Test Drive sin límites

Casi 20 años más tarde de la publicación (por parte de Accolade) del primer Test Drive, tenemos hoy la oportunidad de disfrutar de la última entrega de la franquicia, esta vez de la mano de Eden Studios y dirigida por la batuta de Atari. Test Drive Unlimited es un ambicioso proyecto, innovador en algunos campos, que aunque lejos de ser perfecto sí puede perfeccionarse con el paso del tiempo y cuenta con un atributo importante en su favor: es considerablemente divertido.

Aunque la saga ha pasado por sus baches, sigue teniendo un peso específico en el sector y cuenta aún con un buen número de fans. Estos fans ven muchas de sus aspiraciones recogidas en este 'Unlimited', bautizado por sus creadores como el primer juego de carreras online multijugador masivo (MMOR). Ahora explicaremos el por qué sus autores hacen mucho hincapié en esta distinción y trataremos de desgranar que hay de auténtico (y más importante, divertido) en esa afirmación que pretende tanto.

El caso es que TDU empieza situándonos en un aeropuerto con destino a Hawaii y 200000 dólares en el bolsillo. Será en la cola de entrada al avión cuando deberemos escoger el personaje que nos acompañará a la aventura, de entre un elenco que recoge a varios hombres y mujeres. Esta es una mera decisión formal ya que no influirá para nada en los acontecimientos posteriores; pero lo remarcamos porque ese será el último contacto con lo que podría ser el 'argumento' de una posible historia en el juego, ya que por lo demás cualquier tipo de unión entre los sucesos posteriores brilla por su ausencia.

Una vez llegamos a la isla deberemos hacer dos cosas importantes: la primera, alquilar un coche y conducirlo hasta la inmobiliaria para escoger la que será nuestra primera casa. No es una decisión tremenda porque a estas alturas las opciones son pocas (y caras), pero todas tienen garaje para guardar coches (como en GTA). El segundo paso, y este sí que tiene relevancia en el juego, será la adquisición de nuestro primer coche. Nosotros probamos con un Alfa Romeo para jugar para en las capturas optar por un Audi TT Cabrio, que lucía mejor.

Una vez con coche y casa podremos pasearnos por los más de 1500 kilómetros de carretera que componen la isla y, os lo podemos asegurar, aquí hay 1500 kilómetros de los de verdad. Repartidos en flamantes autopistas, serpenteantes carreteras o en oscuras pistas de montaña, la sensación de enormidad de la isla es notoria, dado que además disponemos de un cuentakilómetros en el coche que nos indica la distancia real que hemos conducido. Y, cosa que no suele ocurrir en los juegos de carreras, si hay que ir de punta a punta de la isla nos puede llevar un ratito.

Y básicamente, del mismo modo que puede hacerse con GTA, podemos movernos libremente por todo el perímetro e ir aceptando las misiones de todo tipo para ganar más dinero (y comprar más casas, coches, adquirir ropa, etc.) o retar a cualquiera de los jugadores que haya online y que veremos discurrir a nuestro alrededor, mientras vamos a toda velocidad con nuestro bólido o simplemente nos limitamos a pasear observando las, en ocasiones, maravillosas vistas que nos ofrece este Unlimited. Motores en marcha, pues, y empecemos.

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Los efectos de sonido están igualmente bien conseguidos, con grandes diferencias dependiendo de las motorizaciones que acompañen a nuestros bólidos o motocicletas. Hemos encontrado ciertos problemas con la música, que se corta en algunas ocasiones a media canción, pero no afecta para nada a la jugabilidad del título aunque sí es un poco molesto. La banda sonora no es nada del otro jueves, comparada especialmente con la los NFS o incluso BurnOut, pero cumple su papel. Es teóricamente posible, aunque no lo hemos probado, añadir nuestros propios archivos mp3 o listas m3u, con lo que en teoría este apartado queda a gusto del consumidor.

