El espíritu de la venganza cabalga como nunca en su primera incursión como protagonista absoluto de un videojuego. Al más puro estilo Devil May Cry, el alter-ego de Johnny Blaze nos muestra que aprovechar una licencia fílmica puede llegar a producir un juego sumamente correcto.
Creado por roy Thomas en la Marvel de 1973, una era donde proliferaban las criaturas más terroríficas de la editorial, el Motorista Fantasma se mostró como el personaje más popular de la bizarra lista de engendros al estilo de Man Thing, el Man-Wolf Jak Rusell o el mismísimo Hijo de Satán.
Claramente, su éxito comercial no era comparable al de los peces gordos de la compañía americana (como Spider-man o los X-Men), pero aún así contó con dos colecciones que llegaron a ser bastante longevas. Tras un gran paréntesis editorial, Ghost Rider vuelve a la carga con una estupenda miniserie que aquí ha sido recopilada en forma de tomo (Autopista al Infierno), con una película de alto presupuesto (protagonizada por Nicholas Cage) y, por supuesto, el videojuego de turno.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Pero no se trata del típico producto lanzado con premura para aprovechar la lid comercial del nombre. Ghost Rider, el videojuego, es un título más que bueno, que usa la licencia del personaje para adaptarlo como es debido, otorgando calidad de sobra a un producto tan entretenido como espectacular. No en vano, sus creadores son los chicos de Climax, un prestigioso grupo de programación que cuenta en su currículum con genialidades como los MotoGP de Xbox y PC.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
No es la primera vez que nuestro llameante espíritu de la venganza aparece en el mundo de los videojuegos. Si mi memoria no me falla, pudimos verlo en Maximun Carnage, aquel beat'em-up protagonizado por Spiderman y Venom publicado por Acclaim en Super Nintendo y Megadrive. Pero ahora es cuando se enfunda el mono de protagonista y desata todo su poder infernal para combatir a demonios y pecadores varios. El Motorista Fantasma es el tormento de Johnny Blaze, pero para nosotros es un torrente de diversión y calidad para las cada vez más hambrientas Playstation 2.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
También es muy destacable la versión realizada para PSP, siendo para el que esto suscribe uno de los títulos más espectaculares de los aparecidos para la portátil de Sony. Prácticamente un calco técnico de lo visto en Playstation 2, pero adaptada fenomenalmente en pos de hacer un mejor ejercicio con la configuración de botones y jugar de forma inteligente con la memoria y los accesos al UMD. Así pues, enfundémonos nuestro mono de motero y prended vuestros cráneos, que esto se pone calentito...
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Así pues, con nuestro llameante espíritu de la venganza comenzando su aventura en las puertas del infierno, el estilo no es otro que el de eliminar enemigos uno detrás de otro, tratando de enganchar combos a cual más largo y espectacular. La forma de manejar al motorista es bastante similar al control de Kratos, el protagonista de God of War.
Ghost Rider (PlayStation 2)
La diferencia con el juego del dios de la guerra es que la diversidad en la acción del programa de Sony se escapa en el título de Climax. Ghost Rider es un machaca-enemigos total, sin dar respiro para segundas nupcias. La investigación y la exploración quedan relegadas no a un segundo plano, si acaso a un tercero para regalar al usuario las rotundas vistas de los parajes infernales. Si acaso un empuja esto o aplasta lo otro en pos de avanzar por el escenario.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Pero como nuestro héroe lleva la palabra 'motorista' en su nombre, era de esperar que las fases de conducción se llevasen algo de protagonismo en el juego. Y claro está, los creadores de los prestigiosos MotoGP de THQ no podían dejar pasar la oportunidad de lucirse llevando a cabo un racing-game lleno de fuegos y artificios. Y la verdad sea dicha, el resultado de estas stages es lo más parecido a un arcade de la vieja escuela, algo así como un Road Rash mezclado con el viejo Enduro Racer de Sega.
Ghost Rider (PlayStation 2)
En la versión PSP se conservarán todas y cada una de las premisas del programa de Playstation 2, sólo que la parte en la que vamos a pie se olvidan de cualquier atisbo de exploración para centrarse única y exclusivamente en el mamporro a cascoporro. Vamos, realmente los pequeños paseos de la versión PS2 son prácticamente testimoniales, pero camuflan en gran medida el desdén reiterativo de un género que ha envejecido muy mal: el beat'em up puro y duro.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Todo hay que decirlo, en Playstation 2 la primera impresión que recibimos al jugar a Ghost Rider es sumamente positiva. Todo se mueve a sesenta imágenes por segundo y luce estupendamente. Pero antes llama la atención la introducción, en la que se nos cuentan los orígenes del personaje a través de una cinemática montada al más puro estilo Max Payne, mezclando fotografías puestas a modo de cómic.
