirán escoger submarinos distintos a los utilizados en la gesta real, creando una especie de 'realidad alternativa'. También existirán las llamadas 'Patrullas individuales' a caballo entre las misiones rápidas y la campaña dinámica, con unas situaciones expresamente diseñadas, llenas de sucesos y 'encuentros' interesantes.

Como en otras entregas, contaremos con la opción del museo, donde poder visualizar con total libertad de movimientos de cámara y todo lujo de detalles, cada unidad que participa en el juego, sea esta aliada, neutral o enemiga, con total acceso a su manual de reconocimiento y características técnicas definitorias.

La interfaz de juego, permitirá movernos literalmente a cualquier parte del submarino utilizando nuestro ratón, a través de iconos o zonas interactivas en los compartimentos del mismo donde nos encontremos. La sala de mando, la sala de mediciones para el lanzamiento de torpedos, los puestos de observación, el panel de control para la gestión de personal… con un solo clic seremos 'transportados' al lugar que deseemos.

Dadas las enormes distancias a recorrer, existe la posibilidad de 'acelerar' el tiempo desde dos veces por encima de lo normal hasta 256 veces o incluso pararlo totalmente, en caso de requerir tiempo para meditar sobre alguna opción táctica. Además, en caso de acelerarlo, no hay 'peligro' de 'perderse la acción' de lo que sucede a nuestro alrededor, pues dicha aceleración es sensible a eventos, es decir, en caso de producirse cualquier 'encuentro', el tiempo volverá inmediatamente a su transcurso normal para que podamos actuar en consecuencia a las circunstancias de ese momento.

Basándonos en las tácticas documentadas en el 'escueto' manual de instrucciones, se pueden proporcionar formas de actuar ante situaciones de diversa naturaleza. Su lectura es recomendable aunque no obligatoria porque la 'escuela de submarinos' resumirá y detallará los apartados fundamentales de juego. Es por ello necesario que se le dedique tiempo a este punto y que no se caiga en el desánimo o en el fracaso, siempre podemos volverlo a intentar esa instrucción que 'se nos atasca' y hacerla mejor.

A grandes rasgos, los consejos a seguir en el ataque de un submarino utilizando este simulador, se basan en diversos factores, todos ellos muy discutibles, pero siempre marcados por el elemento sorpresa, la infiltración y el sigilo para evitar ser vistos o escuchados. Siempre tener prevista una opción de escape, tanto si se han cumplido exitosamente los objetivos, como si se ha producido un fracaso.

El ataque en superficie, sólo debe realizarse bajo circunstancias de máxima seguridad, con escasa posibilidad de recibir fuego, al menos de destructores o buques armados y bajo condiciones climatológicas que permitan visualizar perfectamente la zona de combate. Las Emersiones que se realicen para producir ataques antiaéreos contra aviones de reconocimiento o las usadas para atacar mercantes desarmados por sorpresa, deben de tener una duración ajustada en función del grado de amenaza del escenario de combate en el que nos encontremos.

Es siempre mejor 'evitar' los escoltas e ir directamente a por los objetivos escoltados que realizar un ataque a discreción y sin control, contra cualquier nave que se encuentre en el lugar. En primer lugar porque la superioridad numérica es más que probable y en segundo lugar, porque si ni siquiera 'herimos' a nuestra 'presa', probablemente pueda huir a gran velocidad dejándonos detrás a los escoltas para mantenernos 'a raya'. Además, la escasa munición de la que se dispone bajo la superficie (los torpedos), exige tiempo para planificar el ataque, calcular el disparo y ser lo más precisos posible. Incluso si el torpedo lanzado no impacta directamente en el casco del objetivo, utilizar los métodos de detonación por sensor de campo magnético, pueden ayudar a producir daños en la estructura del mismo.

Los ataques de superficie deben realizarse exclusivamente en circunstancias de relativa 'seguridad', es decir, para realizar ataques antiaéreos contra aviones de reconocimiento, efectuar tareas de salvamento o realizar ataques de artillería contra mercantes desarmados. El submarino, una vez al descubierto, se transforma en un barco normal que pierde todas las propiedades que pueden conferirle algo de ventaja en una misión sobre sus adversarios, hay que intentar en la medida de lo posible mantenerse a una profundidad razonable sin ser visto.