A nivel gráfico, Unlimited muestra tanto sus mejores como sus peores cartas. Por un lado comprobamos el nivel de detalle y definición con el que se han tratado los 90 vehículos que podemos escoger en el juego, y ciertamente están todas las marcas clásicas y más representativas del mercado. Los coches están precisados al milímetro y se le añaden bonitos efectos de reflejos en las carrocerías que quedan de maravilla en los Ferrari, Lamborghini, Aston Martin… o incluso en los Volkswagen, todo sea dicho.

La isla está dibujada de forma espectacular, si bien en algunas zonas la aparición súbita de elementos del escenario crea un efecto desagradable, y se nota algún bajón de frames incluso a baja resolución y sin antialias en equipos en los que no debería. Pero eso no impide que el mundo que maneja, y sobretodo las vistas, sean maravillosos. Incluso en ocasiones vamos conduciendo y nos sobrevuela un pájaro o vemos como un avión realiza sus maniobras de aproximación al aeropuerto, creando una buena atmósfera 'de paseo'.

No existe deformación de nuestro vehículo en tiempo real, lo cual es bastante frustrante viendo por ejemplo el resultado que da en BurnOut; podemos chocar a 300 km/h contra un poste y comprobaremos como nos paramos en seco sin que suceda nada; chocar contra otros vehículos sí que hace saltar algunos parachoques aquí y allá pero, por norma general, uno no tiene aquella sensación de que su coche es vulnerable y es frecuente descuidar un poco nuestra forma de conducir por el hecho de que no sucede nada aunque lo hagamos mal.

La física del juego está bastante bien conseguida y se nota el peso de los coches sobre el asfalto; incluso la cámara vibra en situaciones excepcionales de fuera pista y los derrapes son bastante creíbles, tanto con como sin el freno de mano. La conducción varía dependiendo del vehículo y con algunos existe un poco de descontrol al tratar de salir acelerando de una superficie poco adherente. Por cierto, es posible quedar 'atascado' en determinados puntos del mapa tras sufrir una colisión, lo cual no es agradable pero es comprensible dado la tremenda enormidad del mapeado.

Y es que en realidad de eso se trata el juego, de conducir sin parar por toda la isla y la infinidad de tramos y carreteras que hay mientras vamos aceptando retos disponibles en el mapa. Si el reto está en una carretera en la que ya hayamos estado anteriormente, podremos ir hacia él con un solo click. Sin embargo, si la prueba está en una zona desconocida, el juego te empuja a descubrirla ya que es necesario que primero se conduzca hasta ella por lo menos en una ocasión, siempre guiados por nuestro magnífico GPS que nos indica hasta en qué esquinas debemos girar.

Las pruebas a realizar son de diversa índole, pero en general todas se parecen bastante: están las clásicas carreras, en las que siempre aparecemos los últimos y tenemos que llegar los primeros. Hay contrarreloj, pruebas de velocidad punta en un radar determinado o, a través de distintas cámaras colocadas en lugares estratégicos, una media de velocidad. También existen pruebas de llega al lugar X en un tiempo determinado o bien lleva al personaje X hasta otro lugar en menos de X minutos.

Estas pruebas acaban haciéndose monótonas a lo largo del recorrido, y es que son más de 100 las carreras que existen y, lo que es peor, el poco reto que verdaderamente nos plantean debido a la mala labor de la Inteligencia Artificial. Solamente en ocasiones puntuales fuimos capaces de perder una carrera clásica de nuestro rango, y además pueden repetirse fácilmente con solo pulsar un botón al acabarla. Solamente mejorando nuestros tiempos, comprobamos que la IA cometió los mismos errores que la primera vez y no se adapta a nuestra forma de conducir (lo cual en cierto sentido está bien porque no te hace 'trampas'), así que cualquiera con un poco de práctica con el freno de mano ganará sin problemas.

Eso sí, existen 4 niveles de dificultad ejemplificados en 4 estilos de conducción distintos, desde el más novato al más realista. A mayor dificultad se desactivan todas las ayudas de pérdida de control en las curvas, derrapes y demás, con lo que con los vehículos de mayor cilindrada esto es problemático. Pero, eso sí, se gana un control mayor sobre el coche, sin olvidar que nos encontramos con un título de clásico corte arcade. Esta dificultad puede cambiarse, al igual que la mayoría del resto de opciones, en cualquier momento del juego.