Ya dentro de la acción, la parte brawler está realizada con suma solvencia. Los escenarios están repletos de detalles dinámicos, proliferando efectos de fluidos y luces por doquier. La sensación de encontrarnos en un entorno más que caluroso está francamente bien conseguida, adornando de forma notable las exquisitas arquitecturas por las que nos movemos.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Por el contrario, los personajes pecan de ser poco detallistas. Los demonios y demás fauna maleante se ven parco en polígonos, y sufren una notoria falta de solidez. Aún así, la frenética acción disimula sobremanera estas carencias, que sólo el ojo entrenado sabrá ver entre tanto efecto de blur y demás fanfarronadas visuales del motor gráfico.
De todos modos, el propio Motorista Fantasma luce genial. Muchos triángulos se han usado para recrear al espíritu de la venganza, y muchos cuadros de animación completan al absoluto protagonista del apartado técnico del juego. La ardiente calavera de Johnny Blaze llama tanto la atención como su cadena flamígera, capaz de atormentar a los malvados en un torrente de golpes y fuego por doquier.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
La escenas en moto también poseen su encanto, si bien se denota un menor empeño gráfico. A nivel visual no están mal, pero los entornos, aún llenos de multitud de efectos, pecan de ser algo sobrios en detalle, a lo que la linealidad de los circuitos contribuye a ayudar bien poco. La velocidad y el dinamismo de la acción disculpan el pequeño bajón, al igual que ciertas tomas espectaculares.
Para terminar, mencionar que el sonido es tan adecuado como contundente. Explosiones, zambombazos y alaridos varios se darán cita en un concierto cuyo protagonista principal es el dolor más infernal. A ello le acompaña un doblaje al castellano que tiene sus mejores momentos cuando el Ghost Rider invoca sus poderes más demoníacos. También hay que destacar el alto nivel de la banda sonora, con un guitarreo heavy que le viene con anillo al dedo al siniestro periplo del señor Blaze.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Un planteamiento de las fases algo más variado hubiese contribuido a engrandecer la obra de Climax, a la manera del genial God of War. Suponemos que por ello se han incorporado las fases motorizadas, y la verdad es que logran diversificar un poco el contenido. Lo bueno de esta parte es que conducir la moto infernal es muy, muy divertido... Son stages livianas, no exentas de dificultad, pero suponen un entremés agradable y a veces espectacular.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Las herramientas Renderware proporcionan un entorno gráfico ideal para la jugabilidad propuesta por Climax. Toda la acción se presenta en unos gloriosos sesenta frames por segundo, y las animaciones del protagonista son sumamente fluidas y bien concatenadas. También se muestra contundente en sus golpes, lo cual proporciona una gratificante experiencia jugable de cara a manejar al espíritu de la venganza.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
El quid de la cuestión no es otro que acabar con los múltiples enemigos que van saliendo, vaciar la pantalla y avanzar hasta el siguiente encuentro. Pocos puzzles encontraremos en el camino, por lo que el protagonismo absoluto se ve refrendado en unas trabajadas escenas de combate. Para complicar el plano jugable, un peculiar sistema de lucha nos obliga a superarnos con determinados enemigos, golpeando con variados combos y procurando no recibir impactos, en pos de romper las protecciones de algunos malosos.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Con las almas que absorbamos al destruir enemigos, subiremos de nivel y podremos obtener mejoras tales como más vida o nuevos combos. El sistema resulta en la práctica menos profundo que el propuesto por Devil May Cry, pero no se puede negar la fluidez de su mecánica, tan oportuna como directa. Por supuesto, tampoco podemos olvidar los poderes especiales de Blaze, que van desde la mítica 'mirada de penitencia' hasta el simple y efectivo disparo de nuestro rifle infernal.
Ghost Rider (PlayStation 2)
Ghost Rider (PlayStation 2)
Hay que comentar que, a nivel de control, Ghost Rider es sumamente intuitivo. La cámara es semi-automática, orientando la vista siempre a nuestro movimiento, y aunque a veces nos deje algo vendidos, las transparencias de aquellos enemigos que sean susceptibles de taparnos el campo de visión se encargarán de no entorpecer el desarrollo. Pocas pegas se le puede poner en términos de lacras jugables, y menos aún si el jugador es fan del género.
Ghost Rider (PlayStation 2)
La propuesta, en resumen, se queda como un honesto machacabotones. En absoluto se trata de un subproducto, tiene estilo y se nota el buen hacer de sus creadores. Se las han ingeniado para clavar un beat'em up muy jugable, con retos interesantes como para no hacerse demasiado monótono.
Ghost Rider (PlayStation 2)
7
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.