Invisibles, de nuevo

Juarez le espera, soldado.

Después de un periodo de desarrollo que podríamos considerar como relámpago, el nuevo juego de acción táctica de Ubisoft ha llegado a nuestras manos. Inspirándose una vez más en las novelas del afamado escritor Tom Clancy, Ghost Recon: Advanced Warfighter 2 (en adelante GRAW 2), mantiene el hilo argumental muy proximo al del su predecesor más inmediato, aparecido en Xbox 360 hace ahora justamente12 meses.

Sobre el papel, una nueva campaña individual, un multijugador dinámico y adictivo a más no poder y un interesante modo cooperación que resulta una alternativa de peso a la trama principal. Junto a esto, un sistema mejorado de órdenes para el apoyo de nuestro personaje o el extenso y versátil repertorio de armamento. Y para rematarlo todo, el protagonista habitual de la serie, el teniente Scott Mitchell.  El momento ha llegado y, versión final en mano, vamos a repasar todo lo que ofrece este nuevo contendiente en liza por el trono de la acción.

Una historia conocida

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La trama se desarrolla pocos meses después de los acontecimientos ocurridos en Ciudad de México durante GRAW. En esta ocasión, el teniente Mitchell será introducido en plena guerra civil entre los habitantes del país y un grupo de rebeldes que pretenden que las negociaciones con Estados Unidos en materia de seguridad no lleguen a buen puerto. Por si fuera poco, hay noticias sobre ciertas cabezas nucleares, desaparecidas tiempo atrás, que inquietan al gobierno americano.

En este contexto, el equipo Ghost será situado sobre suelo Mexicano para intentar sofocar esta rebelión que puede tener carácter peligroso si se deja sin atajar desde el primer momento. Así, el pelotón liderado por nuestro personaje se convierte en una pieza fundamental en el conflicto armado que amenaza a la población de ambas naciones. La línea argumental llegará a nosotros en escenas intermedias generadas con el motor del juego, así como mediante videocomunicados incrustados en nuestro HUD.

En nuestro devenir por territorio Mexicano recibiremos algunas comunicaciones que alterarán la trama de forma dinámica. A pesar de que no llega a resultar un guión excesivamente sorprendente, denota un marcado carácter cinematográfico. Los objetivos del teniente Mitchell recuerdan en su fondo a los vistos en series como la exitosa 24. Fracasar en estas responsabilidades puede costar millares de vidas humanas, todas dependiendo de nuestro éxito.

Gráficos

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El escaso tiempo entre ambos GRAW  ha dejado poco margen para la mejora tecnológica, aunque hay algunos detalles que se han visto bastante reforzados. En conjunto, el apartado visual luce estupendamente, siendo uno de los títulos que mejor aprovecha el hardware de Xbox 360. No llega a los niveles de detalle de Gears of War, pero presenta un sobresaliente bagaje que lo sitúa como referente en esta plataforma. La espectacular intro ya avisa de que el trabajo en este aspecto es detallado y de alto nivel.

Como comentábamos, pese a que se ha reutilizado por completo el motor visual del anterior título, hay apartados que han recibido mejoras remarcables. En cabeza sin duda, los efectos de partículas y el uso de la iluminación, que consiguen transportar todo el ambiente de una zona de guerra hacia el jugador. Hemos encontrado un buen ejemplo en la cámara de visión nocturna, de obligado uso, pero que querremos dejar de utilizar en cuanto nos sea posible para deleitarnos con la fantástica ambientación nocturna. Los efectos climáticos, sublimes en esta entrega, alternarán entre varios momentos del día y mezclaran tiempo soleado e intensos aguaceros.

Dejando de lado el montaje visual de las explosiones y las balas silbando a nuestro alrededor, los escenarios de GRAW2 resultan bastante interesantes de explorar. Son más pequeños que los vistos en el anterior título, y ofrecen bastante menos libertad de acción, por lo que la sensación de linealidad está bastante más marcada. Pese a esto, pocas veces tendremos la necesidad imperiosa de ir más allá de nuestro punto de destino, puesto que en todo momento tendremos bien definido el lugar al que debemos dirigirnos. Las texturas, pese a cumplir un notable papel, pecan de una definición algo baja cuando nos acercamos a los objetos, aunque no es algo que enturbie el resultado conseguido en conjunto.