Dado que la primera casa que compramos solamente tiene espacio para 4 coches en el garaje, la opción más lógica consiste en deshacernos de ellos y venderlos a otros jugadores cuando ya no los necesitemos. Otra opción consiste en jugar a la especulación inmobiliaria e ir adquiriendo nuevas y mayores viviendas que aparte de funcionar como centro de gestión de nuestros avances (progreso, logros - que también los hay en PC, etc.) aporta un espacio extra en el que ir guardando nuestras adquisiciones.

Y es lógico que en un momento dado dispongamos de varias máquinas por varias razones: la primera es que algunas pruebas ponen un requisito de entrada, con lo que no podemos disputarlas si no disponemos de la clase especificada. Eso sí, siempre podremos alquilar un vehículo por un tiempo determinado, dirigiéndonos a la tienda de alquiler más cercana. El precio, que puede rondar los 3000 $ por 20 minutos de tiempo real para un SLK 55 AMG, es prohibitivo pero puede permitirnos ganar cómodamente alguna carrera o prueba que se nos atragante y hacernos con un buen pellizco de dinero que compense el alquiler de esos bólidos.

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La segunda de las razones es puro y duro coleccionismo. Hay joyas que son caras, qué duda cabe, pero no todo el mundo tiene que poder permitirse poseer el coche de Bond (un Aston Martin DBS en su última película) y eso se paga. Además, bajar al garaje y comprobar que lo que tenemos aparcado vale más de lo que ganaremos en sueldo durante toda nuestra vida, pues es una de las cosas que nos permite este TDU. Y puestos a coleccionar, podemos hasta coleccionar ropa que compraremos con los cupones que nos den las supermodelos, por ejemplo. Es decir, que para conseguirlo todo hay que echarle horas.

Al igual que podemos ganar dinero, también podemos perderlo. La forma más rápida de poner dinero es dejarse pillar por la policía; al igual que ocurriera en GTA, la policía tiene varios niveles de alerta, siendo en el tercero cuando montarán barricadas en las calles para pararnos. Cárcel no hay, pero severas multas sí nos esperan si somos atrapados; en principio bastará con estar un tiempo sin provocar daños a nadie para que el nivel de alerta baje o, lo más normal, meternos en cualquier carrera que automáticamente nos librará del acoso.

Las funcionalidades online, tal vez uno de los puntos fuertes de Unlimited, es que en cualquier momento (conectados a través de GameSpy) puede aparecer un conductor por la carretera y retarnos a un duelo, en el que rápidamente podremos decidir distancia, cantidad y duración del encuentro. El juego cierra un número de jugadores simultáneos que se pueden conectar a cada isla, de la misma forma que hace World of Warcraft con sus mazmorras, de modo que replica la misma isla en mayor número de ocasiones en cuanto aumenta la cantidad de jugadores simultáneos.

Eso significa que es poco probable 'quedar' en una partida, y dichos encuentros se producen por casualidad; en nuestro caso no es problemático, ya que apenas conocíamos a nadie para jugar, pero en las experiencias con la versión de Xbox 360 sucedía esto mismo a menos que se formara parte del mismo clan. Sin embargo, las partidas son bastante emocionantes a pesar de los saltos por el lag que se daba en el servidor, y proporcionan momentos bastante gloriosos. Y además, da la sensación de que la isla está viva, todo y que no hay ningún transeúnte que camine por la calle.

Es físicamente posible 'terminar' el juego, consiguiendo todos los oros en las misiones, recorriendo miles de kilómetros y llevando a todo el mundo a todas partes. Cuando seamos campeones se desbloqueará un modo 'hard', en el que se intensifica la dificultad del juego. También es posible crear nuestros propios retos y ofrecerlos a otros jugadores del mundo, vender nuestros coches o modificarlos, volver a completar las misiones ya completadas pero con otros vehículos… en fin, que si nos gusta tenemos cuerda para rato.

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