Siete maneras de entender la acción más frenética

Uno de los principales dogmas para algunos programadores de la portátil de Sony es el conocido refrán 'lo clásico nunca muere', tanto es así que muchos de sus títulos no son sino recopilaciones de antiguos juegos de otras consolas, en algunos casos siendo mejores que otros tantos exclusivos.

La enésima incursión en este extraño subgénero es Metal Slug Anthology (ya disponible en PSP -versión de este análisis- y Wii y próximamente en PS2), que abarca las siete entregas de la conocida saga de SNK que han aparecido en máquinas arcade desde que se iniciara la misma en 1996 hasta su último capítulo, en la placa Atomiswave.

Muchas de ellas ya han tenido su correspondiente versión en la onerosa plataforma Neo Geo y algunas en PlayStation, PlayStation 2 y Xbox pero hasta el momento, exceptuando el desconocido Metal Slug: Collector's Edition de PC (que incluía los cuatro primeros: 1, 2, X y 3, y no salió de Japón) y el pack de Metal Slug 4 y 5 de PS2 y Xbox en el mercado norteamericano, sus seguidores no han podido disfrutarla en todo su esplendor, algo que por fin consigue la reestructurada SNK Playmore con esta recopilación.

Entre estos elementos el argumento muchas veces no importa o se convierte en algo secundario, pero siempre se situa en un enfrentamiento armado donde nuestros protagonistas son los únicos en restablecer la paz, complicándose en algunos capítulos con la aparición de alienígenas, virus informáticos y grupos terroristas, teniendo que colaborar por ejemplo en Metal Slug 3 con nuestros antagonistas, el Ejército Rebelde.

Esta recopilación, como en los originales, no ofrece más guión que simples secuencias antes de las peleas pero como principal novedad permite desbloquear numerosos fondos de escritorio, libros de arte conceptual, música y comentarios de sus creadores (en perfecto inglés, como el resto del juego, si bien no importa demasiado el idioma) a cambio de una serie de puntos obtenidos en función del nivel de dificultad al completar cada capítulo: uno en fácil, dos en normal y tres en difícil.

Estos niveles de dificultad, reducidos de los ocho originales a tan sólo tres (más la opción de Juego Libre, con vidas infinitas) afectan directamente al número de continuaciones disponibles (30 en fácil, 20 en normal y 10 en difícil), crucial en cada partida y principalmente contra los enemigos finales de cada juego. Aún así, el nivel fácil puede llegar a ser bastante complicado de superar para los poco iniciados en la saga siendo difícil un auténtico reto accesible a muy pocos.

En su última entrega, Metal Slug 6, también podemos controlar a Ralf y Clark, de la saga The King of Fighter (también de SNK) contando además con una mayor distinción entre las habilidades de cada personaje, siendo además el único capítulo que permite guardar las armas y realizar ciertos movimientos exclusivos.

Por desgracia también es el único que no permite guardar en cualquier momento (algo muy importante en un juego portátil) y cuenta con unos tiempos de carga superiores a los demás, llegando a durar en los restantes títulos cerca de 30 segundos en la carga inicial y ocho entre algunas fases, siendo ésta una de las principales adversidades de esta recopilación y más en concreto de dicho capítulo.

En cuanto a las mejoras que se observan en cada capítulo respecto a su predecesor destacan principalmente las de Metal Slug 3, con varios caminos a elegir, nuevas acciones (bucear y volar con un propulsor) y algunas transformaciones en muñeco de nieve y zombi, que aparecieron por primera vez en la segunda entrega con la posibilidad de ser una momia al ser tocado por sus fluidos gástricos o engordar al recoger muchos objetos comestibles.

Lo más llamativo de estas transformaciones es que afectan directamente a la jugabilidad, ralentizando los movimientos y ofreciendo nuevos movimientos y armas, entre los que destacan el vómito mortal del zombi o algunos movimientos del chimpancé (exclusivo de Metal Slug 4) siendo muchas veces fundamentales ante la gran cantidad y resistencia de los enemigos.

De igual manera, a lo largo de todos los capítulos, podemos rescatar a una serie de rehenes que nos recompensan con nuevas armas, puntos o unos pocos instantes de ayuda disparando sus armas a los enemigos. Al igual que todos los enemigos, estos personajes muestran animaciones muy graciosas y variadas, con el característico humor y diseño super-deformed de los personajes de la saga.

El arsenal disponible en todos los capítulos va desde armas bastante conocidas como metralletas, láseres, granadas y lanzallamas a otras más variopintas como explosivos y lanzamisiles teledirigidos, todas éstas con un limitado cargador, infinito únicamente en la pistola inicial. También en muchos momentos podemos tomar el control de algunos vehículos muy originales como aviones, dromedarios, burros con lanzamisiles, tanques bípedos, submarinos o los clásicos tanques slug.

Por último, Metal Slug Anthology también incluye la opción para dos jugadores en su altamente recomendable modo cooperativo mediante conexión Wi-Fi por Ad-hoc que aumenta considerablemente su duración y rejugabilidad, ya de por sí alta (entre cerca de tres horas para cada título aunque los extras disponibles hacen que los rejuguemos varias veces).

Asimismo, entrega tras entrega, se observa una clara mejoría en muchos aspectos gráficos: desde el descomunal y variopinto diseño de los enemigos finales a los diversos escenarios de cada aventura, otorgando un aspecto inmejorable parecido a los dibujos animados pero siempre en 2D aunque también encontramos pequeñas ralentizaciones cuando hay muchos enemigos en pantalla, pero son muy escasas.

Al igual que en el aspecto gráfico, Metal Slug 6 ofrece un aspecto sonoro mucho más cuidado, con voces y melodías más variadas que el resto aunque éstas son también de una alta calidad, siendo más animadas en los momentos más álgidos. Los efectos sonoros cumplen a un alto nivel, con sonidos diferentes para cada arma e idénticos a los realizados en su día por el estudio Noise Factory.

Además en el aspecto jugable encontramos un título idéntico a los originales, con tres botones de acción (cuatro, con el cambio de arma, en Metal Slug 6) cuyas funciones únicamente varían ligeramente a bordo de los vehículos o en algunas transformaciones pero que resulta muy cómodo a la hora de jugar en la portátil.

No obstante, el ritmo del juego a veces resulta demasiado frenético, sin saber siquiera por donde vienen los enemigos o con hordas de ellos atacándonos por todos los flancos por lo que para esta ocasión también se ha incluido una más que requerida opción de autodisparo para no tener que apretar reiteradamente el botón principal.