Las animaciones de los personajes, así como su diseño y texturas son idénticas a las ya existentes, por lo que se han reutilizado al cien por cien estos componentes, sin demasiado margen de mejora. La fluidez en las acciones de los personajes es significativa, así como el sistema de cobertura que ahora resulta más preciso y veloz.  El diseño de los vehículos, por otra parte, está fielmente recreado, y encontraremos una buena variedad entre acorazados terrestres y aéreos. Por supuesto, no todos serán amigos.

Los distintos interfaces de visión, como el mapa táctico o el control de los equipos de apoyo, siguen intactos, aunque se ha introducido una útil visión a pantalla completa. Con ella, podremos controlar el robot aéreo de reconocimiento, dar ordenes a nuestros hombres o indicar movimientos de forma más precisa a los vehículos de los que dispongamos. Resulta un útil complemento del que echaremos mano en multitud de ocasiones. Los efectos de esta cámara están vistosamente recreados, de forma que la visión desde ella no será exactamente igual que la que ofrece la perspectiva habitual.

Sonido y Efectos FX

En el ámbito sonoro, GRAW2 también mantiene las premisas de su predecesor, ofreciendo una experiencia fantástica a todos los niveles. El punto clave, sin duda, es la fiel recreación sonora de nuestros compañeros de equipo, así como la de los personajes con los que interactuaremos durante la aventura. Con el acabado final se consigue llevar la tensión de los combates hasta nuestros oídos, utilizando una gran variedad de recursos.

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Cuando estén situados en modo reconocimiento, los miembros del equipo Ghost irán advirtiéndonos de cualquier amenaza que adviertan. Incluso conoceremos el número de enemigos que avistan y su posición de ataque así como si están avanzando, retrocediendo o poniendo pies en polvorosa al verse superados por nuestro fuego. Los gritos de los enemigos también son un buen indicativo de si están listos para el combate o si nos han descubierto.

Las instrucciones principales de la misión también nos llegarán por canal sonoro, aunque siempre podremos consultarlas en el mapa de objetivos, por lo que no resulta tan fundamental estar atento a lo que se nos dice. En las partidas multijugador, el principal canal de comunicación entre jugadores será también el auditivo, por lo que es obvia la importancia de permanecer a la escucha de lo que los demás jugadores comentan.

En un apartado dominado por los efectos, la banda sonora queda irremediablemente relegada a una segunda posición que cumple honrosamente. La selección de temas se aleja de la línea elegida para el anterior GRAW, siendo en esta ocasión de cortes mucho mas épicos. Las canciones rondan con frecuencia la música clásica, a pesar de que existen temas mucho más movidos y que serán los que presidan los combates. Sin duda, el compositor y productor Tom Salta ha vuelto a conseguir un repertorio a la altura en colaboración con la Hollywood Studio Symphony & Choir

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El repertorio es extenso y raramente recordaremos haber escuchado antes cualquiera de los temas que irán sonando en las misiones, fundamentalmente por que tan solo lo hacen en momentos muy puntuales. En general, la sincronización con lo que ocurre en pantalla es correcta, aunque nos hemos encontrado casos de que la música ha pasado a ritmos rápidos y no nos encontrábamos en ninguna situación de combate.

Jugabilidad

La linealidad de GRAW2 se hace patente en su modo campaña, que nos durará un suspiro si somos veteranos del anterior título. Esto viene dado por el menor tamaño de los escenarios, que requieren poca exploración, así como por la corta pero intensa línea argumental. La sensación que queda tras acabar el modo principal es la de querer recibir más misiones para ver qué nuevos acontecimientos debe afrontar nuestro protagonista y su equipo. Un punto flojo que ensombrece levemente las posibilidades de diversión si no disponemos de acceso al servicio Live! de Microsoft.

Esta subtrama argumental sirve como punto de partida para ofrecer un desafío radicalmente distinto al modo individual, y que alarga enormemente la vida útil del título. El resto de opciones multijugador incluyen las clásicas configuraciones de combate por equipo o individual, con un buen número de objetivos distintos, entre los que se encuentran los combates por eliminación, los asaltos tácticos a territorios poblados de enemigos o el cumplimiento de variadas tareas. Existe una enorme cantidad de opciones que permiten ser configuradas hasta el más mínimo parámetro, ya sea en cuanto a armamento disponible, opciones de tiempo o nivel de dificultad de la IA, si es que la hay.

