Los conejos atacan de nuevo

Los chicos de Ubisoft deberían estar orgullosos de haber dado a la luz a unos seres tan carismáticos en este mundillo como los conejos presentes en esta nueva aventura de Rayman. De hecho es tal su protagonismo y el recibimiento obtenido por el público que la presencia de Rayman, al menos en otras plataformas, es cuanto menos presencial. No obstante, para Nintendo DS se ha querido ofrecer un nuevo punto de vista y volviendo a los orígenes del protagonista: un plataformas de la vieja escuela.

Los primeros niveles del juego nos explicarán los conceptos básicos del juego que tendremos que dominar para poder avanzar: saltar, agarrarse a los salientes, usar la hélice para planear o golpear a los enemigos. Las fases son bastante lineales en cuanto a la realización de las pruebas o puzzles, aunque en algunos momentos tendremos cruces de caminos desde los que podremos visitar subfases del recorrido -cada una con sus propios retos a completar-. Además, en algunas ocasiones veremos zonas que aunque están aparentemente abiertas para inspeccionar, necesitan de una determinada habilidad aun no conseguida y en las que nos veremos obligados a visitar más entrado el juego.

El arte del disfraz

Además de las habilidades básicas de Rayman, podremos conseguir otras avanzadas como poder nadar, escalar muros o balancearse con un gancho, que una vez adquiridas nos abrirán nuevas rutas de exploración. No obstante, el desarrollo de estas nuevas habilidades se ha gestionado a través del uso de disfraces-que previamente también tendremos que conseguir-.

La pega es que sólo podremos usar los disfraces en determinados puntos del escenario marcados en el mismo con tal fin. En los puntos verdes podremos crear rocas que podremos mover para saltar encima y llegar a lugares más altos; en los rojos crearemos bombas que lanzar contra puertas metálicas para poder atravesar o atacar a los enemigos; en los blancos condensaremos nubes sobre las que saltar y abordar saltos al vacío, mientras que en los azules obtendremos tres bloques de hielo para congelar a los enemigos, bocas de fuego e incluso puentes para poder avanzar. De hecho llegará el momento en que tendremos varios puntos de disfraz cercanos y tendremos que ir combinando habilidades para poder resolver los diferentes puzzles que se van planteando.

Al final de cada recorrido del escenario nos encontraremos con un extraño ascensor que nos enviará a un nuevo escenario del nivel pero con la jugabilidad totalmente cambiada: solo usaremos el stylus, los botones de dirección y el micrófono. Además, entre las dos fases tendremos que jugar a un minijuego que nos recordará a algunos de los vistos en Wii, pero que resultan bastante pobres y muy mal trabajados. En cambio los niveles del uso del stylus son bastante más divertidos y aprovechan bastante bien esta característica táctil de la consola.

Salvando a Rayman a golpe de Stylus

En los niveles táctiles no tendremos un control directo sobre Rayman, pues éste avanza siempre hacia delante haya o no peligros mortales. Nuestra misión es, aprovechándonos una vez más de los disfraces, eliminar las trampas que nos vayamos encontrando. El disfraz verde ahora nos permite interaccionar con algunos objetos: romper cajas, mover otras o activar determinados trampolines; el rojo permitirá cortar cadenas que sujetan puentes o trampas e incluso acabar con enemigos; el blanco nos permite usar la energía del viento para poder activar algunos mecanismos que nos abran nuevas rutas, y el azul nos ofrece la posibilidad de congelar fuentes de agua para poder seguir avanzando.

En los primeros niveles se nos indicará con antelación los poderes que vamos a tener que usar para que no nos pille el toro por sorpresa -ya que la acción nunca para-, pero más adelante estas notificaciones pararán y tendremos que ir cambiando al vuelo con las direcciones de la cruceta. En determinados momentos nos encontraremos con un powerup de viento que tiene dos finalidades: librarnos de una nave pilotada por conejos que nos persigue o de algunos enemigos de la pantalla. ¿Cómo? Muy fácil, soplando por el micrófono. En estos escenarios también estarán desperdigados algunos trofeos que nos desbloquearán algunos bonus.

Un poco más entrado en el juego nos enfrentaremos con un par de jefes finales, pero éstos casi brillan por su ausencia y acabar con ellos no sólo resultará fácil, sino que la búsqueda de los puntos débiles del enemigo son tan triviales que le quitarán el posible interés por estos combates. De hecho la dificultad del juego roza niveles muy bajos en básicamente más de la mitad del juego, que se irá complicando poco a poco en adelante-sobre todo en las fases de stylus, dónde habrá que estar más atento-, pero en absoluto imposibles.

Otro de los problemas encontrados es que el juego es extremadamente corto y una vez terminado al 100%(algo bastante fácil) resulta poco rejugable ya que no tenemos demasiada libertad en los niveles. De ahí que en pocos días tengamos el juego archivado en el cajón y totalmente completado.

Aspecto técnico

Rayman vio sus primeros momentos de vida en plataformas 2D, aunque pronto dio el salto a los modelos poligonales para alcanzar una calidad más que brillante en la mayoría de sus aventuras. Aun así, siempre hay peros y en Raving Rabbids para DS tenemos un ejemplo de ello con un acabado que dista mucho de la calidad vista en Rayman DS. Nos encontramos con escenarios coloridos pero bastante repetidos entre unos y otros, los enemigos se repiten también hasta la saciedad y no desprende en absoluto la magia que caracterizaba a anteriores entregas.

El personaje de Rayman resulta insignificante en el escenario por el escaso tamaño que tiene, siendo el resultado unos cuantos pixeles juntos, bastante poco cuidado en ese sentido. La cámara en cambio nos acompaña bastante en la acción y nos ofrecerá mayores problemas. La presentación de los menús es bastante pobre también, y podría haberse trabajado mucho más, al igual que los minijuegos que se ofrecen.

El sonido es de lejos el aspecto técnico mejor trabajado, no sólo porque se acompaña de una buena traducción al castellano, sino porque se incorpora todo el arsenal de canciones vistas en los minijuegos musicales del Raving Rabbids de plataformas de sobremesa - "La Bamba" totalmente en castellano, por ejemplo-. Aunque quizás resulta más discreto en cuanto a efectos de sonido se refiere, con una calidad bastante inferior a la banda sonora.