La curva de dificultad para hacerse con el manejo es bastante progresiva si no hemos jugado a GRAW, aunque el tutorial incluido ayuda enormemente a conocer nuestras posibilidades tácticas sobre el campo de batalla. Los controles, que no han variado ni un ápice desde su predecesor, se muestran útiles y bien dispuestos. En ocasiones la asignación de órdenes puede traernos algún disgusto al cambiar entre los distintos grupos de apoyo. Para la ocasión, aparece un nuevo vehículo, el transportador, que nos hará las veces de armería móvil, además de cualquier otra función a la que deseemos destinarlo.

Y es que, con el añadido de la cámara subjetiva sobre los equipos de apoyo, se ha ganado un extra en posibilidad de maniobra. Así, pese a que no es posible controlar directamente la mayoría de componentes de los equipos, sí seremos capaces de asignar tareas mas o menos simples a los distintos grupos de forma rápida y eficiente. El robot aéreo resulta extremadamente útil para reconocer el terreno y marcar los objetivos visibles, siendo además totalmente manejable. Por otro lado, los apoyos mecanizados son altamente eficaces eliminando amenazas de gran calibre, como acorazados enemigos o grandes concentraciones de infantería.

Por su parte, la IA ofrecerá un buen desafío en función del nivel de dificultad elegido, pero no estará exenta de algunos fallos y a veces seremos testigos de acciones bastante incoherentes. Por su parte,  nuestros compañeros reaccionarán de forma bastante lógica, cubriéndose cuando los hayamos situado en un lugar muy descubierto y aprovechando al máximo el terreno en su favor. La colocación de nuestros soldados se muestra bastante eficiente cuando les ordenamos posicionarse junto a un muro u obstáculo, dificultando el ser alcanzados por las balas.

Buscando refuerzos

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El paso por el modo historia servirá para curtirnos brevemente antes de lanzarmos al auténtico desafío, el multijugador. Como hemos comentado, la campaña resulta corta pero intensa, dividiéndose en varios actos perfectamente delimitados por espectaculares combates a modo de secuencia final. Tras estos combates, normalmente contra vehículos, seremos testigos de los acontecimientos que se desarrollen en la trama y puestos en situación para una nueva misión.

La presencia enemiga será fuerte en determinadas zonas, por lo que la ayuda que se nos ofrece suele ir en consonancia a la dificultad del área en la que nos encontramos. Utilizar sabiamente los recursos de los que disponemos resulta en un satisfactorio y nada complicado paso por los diferentes niveles. Para presionarnos algo más, habrá escenas en las que Mitchell deba luchar sin compañía de ningún tipo, e incluso en malas condiciones de equipamiento. En el modo de dificultad mas bajo, los niveles son demasiado sencillos, salvo alguna situación puntual. Es necesario jugar a dificultad media para sentir la auténtica tensión sobre nuestros soldados.

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Disparar con cabeza

Pese a que no es el planteamiento ideal para afrontar el modo campaña, si que resulta válido para todo aquel que prefiera un estilo de combate más pausado y táctico. Por supuesto, en  las misiones en las que Mitchell se infiltrará cual lobo solitario en territorio enemigo, deberemos apostar por este enfoque calmado y de movimientos calculados si no queremos acabar muertos sin saber cómo. Este tipo de infiltraciones han ganado bastante peso respecto a GRAW y ahora se alternarán con las subfases de combate en grupo y con aquellas en las que tenemos un apoyo más amplio.

Aun con la mencionada posibilidad, es innegable que la espectacularidad de los combates la vivimos cuando tomamos nuestra arma de corto alcance y nos metemos de lleno en el visceral combate. La variedad del armamento es enorme, habiendo elecciones para todos los gustos, y teniendo cada arma sus características propias en cuanto a tiempo de recarga y cadencia de fuego. La mayoría de estas armas permitien cambiar entre varios modos de fuego mediante una fácil combinación de pulsaciones con la cruceta digital.

Combate táctico en grupo

Como referíamos al inicio, el apartado multijugador convierte de nuevo a Ghost Recon en uno de los imprescindibles para todos los que disfruten de los shooters cooperativos. Tanto los combates contra humanos como contra la IA ofrecen un buen desafío, dadas las características de los escenarios, repletos de escondrijos y recovecos. Lástima que no se pueda hacer uso del sistema de cobertura activa como en el apartado individual.

Los veteranos notarán que los nuevos escenarios tienen un diseño más orientado al enfrentamiento directo y en general presentan un menor tamaño. Esta reducción obliga a andar con un extra de cautela para no ser abatido nada más comenzar la partida, algo inevitable las primeras veces. Pese a los obstáculos iniciales, con un poco de experiencia nos encontraremos disputando intensos encuentros en poco tiempo.

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